Inteligencia Pública Digital (II): el Paradigma 29

paradigma

En tiempos de crisis, de cualquier tipo y atendiendo a la etimología griega de la palabra, hay que someter a juicio lo que se está haciendo por parte de la Autoridad Pública y comenzar a trabajar con Modelos Públicos de Gestión Digital, es decir, con teoría crítica que no contemple la improvisación como metodología al uso. En este momento crucial para el país y para la Comunidad Autónoma de Andalucía, donde vivo y trabajo, es imprescindible sentar unas bases de método que nos permitan saber hacia dónde vamos en estrategias digitales de carácter público. En este sentido, quiero plantear un paradigma basado en la Ley 11/2007, de acceso electrónico de los ciudadanos a los servicios públicos, al tener carácter sustantivo para el Estado español, dejando muy pocas interpretaciones desde el Derecho Administrativo a las peculiaridades que las Comunidades Autónomas quisieran introducir en la hermenéutica de la Ley.

El lunes pasado, 10 de mayo de 2010, intervine en una Mesa Redonda en el 2º Congreso de Modernización de los Servicios Públicos, organizado por la Consejería de Hacienda y Administración Pública, que tenía como hilo conductor el abordaje del mañana en los servicios públicos, con una ponencia sobre “Diez propuestas desde la Administración Electrónica de la Junta de Andalucía ante el mañana próximo”. En la citada intervención mencioné la necesidad de trabajar en la Administración Pública utilizando un nuevo paradigma digital, el Paradigma 29, la conjunción de los 7 Fines de la Ley, los 11 Principios y los 11 Derechos declarados en la misma, que sea la referencia estratégica para todas las Administraciones Públicas con visión de Estado, por el carácter constitucional que se plantea el citado modelo al estar basado en el ámbito sustantivo de la Ley 11/2007. El citado Paradigma lo desarrollo en el esquema de la teoría de Kuhn, mutatis mutandis (cambiando lo que haya que cambiar), sobre la evolución científica que puede recogerse en las siguientes etapas: preciencia, ciencia normal, crisis, revolución, nueva ciencia normal y nueva crisis, es decir, preLey 11/2207, desarrollo normal, crisis histórica en el periodo transcurrido entre 1992 a 1997 (Ley 30/1992 y Ley 11/2007), revolución digital necesaria, nueva interpretación de la Ley conforme al paradigma propugnado de respeto reverencial a la voluntad del legislador y, tal y como se encuentra la Administración Pública en la actualidad, nueva crisis.

El Paradigma 29, es una referencia estratégica digital que no se puede descomponer en sí mismo, dado que cada uno de los elementos básicos que lo configuran, de forma antecedente y no consecuente con las acciones públicas, tienen que ser integrados en cualquier política que respete la inteligencia pública digital. Por ello, hay que enmarcar el citado modelo en tres bloques perfectamente diferenciados por la Ley:

1) FINES: el Paradigma debe reconocer con carácter previo a toda actuación los 7 fines de la Ley 11/2007, como hilo conductor del mismo, con reforzadores tales como facilitación del ejercicio de derechos y deberes digitales, eliminación de brechas digitales internas de la propia Administración (la trastienda pública) y externas con gran afectación a la ciudadanía, creación de confianza y fidelización pública en relación con la intimidad y protección de datos de carácter personal, promoción de la participación ciudadana (empowerment) basada en el principio de transparencia, con el denominador constitucional de la consecución del interés general, cuidado especial con la trastienda pública para evitar el denostado divorcio o brecha digital entre los canales que se utilizan, básicamente los presenciales y los telemáticos y, finalmente, contribuir con esta actitud pública al desarrollo de la Sociedad del Conocimiento, como base de la Sociedad de la Información.

[- 7 FINES.

1. Facilitar el ejercicio de derechos y el cumplimiento de deberes por medios electrónicos.
2. Facilitar el acceso por medios electrónicos de los ciudadanos a la información y al procedimiento administrativo, con especial atención a la eliminación de las barreras que limiten dicho acceso.
3. Crear las condiciones de confianza en el uso de los medios electrónicos, estableciendo las medidas necesarias para la preservación de la integridad de los derechos fundamentales, y en especial los relacionados con la intimidad y la protección de datos de carácter personal, por medio de la garantía de la seguridad de los sistemas, los datos, las comunicaciones, y los servicios electrónicos.
4. Promover la proximidad con el ciudadano, la participación y la transparencia administrativa, así como la mejora continuada en la consecución del interés general.
5. Contribuir a la mejora del funcionamiento interno de las Administraciones Públicas, incrementando la eficacia y la eficiencia de las mismas mediante el uso de las tecnologías de la información, con las debidas garantías legales en la realización de sus funciones.
6. Simplificar los procedimientos administrativos y proporcionar oportunidades de participación y mayor transparencia, con las debidas garantías legales.
7. Contribuir al desarrollo de la sociedad de la información en el ámbito de las Administraciones Públicas y en la sociedad en general.]

2) PRINCIPIOS: vienen marcados por el respeto reverencial a la ordenación administrativa de carácter digital que debe ser fundamento de cualquier Plan de Acción o Programa para desarrollar la inteligencia pública digital, en estrategias públicas. Igualmente, basados en derechos constitucionales de corte digital, preservando la equidad digital en el acceso a los servicios públicos, cuidando hasta la saciedad la didáctica pública para conocer la utilización y disponibilidad de servicios digitales con lenguaje asequible para la ciudadanía en una auténtica conversión en el modo de representar la Administración en el ámbito electrónico, comenzando por los Portales y acabando por las Oficinas Virtuales.

Cada uno de los principios propugnados por la Ley constituye por sí mismo parte de una Carta de Derechos Digitales de base constitucional, sin que hasta la fecha hayan sido considerados como tales, con el refuerzo marco de la Ley 30/1992, aunque con la consideración del gran salto cualitativo que el legislador ha dado en la citada Ley 11/2007, al sustituir el verbo podrán por el de deberán, referidos siempre a lo que las Administraciones Públicas de cualquier origen tienen que hacer en el ámbito digital.

Quizá haya un principio en el que las tecnologías cobran un protagonismo esencial, facilitador de lo expuesto anteriormente. Me refiero al principio de respeto a la interoperabilidad, vocablo en boca de todos pero de difícil proyección en su realidad actual por las políticas digitales erráticas que se han practicado hasta la fecha y que condicionan en muchas ocasiones la quintaesencia de lo que se quiere decir con el citado vocablo: la capacidad de que los sistemas y tecnologías de la comunicación puedan entenderse entre ellas, para no caer en la nueva Torre de Babel electrónica, con bases de sensatez digital, evitando la paranoia digital, es decir, la exigencia de medios electrónicos y de más medidas de seguridad con la participación ciudadana, de los que se han exigido hasta ahora en el canal presencial, dejando de practicar el llamado principio de la proporcionalidad.

Obviamente, practicando un cuidado exquisito con la verdad digital, en una correlación íntima entre lo que se anuncia y lo que ofrece realmente en el ecosistema público digital, clausurándose las fábricas de humo electrónico en tal sentido.

Y en relación con la neutralidad tecnológica, no se debe confundir a la ciudadanía, falseándose lo que propugna el legislador en tal sentido: hay que garantizar la independencia en la elección de las alternativas tecnológicas por los ciudadanos y por las Administraciones Públicas [en ese orden], así como la libertad de desarrollar e implantar los avances tecnológicos en un ámbito de libre mercado. A estos efectos las Administraciones Públicas utilizarán estándares abiertos así como, en su caso y de forma complementaria, estándares que sean de uso generalizado por los ciudadanos. La ética pública digital se hace imprescindible en este ámbito donde se escribe tanto y en el que la ciudadanía tiene que ser respetada en la independencia en la elección de las alternativas tecnológicas a utilizar a la hora de relacionarse con la Administración, sin que ésta deba imponer la forma de relacionarse con ella, situación que solo se puede salvar declarándose siempre las plataformas tecnológicas, en plural, que se pueden utilizar en cada Administración, respetándose el principio de publicidad inherente a este tipo de actuaciones de marcado interés general.

[-11 Principios:

a) El respeto al derecho a la protección de datos de carácter personal en los términos establecidos por la Ley Orgánica 15/1999, de Protección de los Datos de Carácter Personal, en las demás leyes especificas que regulan el tratamiento de la información y en sus normas de desarrollo, así como a los derechos al honor y a la intimidad personal y familiar.
b) Principio de igualdad con objeto de que en ningún caso el uso de medios electrónicos pueda implicar la existencia de restricciones o discriminaciones para los ciudadanos que se relacionen con las Administraciones Públicas por medios no electrónicos, tanto respecto al acceso a la prestación de servicios públicos como respecto a cualquier actuación o procedimiento administrativo sin perjuicio de las medidas dirigidas a incentivar la utilización de los medios electrónicos.
c) Principio de accesibilidad a la información y a los servicios por medios electrónicos en los términos establecidos por la normativa vigente en esta materia, a través de sistemas que permitan obtenerlos de manera segura y comprensible, garantizando especialmente la accesibilidad universal y el diseño para todos de los soportes, canales y entornos con objeto de que todas las personas puedan ejercer sus derechos en igualdad de condiciones, incorporando las características necesarias para garantizar la accesibilidad de aquellos colectivos que lo requieran.
d) Principio de legalidad en cuanto al mantenimiento de la integridad de las garantías jurídicas de los ciudadanos ante las Administraciones Públicas establecidas en la Ley 30/1992, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.
e) Principio de cooperación en la utilización de medios electrónicos por las Administraciones Públicas al objeto de garantizar tanto la interoperabilidad de los sistemas y soluciones adoptados por cada una de ellas como, en su caso, la prestación conjunta de servicios a los ciudadanos. En particular, se garantizara el reconocimiento mutuo de los documentos electrónicos y de los medios de identificación y autenticación que se ajusten a lo dispuesto en la presente Ley.
f) Principio de seguridad en la implantación y utilización de los medios electrónicos por las Administraciones Públicas, en cuya virtud se exigirá al menos el mismo nivel de garantías y seguridad que se requiere para la utilización de medios no electrónicos en la actividad administrativa.
g) Principio de proporcionalidad en cuya virtud solo se exigirán las garantías y medidas de seguridad adecuadas a la naturaleza y circunstancias de los distintos trámites y actuaciones. Asimismo solo se requerirán a los ciudadanos aquellos datos que sean estrictamente necesarios en atención a la finalidad para la que se soliciten.
h) Principio de responsabilidad y calidad en la veracidad y autenticidad de las informaciones y servicios ofrecidos por las Administraciones Públicas a través de medios electrónicos.
i) Principio de neutralidad tecnológica y de adaptabilidad al progreso de las técnicas y sistemas de comunicaciones electrónicas garantizando la independencia en la elección de las alternativas tecnológicas por los ciudadanos y por las Administraciones Públicas, así como la libertad de desarrollar e implantar los avances tecnológicos en un ámbito de libre mercado. A estos efectos las Administraciones Públicas utilizaran estándares abiertos así como, en su caso y de forma complementaria, estándares que sean de uso generalizado por los ciudadanos.
j) Principio de simplificación administrativa, por el cual se reduzcan de manera sustancial los tiempos y plazos de los procedimientos administrativos, logrando una mayor eficacia y eficiencia en la actividad administrativa.
k) Principio de transparencia y publicidad del procedimiento, por el cual el uso de medios electrónicos debe facilitar la máxima difusión, publicidad y transparencia de las actuaciones administrativas.]

3) DERECHOS DE LOS CIUDADANOS: si importante es todo lo anunciado anteriormente como bases del Paradigma 29, se llega por voluntad del legislador a la clave del mismo, como marcador del derecho fundamental, de carácter constitucional, sustantivo, que constituye su base legal: el reconocimiento a los ciudadanos a acceder a los servicios públicos electrónicos con garantías legales de carácter sustantivo en el Estado, sin excepción alguna, con una apreciación que se descuida habitualmente: el derecho a la movilidad digital, amparado en los artículos 18.4 y 19: poder usar la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos, así como a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio nacional, utilizando la informática (interoperabilidad en estado puro). Derivado de este derecho fundamental, se hace más comprensible su proyección en los once derechos operativos que señala la Ley. No caben muchas más interpretaciones al respecto.

[- 11 Derechos de los ciudadanos

1. Se reconoce a los ciudadanos el derecho a relacionarse con las Administraciones Públicas utilizando medios electrónicos para el ejercicio de los derechos previstos en el artículo 35 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, así como para obtener informaciones, realizar consultas y alegaciones, formular solicitudes, manifestar consentimiento, entablar pretensiones, efectuar pagos, realizar transacciones y oponerse a las resoluciones y actos administrativos.
2. Además, los ciudadanos tienen en relación con la utilización de los medios electrónicos en la actividad administrativa, y en los términos previstos en la presente Ley, los siguientes derechos:
a) A elegir, entre aquellos que en cada momento se encuentren disponibles, el canal a través del cual relacionarse por medios electrónicos con las Administraciones Públicas.
b) A no aportar los datos y documentos que obren en poder de las Administraciones Públicas, las cuales utilizaran medios electrónicos para recabar dicha información siempre que, en el caso de datos de carácter personal, se cuente con el consentimiento de los interesados en los términos establecidos por la Ley Orgánica 15/1999, de Protección de Datos de Carácter Personal, o una norma con rango de Ley así lo determine, salvo que existan restricciones conforme a la normativa de aplicación a los datos y documentos recabados. El citado consentimiento podrá emitirse y recabarse por medios electrónicos.
c) A la igualdad en el acceso electrónico a los servicios de las Administraciones Públicas.
d) A conocer por medios electrónicos el estado de tramitación de los procedimientos en los que sean interesados, salvo en los supuestos en que la normativa de aplicación establezca restricciones al acceso a la información sobre aquellos.
e) A obtener copias electrónicas de los documentos electrónicos que formen parte de procedimientos en los que tengan la condición de interesado.
f) A la conservación en formato electrónico por las Administraciones Públicas de los documentos electrónicos que formen parte de un expediente.
g) A obtener los medios de identificación electrónica necesarios, pudiendo las personas físicas utilizar en todo caso los sistemas de firma electrónica del Documento Nacional de Identidad para cualquier trámite electrónico con cualquier Administración Pública.
h) A la utilización de otros sistemas de firma electrónica admitidos en el ámbito de las Administraciones Públicas.
i) A la garantía de la seguridad y confidencialidad de los datos que figuren en los ficheros, sistemas y aplicaciones de las Administraciones Públicas.
j) A la calidad de los servicios públicos prestados por medios electrónicos.
k) A elegir las aplicaciones o sistemas para relacionarse con las Administraciones Públicas siempre y cuando utilicen estándares abiertos o, en su caso, aquellos otros que sean de uso generalizado por los ciudadanos.].

La construcción del Paradigma 29 no ha hecho nada más que empezar. Recuerdo el marco científico de Kuhn: preciencia digital, ciencia normal, crisis, revolución, nueva ciencia normal y nueva crisis digital. Animo a quien quiera participar que se sume al Proyecto. Personalmente, como suelo ir de mi corazón a mis asuntos, colaboraré para dignificarlo públicamente haciendo camino al andar. Tal como cerré mi intervención en el Congreso de Granada y en homenaje a Rafael Alberti por su añoranza de esa gran ciudad, quiero manifestar de forma explícita mi voluntad en la consecución práctica del Proyecto:

Si altas son las torres, el valor es alto.
Venid por montañas, por mares y campos
[a construir el Paradigma].

Sevilla, 16/V/2010

LOGOTIPO-DIA DE INTERNET 2010
Este post en una contribución al día de Internet, que se celebra el 17 de mayo de 2010

NOTA: la imagen que figura al comienzo de este post se ha recuperado el 16 de mayo de 2010, de http://www.definicionabc.com/general/paradigma.php

Inteligencia Pública Digital (I)

inteligencia-drae-DA
Lema Inteligencia, publicado por primera vez en 1734 (Real Academia Española (1990). Diccionario de Autoridades (Ed. facsímil). Madrid: Gredos (Orig. 1726-1739).

La vida pública es rodaje continuo. Por esta razón, comienzo hoy una nueva serie de páginas digitales en este cuaderno de bitácora que tiene un objetivo claro: buscar islas desconocidas en el panorama actual de la Administración Pública que utiliza medios electrónicos para llevar a cabo proyectos concretos de servicios públicos de base digital. Se está viviendo un momento difícil de financiación en la aldea global y basta leer las páginas digitales de los grandes periódicos especializados en economía para tomar conciencia de que es una ocasión inaplazable para utilizar la inteligencia pública digital por parte de los que trabajamos en este medio tan extraordinario de la Administración Pública, en cualquier puesto que se ocupe en la actualidad en este sector tan controvertido, que se puede convertir en una oportunidad si se actúa con actitud de compromiso y servicio a la ciudadanía, como principal hilo conductor de una época de alta tensión financiera que exige defender la actividad pública por encima de intereses espurios y estrictamente mercantiles en el sentido más literal de los términos.

Para ir desgranando unas pautas de actuación en este ámbito, es importante comenzar por establecer una teoría crítica de la correcta acepción del constructo que justifica esta serie: inteligencia pública digital, mediante una metodología en la que llevo trabajando varios años: la deconstrucción de las acepciones tradicionales de Inteligencia, acompañada de dos adjetivos: Pública y Digital con mayúscula, porque nos referimos exclusivamente a la Inteligencia de las personas que trabajan en la Administración Pública que utiliza las Tecnologías de la Información y Comunicación para ejercer sus competencias garantizando el acceso de los ciudadanos a los servicios públicos.

Utilizo la metodología deconstructiva porque comparto con Jacques Derrida la definición más inteligente de esta acción crítica: Desmontaje de un concepto o de una construcción intelectual por medio de su análisis, mostrando así contradicciones y ambigüedades. Es decir, si hacemos la pregunta ¿qué significa Inteligencia Pública Digital?, sabemos que es una pregunta imposible porque no podemos preguntar por la esencia de la inteligencia, es decir, del cerebro, dado que sabemos más lo que no es el cerebro que lo que es (teoría apofática), porque toda definición trata de acotar el significado y de limitarlo, mientras que la desconstrucción es sobre todo diferencia y multiplicidad (acontecer, actividad, movimiento). Además y de forma esencial, porque deconstruir es una estrategia científica que nos permite mostrar las contradicciones y ambigüedades de las políticas actuales en Administración Electrónica.

Recientemente se han producido un acontecimiento singular en relación con la Administración Electrónica: la Declaración Ministerial de Granada, de 19 de abril de 2010, en la que se recomienda considerar las siguientes acciones:

Servicios Públicos Digitales

19. Dar respuesta a la Declaración de Malmö sobre Administración electrónica, mediante el desarrollo de servicios públicos digitales interoperables, más efectivos y eficientes, que consolide un gobierno abierto y transparente, que fomente la participación activa y que promueva la reutilización de la información del sector público, lo que fomentará notablemente la innovación en servicios orientados hacia el usuario, realzando asimismo la eficiencia de la Administración, con la consiguiente reducción significativa de las cargas administrativas para ciudadanos y empresas, lo que contribuirá igualmente a una economía más eco-eficiente.
20. Asegurar la implementación de estrategias de Administración electrónica en términos organizativos, legales y técnicos, incluyendo el DNI electrónico y la firma electrónica.
21. Incluir la innovación y el ahorro de costes en la Administración electrónica mediante la promoción sistemática de estándares abiertos y sistemas interoperables, el desarrollo de sistemas de autenticación electrónicos dentro de la UE y el desarrollo proactivo de la facturación electrónica, compras públicas electrónicas (y licitaciones públicas precomerciales).
22. Utilizar las TIC para el despliegue sistemático en toda la UE de servicios de sanidad en línea y de asistencia a personas mayores, a fin de reducir costes y mejorar la eficiencia y la calidad de la asistencia” (1).

Si aplicamos la metodología deconstructiva expuesta anteriormente como ejemplo práctico al analizar estas acciones en las que necesariamente debemos aplicar inteligencia pública digital, podríamos comprender que cualquiera de ellas necesita ser aprehendida en su justa definición sobre la base de las siguientes pautas científicas, al definirse qué significa el constructo:

1. La base científica de los servicios públicos digitales necesitan comprenderse desde la perspectiva elemental de la inteligencia digital de los empleados públicos y de los ciudadanos a los que se prestan los servicios digitales, en retroalimentación permanente, asimilando los compromisos que la Autoridad Pública Digital correspondiente asume respecto de estas acciones, sin contradicciones y ambigüedades.
2. El cerebro humano de los empleados públicos y de los ciudadanos es la sede de la inteligencia pública digital, aplicada al trabajo diario para desarrollar las citadas acciones. Hay que contar siempre con él.
3. La identificación de la estructura cerebral de las emociones y los sentimientos, en la interrelación empleado público-ciudadano, que también forma parte de la Inteligencia Pública Digital. Hay que contar con ella.

Es probable que con estas bases deconstructivas hasta su última expresión, se puedan hacer viables las siguientes acciones declaradas también en Granada:

“6. Incrementar la fortaleza de una Economía Digital Europea inteligente, sostenible e inclusiva, promoviendo en particular:
a. el uso generalizado de las TIC en la educación y el aprendizaje, por ejemplo mediante la extensión masiva de ordenadores portátiles, así como de contenidos y herramientas digitales interactivos, además de la alfabetización digital de los ciudadanos y la capacitación digital en las empresas, particularmente en las pymes;
b. servicios públicos abiertos e inteligentes, tales como la sanidad en línea y la Administración electrónica.
c. despliegue sistemático de las TIC, para afrontar retos claves de la sociedad, tales como el envejecimiento y el cambio climático.
7. Explorar la forma de aprovechar las oportunidades del cloud computing para conseguir una mayor productividad y eficiencia, así como mejoras medioambientales, especialmente para los organismos públicos europeos, para pequeñas empresas y para determinadas comunidades”.

Si no se comprenden estas declaraciones prácticas de Inteligencia Pública Digital, será muy difícil establecer políticas y planes de acción. Si se trabaja en construir bases científicas de inteligencia digital, superaremos un viejo concepto que identificó Hans Magnus Enzesberger al referirse a las ciudadanas y ciudadanos, cuando son considerados por los profesionales como “ignorantes molestos”, cuando utilizan las tecnologías desde la atalaya de la autosuficiencia pública, definiendo e instalando tecnologías sin más.

Por tanto, estamos ante un reto de vital importancia: construir teoría crítica que nos permita identificar la inteligencia digital, en una de sus acepciones, como la capacidad que tienen las personas de recibir información, elaborarla y producir respuestas eficaces, en su interrelación desde/con la Administración Pública, a través de los sistemas y tecnologías de la información y comunicación. Vamos sabiendo lo que es el nuevo constructo.

Sevilla, 2/V/2010

(1) Declaración Ministerial de Granada para la Agenda Digital Europea: Acordada el 19 de abril de 2010.

Marcos, símbolo de revolución

SAN MARCOS-ANGELO BRONZINO

Todos los años, cuando llega este día, mi memoria de hipocampo se abre de par en par para recordarme la importancia que ha tenido en mi vida un tal Juan, de sobrenombre Marcos, hijo de María, el intérprete directo y sincero de las historias que contaba Pedro sobre la amistad que tuvo con Jesús de Nazaret, y que le sobrecogió de tal forma que decidió grabarlas en su cerebro y transmitirlas boca a boca a toda aquella persona que quisiera escucharle, tal como lo ha confiado a la historia Eusebio de Cesarea: Porque todo su empeño lo puso en no olvidar nada de lo que escuchó y en no escribir nada falso. (Eusebio, Hist. Ecl. iii. 39).

Al cabo de tantos siglos, se sigue hablando de Marcos, porque en su interpretación histórica, una maravillosa crónica de una muerte denunciada, que después llamaron evangelio, se decía que no escribió nada falso. Y esa realidad fue la que siempre me movió a conocerlo mejor, llegando a aprender incluso arameo para no falsear palabras suyas de un calado excepcional (Marcos 2,6): «pensaban en sus corazones» (ywshbym w˙hshbym).

En 1974, tal día como hoy, 25 de abril, festividad de San Marcos, muchos portugueses pensaron en sus corazones que otro mundo era posible en su país y surgió la revolución de los claveles, con expresiones cantadas por José Afonso (Grândola, Vila Morena) de forma admirable:

“en cada esquina, un amigo
en cada rostro, igualdad…”

Hoy, sigo recordando también el nombre de Marcos, que pusimos a nuestro hijo como programa de vida, para que no olvide nada de lo que escucha en casa y para que escriba y viva siempre en la verdad.

Gracias Juan, por sobrenombre Marcos, porque gracias a tus crónicas puedo pensar con el corazón, en permanente revolución interior.

Sevilla, 25 de abril de 2010, festividad cristiana dedicada a San Marcos evangelista y 36 años después del comienzo de la revolución de los claveles

NOTA: la imagen de San Marcos Evangelista, de Angelo Brozino (1503-1572), se ha recuperado el 25 de abril de 2010, de http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Angelo_Bronzino_008.jpg

Hoy empieza todo

TAVERNIER1
Fotograma de la película Hoy empieza todo, dirigida por Bertrand Tavernier

A diferencia de lo que decía Groucho Marx, los principios éticos que profeso son los que son y si no gustan a alguien, lo siento. No tengo otros. Por eso, en el día en que se ha publicado en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, mi nombramiento como Director General de Tecnologías para Hacienda y la Administración Electrónica, en la Consejería de Hacienda y Administración Pública, de la Junta de Andalucía, he recurrido a mi memoria de hipocampo, histórica [sic, aunque hoy esté en horas bajas este constructo], recordando unas palabras que preparé en Junio de 2000, horas antes de la toma de posesión de un nombramiento muy querido: Secretario General del Servicio Andaluz de Salud.

Diez años después, conservan toda su frescura y, afortunadamente, cambiando lo que hay que cambiar, siguen siendo mis principios. No tengo otros. Por esta razón, las publico hoy, adaptadas a la situación actual, como gesto de empoderamiento hacia la ciudadanía a quien me debo también en este nuevo cargo público.

Dominique Sampiero escribió un excelente guión para la película de Bertrand Tavernier Hoy empieza todo, donde se reflejaba la realidad de los contrapuntos de una gestión directiva extrapolable a toda gestión ideologizada, como es la acción política de una Consejería. Hace años empezó todo lo que hoy nos rodea en clave de libertad a través de la Constitución donde se definió el papel que juega la Administración en el territorio español y, por extensión, en Andalucía. La ordenación de la Administración Pública en el Estado y de forma muy concreta en la Comunidad Autónoma de Andalucía, marca el camino de la acción pública de las altas cargas que algunas personas, sobre todo personas, tienen que desarrollar en el desempeño de los cargos. Y los nombramientos pasan, las tomas de posesión pasan y la vida de cada uno de los altos cargos que en el mundo andaluz son y han sido, pasan. Sólo queda la calidad de la percepción personal e intransferible de la cosa pública sentida y percibida por la ciudadanía, en un constante ir y venir en la encrucijada de cada cometido, normalmente expresado en los compromisos de estructura de cada Consejería.

Ser un alto cargo en la Consejería de Hacienda y Administración Pública es un compromiso sobre un producto inasible, perecedero, por definición, con una clave extraordinaria que nos la ofrece el concepto de inteligencia positiva, es decir, la inteligencia creadora, ilusionante, proactiva, educadora… Si, además, en este caso concreto por razón de cargo que a cada uno compete y en función de cada responsabilidad adquirida o entregada, la acción digital en la trastienda de la Administración que prepara los productos a servir a la ciudadanía, se troca en trabajo directivo, comunitario, compartido, solidario, sentido, deseado y deseante, las posibilidades de servicio público con señas de identidad de excelencia se hacen más próximas y duraderas.

Cuando Dominique Sampiero explica por qué se puso este nombre a la película, Hoy empieza todo, se comprende mejor la clave ética, la clave de este momento público que trasciende lo meramente protocolario y compromete a todos los ciudadanos andaluces en la acción transformadora que, indudablemente, se puede llevar a cabo, para implantar de forma celular la sociedad del conocimiento en Andalucía.

Todo lo que va a ocurrir es lo contrario a un cuento de hadas. Lo contrario de Había una vez. ¿Qué les parece si hoy ofreciéramos este titular: Hoy empieza todo… para la Dirección General de Tecnologías para Hacienda y la Administración Electrónica? Reconozco que es una espada de doble filo. Porque o estamos asistiendo a un momento en que muchos pueden pensar que la sociedad pierde sus valores y creencias en el bienestar social ideologizado y dejamos entonces terreno abonado para el desencanto de los mercaderes del no se puede hacer nada, o la acción creadora de la inteligencia digital, de carácter público, aprovecha esta ocasión y buscamos entre todos la mejor manera de comenzar todos los días el gran compromiso de servicio a los ciudadanos y ciudadanas de Andalucía en lo más íntimo de su propia intimidad, que es el derecho inalienable, entre otros, a recibir impecables servicios públicos digitales.

Hoy empieza todo. Momentos como este te hacen ver que el cine, en realidad, no es cine, sino la interpretación de una realidad más próxima de lo que parece. Contenemos la respiración. Todos nos enfrentamos a este momento en un cuerpo a cuerpo. Cuando se toma posesión de este cargo, un gran corazón late, se alarma, va más despacio, lee con convicción su promesa, su respeto a la autoridad, su compromiso individual y colectivo con la sociedad andaluza. Todos los rostros miran en la misma dirección. Este impulso es el que nos acompañará siempre y nos permitirá conducir esta microhistoria saludable. ¿Saben por qué? Porque como decía el autor de la obra sobre la que está basada la película, aunque hoy comience todo, en verdad, todo se parece al amor…

Sevilla, 14 de abril de 2010

Vicios privados, públicas virtudes

Para los que pertenecemos a la generación en la que sabemos que todavía, en tiempo de crisis, nos queda la palabra, escribo este post como microacto solidario para romper silencios cómplices, conformistas, acerca de personas y situaciones que sufren en democracia: niños amenazados por la larga sombra de la pederastia en la Iglesia y fuera de ella, personas que ejercen la política y son honrados, porque no todos son iguales, jueces dignos como Garzón y otros muchos como él preocupados para que no que pase sin pena ni gloria el dolor que perdura por los efectos de la Guerra Civil, y mujeres al borde de la muerte física, psíquica y social porque existen hombres e instituciones que no aceptan que desarrollen su inteligencia en libertad

PANAL DE ABEJAS

Un gran panal, atiborrado de abejas
que vivían con lujo y comodidad,
mas que gozaba fama por sus leyes
y numerosos enjambres precoces,
estaba considerado el gran vivero
de las ciencias y la industria.

Bernardo de Mandeville (1670 (?)-1733), El panal rumoroso: o la redención de los bribones

Desde la ventana del autobús 881, en Roma, veía en 1976 el cartel de la película de Miklós Jancsó que llevaba este título. El cine que la proyectaba estaba a solo unos metros de la Ciudad del Vaticano (¡qué paradoja!) y, una y otra vez, la he recuperado en mi memoria de hipocampo en estos últimos días de desasosiego ético nacional e internacional, con las noticias de la pederastia en la Iglesia, la trama de corrupción Gürtel, el proceso abierto contra el juez Garzón y el azote de la violencia de género, por poner ejemplos reales. La tentación inmediata es agregarnos inmediatamente al grupo de opinión mayoritaria de este país alejado de la teoría crítica constructiva y ver siempre en los otros lo que no somos capaces de integrar como una realidad de la condición humana que hay que saber enjuiciar con frialdad para no cometer errores dogmáticos e inquisidores, y para no caer, obviamente, en el determinismo cruel del mal y del bien necesarios, propugnado ya en el siglo XVIII por Bernardo de Mandeville, en un poema “anónimo” que publicó en 1714 (1), que formaba parte de un libro titulado The Fable of the Bees: or Private Vices, Public Benefits (La fábula de las abejas: Vicios Privados, Públicos Beneficios):

… empeñados por millones en satisfacerse
mutuamente la lujuria y vanidad.
… Los abogados, cuyo arte se basa
en crear litigios y discordar los casos,
… Deliberadamente demoraban las audiencias,
para echar mano a los honorarios;
… Los médicos valoraban la riqueza y la fama
más que la salud del paciente marchito
… Y la misma Justicia, célebre por su equidad,
aunque ciega, no carecía de tacto;
su mano izquierda, que debía sostener la balanza,
a menudo la dejaba caer, sobornada con oro
… El curioso resultado es que mientras
cada parte estaba llena de vicios,
sin embargo todo el conjunto era un Paraíso.

Este espectáculo, al que asistimos como testigos de cargo casi siempre, al grito de los tahúres de Mandeville, «¡Dios mío, si tuviéramos un poco de honradez»!, traduce la realidad cruel de una sociedad que está tocada en su alma. No nos engañemos. Mientras que la preocupación social más extendida del triunfo a toda costa y la exigencia de la felicidad como derecho constitucional siga campando en el terreno de la violencia reactiva, porque la llamada crisis de valores, de la que todo el mundo habla pero que casi nadie concreta, no acaba de analizarse con el rigor y urgencia que necesita, es muy difícil exigir de los demás la ejemplaridad, sin que empiece la auténtica conversión por uno mismo.

Vicios privados y públicas virtudes, es una expresión que va más allá del título de una película, porque la trasciende y recoge una realidad notoria en la sociedad actual. En un Estado de derecho debemos confiar siempre en la Justicia para abordar los delitos privados y públicos. Pero la solución está también y, básicamente, en otro ámbito: en la generación de responsabilidades públicas y privadas, individuales y colectivas, basadas en dos grandes principios, el del conocimiento y el de la libertad. Conocimiento, para saber por qué ocurren las cosas, por qué debemos recurrir siempre a la inteligencia para resolver conflictos, con su gran carga de sentimientos y emociones a la que siempre está ligada. Y, por supuesto, la libertad para educarla en el sentido más pleno del término. Educación y saber ser y estar en clave de ciudadanía, son dos grandes principios que necesitan ser reforzados y blindados a marchas forzadas en nuestro país, en todos los niveles sociales posibles. De esta forma, sabremos analizar mejor, con humildad, por qué el ser humano es capaz de practicar la violencia con los niños, robar dinero público, quitar legitimidad a un juez o hacer daño a una mujer, de muchas formas, sin caer tampoco en el diseño de un mundo feliz que no existe de forma global, aunque sí individual para quien se lo propone, sin necesidad de dioses o de la fatal aceptación del mal como “semilla” necesaria del bien, volviendo a Mandeville, al intervenir esos dioses salvadores (de cualquier tipología) que citaba anteriormente, para poner orden en un mundo tan enloquecido:

Pero, ¡oh, dioses, qué consternación!
¡Cuán grande y súbito ha sido el cambio!
Los tribunales quedaron ya aquel día en silencio,
porque ya muy a gusto pagaban los deudores.
… Quienes no tenían razón enmudecieron,
… con lo cual nada podía medrar menos
que los abogados en un panal honrado.
… La Justicia, no siendo ya requerida su presencia,
con su séquito y pompa se marchó.
Abrían el séquito los herreros con cerrojos y rejas,
luego los carceleros, torneros y guardianes.
… Todos los ineptos, o quienes sabían
que sus servicios no eran indispensables se marcharon;
no había ya ocupación para tantos.
… ¡Contemplad ahora el glorioso panal, y ved
cómo concuerdan honradez y comercio!

Es probable que el conocimiento nos permita comprender entonces que los vicios son públicos cuando personalmente ya no sabemos vivir con nosotros mismos, porque hemos perdido el espacio privado y necesario de la virtud en un panal social que nos desborda, aceptando desgraciadamente el principio del conformismo cómplice e impresentable del manual ético de Mandeville: Dejad, pues, de quejaros: sólo los tontos se esfuerzan por hacer de un gran panal un panal honrado.

Sevilla, 11/IV/2010

(1) García-Trevijano, Carmen (1994). El reverso de la utopía. Actualidad de «la fabula de las abejas» de Bernardo de Mandeville. Psicología Política, 9, 7-20.

NOTA: La imagen utilizada en este post fue recuperada el 10 de abril de 2010 de: http://www.infoagro.com/noticias/2008/5/1458_agricultura_abre_plazo_solicitar_ayudas_al_fomento.asp

Andalucía Pública 2.0 (y VII): El fin

THE END

Cuando finalizaba la primera película de la sesión continua a la que asistía solo los domingos, en mi infancia rediviva de Madrid, como niño andaluz en la capital del Reino [sic], sabía que inmediatamente después se iniciaba otra, garantizando la posibilidad de seguir disfrutando de mi amado Cine Tívoli. Hoy he recordado esa secuencia, al finalizar la serie que he dedicado al Proyecto de Andalucía Pública 2.0. Sigue la vida, aunque aprendí también que incluso las mejores experiencias tocan siempre a su fin.

Han sido siete semanas de esfuerzo para concretar contenidos diversos, pero alineados a un hilo conductor común que no deja lugar a dudas. Estamos viviendo el comienzo de otra experiencia de un nuevo periodo de esta legislatura en Andalucía que hay que interpretar como una oportunidad llena de fortalezas, utilizando las claves de un DAFO ad hoc.

Con esta visión alentadora hay que pasar a la investigación-acción que aprendí de Kurt Lewin. El compromiso digital hay que vivirlo haciendo camino al andar. Para ello, la inteligencia creadora, apoyada por bases digitales, hará el resto. Lo decía en el primer post de esta serie: la inteligencia digital, propiciada por una sociedad del conocimiento, en su proyección en la Administración de la Junta de Andalucía y sus entidades instrumentales 2.0, en su quinta acepción, es la que permite desarrollar la capacidad y habilidad de las personas para resolver problemas utilizando los sistemas y tecnologías de la información y comunicación cuando están al servicio de la ciudadanía, es decir, cuando ha superado la dialéctica infernal del doble uso, con una vigilancia adecuada por parte de la Administración Pública 2.0.

¿Títulos de crédito? No, el fin creativo que permite soñar en una Andalucía Pública digital diferente para todas, para todos.

Gracias a ti o a usted, por respeto a cada persona, por haber adquirido entradas en esta proyecciones de sesión continua, con una sola diferencia: cualquier parecido con la realidad, de lo aquí expuesto, a diferencia de lo que pasa en las películas, no ha sido una pura coincidencia.

THE END

Sevilla, 4/IV/2010

Andalucía Pública 2.0 (VI): ¿un canon para formar teoría crítica digital?

CANON

Y ya es hora de revelar nuestro secreto: la llave mágica del conocimiento es la lectura.
José Antonio Millán (2002). La lectura y la sociedad del conocimiento (recuperado el 28 de marzo de 2010, de http://www.federacioneditores.org/SectorEdit/Documentos.asp)

Desde hace cuarenta años sigo de cerca la trayectoria del Profesor Gustavo Bueno, cuando en este país te castigaban por leerlo y, mucho más, por aprender de su sabia doctrina. Y el manual de castigos era muy variado y extenso, como sabemos los que defendemos -aquí y ahora- el respeto activo a la memoria histórica de nuestro país, de nuestra Comunidad.

Hace solo doce años, leí una intervención suya magistral, centrada en un hecho que se debería repetir en la proyección práctica de esta serie que dedico a la construcción de teoría crítica digital sobre un proyecto que considero de alto voltaje: la visión de una nueva generación que piensa en una Andalucía diferente, donde el conocimiento de sus habitantes esté preparado para vivir en una nueva sociedad presente y futura, a la que se da respuesta con el apoyo de las tecnologías de la información y comunicación; con planteamientos, sobre todo, de una nueva construcción de inteligencia digital de la ciudadanía que vive en Andalucía Pública 2.0. Me refiero a sus diez propuestas, desde España, para el próximo milenio (1), el actual, como contribución inteligente para una sociedad -andaluza, española, europea, mundial- en cambio permanente, pero que debe tener mucho cuidado con avisos para navegantes de los que solo opinan “personalmente” y trabajan poco por Andalucía.

Además, en expresión profunda de Gustavo Bueno, la caótica pululación de opiniones «personales» actúan en forma de ruido que logra reducir al silencio a quienes pudieran hacer oír juicios responsables. Porque estos juicios, formulados aunque fugazmente en un medio de comunicación de masas, quedarán inmediatamente neutralizados y anegados por el flujo incesante y caótico, «entrópico», de las opiniones contrapuestas, heterogéneas y emitidas con el mismo rango en virtud del derecho que asiste al opinante a manifestar «su pensamiento» y del deber de los demás de respetarlo.

El canon revertido que predecía el Profesor Gustavo Bueno, se ajustaba a un 1% de la población comprometida con la lectura de prosa científica y filosófica que constituiría una suerte de «tribunal popular disperso» capaz, por lo menos, de resistir el oleaje caótico de las opiniones ignaras [que no tienen noticias de las cosas], y de formar el núcleo de una opinión pública responsable. Si lo llevamos al mundo de Andalucía Pública 2.0, este 1% de andaluces comprometidos con el canon revertido, es decir, ajustado al estado del arte con el compromiso de leer [la vida real de cada una, de cada uno], se elevaría a 83.029 habitantes en Andalucía (2), de los cuales no todos están dispuestos a leer y comprometerse con este tipo de contenidos. Véase un dato importante del último Barómetro de Hábitos de lectura y compra de libros en 2009, realizado en España, a tal efecto: En el estudio se pregunta también por las razones para no leer con más frecuencia. La falta de tiempo parece ser el factor determinante de la baja lectura lo que sin duda está relacionado con el uso del tiempo libre y la cantidad de actividades que entran en competencia con la lectura. Los que afirman que no les gusta leer o que prefieren emplear su tiempo en otros entretenimientos suman un 26,8% (3). Falta tiempo para el silencio activo, para leer, que nos sitúa en el mundo de los ignaros.

ULTIMO LIBRO LEIDO

Algunos empleados públicos creemos que éste es un buen momento para generar teoría crítica sobre el hilo conductor que he planteado en esta serie, en el fondo, como propuestas digitales, desde Andalucía, para lo que queda de legislatura, aunque no se nos reconozca la posibilidad de crear un canon por escribir o construir la citada teoría, a modo de impuesto directo para la revolución digital, como señalaba hace años Gustavo Bueno, en la propuesta séptima de la intervención sabia que citaba anteriormente: como canon del nivel óptimo que podrían alcanzar los juicios de los ciudadanos de una democracia real, ponemos la posesión de los conceptos indispensables para formar, no ya tanto opiniones, cuanto teorías críticas o, si se quiere, «opiniones sistematizadas, frente a la opinión de los opinadores [sic] mayores del reino (perdón por la expresión), aquellos tertulianos públicos ignaros que siembran soluciones por todas partes, pero sin mezcla de compromiso alguno.

Sevilla, 28/III/2010

(1) Bueno, Gustavo (1995). Diez propuestas, «desde la parte de España», para el próximo Milenio, recuperado el 27 de marzo de 2010, desde http://www.fgbueno.es/gbm/gb1995di.htm#07
(2) Instituto Estadístico de Andalucía (2010). Revisiones del Padrón Municipal de Andalucía
(3) Federación de Gremios de Editores de España (2010). Hábitos de lectura y compra de libros 2009

Ética cerebral (I): ¿instinto ó aprendizaje?

René Magritte, La chambre d´ecoute, 1958

Llevo mucho tiempo pensando en escribir un ensayo sobre esta asombrosa pregunta, resumida en un dilema que nos aprisiona en vida: ¿por qué somos buenos ó malos?, o mejor, ¿por qué actuamos bien ó mal?, incluso con extrema violencia, o peor todavía ¿por qué cuando queremos hacer las cosas bien, salen mal, y además nos autoinculpamos o lanzamos las responsabilidades hacia los demás, sin com-pasión [sic] alguna? Los que hemos crecido en entornos nacional-católicos, apostólicos y romanos, lo teníamos fácil, en principio. Esas preguntas, que son terrenales para las Iglesias, solo tienen una respuesta clara y contundente en la católica y la judía: la responsabilidad de actuar mal, cuando lo tuvimos todo a favor, para actuar bien, es de nuestros antepasados, Adán y Eva, que comieron de una manzana prohibida y desde entonces no hacemos otra cosa que sufrir el mal por todas partes. Así de sencillo (?).

La verdad es que hemos crecido desentendiéndonos poco a poco de estos esquemas, sin que Dios, curiosamente, nos recogiera a tiempo…, con escapadas históricas y lógicas hacia otro tipo de razonamientos, como los que Galileo, Darwin, Einstein y tantos otros científicos nos ofrecieron para justificar razones de la razón para comprender mejor nuestra existencia, la ética de nuestro cerebro. Hoy, con la investigación exhaustiva de las estructuras cerebrales, con medios poderosos de laboratorio, nos atrevemos a hacer la pregunta que encabeza este post, con el ardor guerrero de intentar encontrar respuestas coherentes con la inteligencia humana, con absoluto respeto a todas las personas que les sigue viniendo bien creer en la irresponsabilidad maldita de Adán y Eva.

Inicio con este post una serie que tengo estructurada en capítulos que en algún momento constituirán páginas de un ensayo querido. Hoy solo quiero hacer la presentación, apoyado por un científico que ha trabajado en los últimos quince años sobre esta investigación científica, Marc Hauser, sobre el que ya hice alguna presentación en el post Ética del cerebro, texto premonitorio de la investigación que pretendo llevar a cabo. En su libro “La mente moral”, parte de un planteamiento apasionante que será hilo conductor de mi pre-ocupación actual en este campo de investigación psiconeurológica: “hemos desarrollado un instinto moral, una capacidad que surge de manera natural dentro de cada niño, diseñada para generar juicios inmediatos sobre lo que está moralmente bien o mal sobre la base de una gramática inconsciente de la acción. Una parte de esta maquinaria fue diseñada por la mano ciega de la selección darwiniana de años antes de que apareciera nuestra especie; otras partes se añadieron o perfeccionaron a lo largo de nuestra historia evolutiva y son exclusivas de los humanos y de nuestra psicología moral. Estas ideas se basan en lo que nos permite descubrir otro instinto: el lenguaje” (1).

Creo que una obligación humana por excelencia es llegar al conocimiento de por qué tenemos que encontrarnos siempre con el gran dilema dialéctico del bien y del mal, así como de las consecuencias de las decisiones que tomamos a diario en las que siempre está presente y del que difícilmente aprendemos por acción o por omisión. Si alguna vez llegáramos a explicar la causa de la decisión ú omisión ética de nuestro cerebro, por qué se producen algunas respuestas que no nos agradan o que incluso nos hacen fracasar en un momento o para toda la vida, viviendo un desposorio casi místico con la culpa, haríamos mucho más fácil la vida diaria porque al menos sabríamos a qué atenernos. Hoy, nos agarramos como a un clavo ardiendo, a Dios, a la naturaleza, a la sociedad ó a las personas, en cualquiera de sus múltiples manifestaciones, para justificar nuestras acciones, olvidando que nuestra gran máquina de la verdad, nuestro cerebro, guarda el secreto ancestral de por qué existe el bien o el mal y de por qué actuamos de una forma ú otra.

Maravillosa aventura para dejar de lado, definitivamente, el drama (¡con perdón!) de la serpiente malvada, tal como se recogió en la famosas diez líneas del libro del Génesis, en la tríada serpiente/Adán/Eva, que son “la quintaesencia de una religión que ha dado vueltas al mundo y ha construido patrones de conducta personal y social. Y cuando crecemos en inteligencia y creencias, descubrimos que las serpientes no hablan, pero que su cerebro permanece en el ser humano como primer cerebro, “restos” de un ser anterior que conformó el cerebro actual. Convendría profundizar por qué nuestros antepasados utilizaron este relato “comprometiendo” al más astuto de los animales del campo [en un enfoque básicamente machista de la ética del cerebro humano]. Sabemos que el contexto en el que se escriben estos relatos era cananeo y que en esta cultura la serpiente reunía tres cualidades extraordinarias: “primero, la serpiente tenía fama de otorgar la inmortalidad, ya que el hecho de cambiar constantemente de piel parecía garantizarle el perpetuo rejuvenecimiento. Segundo, garantizaba la fecundidad, ya que vive arrastrándose sobre la tierra, que para los orientales representaba a la diosa Madre, fecunda y dadora de vida. Y tercero, transmitía sabiduría, pues la falta de párpados en sus ojos y su vista penetrante hacía de ella el prototipo de la sabiduría y las ciencias ocultas. (…) Estas tres características hicieron de la serpiente el símbolo de la sabiduría, la vida eterna y la inmortalidad, no sólo entre los cananeos sino en muchos otros pueblos, como los egipcios, los sumerios y los babilonios, que empleaban la imagen de la serpiente para simbolizar a la divinidad que adoraban, cualquiera sea ella” (2).

El cerebro contiene un instinto básico que nos lleva a actuar bien o mal con patrones construidos hace millones de años. La estructura cerebral reptiliana que todavía permanece en nuestro cerebro guarda un gran misterio de millones años que debemos descubrir. Es probable que de esta forma sufriéramos menos en el difícil día a día de nuestra existencia y comprendiéramos mejor nuestros propios actos sorprendentes y, lógicamente, los de los demás, aprendiendo qué es la com-pasión (el sufrimiento con o junto a los otros). Básicamente en términos de responsabilidad personal y social, sabiendo que “responsabilidad” es la capacidad de dar respuesta individual o colectiva, con conocimiento y libertad como sus dos elementos esenciales, a cualquier situación que se nos presenta en el acontecer diario. Bien o mal, y hasta qué grado de compromiso o consecuencia, es harina de otro costal. Quizá, de un conjunto de estructuras cerebrales en funcionamiento permanente, sin descanso, que todavía no conocemos, bajo el mando del cerebro reptiliano todavía presente en las llamadas respuestas éticas.

Sevilla, 6/IX/2009

(1) Hauser, Marc (2008). La mente moral. Barcelona: Paidós Ibérica, pág. 17.
(2) Cobeña Fernández, J.A. (2007). Estereotipo machista 4: “¡mujer tenías que ser!”

La historia de Erika

http://obrasocial.lacaixa.es/

Comprendo que detrás de Erika está una entidad financiera, sujeta a todo tipo de opiniones y críticas. Pero tengo que reconocer que junto a la estrategia comercial de la misma, hay que aceptar la realidad de lo que señala: el estrago de la pobreza en España, también en mi “ciudad de las personas”, Sevilla, que también “de los pobres”, y las palabras de Erika, en su pequeña historia con alma, me han hecho reflexionar muchas cosas. Por este motivo, las recojo en este post, sin agregar nada más, porque por sí solas pueden volar para posarse, en el silencio digital, en personas con alma…

Yo no tengo cosas…
Lo único que tengo son los libros y ya está

A ver… sé cocinar, sé limpiar,
sé hacer la compra, poner lavadoras…

No sé… cuidar a mis hermanas,
ayudarlas en los deberes, ducharlas y todo esto.

Me hubiera gustado no ser tan mamá.

Yo prefiero estar en el colegio antes que en mi casa
con problemas, pero claro si no podía irme…

Por eso también faltaba porque tenía que estar al cargo
de mis hermanas mientras mi madre trabajaba y eso.

Habrá que apechugar con lo que haiga [sic].

Me gustaría sacarme una carrera…
de profesora… de matemáticas.

Sevilla, 23/VIII/2009

Frecuentando la locura

Alicia, la del País de las Maravillas, no quería andar entre locos. Pero el Gato, de forma socarrona, le advierte: Me parece difícil que puedas evitarlo; aquí todo el mundo está loco. Traigo a colación esta reflexión después de haber leído un libro precioso, El nuevo elogio de la locura (1), de Alberto Manguel, autor al que sigo desde hace muchos años. Mejor dicho, sigo su locura por el desarrollo del conocimiento a través de la lectura.

Estamos rodeados de locura. Nos envuelve. Si estamos atentos a los medios de comunicación social, creo que es fácil detectar que algo pasa en el mundo actual que no nos gusta, porque no es que pasen más cosas a diario, es que las conocemos al momento: está pasando, lo estamos viendo, como reza un eslogan de una cadena de televisión. E integramos las locuras como si no pasara nada: crisis, paro, gripe A, guerras, atentados, violencia de género, pateras, jóvenes subsaharianos vendiendo pañuelos fabricados por el primer mundo, regulaciones de empleo, fichajes de Ronaldos, morosidad, sálvame, sálvanos, etc.

Y quizá sea un gran remedio saber leer entre líneas todo lo que está ocurriendo. Pasan más cosas que antes: NO. Lo que ocurre es que ahora las conocemos inmediatamente y con profusión de detalles, hasta una desvergüenza fuera de toda ética privada y pública. Cuando yo era pequeño, por ejemplo, mucha gente tenía que esperar hasta la semana siguiente para leer en El Caso los detalles de la locura organizada. Eran días y horas de desconocimiento y de elucubración solo contenida por las emisoras de radio. Por cierto, entre serial y serial, que no sé lo que era peor, sí escuchar o leer. Por cierto, en medio de una censura atroz, para no alterar la charanga y la pandereta. Pero solo se conocía lo que otros querían que se supiera. No se podía conocer como ahora la locura de lo que estaba pasando realmente en la sociedad más próxima, ni por supuesto en la lejana.

La locura actual está teñida de un principio de Sófocles, entre otros: la existencia más placentera consiste en no reflexionar. Dice Manguel que “la locura, degradada a mera torpeza, a una estupidez voluntaria que se hace evidente en casi todos nuestros actos cotidianos, ha adquirido prestigio universal y se ha convertido en motivo de jactancia. La locura sublime no inspira gran respeto, mucho menos se la alienta. Lo que importa es el poder, y las ganancias adquiridas a través del poder. En nuestra época, la meta reconocida es ser percibido como un necio poderoso”.

La locura no es una señora con un gorro de puntas de las que cuelgan cascabeles, en un nuevo acto machista por asignación de este rol pérfido a la mujer. La locura puede ser entendida en su sentido más noble como la capacidad de alternar la crudeza de la vida diaria con el bienestar personal, mediante “lecturas especiales/ideales” de lo que está ocurriendo (2), aunque si la naturaleza humana no responde a las necesidades diarias, la gracia nunca puede presuponer lo que naturaleza no da (gratia non datur, natura dispensatur). El famoso cuento del violín, escrito por Federico el Grande, lo resume muy bien: la vida me pide, a veces, que toque el violín solo con tres cuerdas, luego con dos, luego con una [cada una, cada uno que ponga otro nombre a las cuerdas de su locura…], pero los resultados son obvios, la locura crece:

Os pido, si os place, que este cuento
Os enseñe, queridos amigos,
Que por grande que sea el talento
El arte no se basta sin los medios

Sevilla, 21/VIII/2009

(1) Manguel, Alberto (2006). Nuevo elogio de la locura. Barcelona: Lumen.
(2) Manguel define así a un lector ideal, junto a otras muchas definiciones: “Robinson Crusoe no era un lector ideal. Lee la Biblia para hallar respuestas. Un lector ideal [de lecturas especiales] lee para encontrar preguntas” (los corchetes son míos).