
Sevilla, 13/X/2025 – 13:13 h (CET+2)
El pasado 10 de octubre el comité noruego del Nobel otorgó el Nobel de la Paz a la opositora venezolana María Corina Machado (Caracas, 58 años), «por su incansable trabajo promoviendo los derechos democráticos para el pueblo de Venezuela y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”, respetando uno de los objetivos de Alfred Nobel cuando decidió crear este premio, que se otorgaría a «la persona que más o mejor haya contribuido a fomentar la hermandad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos permanentes, y el establecimiento y la promoción de congresos de paz”. Gran frustración para Donald Trump, el trumpismo en general y los seguidores fieles a la ideología del momento, llamada MAGA (Make America Great Again). La Casa Blanca se apresuró a publicar en «X» un mensaje no subliminal, sino directo, de la victoria moral en ese premio, como claro vencedor en la sombra, a través del mensaje que la ganadora real le envió inmediatamente, porque cuenta con Trump para conquistar la libertad de Venezuela (la negrita es mía), entendiendo la Casa Blanca que el premio estaba dedicado a él, como Presidente de la Paz, no sin antes hacer una declaración explosiva de rabia el director de Comunicación de la sede presidencial, Steven Cheung: “Seguirá haciendo acuerdos de paz, poniendo fin a guerras y salvando vidas. Tiene un corazón humanitario y nunca habrá nadie como él que pueda mover montañas con la pura fuerza de voluntad. El Comité Nobel demostró que antepone la política a la paz”:

Es una muestra más del mundo al revés en el que estamos ya instalados. Indudablemente, tengo el corazón partido al escribir estas líneas, porque con independencia del debate sobre si Trump merecía o no ser el candidato premiado, al menos se ha declarado el alto en fuego en Gaza «gracias» a su Plan y ha comenzado a desarrollarse desde hoy, día de la firma del documento que recoge los famosos y ambiguos veinte puntos en liza, comenzando por la liberación de los rehenes israelíes en poder de Hamás y por parte de Israel. Quedan 19 por cumplir y con un denominador común, la nula participación en su elaboración de representantes del pueblo palestino, teledirigido por la Administración Trump y con el beneplácito de Israel.
Donald Trump, autoproclamado Presidente de la Paz desde la Casa Blanca, cree que el Nobel de la Paz es pura política y no un reconocimiento al artífice de la paz en el mundo actual, que es él y sólo él, incluso habiendo conseguido parar la guerra en Gaza, que personalmente reconozco y agradezco, pero sin saber bien a cambio de qué para el pueblo palestino, después de haber permitido y ayudado a Israel a alcanzar cifras nada «pacíficas» en la guerra desigual contra Hamás, con más de 67.000 personas fallecidas, asesinadas en su mayoría, entre las que hay que contabilizar alrededor de 20.000 niños y niñas, más de 11.000 mujeres, casi 15.000 cadáveres que, según estimaciones gazatíes, se encuentran bajo los escombros de los edificios a los que vuelve un pueblo destrozado por lo ocurrido a lo largo de dos años, cerca de 170.000 personas heridas, algunas de ellas con lesiones muy graves, con secuelas tan lacerantes como son amputaciones de todo tipo, junto a casi 1.900.000 de desplazados una y otra vez que hoy, que siguen sin saber dónde ir, porque sus últimos años ha sido un caminar continuo hacia ninguna parte segura, con una destrucción total del 90% de su superficie construida.
Este mes de raíces defendidas por los emperadores romanos, otubre (válido para la RAE) o el octavo mes en su cronología laica, está sumido en una situación compleja para el mundo y para nuestro país, inmerso en un desconcertante rumbo político, encabezado por el emperador Trump, con su traje desnudo del cuento de Andersen, buscando desesperadamente el Nobel de la Paz con ayuda de sus corifeos, que sabemos quienes son, de su cuerda, junto a una desafección política galopante y mundial, como si viviéramos todos los días en mundos contrapuestos, el político y el real como la vida misma, que se constata en nuestro país, sin ir más lejos, en el espectáculo semanal en el Congreso de los Diputados, nada edificante para la paz social, que la necesitamos como el comer y que requiere templar los ánimos para sobrellevar cada día, como ciudadano, de la forma más digna y pacífica posible.
Para quien no lo recuerde, en el cuento de Andersen, El traje nuevo del emperador, en sus párrafos finales, se menciona un supuesto traje nuevo del emperador que nadie veía aunque nadie decía nada, excepto un niño, recurso que también utilizó Groucho Marx en Sopa de ganso, la sabiduría infantil sin filtro alguno, salvando lo que haya que salvar en política: “¡Hasta un niño de cuatro años sería capaz de entender esto!… Rápido, busque a un niño de cuatro años, a mí me parece chino“:
-¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño.
-¡Dios bendito, escuchen la voz de la inocencia! -dijo su padre; y todo el mundo se fue repitiendo al oído lo que acababa de decir el pequeño.
-¡No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada!
-¡Pero si no lleva nada! -gritó, al fin, el pueblo entero.
Aquello inquietó al Emperador, pues barruntaba que el pueblo tenía razón; más pensó: «Hay que aguantar hasta el fin». Y siguió más altivo que antes; y los ayudas de cámara continuaron sosteniendo la inexistente cola.
A diferencia de los títulos de crédito finales de las películas de mi infancia, cualquier parecido de esta palabras del cuento de Andersen con la realidad actual de la presidencia «pacífica» de Trump, no es pura coincidencia.
oooooOOOooooo
🕵️♀️ Yo apoyo el periodismo que exige transparencia. 🔎 Conoce Civio: https://civio.es/ #TejeTuPropioAlgoritmo
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.
UCRANIA, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA, EN GENERAL
¡Paz y Libertad!

Debe estar conectado para enviar un comentario.