Picasso, persona y personaje, cincuenta años después

Carlos del Amor en el Telediario Especial: 50 años de la muerte de Picasso

Sevilla, 8/IV/2023

Hoy se cumple el 50 aniversario del fallecimiento de Pablo Picasso en Mougins (Francia), que ha recordado recientemente la televisión pública de este país, de la mano de Carlos del Amor, en un bloque informativo especial del Telediario 2, desde su Málaga natal, «donde pasó parte de su infancia. Desde allí, se ha hecho un recorrido biográfico que ha pasado también por A Coruña, Barcelona, París, Madrid o Guernica, ciudades que marcaron su trayectoria», con una parada obvia en relación con su obra de proyección internacional, Guernica, que por sí misma simboliza la magia de su pintura.

Carlos del Amor ha hecho un trabajo impecable para resaltar aspectos esenciales de Picasso como persona y personaje, que no se deben separar, sin obviar los pasajes oscuros de su alargada y, a veces, polémica trayectoria vital. Me he sentido muy identificado con la semblanza en los planos dedicados a Guernica, donde todavía pueden contar aquel bombardeo algunos supervivientes del mismo. No olvido mi visita a aquel lugar en el verano de 2018, tan representativo de la locura de las guerras. Cuando finalicé aquel encuentro, que era una deuda con él, me di cuenta de que había vivido aquella experiencia vital en silencio, con la mirada puesta en el famoso cuadro de Picasso, guardado en mi memoria de secreto, que interpreté mejor que nunca al compartir con Begoña, en su casa rediviva, el drama de su terrible bombardeo, el 26 de abril de 1937. Picasso nos legó una pintura plagada de preguntas a través de mujeres, niños y animales que sufren. Hay pocos hombres, solo el mensaje explícito de que esos hombres son solo lobos para el hombre, en una reinterpretación de la mítica frase de Hobbes: homo homini lupus (el hombre es un lobo para el hombre). En este cuadro se representa la verdad expresa de la guerra y el sufrimiento que siempre conlleva, sobre todo para los más débiles, mujeres, niños y ancianos. Nos debería servir hoy para convertirnos en militantes de la paz, de cualquier paz que se deba defender en los círculos donde somos y estamos, sobre todo cuando se lucha con dignidad por otro mundo mejor y posible. Los niños y niñas de Guernica jugaban aquella tarde en sus aceras, hablando en euskera, con aires de libertad, en paz. Los habría pintado Picasso, en esa ocasión, de forma admirable, porque él llevaba ese dolor dentro.

Junto a semblanzas casi siempre muy amables con la obra del pintor, también se expuso la otra cara más controvertida de su persona de todos, en su relación con las mujeres, que las llevó siempre a su obra desde diferentes perspectivas, como lo expresaba Dora Maar, por ejemplo, una de las siete mujeres que formaron parte de su azarosa vida, al afirmar que «cuando Picasso cambiaba de mujer, todo cambiaba», no escapando este contexto de la crítica feminista, desde hace ya unos años, que acusa al pintor de ser un maltratador y un misógino, señalando este reportaje a una historiadora, Estrella de Diego, que pide «recuperar matices», sin que esta crítica deba suponer en ningún caso «una enmienda a la totalidad de la obra de Picasso». Un ejemplo de este debate se encuentra reflejado en la obra de Eugenia Tenenbaum, Las mujeres detrás de Picasso, que «ve más sombras que luces en el artista», cuya sinopsis oficial no deja dudas al respecto, porque «pone el foco en las protagonistas tanto de la vida como de la obra del célebre pintor. Olga Khokhlova, Dora Maar, Françoise Gilot o Jacqueline Roque son solo algunos de los nombres que inspiraron al malagueño, le ayudaron a promocionar su obra y le cuidaron en todas las etapas de su vida. ¿Cuánto sabemos de él y cuánto de ellas? Mujeres de talento desbordante, todas tuvieron que superar innumerables obstáculos y enfrentarse a las violencias que sobre ellas vertieron tanto el artista y el entorno en el que les tocó vivir como, más tarde, la historiografía y sus sesgos de género. Este libro nos acerca a las biografías de quienes hicieron que Pablo se convirtiera en Picasso y de quienes existieron no gracias al pintor, sino a pesar de él».

Cuando finalizó el bloque informativo dedicado el pasado martes a Picasso, tomé conciencia de nuevo, de acuerdo con Terencio, de que nada humano me es ajeno y que se puede y se debe hablar de Picasso desde todas las perspectivas posibles de su vida, en libertad plena, como persona y personaje, pero con una condición: conocerlo bien para poder emitir juicios bien informados, incluso cuando se conmemora el 50 aniversario de su fallecimiento, lejos de su tierra, en un exilio no inocente, al que no se debe descargar de su memoria democrática e histórica. Fundamentalmente, porque las lleva dentro.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

A %d blogueros les gusta esto: