Con eñe de España / 3. Campaña del 20D

Pensar y votar de forma responsable es a veces un asunto de locos. Los inadaptados. Los rebeldes. Los problemáticos. Los que no encajan en ningún sitio. Aquellos que ven las cosas de otra manera. No siguen las reglas. Y no tienen ningún respeto por seguir pensando y haciendo solo lo establecido. Determinados personajes políticos, determinados ciudadanos comprometidos e imprescindibles que hacen política e historia, determinados héroes, quizá anónimos todavía, puedes citarlos, puedes no estar de acuerdo con ellos, puedes glorificarlos o vilipendiarlos pero la única cosa que no puedes hacer es ignorarlos en campaña. Porque ellos, algunos en concreto, porque las ideologías no son inocentes y todos no son iguales, pueden cambiar las cosas. Ellos impulsan la humanidad hacia adelante, porque el mundo solo tiene interés cuando va así, hacia adelante. Y mientras algunos les ven como locos, nosotros vemos genios. Porque la gente que está lo suficientemente loca como para pensar que con su voto pueden cambiar el mundo, España, son los que logran hacerlo. Piensa… y vota de forma diferente.

Sobre una idea forjada en un anuncio inolvidable de Apple publicado en 1997, ante unas elecciones transcendentales en España, el próximo 20 de diciembre.

Hoy ha comenzado la campaña electoral para las elecciones generales del próximo 20 de diciembre. Como creo que existe el compromiso social a través de la escritura, tengo que hacer en este aquí y en este ahora una referencia seriada de la eñe de campaña. Dice la Real Academia Española (sigue la eñe…), que siempre limpia, fija y da esplendor a las palabras, que cuando hablamos de campaña nos referimos (en su tercera acepción) a “período de tiempo en el que se realizan diversas actividades encaminadas a un fin determinado. Campaña política, parlamentaria, periodística, mercantil, de propaganda”. Pero, ¿cuál es el fin de la actual?

Parece que es dar a conocer los programas políticos de cada partido, para alcanzar el triunfo y dirigirse a la Moncloa. Y ahí está el reto, porque hablamos de credibilidad confiada a los electores, de qué significa el voto: ¿a un programa, una persona, una ideología subyacente? Lo que es indudable es que se presenta una oportunidad y fortaleza para la democracia, no exenta de debilidades y amenazas, como todo “dafista” (estudioso y practicante del método DAFO) bien conoce.

He escrito muchas veces en este blog sobre las campañas electorales, porque he creído conveniente resaltar el compromiso ciudadano ante un momento transcendental para el país que deseamos sea del bienestar y no del malestar, como parece que se empeñan algunos. Lo decía recientemente refiriéndome a un ejemplo de político comprometido, José Mujica, en un post, En política es imprescindible decir siempre la verdad, que vuelvo a leer con la misma ilusión que lo escribí en su día: “Cuando nos convencemos que necesitamos la política para defender causas y caminos imprescindibles, la verdad también se constituye en elemento no solo necesario sino imprescindible. Vuelvo a sus palabras (1): “Pero no hay milagro, eso es pura poesía, y fantasía, tu progreso sale del trabajo, del compromiso, de la ciencia, de la seriedad, del levantarse todos los días y volver a empezar, y sentir una derrota. Y, finalmente, tengo el derecho para gritar que en este mundo derrotados son solo aquellos que dejan de luchar”. El progreso político de la sociedad sale sólo de la verdad. Aunque tengamos que reconocer con Michael Ignatieff, político canadiense que mordió el polvo de la mentira, que “Nada te va a causar más problemas en la política que decir la verdad”. Ya lo afirmé en su momento, cuando escribí sobre el fuego y las cenizas de su trayectoria (2): “Es escalofriante el poder de esta reflexión, porque es una realidad ciudadana que emerge sobre todas las querellas más o menos criminales en torno a las personas que trabajan en política, porque muchas personas están convencidas de que en política se miente continuamente: “los políticos, mienten más que hablan”.

A pesar de todo, convendría volver al Diccionario de la Real Academia Española, para quedarnos también con la primera acepción de campaña: campo llano sin montes ni aspereza, porque la democracia debe enseñarnos siempre que en campañas electorales no existe la verdad tuya o mía sino la que buscamos entre todos en campo llano, aunque la dificultad de encontrarla estriba en que no está en un sitio sino en el alma de una sociedad justa, donde la libertad, sin ira libertad, la volvemos a cantar siempre en campaña como si fuese ayer. Por algo será. Probablemente, porque pensamos votar de forma diferente.

Sevilla, 4/XII/2015

(1) Percy, Allan y col. (2015). MUJICA. Una biografía inspiradora. Ediciones B: Barcelona.

(2) Cobeña, José Antonio (2014, 25 de agosto). HAGAMOS UN AGOSTO DIFERENTE (VII) Una reflexión política ejemplar: Michael Ignatieff.

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