El espíritu de Steve Jobs

STEVE JOBS
Seguid hambrientos, seguid alocados” .

El pasado 26 de agosto de 2011, escribí un pequeño homenaje a Steve Jobs cuando ya estaba en la cuenta atrás de la vida real. Hoy, cuando he conocido la realidad de su muerte, he vuelto a recordar sus palabras, que traigo de nuevo a este cuaderno de «derrota», en argot de personas cercanas al mar de la vida, como homenaje a una persona que me ha ayudado a estar muy activo en un mundo de las tecnologías diseñado a veces por el enemigo. Aprendí hace muchos años que ante el fenómeno de la muerte no es fácil buscar respuestas y solo cabe saber reconocer las palabras y las experiencias que nos ayudan a seguir viviendo. Por ejemplo, la amistad, que es como la cuerda de tres hilos que difícilmente se puede romper… Con esta calidad quiero vivir el valor de la proximidad humana y ejemplar, como en el caso de Steve, en momentos en los que es mejor caminar juntos que uno solo, porque si uno pierde un líder, un familiar, la dirección prevista, o cae, o duda ante muchas cosas, siempre estará cerca alguien para ayudarte.

EL ADN DE STEVE JOBS

Lo dijo ayer el sustituto de Steve, Timothy Cook: «Hizo una empresa con una cultura diferente, distinta de cualquier otra del mundo y vamos a seguir siendo así, está en nuestro ADN». Desde los primeros días de Agosto, he dedicado parte de mi tiempo libre, como una premonición, a conocer a fondo a Steve Jobs, a través de un libro de sumo interés para los directivos que trabajamos en el mundo digital de Negroponte: El camino de Steve Jobs (1). Y como no me gustan los panegíricos sobre personas que como él deciden marcharse a tiempo, con decisión personal e intransferible, como hizo el miércoles pasado a través de unas breves palabras, he recogido del libro citado las palabras que subrayé mentalmente sobre el estilo Steve, como le gusta que le llamen a secas.

El libro es una lección extraordinaria sobre principios de liderazgo, para aprender y hacer cosas diferentes, pero que lleven a alguna parte, preguntándose el autor qué es lo que ha hecho Steve para que sus productos y servicios “ofrezca[n] conveniencia, ahorro de tiempo y placer a tanta gente alrededor del mundo”. Y la respuesta es contundente: “No es solamente cómo cambias tu paradigma, sino cómo haces para que tu organización cambie contigo. Los principios del Liderazgo que se presentan aquí muestran los elementos esenciales implicados en el producto o servicio que ofreces, la gente y los equipos, la organización en sí y el mecanismo de innovación, para que conectes lo que haces y lo que produces para el consumidor que tratas de alcanzar”. Si cambio consumidor por ciudadano y los productos y servicios los llevo a derechos y deberes de interés público, frente a la clásica mercancía, tengo las bases de un nuevo modelo de gestión en la Administración Pública, en el marco del Paradigma 29 que tantas veces he presentado en este cuaderno de inteligencia digital.

Elliot aborda en las últimas páginas del libro una síntesis del ADN de Steve verdaderamente ilusionante, cuando lanzó un proyecto muy querido para él, Migo, un USB drive diferente, al haber generado en él una gran pasión por un gran producto: “Otros principios [de liderazgo] de él, que también me sirvieron en Migo fueron los siguientes:

– Ten pasión por cada proyecto en el que trabajas
– Encuentra motivación en la oportunidad y crea un producto para ella
– Mantente siempre abierto al talento que te pueda ayudar
– Haz lo mejor para que tu producto y /o servicios sean intuitivos y un manual de usuario que no sea necesario
– Sé honesto contigo mismo acerca de tus productos y servicios
– Asegúrate de que los productos y servicios te representen a ti y a tus características
– Trabaja a través de tu gente y celebra, como unidad, cada éxito
– Continua innovando para estar más cerca de tu ideal y tu visión de perfección; va más allá de la realidad del momento
– No escuches a las personas que te dicen que no se puede hacer”.

Steve se ha despedido con un texto lacónico y cargado de sentimiento y humildad, en una nueva lección de liderazgo:

“Siempre he dicho que si llegaba el día en el que no podía hacer frente a mis obligaciones al frente de Apple como consejero delegado, sería el primero en hacéroslo saber. Desgraciadamente, ese día ha llegado.

Por la presente renuncio como consejero delegado de Apple. Me gustaría servir, si la compañía lo ve conveniente, como presidente del Consejo, director y empleado de Apple.

En cuanto a mi sucesor, recomiendo con insistencia que ejecutemos nuestro plan de sucesión y Tim Cook sea nombrado consejero delegado de Apple.

Creo que los días más brillantes e innovadores de Apple están aún por llegar. Y espero seguir viéndolo y contribuir a ese éxito desde una nueva posición.

He hecho algunos de los mejores amigos de mi vida en Apple, y os agradezco todos los años que he trabajado a vuestro lado.”

Gracias Steve, porque nos sigues transmitiendo pasión, un compromiso permanente con la excelencia, una marca espectacular y la apertura para aprender de los errores propios. Llevado a la Administración Pública, creo que todo es transferible en lo que tú llamas “polinización cruzada”, es decir, el intercambio permanente de ideas y compromisos personales llenos de pasión, trabajo permanente en clave de excelencia frente a la chapuza, defensa de la marca ”Administración Pública” y la humildad suficiente para reconocer que también cometemos errores de los que aprender en el difícil día a día.

Sevilla, 6/X/2011

(1) Elliot, J. y Simon, W.L. (2011). El camino de Steve Jobs. Madrid: Santillana.

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