Soleá de la ciencia

Esta mañana, cuando preparaba un artículo sobre la esfera de la inteligencia, para publicarlo dentro de una horas, me acordé de una soleá preciosa, Soleá de la ciencia, cantada por Enrique Morente, que forma parte de su disco “Morente sueña la Alambra”, que te transcribo como homenaje a un poeta de vida, padre de Estrella, cantaora sublime en los atardeceres de Granada, y … para bajar nuestros humos. Sus palabras son fiel reflejo de lo que supone la dialéctica del conocimiento de base y el de laboratorio.

Dicen los estudiosos que este palo debió originarse durante el primer tercio del siglo XIX, para acompañar el baile por jaleos, aunque con posterioridad se convirtió en cante para escuchar, hasta llegar a ser considerado uno de los pilares básicos del flamenco. ¿Soleá: soledad o poner al sol? Las letras tocan muchos temas, desde lo intranscendente a lo trágico. Destacan las alusiones a la vida, el amor y la muerte. En rigor, no debe hablarse de la soleá, sino del cante por soleá, o por soleares, dada la cantidad de variantes y matices que posee. Si esta prueba digital te convence, podemos seguir avanzando en nuestra aventura particular de cerebros pensantes, ilusionándonos con el saber compartido sobre la esencia de esta palo: interpretar los puntos cardinales de la existencia: la vida, el amor y la muerte, desde la inteligencia del Sur:

Presumes que eres la ciencia
Yo no lo comprendo así
Cómo siendo tú la ciencia
No me has comprendido a mí

Sale el sol y da en el cristal
Cuando no quebranta el vidrio
¿Qué es lo que va a quebrantar?

Los pajarillos y yo
Nos levantábamos a un tiempo
Ellos le cantan al alba
Y yo alegro mis sentimientos

Para que tanto llover
Mis ojitos tengo secos
De sembrar y no coger

Letra y Música: Popular adaptadas por Enrique Morente
Voz: Enrique Morente
Guitarra: Tomatito
Producido por: Enrique Morente
Tomatito aparece por cortesía de Universal Music Spain, SL.

Sevilla, 14/IV/2006

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