Cuando era pequeño crecí cerca de Mickey Mouse, Minnie Mouse, Pluto y Goofy. Los dibujé mil veces. Me parecían muy humanos e inteligentes, porque vivían como yo, más o menos. Además, hablaban, lloraban y amaban. Pero nunca supe que no me separaba mucho de la forma de ser de Mickey en el mundo, porque la ciencia ha alcanzado resultados muy brillantes en esta etología cerebral: ya se sabe que el 99% de los 28.000 genes humanos tiene su homólogo en el genoma del ratón. Y poco a poco nos vamos adentrando en el conocimiento aplicado del cerebro humano. Los científicos se tienen que acercar también por caminos facilitadores de la biotecnología y de las neurociencias, como es el caso del anuncio efectuado el pasado martes por el Instituto Allen de Ciencias del Cerebro, donde se confirmó que se ha completado el estudio genético del cerebro del ratón, a través de un atlas tridimensional, de utilización gratuita en Internet, en el que se muestra qué genes se activan en las neuronas en cada área del cerebro.
Paul Allen, el célebre compañero de Bill Gates y cofundador de Microsoft: “sentía mucha curiosidad por el paralelismo entre el funcionamiento del cerebro y el de los ordenadores y preguntó a los mejores especialistas cuál sería el proyecto más interesante para financiarlo. Así surgió el atlas que ahora se ha presentado. En el estudio se detalla la actividad de 21.000 genes. Los datos indican que se activa en el cerebro un 80% del número total de genes, lo que significa una proporción mucho más elevada que el 60% estimado anteriormente” (El País, 30/9/2006). Y Allen entregó 100 millones de dólares (unos 79 millones de euros) para la creación del citado instituto en 2003. La investigación avanza también con la visión de personas que pertenecen a la élite de la riqueza individual puesta al servicio de la colectividad humana. Les profeso respeto, porque nos beneficiamos todos los sectores implicados.
He entrado en la página web del proyecto del Instituto Allen y he podido conocer con detalle el alcance del mismo a través de un video didáctico que explica de forma pormenorizada la forma de proceder en la investigación desarrollada y entregada gratuitamente a la comunidad científica. Este proyecto, junto al desarrollado sobre el mapa cerebral en formato de atlas que ya está a disposición de estudiosos, para conocer mejor las similitudes de enfermedades y éxitos humanos, comparando más de siete mil muestras tomadas entre voluntarios que han cedido su forma de ser cerebral para el beneficio de la humanidad, en los últimos diez años y facilitando un fondo de 40 billones de datos, supone un acercamiento real al complejo mundo del funcionamiento de las neuronas, su plasticidad y sus mensajes humanos. El atlas se encuentra en la Universidad de California, en el Laboratorio de Neuroimagen, donde se están llevando a cabo los avances más espectaculares en el mapeado de las funciones y estructura del cerebro, a través de algoritmos computacionales y de imagen por ordenador. El atlas resultante se ha constituido a través de mapas informatizados que muestran los planos del cableado y los circuitos de las neuronas (valga el símil), la psicología, la bioquímica y la biología molecular de las estructuras y las funciones cerebrales. Es una maravillosa y potente herramienta para descifrar los misterios del cerebro, ayudar al tratamiento de las enfermedades mentales y potenciar la digitalización de algunas formas de actuar de la inteligencia humana y animal.
También he verificado el grado de avance en el conocimiento de la corteza cerebral. Según fuentes acreditadas en 2005, IBM y la École Polytechnique Fédérale de Lausanne, “durante los próximos dos años, los científicos de ambas organizaciones trabajarán a la par utilizando la enorme capacidad de cómputo de la supercomputadora eServer Blue Gene de IBM a fin de crear un modelo detallado de los circuitos de la neocorteza, la parte más grande y más compleja del cerebro humano. Ampliando el proyecto para modelar otras áreas del cerebro, los científicos esperan con el tiempo poder construir un modelo exacto y basado en computación del cerebro completo. Relativamente poco es lo que en realidad se sabe sobre el funcionamiento del cerebro. Utilizando el modelo digital, los científicos realizarán simulaciones del cerebro basadas en computación a nivel molecular, para echar luz sobre procesos internos tales como el pensamiento, la percepción y la memoria.
Los científicos también esperan poder conocer cómo y por qué ciertos microcircuitos funcionan mal en el cerebro, como sucede en alteraciones psiquiátricas como el autismo, la esquizofrenia y la depresión”. Creo que se abren unas posibilidades que obligan a estar muy cerca de estas realidades auspiciadas por el Instituto Allen, el LONI, e IBM y la École Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL) bajo la denominación científica de Proyecto Blue Brain (Cerebro azul).
Somos, en definitiva, más libres, porque nos conocemos mejor, a través de la verdadera causa de la salud y la enfermedad, gracias a proyectos cuya base científica nace en un pequeño ratón de la factoría Allen, que siempre estará cerca, paradojas de la vida, de la humanidad y de la genética del que conocí hace muchos años, de nombre Mickey.
Sevilla, 1/X/2006