La ausencia de María Dolores Pradera

Cuando alcanzamos determinada edad, las ausencias son como el olvido que empolvan madrugadas y semillas que se fueron perdidas en sus mares donde nunca podrán hallar la orilla… Lo he recordado hoy al conocer el fallecimiento de María Dolores Pradera, a quien cité en una reflexión que compartí en la Noosfera el año pasado, al hablar de las ausencias.

Vuelvo a leer aquellas palabras, que comparto de nuevo en este cuaderno digital que se abre hoy a la nostalgia, escuchando atentamente a María Dolores Pradera, Liuba María Hevia y al gran Silvio Rodríguez. Quiero comprender la quintaesencia de hermosas palabras sobre la ausencia, que intentan explicarla a pesar de todo:

Ausencia, remoto fantasma que violas las puertas
que cantas, que gritas al cielo esa voz
que has llevado contigo
que escribes tú la canción que falta
que siempre nos recuerda la distancia

Sevilla, 29/V/2018
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Cuando la ausencia quiere decir olvido

La ausencia de valores está configurando una forma de ser y estar en el mundo muy diferente a cuando están presentes en cada acto humano. Los echamos de menos y es un hilo conductor en la razón ética de las personas dignas. Es lo más parecido a la ausencia de seres queridos, familiares o amigos del alma, cuando se alejan de nosotros por razones físicas, psíquicas o sociales. Cuando alcanzamos una edad calificada como de “personas mayores”, resuena en mi banda sonora vital una canción (entre otras), Ausencia, que he escuchado muchas veces en la interpretación magistral de María Dolores Pradera, de quien conocí muchas razones de su existencia, de sus ausencias, a través de su hermana Carmen, en almuerzos compartidos en la sede pública de un Ministerio en Madrid.

Ausencia quiere decir olvido
Decir tinieblas, decir jamás
Las aves pueden volver al nido
Pero las almas que se han querido
Cuando se alejan no vuelven más

¿No te lo dice la luz que expira?
Sombra es silencio, desolación
Si tantos sueños fueron mentira
¿Por qué se queja cuando suspira
tan hondamente mi corazón?

Ausencia quiere decir olvido
Decir tinieblas, decir jamás
Las aves pueden volver al nido
Pero las almas no vuelven más

Y rebobino mi vida para comprender todavía mejor qué significa el regreso de algunas aves a su nido, como hace el charrán ártico, porque es difícil a veces recuperar encuentros personales, en el punto que dejamos una conversación suspendida por mil razones, en un tiempo deseado y deseante, a modo de la expresión lúcida de Juan Ramón Jiménez respecto de su dios. También, para saber por qué caminamos muchas veces entre tinieblas, entre variados “jamás de los jamases”. Finalmente, lo más duro en la vida: volver a constatar que muchos sueños fueron mentira, porque la luz que los inspiró vemos que expira, aunque hoy nos quede preguntarnos por qué se queja cuando suspira tan hondamente mi corazón.

También resuenan hoy las ausencias aprendidas de Silvio Rodríguez, que me emociona solo con recordarlas. Son variaciones sobre el mismo tema, pero quizá sea esta canción, Ausencia, la que más me compromete a seguir creyendo que “Hay ausencias que te hablan de un mañana, / que se tornan de todos los colores, / que te ponen el mundo en la ventana / y de esperanza llenan los balcones”.

Hay ausencias que son como el olvido
que empolvan madrugadas y semillas
que se fueron perdidas en sus mares
donde nunca podrán hallar la orilla…

Hay ausencias que rozan con el alma,
mariposas celosas del espacio,
austeras prisioneras de las flores,
que te ponen su miel para los labios.

Ausencia, remoto fantasma que violas las puertas
que cantas, que gritas al cielo esa voz
que has llevado contigo
que escribes tú la canción que falta
que siempre nos recuerda la distancia

Hay ausencias gaviotas que te salvan
que desdeñan fronteras y estaciones,
que rondan las paredes, las palabras
dibujando la fe con sus creyones.

Hay ausencias que te hablan de un mañana,
que se tornan de todos los colores,
que te ponen el mundo en la ventana
y de esperanza llenan los balcones.

Ausencia, remoto fantasma
que violas las puertas, que cantas,
que gritas al cielo esa voz
que has llevado contigo,
que escribes tú la canción que falta
que siempre nos recuerdas la distancia

Aunque ambos recuerdos de la ausencia… coincidan en el olvido.

Sevilla, 30/VII/2017

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