Cuando la ideología canta a la libertad

El sábado pasado asistí a un concierto especial de Miguel Poveda. Presentaba su último disco, Sonetos y poemas para la libertad, una obra en la que Pedro Guerra, con la colaboración de Luis García Montero, ha puesto la música a sonetos de autores clásicos y contemporáneos, pero escogidos por su compromiso con palabras especiales. Fueron tres horas llenas de emociones y sentimientos, con un hilo conductor muy claro: las ideologías no son inocentes y una forma diferente de entender la vida se convierte en poesía de compromiso activo para vivir en libertad.

Comenzó el concierto con las palabras para la libertad que nos dejó para siempre Miguel Hernández, alternando voz, música e imagen junto a sonetos preciosos: Hielo abrasador, de Quevedo, Guerra a la guerra por la guerra, de Rafael Alberti, La Lluvia, de Jorge Luis Borges, Amor mío si muero y tú no mueres, de Pablo Neruda, Bebiéndome la dulce primavera, de Rafael de León, Querido Guerra, de Luis Eduardo Aute; Desmayarse, atreverse, de Lope de Vega, Soneto de la dulce queja, de Federico García Lorca, Enrique y Granada, de Joaquín Sabina, Abril se ha equivocado, de José Antonio Muñoz Rojas y No volveré a ser joven, de Jaime Gil de Biedma. También nos regaló un soneto final, el del Ángel deseado, escrito por el propio Pedro Guerra, por petición expresa de Poveda, en el que había una novedad, porque se invertían algunos términos: la música era, en este caso, de Miguel.

En la segunda parte, recuperó su esencia flamenca. Acompañado de la guitarra de Chicuelo, el compás, las palmas, el jaleo y el silencio de respeto que llenaba el auditorio FIBES, nos deleitó con formas de cantar en Andalucía que casi todo el mundo entiende.

Nos dijo adiós sin prisas. Prolongó su actuación como un regalo especial a Andalucía, cuna de poetas a los que con su voz los hizo más próximos a sus paisanos de provincias andaluzas que un día vieron nacer a grandes poetas para la libertad. Aunque la historia nos recuerde que todavía tenemos pendiente el agradecimiento a todos los autores que Poveda, Guerra y García Montero han seleccionado desde su persona de secreto, mediante nuestro compromiso activo con la sociedad. Porque lo que allí se cantó va más allá de las tres horas de concierto.

Sevilla, 22/VI/2015

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