Nos “españamos” con las cosas que suceden en España (II)

EL GRITO-MUNCH1
El grito

Acabo de leer las noticias políticas de España en varios periódicos digitales y me sobrecogen, mejor dicho, me «españan», sobre todo las de la derecha cerril y ultramontana, en un mar revuelto de insultos y descalificaciones a diestra y siniestra, ignorando que el diálogo con Cataluña debe llevarse hasta el final político que marca la Constitución, sin tener que judicializarse todo por definición, en una proclamación urgente y permanente de la separación de poderes.

Vuelvo a leer un artículo que escribí el año pasado sobre este verbo italiano, spagnarsi, porque me permite reescribir aquellas palabras cambiando hoy lo que hay que cambiar. Sé que no existe ese verbo, “españarse”, en el Diccionario de la Lengua Española, pero habría que rescatarlo algún día. No es la primera vez que escribo sobre su significado y ante lo que ocurre a diario en este país, no cabe duda de que se justifica de forma sobrada la operación rescate para su uso cotidiano en nuestro lenguaje, porque es un verbo que tiene una larga historia fuera de nuestras fronteras y en referencia a este sacrosanto país. Conocí este verbo italiano, spagnarsi (espantarse, españarse en sentido literal), equivalente del verbo italiano spaventarsi, a través de un amigo calabrés, que me dio todo tipo de detalles sobre la utilización actual del mismo en la conversación ordinaria de su región, junto a otras palabras derivadas del español de uso común en la actualidad tales como addirizzari (aderezar), angarijari (haraganear), granatu (granado), posata (posada), scupetta (escopeta), entre otras. Spagnarsi (Españarse, literalmente, llenarse de España, de espanto) significa tener miedo, temer, espantarse y se atribuye al dominio español en el sur de Italia desde finales del siglo XV hasta principios del XIX.

Españarse, no es una ocurrencia de última hora. Hace algunos años volví a encontrarme con esta palabra en un libro autobiográfico que recoge estas vivencias italianas sobre España, Los hijos, de Gay Talese (1), en el que se cita expresamente este verbo, spagnarsi, y su contexto histórico en la voz de Don Achille, maestro y director de una escuela del sur de Italia, muy didáctico pero con un recuerdo pésimo de Fernando el Católico: “No debéis olvidar nunca -añadió- que nuestras antepasados de esta parte de Italia vivieron durante casi tres siglos y medio bajo gobernantes vinculados a la corona española. Exceptuando el breve reinado de la realeza austriaca a principios del siglo XVIII, e incluso el reinado más breve de los parientes de Napoleón Bonaparte en Nápoles a principios del siglo XIX, el sur de Italia estuvo gobernado por virreyes que eran miembros de las familias más nobles de España, casi todos los cuales habían venido a Nápoles después de haber servido en Roma como embajadores españoles ante el Papa. Esas autoridades españolas eran tan crueles que incluso nuestra palabra spagnarsi, que significa “tener miedo”, guarda relación con los españoles”.

Lo siento, pero en situaciones políticas como las que estamos viviendo estos días, me españo y me reafirmo en la urgencia de regenerar la ética multidimensional y aplicada en este país, para recuperar el suelo firme individual y colectivo que nos permita caminar por él, como raíz honrada que justifique la dignidad de todos los actos humanos. Tarea urgente del Gobierno de este país, de todos los políticos y de cada ciudadano y ciudadana en particular, de forma personal e intransferible, para no acabar españándonos todos con todos.

Sevilla, 8/II/2019

(1) Talese, Gay (2014). Los hijos. Madrid: Alfaguara.

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