Lo contaba recientemente Alberto Manguel en una entrevista preciosa que justifica en sí misma el amor que profesa a la literatura, aludiendo al trabajo que supone sacar adelante todos los días, cada minuto, la Biblioteca Nacional de Argentina: “Yo he abandonado mi carrera de escritor y, hasta cierto punto, de lector, asumiendo este puesto de director de la Biblioteca Nacional a fines de 2015; y me he convertido en la persona encargada de eliminar obstáculos al trabajo de las otras ochocientas y pico personas que trabajan aquí. ¿Conoce usted un ballet de una gran coreógrafa alemana, Pina Bausch, que se llama Café Müller? ¿Recuerda que se trata de una mujer que baila y otro personaje le quita las sillas del camino para que no se tropiece? Pues yo soy esa persona”. Política en estado puro, conviviendo con el arte de lo posible.
Salvando lo que haya que salvar en democracia y en la situación a la que llegamos ayer con el triunfo de la moción de censura en nuestro país, me gustaría que fuéramos muchos los que quitáramos sillas en el camino del nuevo presidente para que pueda alcanzar los objetivos de su nueva política, en un país cansado y triste con lo ocurrido a consecuencia de la traída y llevada crisis y en la forma que se ha administrado en los últimos diez años. Todos hacemos política a diario, como ciudadanos, en la forma que somos de ser y estar en el mundo. Lo he manifestado recientemente en un artículo dedicado a la última obra de Michael Ignatieff, Las virtudes cotidianas, en el que he resaltado el papel que juega en la vida ordinaria la ética cotidiana: “Estamos viviendo momentos muy difíciles en nuestro país. Hemos iniciado una senda desconcertante como coda de una sinfonía de corrupción que no deberíamos haber tocado nunca y solo nos queda hacer camino juntos al andar de forma diferente, sin mirar atrás, donde la ética de lo cotidiano nos permita ser felices en cada momento de la vida” (1).
Lo dijo el nuevo presidente en el debate de moción de censura: “Defiendo esta moción de censura por coherencia, responsabilidad y democracia. Propongo un gobierno socialista, paritario y europeísta que cumplirá con la UE y la Constitución. Su hoja de ruta: estabilizar, atender las urgencias sociales y convocar elecciones”. El camino es difícil y corto, pero si contribuimos todos (cada Uno según le corresponda) a quitar las sillas que molestan en el andar político desconcertado, es probable que cumpla su compromiso, porque él también quiere quitarlas para que las ciudadanas y ciudadanos podamos vivir de forma más digna, cada una o cada uno con su cadaunada como persona. Pero no es solo “su problema” sino “nuestro problema”, para que este país abandone su tristeza y conformismo intrínseco para dar paso a nuevas alamedas de libertad que permitan recuperar otra forma de ser en el mundo, recordando a Salvador Allende. Teniendo fe en el destino de este país, porque seremos capaces de superar etapas grises anteriores y porque más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pasen personas libres para construir una sociedad española mejor.
Alberto Manguel “quita sillas” en su país para que los trabajadores de la Biblioteca Nacional, donde se deposita el conocimiento ordenado que se comparte con los demás, no tengan obstáculos para abrirla a diario a nuevas formas de comprender qué pasa en un mundo en que no sabemos lo que nos pasa. Para que cuando la ciudadanía entra en aquella casa de la cultura todo funcione a la perfección, solo con el compromiso a flor de piel de que cada uno actúe conforme a la ética cotidiana de cada cual. Como pasa en la vida misma.
Creo que he aprendido esta lección simbólica de Manguel, una forma honesta de quitar todas las sillas indignas que pueda de mi alrededor cotidiano, para que triunfe el nuevo presidente. Para que no tropiece con aquello que de mí depende.
Sevilla, 2/VI/2018
NOTA: la imagen se ha recuperado hoy de https://overthekneeproject.wordpress.com/2013/06/26/cafe-mullerle-sacre-du-printemps-teatro-san-carlo-napoles/
(1) https://joseantoniocobena.com/2018/05/26/elogio-de-la-etica-cotidiana/
Debe estar conectado para enviar un comentario.