¡Bienvenido, Black Friday! (II)

Americanos, vienen a España gordos y sanos
Viva el tronío y viva un pueblo con poderío
Olé Virginia y Michigan
Y viva Texas que no está mal, […] no está mal.

Bienvenido Mr. Marshall (1953)

Sevilla, 29/XI/2019

Como dije hace un año…

Mientras más de dos millones de personas esperaban el sábado pasado un día particular, sin ningún color especial, para poder alimentarse con dignidad durante varias semanas, sin americanismo alguno, gracias a la solidaridad ciudadana con el Banco de Alimentos en todo el país, otros millones importan una iniciativa, Black Friday, en una respuesta compulsiva para no perder la maratón particular del consumo.

Es curioso constatar cómo el Mercado [sic] crea su propio ecosistema a nivel mundial, para crear necesidad de consumo donde no existe la necesidad realmente. El síndrome de la última versión, en tecnología o en moda lista para llevar, porque nos convencemos que lo último de lo último nos estaba esperando en la estantería correspondiente un día como hoy y que lo más barato hay que comprarlo con urgencia para “no ser tontos”, según el eslogan de turno, acaba haciendo estragos en las maltrechas economías de muchas familias.

Sé que estas reflexiones se pueden interpretar como una salida de tono sobre el principio de realidad de lo que está pasando y estamos viendo, pero sigo defendiendo que no es lo mismo valor que precio de lo que realmente necesitamos, como suele confundir todo necio. Además, la dignidad de la vida sencilla está por encima de las mercancías, que a toda costa intentan vendernos los nuevos Míster Marshall que merodean por nuestro país vestidos curiosamente de negro, el color del viernes que intentan justificar como necesario para ser felices. Con su tronío y poderío, porque España… ya sabemos que no es de librerías.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.

¡No pongáis vuestras manos o voces sobre Bella Ciao o El pueblo unido, jamás será vencido!

La generación en la que algunos de sus miembros pusieron en su momento sus sucias manos sobre Mozart (1), está viviendo momentos muy difíciles en este país. Crecieron en las mieles de la primera transición, donde sus padres pusieron mucho empeño en cambiar las cosas para que cambiaran de verdad y pudiéramos vivir en democracia. Algunos ya se lavaron las manos y decidieron comprometerse en la búsqueda de futuro marcado por el bienestar común, propiciado por la aprobación de la Constitución en 1978 y por las llamadas políticas de izquierdas a partir de 1982, con la entrada triunfal del partido socialista en el Gobierno. Otros, siguen tocando pianos políticos irreales y de difícil factura social y así va la cosa.

En la banda sonora de cualquier persona de izquierda suenan estas canciones de una forma especial. Si escribo hoy estas líneas es debido a la utilización torticera actual de estas canciones, sus letras y su música. Por una parte, por el mercado puro y duro, que las incluye como banda sonora de películas o música para escuchar a cualquier precio o, por otra, por partidos políticos que entonan estribillos tergiversados del tipo “la derecha unida jamás será vencida”, descontextualizándolas de su auténtico sentido primigenio.

Me revelo contra este imperio del mercado y de la política cutre que maltrata señas de identidad que no les corresponden. Confundir valor y precio es muy mal asunto porque se montan ceremonias de confusión en las que se diluye la maledicencia de los valores casi sin darnos cuenta. Creo que ambas canciones merecen el respeto reverencial de su contexto histórico por lo que significan. En el caso de Bella Ciao, porque es “una canción popular cantada por los simpatizantes del movimiento partisano italiano durante la Segunda Guerra Mundial, cuando luchaban contra las tropas fascistas y nazis. La propagación de «Bella ciao», durante la Resistencia está documentada y parece circunscribirse sobre todo en la región de Emilia Romana, entre los Apeninos boloñeses y las zonas de la República partisana de Montefiorino (sobre los Apeninos de Módena) (2).

Una mattina mi sono svegliato,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
Una mattina mi sono svegliato,
e ho trovato l’invasor.

O partigiano, portami via,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
O partigiano, portami via,
ché mi sento di morir.

E se io muoio da partigiano,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
E se io muoio da partigiano,
tu mi devi seppellir.

E seppellire lassù in montagna,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
E seppellire lassù in montagna,
sotto l’ombra di un bel fior.

Tutte le genti che passeranno,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
Tutte le genti che passeranno,
Mi diranno, Che bel fior!

È questo il fiore del partigiano,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
È questo il fiore del partigiano, morto per la libertà!

La canción El pueblo unido, jamás será vencido, es una canción protesta chilena popularizada por el conjunto Quilapayún, que tantas veces he citado en este blog: “El título de la canción estaría inspirado en la frase del líder político colombiano Jorge Eliécer Gaitán pronunciadas en un discurso en la década de 1940, siendo popularizada por manifestantes de la Unidad Popular durante el gobierno socialista del presidente chileno Salvador Allende a comienzos de la década de 1970. Según el propio Sergio Ortega Alvarado, éste compuso la canción inspirándose inicialmente en un joven que gritó la conocida frase mientras él se dirigía caminando a su casa, en Santiago de Chile, en junio de 1973. La canción fue grabada por primera vez en Chile en 1973 durante un masivo concierto de Quilapayún en la Alameda de Santiago,​ sólo tres meses antes del Golpe de Estado de Augusto Pinochet que derrocó a Allende y dio inicio al periodo de dictadura militar. Poco antes de dicho concierto, Salvador Allende había nombrado a Sergio Ortega Alvarado como Embajador Cultural del gobierno de la Unidad Popular, cargo que compartió por un breve tiempo con Víctor Jara, quien fue asesinado días después del Golpe Militar” (3).

El pueblo unido, jamás será vencido,
el pueblo unido jamás será vencido…
el pueblo unido jamás será vencido…
el pueblo unido jamás será vencido…

De pie, cantar
que vamos a triunfar.
Avanzan ya
banderas de unidad.
Y tú vendrás
marchando junto a mí
y así verás
tu canto y tu bandera florecer.
La luz
de un rojo amanecer
anuncia ya
la vida que vendrá.

De pie, luchar
el pueblo va a triunfar.
Será mejor
la vida que vendrá
a conquistar
nuestra felicidad
y en un clamor
mil voces de combate se alzarán,
dirán
canción de libertad,
con decisión
la patria vencerá.

Y ahora el pueblo
que se alza en la lucha
con voz de gigante
gritando: ¡adelante!

El pueblo unido, jamás será vencido,
el pueblo unido jamás será vencido…

La patria está
forjando la unidad.
De norte a sur
se movilizará
desde el salar
ardiente y mineral
al bosque austral
unidos en la lucha y el trabajo
irán,
la patria cubrirán.
Su paso ya
anuncia el porvenir.

De pie, cantar
el pueblo va a triunfar.
Millones ya,
imponen la verdad,
de acero son
ardiente batallón,
sus manos van
llevando la justicia y la razón.
Mujer,
con fuego y con valor,
ya estás aquí
junto al trabajador.

Y ahora el pueblo
que se alza en la lucha
con voz de gigante
gritando: ¡adelante!

El pueblo unido, jamás será vencido,
el pueblo unido jamás será vencido…

No es lo mismo cantar estas canciones, conociendo su letra y contexto histórico, que parafrasearlas con letras imposibles y muy lejos de su verdadero significado. No es lo mismo. Así lo he sentido y así lo he contado para quien lo quiera compartir en estos momentos de confusión de ideologías y principios éticos para personas dignas. Menos, cuando se adultera todo a cualquier precio.

(1) Vicent, Manuel (1980, 22 de marzo). No pongas tus sucias manos sobre Mozart. Triunfo, p. 28 (Triunfo Digital).
(2) https://es.wikipedia.org/wiki/Bella_ciao
(3) https://es.wikipedia.org/wiki/El_pueblo_unido_jamás_será_vencido

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.

No estáis solas

NO ESTOY SOLA

Sevilla, 25/XI/2019

Hoy se celebra el Día Internacional contra la Violencia de Género y no es un día más, como otra celebración cualquiera de las que llenan el calendario actual, sino un día en el que se nos pide como ciudadanos de a pie que reflexionemos sobre lo que está ocurriendo en este país ante una realidad que nos asola. La única forma de empezar a tomar conciencia de la gravedad de la situación arranca con la imperiosa necesidad de que tengamos una información adecuada, justa y veraz. He podido leer hoy el análisis preparado por el diario El País con motivo de la celebración de este Día, del que recomiendo su atenta lectura, así como de la página oficial de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, donde las cifras son alarmantes en su medida exacta si se consulta su Portal Estadístico.

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Fuente: Delegación del Gobierno para la Violencia de GéneroPortal Estadístico

En la actualidad, se está llevando a cabo una campaña contra la violencia de género a nivel de Estado, dirigida a la población general, con el lema “No estoy sola”, que “tiene como objetivo lanzar un mensaje de apoyo y de confianza hacia las instituciones claves en el acompañamiento hacia las mujeres que están sufriendo violencia de género en el entorno íntimo. Los recursos y organismos especializados –ámbito social y sanitario- son fundamentales para que las víctimas puedan dar el paso en el proceso de reparación. Especialmente son recursos que juega un papel crucial durante las fases de cambio en las que se tienen que tomar decisiones que afectan de forma trascendental a la vida y seguridad de las mujeres. La ruptura del silencio y la ruptura de la relación de violencia sólo será posible si existe un entorno profesional especializado, de confianza y seguridad absoluta para las mujeres (En la lucha contra la violencia de género, #NoEstoySola)”.

Tenemos responsabilidades públicas y personales que tenemos que asumir sin más dilación. Todos los días, ante la gravedad de la situación, deben ser días contra la violencia de género. Las cifras son aterradoras y es importante estar atentos siempre a los canales oficiales y públicos de información para que no se adulteren contenidos de lo que ocurre en este ámbito así como ante noticias que no responden a la verdad social de lo que ocurre en este ámbito social. También, para que la contaminación política que niega esta realidad se pueda contrarrestar con datos reales, objetivos y veraces.

Contra hechos violentos…, no valen solo argumentos.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.

En memoria de Asunción Balaguer

Sin título

María Lavalle y Asunción Balaguer

Sevilla, 23/XI/2019

Hoy ha fallecido Asunción Balaguer, la compañera fiel de Paco Rabal, a los 94 años de edad. Hasta que cumplió 90 años, trabajó en el teatro, que era su gran pasión de vida relegada a un segundo plano hasta que falleció su marido, Paco Rabal.

La recuerdo siempre con la dignidad, de mujer y actriz, presente en cada una de sus palabras. Esa fue la razón de que le dedicara un artículo hace ya cuatro años en este blog, Los ejes de mi vida, que recupero hoy como homenaje a su memoria como persona y actriz:

Es demasiado aburrido
seguir y seguir la huella
andar y andar los caminos
sin nada que me entretenga

Atahualpa Yupanqui, Los ejes de mi carreta

Cuando contemplé la cara amable de Asunción Balaguer en la promoción de su próxima intervención en el Teatro de La Abadía, en Madrid, dando la réplica a María Lavalle en Atahualpa y los ejes de una vida, dirigida por Jaime Chávarri, recordé inmediatamente la vida compartida con Paco Rabal, en la que estuvo siempre en un segundo plano dejando pasar su persona de secreto, de actriz, como otras tantas mujeres que estuvieron a la sombra de las vidas profesionales de hombres denominados ilustres, cuando ellas podían haber alumbrado la sociedad por ellas mismas, con su saber ser y estar en la vida desde diferentes perspectivas personales y profesionales. Nunca se escribirá lo suficiente sobre esta realidad en la que la mujer ha entregado una vida artística, como Asunción, rescatada ahora a la mayor gloria de la diosa vida.

Me gustó mucho el título de esta representación en homenaje a Atahualpa Yupanqui, que me ha acompañado siempre en la banda sonora de mi vida. La sinopsis del espectáculo es fiel reflejo de una vida apasionada y de emociones sentidas y, lo que es mejor, transmitidas: “La tensión dramática de Atahualpa, los ejes de una vida está señalada por los avatares de una vida que se identifica con una condición humana sobria de ornamentos materiales como rica en poesía e interrogantes filosóficos. El andar por distintos rumbos del continente americano y del mundo le fueron dejando canciones que están unidas a su vida, entre ellas, emblemáticas, son las que refieren exilios. También encuentros significativos como el que tuvo con Edith Piaf que le abrió las puertas de París y el reconocimiento general. La puesta en escena trata de marcar la evolución dramática de una obra que estableció pautas extraordinarias en la canción del siglo XX y que se proyecta a la actualidad con sorprendente eficacia. Su contenido interpela nuestra existencia y nuestro presente histórico. La combinación de actriz, cantante y músicos va ambientada con proyección de imágenes y sonidos que pretenden ante el público dar presencia a distintos momentos de la vida de Atahualpa Yupanqui”.

A veces…, nos llaman abandonados si no engrasamos los ejes de nuestras vidas. Por ejemplo, he recordado uno en especial, personal, el de la docencia. Fue cuando entrevisté en Huelva a Paco Rabal en 1980, en una semana de cine social que celebrábamos en aquellos años de consolidación de la democracia, en mi etapa de director de la Escuela de Trabajo Social. Proyectamos una película en 16 milímetros con nuestros propios medios, El “Ché” Guevara (1968), interpretada por él, que Paco recordaba bien no tanto por su calidad, porque reconocía que no era una joya de la cinematografía, rodada con escasos medios en Italia, sino por su contenido ideológico, donde el Ché merecía ser tratado con calidad personal y testimonial. Nos sirvió aquel encuentro para reforzar el compromiso social en el contexto del activista argentino de razón y cubano de corazón, que era el objetivo de aquella semana cultural abierta a todo el público de Huelva, porque pensábamos en aquel año que esta provincia descubridora necesitaba la educación y la cultura en todos los niveles para seguir descubriéndose a sí misma, como eje engrasado de su futuro. Paco estuvo genial contando mil y una anécdotas de su compromiso activo a través del cine, las peripecias del rodaje con su sempiterno macuto cargado de piedras, respondiendo con ejemplos vitales que supimos comprender sin esfuerzo alguno.

Mientras, Asunción estaba en casa, probablemente en el Arroyo de la Plata, esperando como siempre el regreso plácido y triunfal de Paco, a quien tanto amaba. Por eso la he recordado especialmente, por su ejemplo de vida, que debemos rescatar para fijarlo y darle el esplendor que merece, porque es demasiado aburrido seguir y seguir la huella, andar y andar los caminos sin nada que nos entretenga, reinterpretando ahora a Atahualpa Yupanqui y comprendiendo su mensaje para ahora y siempre: «No necesito silencio; yo no tengo en qué pensar. Tenia… pero hace tiempo… ¡ahora, ya no pienso más!»

 

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Cecilia de Roma, Johann Sebastian Bach y Karl Richter

Sevilla, 22/XI/2019

Hoy, festividad de Santa Cecilia (Cecilia de Roma), se celebra el Día Internacional de la Música. Más de una vez me he referido en este blog a un compositor, Juan Sebastián Bach y a un intérprete del mismo, Karl Richter, que escucho y veo con bastante frecuencia, porque representan ambos la esencia de la música y su forma de expresarla. Vuelvo a recoger mis palabras a tal efecto cuando comenzó este año y las entregaba a la Noosfera como un regalo especial. En este día de celebración las comparto de nuevo.

Sobran palabras. Una hora, treinta y ocho minutos, cincuenta y dos segundos, te sumergen en una experiencia musical inolvidable. Los conciertos, que se pueden visualizar y sentir en el vídeo que encabeza estas palabras, fueron grabados del 1 al 10 de abril de 1970 en el Castillo Nuevo de Schleissheim (Munich), bajo la dirección de Karl Richter, probablemente uno de los mejores intérpretes de Bach que han existido. Destaco un momento mágico de Richter, entre otros muchos (más bien diría que a lo largo de todos los conciertos), dirigiendo a la orquesta Bach en posiciones casi imposibles, al simultanear la dirección con la interpretación al clave, moviendo las manos en giros indicadores de melodías preciosas interpretadas por Richter y su orquesta como solo ellos sabían hacer. Me refiero, por ejemplo, al primer movimiento del Concierto número 5, Allegro, donde se puede observar la maestría de Richter en el clave. Pasen, vean y escuchen.

Concierto de Brandenburgo N.º 1 en Fa mayor BWV 1046

Guía práctica

[00:28~] 1º. Allegro

[04:23~] 2º. Andante (en re menor)

[08:12~] 3º. Allegro

[12:53~] 4º. Menuetto; Trío I (2 oboes y fagot);
Menuetto Polacca (violines y violas); Menuetto Trío II (2 cornos y 3 oboes); Menuetto.

Concierto de Brandenburgo N.º 2 en Fa mayor BWV 1047

[20:50~] 1º. Allegro

[26:00~] 2º. Andante (en re menor)

[29:44~] 3º. Allegro assai

Concierto de Brandenburgo N.º 3 en Sol mayor BWV 1048

[32:35~] 1º. Allegro

[38:38~] 2º. Adagio

[39:41~] 3º. Allegro

Concierto de Brandenburgo N.º 4 en Sol mayor BWV 1049

[45:06~] 1º. Allegro

[52:44~] 2º. Andante (en mi menor)

[56:44~] 3º. Presto

Concierto de Brandenburgo N.º 5 en Re mayor BWV 1050

[1:01:48~] 1º. Allegro

[1:11:44~] 2º. Affettuoso (en si
menor)

[1:16:38~] 3º. Allegro

Concierto de Brandeburgo N.º 6 en Si mayor BWV 1051

[1:22:00~] 1º. Moderato

[1:28:22~] 2º. Adagio ma non tanto
(en Mi♭ mayor)

[1:33:07~] 3º. Allegro

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¿Existen noticias más allá de toda sospecha?

MAS ALLA DE TODA SOSPECHA

Sevilla, 17/XI/2019

Estamos rodeados de noticias falsas o de medias verdades que todas juntas no llegan a transmitir una verdad entera. Corremos todos los días y en cada momento hacia el areópago griego de toda la vida, es decir, las redes sociales, porque su inmediatez nos lleva a leer de todo y, casi siempre, plagado de opiniones que se elevan a la enésima potencia del saber falso. Es un ejemplo de la huida de la prensa escrita, aunque sea digital, porque el desorden ético periodístico también se puede digitalizar. Todo está intervenido porque la democracia también lo está, como lo exponía recientemente en este cuaderno digital. Por supuesto, vigilada.

Cuando me di de baja en el diario El País, en octubre de 2016, comprendí que la prensa escrita estaba intervenida por el poderoso caballero don dinero. Esto es así porque es la única explicación razonable ante el delirio periodístico que vivía ese periódico en aquellos días aciagos de acoso y derribo contra el secretario general del Partido Socialista Obrero Español, cuestión que detallé ampliamente en un artículo escrito en esos días como consecuencia de una gota que consideré que había rebosado el vaso, por un editorial vergonzante que luego quiso explicarme el director de entonces en una carta que recibí y que envió a todas los lectores que decidimos bajarnos de ese periódico en marcha.

Hoy he leído una columna preciosa de Manuel Rivas (que todavía resiste en ese medio de comunicación), Juventud sin periódicos, donde aborda una realidad palmaria: “¿No será que la gente joven pasa de la prensa tradicional porque esa prensa pasa de la gente joven?” No solo la gente joven, sino los adultos en general, las personas mayores, entre las que me encuentro. Pero lo que me ha asombrado es el conjunto de verdades que expone y que podrían ser atractivas para todos: “Llevar un periódico debajo del brazo podría ser una imagen más vanguardista que anacrónica. Pero ese periódico debería abrirse a lo hoy “prohibido” o marginado. Hablar de lo que no se puede hablar. Las nuevas formas de esclavitud laboral, la renuncia a las políticas sociales en la vivienda, los mecanismos de reproducción del machismo, la guerra contra la naturaleza, el “estatismo” conservador que cada vez achica más las libertades, la fosilización de las leyes que penalizan la protesta, la emigración masiva de jóvenes y la pérdida de talentos, la desigualdad y la corrosión de los vínculos comunitarios, el modelo “nacionalcatólico” vigente todavía en la educación, la hostilidad hacia lo plural y el silenciamiento de las disidencias culturales, mientras se “blanquea” el racismo y la producción de odio”.

¿Por qué busco la noticia escrita con verdad ética? Porque busco la verdad de lo que ocurre en el mundo próximo y lejano, con objetividad plena y con independencia de los poderes fácticos, que son muchos. Algo tengo claro a estas alturas de la película: ya no basta con leer un solo periódico, porque al igual que detesto el pensamiento único considero necesario leer varios y, probablemente, de la diversidad que nos ofrece el mundo digital, que no solo atómico, puede salir la luz de lo que verdaderamente ocurrió, contrastando (comprobando la exactitud o autenticidad de algo, según la RAE) varias fuentes, varios ríos atravesados por quienes pretenden contarnos como lo hicieron por diferentes sitios. Porque la verdad no pertenece a nadie, sino a lo que verdaderamente pasó y ya nos advirtió Heráclito de Éfeso que nadie se baña dos veces en el mismo río. Lo que allí ocurrió solo lo conoceré porque me lo cuentan profesionales con palabras e imágenes, que también están contaminadas en muchas ocasiones, aunque valgan más que mil palabras. Es lo que tiene ser humanos y es verdad que cuando crecemos en la ética de la justificación como justicia, comprendemos mejor que nunca que todo lo humano no nos es ajeno. Ni siquiera el periodismo, ni un buen periódico hecho por profesionales que, en el menor o mayor descuido, se ajustan como ajustamiento de los poderes fácticos, ocultos, manifiestos y sin escrúpulo alguno para tratar la verdad a medias, a cualquier precio y desprecio. Aunque, afortunadamente, todos los periodistas no son iguales. Ni los (buenos) periódicos…, tampoco. En definitiva, es una cuestión de ética periodística y lectora que, por cierto, nunca son inocentes.

Me ha reconfortado esta columna de mi maestro Manuel Rivas, al que un día estreché la mano aquí en Sevilla, diciéndole abiertamente que le agradecía desde hace ya muchos años su coherencia o, lo que es lo mismo, el perfecto entendimiento a través de su obra de lo que dijo Antonio Machado hace ya muchos años: no existen verdades absolutas de unos o de otros, sino solo aquella que se busca en común y en libertad, sin estar mediatizada por nada ni por nadie. ¿Recuerdan?: “Tu verdad. No la verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela”.

Después de leer la columna de Rivas, vuelvo a otro gran maestro, Gabriel García Márquez, en un artículo aleccionador para comprender bien el periodismo, “el mejor oficio del mundo”, del que entresaco estas sabias palabras: “[…] Pero en su expansión se llevaron de calle hasta el nombre humilde que tuvo el oficio desde sus orígenes en el siglo XV, y ahora no se llama periodismo sino Ciencias de la Comunicación o Comunicación Social. El resultado, en general, no es alentador. Los muchachos que salen ilusionados de las academias, con la vida por delante, parecen desvinculados de la realidad y de sus problemas vitales, y prima un afán de protagonismo sobre la vocación y las aptitudes congénitas. Y en especial sobre las dos condiciones más importantes: la creatividad y la práctica”. Los poderes fácticos, acaban después con la ética periodística que se podría resumir como la solería que cada profesional pone a lo largo de su vida como suelo firme de su forma de interpretar lo que ocurre y entregarlo a los demás. Ya lo sintetizó espléndidamente Eugenio Scalfari, el fundador de La Repubblica de Roma, en una frase ante estudiantes españoles en la Escuela de EL PAÍS, en 2014: “Periodista es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente”. Nada más.

NOTA: la imagen se ha recuperado hoy de http://a53.idata.over-blog.com/460×600/1/21/63/43/2011-Catorce/medios-de-comunicacion1.jpg

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El nuevo Gobierno de Coalición deberá tener en cuenta a los nadies

Sevilla, 16/XI/2019

Nadie mejor que Eduardo Galeano para hacernos comprender lo que significa un Gobierno para todos basado en la defensa del interés general, pero sobre todo para los nadies, en un país en el que la pobreza alcanza cifras sonrojantes. Estoy convencido de que la propuesta de Gobierno de Coalición de Pedro Sánchez (PSOE) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos), es muy importante para los que menos tienen aunque sean muchas veces los que más son, pero sobre todo para los que Eduardo Galeano ensalzó como los nadie, a través de sus palabras, que aún quedan y resuenan en nuestros oídos:

Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día
llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer,
ni hoy, ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:

Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folclore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.

Los nadies que cuestan menos que la bala que los mata.

En el Acuerdo Programático final que propicie el deseado Gobierno Urgente de Coalición, solo pediría que pusieran un artículo en negrita dedicado a los nadies. Les estaría siempre agradecidos desde el Club de las Personas Dignas, al que pertenezco, donde Los Nadies ocupan un lugar privilegiado para ser atendidos como seres humanos, no como recursos humanos, con caras, nombres y con la dignidad de personas como seña de identidad de sus vidas.

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Gobierno de coalición e interés general

EL ABRAZO

Juan Genovés, El abrazo

Sevilla, 14/XI/2019

El principio de realidad que expuso magistralmente Sigmund Freud, se ha impuesto finalmente como consecuencia del resultado político de las elecciones generales celebradas el pasado domingo. El anuncio del gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos reflejan esta asunción del principio freudiano aplicado a la política. Solo es viable la instauración de este tipo de Gobierno si se respetan dos palabras de enorme contenido constitucional: interés general. El abrazo de Pedro Sánchez (PSOE) y Pablo Iglesias (UP) me recordó el cuadro de Genovés, El abrazo, símbolo de la Transición, que está cerca de donde se produjo este momento político del martes pasado, porque merecería la pena que quienes ostentan la representación política de todos los españoles observaran con detenimiento el cuadro y pensaran, aunque fuera solo por un momento, que este símbolo de los abrazos no se debe olvidar porque fue una lección democrática reflejada fantásticamente por Genovés durante la Transición en un país que ahora los necesita más que nunca.

Efectivamente, en la situación política actual creo que la solución de Gobernanza de Estado pasa por respetar el interés general de la ciudadanía, del pueblo, de la gente. Y con la sombra de aquella enigmática frase de Lenin, ¿qué hacer?, en la que crecí en tiempos de una España difícil, creo que cada líder político llamado a poder presidir este país, como símbolo de la auténtica democracia, debe iniciar y mantener diálogos permanentes con otros partidos ideológicamente próximos a la izquierda constitucional porque no todo vale en política, para llegar a consensos que permita iniciar la legislatura con acuerdos programáticos viables y representativos de una España diferente, que ya no es de dos sino de muchos. De esta forma, cada persona, sola o acompañada, siguiendo el ejemplo de sus políticos de cabecera o sensatos hasta límites insospechados, podrá trabajar por otro mundo mejor, porque es posible, dialogando sin límite alguno, sin esperar que el telediario, las noticias a través de diferentes medios o las opiniones de barra de café y sillón, vengan a solucionar los problemas acuciantes que atraviesan España, Andalucía, las familias andaluzas, por hablar de lo más próximo en el espacio y tiempo postelectoral. Pero ¿qué hacer?

Lo escribí ya en 2012, casi antes de ayer, al comienzo de la crisis que estamos arrastrando hasta hoy: “Lo primero, tomar conciencia de que no existen recetas maravillosas, ni bálsamos de Fierabrás, para luchar contra los molinos de viento que azotan la economía doméstica, para empezar, pero no de la misma forma a todos, es decir, hay que tomar conciencia de que universalizar la bondad o la maldad, la riqueza o la pobreza, no es el camino a andar. Nunca, nunca, porque la realidad es personal e intransferible, siendo la responsabilidad personal primero y la colectiva después, en todos los casos, la que nos permitirá salir del fango político en el que estamos instalados. Hay que recuperar de forma urgente, casi crítica, la lucha por los valores fundamentales de las personas, cada uno en su sitio, ya seamos ciudadanos de a pie o administradores públicos, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, con ejemplos muy sencillos, de las pequeñas cosas de cada día: honradez en el cumplimiento de los deberes personales, familiares y laborales, hasta en sus últimas consecuencias, los deberes derivados del cumplimiento del trabajo bien hecho, no chapucero, tan habitual ya; los deberes fiscales, plantando cara ante el escaqueo fiscal, colectivo, como por ejemplo el fraude del IVA, en una pregunta instalada en la sociedad civil y admitida como normal: ¿factura con IVA o sin IVA?; plantar cara a los alardes de cómo engañar a la Hacienda Pública, porque la sangría del empleo sumergido hunde de forma comparativa a las personas dignas, que trabajan muy bien todos los días, pero que asisten a un continuo espectáculo de café para todos y de servicios sociales, sanitarios y educativos que no se financian de aire sino que necesitan de la participación económica ciudadana, cuando algunas personas no los merecen, porque no participan para nada en la construcción social de una familia, trabajo, barrio o comunidad mejor, a través de los impuestos, sino que asiste desde su sillón particular al diseño de un mundo imposible, sencillamente porque no existe. Eso sí, porque solucionarlo es la responsabilidad de otros, siempre”.

Y ante un programa de gobierno de consenso, tal y como lo han ordenado las urnas el domingo pasado, surge una pregunta obvia: ¿tengo yo que hacer algo en esta situación o sigo confiando en que esta situación la resuelvan solo los políticos, los de arriba?, ¿no tendré yo alguna parte de esa responsabilidad en lo que está pasando por acción u omisión? ¿Qué hacer? Para empezar, exigir este diálogo, pero de forma celular, activa y ejemplar, con generosidad absoluta y amplitud de miras hacia los que tienen la mayor pobreza que existe: no ser dueños de su inteligencia para pedir, denunciar y obtener lo que es legítimo para ser personas, para exigir ese diálogo de nuestros mayores políticos a los que hemos confiado nuestro voto. Porque si hay dignidad personal y colectiva, pública y privada, habrá trabajo, control de la corrupción, programas políticos sensatos y que den respuesta a las problemáticas sociales actuales, dado que las ideologías y las economías no son inocentes y los Gobiernos tampoco. Hay que tener claro también y defenderlo a los cuatro vientos que no todos somos o son iguales en el Gobierno en la calle más próxima y que no se debe confundir valor y precio, como hace todo necio. Lo que hay que hacer con urgencia es desenmascarar a las personas indignas, cualquiera que sea el lugar que ocupen en la sociedad, arriba o abajo, en la derecha, en el centro o en la izquierda de cada persona.

¿Qué hacer? Creer en el interés público, el general, en el que tanto insiste la Constitución actual, por encima del personal o el de partido con siglas concretas: es la única solución, aunque haya que cambiar cuestiones vitales en el desarrollo actual de la misma, porque si nos podemos salvar todos, siempre será mejor que uno solo, o unos pocos, sobre todo aquellos que mueven los hilos de la marioneta mundial de la economía de mercado, a través del rating, de las primas de riesgo, de los bancos malos de remate, etcétera, etcétera. Solidaridad frente a codicia. Interés público, general, para salvar la situación del empleo, de la educación, salud y servicios sociales para todos los que lo necesiten, no solo para los que puedan acceder a ellos con privilegios o porque puedan pagarlos.

En definitiva, frente a los mercados implacables, simbolizado en aquellas palabras de la campaña de Clinton y sus adláteres actuales, ¡Es la economía, estúpido!, hay que gritar muy fuerte: ¡Es el diálogo, el interés general!. Sin más. Y sin insultar como lo hicieron ellos, como lo hacen todavía en el momento actual, creyendo que la malla mundial de personas que habitan el planeta Tierra o, por extensión, España, es tonta. O estúpida, como creían en 1992 y creen muchos todavía hoy.

Confío en que antes de Navidad tengamos un Gobierno de Coalición solvente y creíble. El interés general de los ciudadanos y ciudadanas de este país así lo esperan. Ese debería ser su lema de legislatura. Es lo que esperaba Genovés cuando pintó el cuadro que encabeza estas líneas, no inocente por cierto, haciendo camino al andar y no disimulando nunca que la izquierda sabía mejor que nadie de abrazos y comprensión sin límites al tener que ponerse a hablar las dos Españas de Machado durante la Transición, porque todos no somos iguales en conducta social e igualitaria desde las ideologías, aunque sí ante la Ley. Es lo que deberían recordar ahora las señoras diputadas y los señores diputados a la hora de hablar del nuevo Gobierno y del interés general: olvidar momentáneamente lo que nos separa es comprender lo que buscamos entre todos y a veces se comprende tanto que ya no hay casi nada que olvidar o perdonar y mucho por hacer en lo que nos une. Incluso con un abrazo especial al que piensa de forma diferente, mirando de frente a las diferentes caras de la urna de cristal que se llama ahora Congreso de los Diputados.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.

Obligatoriamente obligada a entenderse la izquierda constitucional

[…] El tema 83, la democracia,
el ácido sulfúrico, los ceros,
el tacón, las hambres, el casamiento
orgánico.

De este mundo los dos sabemos poco.
Y sin embargo, estamos aquí, obligatoriamente obligados a entenderlo.

Rafael Ballesteros, Ni yo tampoco entiendo

Sevilla, 11/XI/2019

Lo he manifestado públicamente en este cuaderno digital a lo largo de sus catorce años de vida: en el álbum musical de mi vida ocupa un sitio privilegiado una canción muy breve interpretada por Aguaviva, Ni yo tampoco entiendo, con letra del poeta malagueño Rafael Ballesteros, que procuro aplicarla todos los días por su mensaje final. Ayer finalizó el nuevo proceso de elecciones generales en el que nos hemos visto inmersos y que, por sus resultados, muestra de forma clarividente que todos, sin excepción, estamos obligatoriamente obligados a entendernos: partidos políticos y ciudadanía, casi por igual, tanto monta monta tanto, porque los votos son de los ciudadanos que votan. Pretendemos, con nuestro voto, ser dueños de nuestro destino, algunos con más ensoñación democrática de su destino que otros. Ahora, los partidos en liza y, sobre todo, el ganador de estas elecciones, tienen la responsabilidad directa de entenderse para formar urgentemente un Gobierno sólido, estables y creíble, cada uno con su cadaunada, con su ideología y su búsqueda de puntos de encuentro, constitucionales por supuesto, para romper el bloqueo político que nos lleva al estancamiento insufrible en el que nos encontramos.

Los más antiguos del lugar recordarán esa preciosa canción de Aguaviva y sus estrofas finales, sobre nuestro destino: “De este mundo los dos sabemos poco. / Y sin embargo, estamos aquí, obligatoriamente obligados a entenderlo”. El escritor Manuel Rivas dijo en su columna del superdomingo electoral de mayo, en el diario El País, hablando de lo que hace verdaderamente daño a la política, nacional y europea, que “Hay mucha gente desencantada de la política, tal vez porque tenía de ella una visión providencial. Yo no estoy desencantado, ni encantado, porque no espero milagros. Me parece suficiente milagro una política que no haga daño. Aunque imperfecta, que no cause desperfectos. Que no penalice la libertad, que no normalice la injusticia, que frene la guerra contra la naturaleza. Una política que no se nos caiga encima”.

Aquella canción nos dejaba inquietos ante el permanente mundo al revés, tan frecuente en nuestras vidas:

Ni yo tampoco entiendo si se me abre
el grifo y sale una bala tras otra
bala, si abro la puerta y se nos entra
el fusilado y cierro y se me queda
fuera el dedo, si unto amor en el labio entreabierto
y nada, si miro al muro
y todavía distingo los boquetes

Todo lo que ha ocurrido desde el famoso 26 de mayo pasado muestra que las dificultades para romper el bloqueo político han sido palpables, pero cuesta mucho entender, a los votantes de izquierda sobre todo, que no se haya podido alcanzar un acuerdo de mínimos para lograr el objetivo básico de esta ideología: prestar los mejores servicios públicos a la sociedad teniendo en cuenta solo y exclusivamente el interés general de la población a la que el gobierno constituido sirve, teniendo en cuenta sobre todo a los más débiles, a los que menos tienen, a los que no tienen trabajo, a los que necesitan estructuras saludables para vivir y llegar a ser mayores con todas las garantías.

Creer en el interés público, el general, en el que tanto insiste la Constitución actual, por encima del personal o el de partido con siglas concretas, es la única solución para romper el bloqueo político que se presenta de nuevo con el resultado de estas elecciones, aunque haya que cambiar cuestiones vitales en el desarrollo actual de la misma, porque si nos podemos salvar todos, siempre será mejor que uno solo, o unos pocos, sobre todo aquellos que mueven los hilos de la marioneta mundial de la economía de mercado, a través de la llamada «desaceleración económica mundial» que se nos viene encima, del rating, de las primas de riesgo, de los bancos malos de remate, etcétera, etcétera. Solidaridad frente a codicia. Interés público, general, para salvar la situación del empleo, de la educación, salud y servicios sociales para todos los que lo necesiten, no solo para los que puedan acceder a ellos con privilegios o porque puedan pagarlos. En definitiva, frente a los mercados implacables, simbolizado en aquellas palabras de la campaña de Clinton en 1992 y sus adláteres actuales, hay que gritar muy fuerte: “Es el diálogo, el interés público”. Sin más. Y sin insultar como lo hicieron ellos, como lo hacen todavía en el momento actual, creyendo que la malla mundial de personas que habitan el planeta Tierra o, por extensión, España, es tonta. O estúpida, como creían en 1992 y creen muchos todavía hoy. Merece la pena que la izquierda se entienda urgentemente porque en la izquierda digna se sabe que mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pasen las personas libres para construir una sociedad mejor. Palabra de Allende y ¿por qué no?, nuestra. Para quien la quiere seguir escuchando y practicando a pesar de todo.

Las estructuras tradicionales de la política en este país a través del bipartidismo han desaparecido, por mucho que a algunos votantes les cueste creerlo. El multipartidismo ha venido para quedarse definitivamente en el Congreso y en el Senado. Tenemos que reconocer que de este mundo de la política de pactos sabemos poco, pero estamos aquí obligatoriamente obligados a entenderlo. Por encima de todo, amamos una política que no haga daño, “aunque imperfecta, que no cause desperfectos. Que no penalice la libertad, que no normalice la injusticia, que frene la guerra contra la naturaleza. Una política que no se nos caiga encima”. La izquierda constitucional está obligatoriamente obligada a entenderse por el bien de todos los ciudadanos que vivimos en este país tan heterogéneo por sus territorios, lenguas, creencias y culturas, y que, con nuestro voto, aspiramos a vivir en paz en él y sin hacernos daño.

¿Reflexión buenista de un optimista redomado? No, aplicación del principio de realidad de un pesimista bien informado.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.

La jornada de reflexión hermosea la democracia y el voto (II)

ENCRUCIJADA

Sevilla, 9/XI/2019

Es la segunda vez en esta año que votamos en unas elecciones generales y recupero lo que he escrito en varias ocasiones sobre esta jornada previa, llamada de «reflexión», en este cuaderno de bitácora que guardo en el cuarto de derrota personal, utilizando el lenguaje del mar, salvando los muebles que haya que salvar. Todo tiene su tiempo y su momento, respetando el fondo y la forma de una reflexión del Eclesiastés (Qohélet), en su extraordinario capítulo 3º, al decirnos alto y claro que tenemos hasta 27 oportunidades para disfrutar de un regalo llamado tiempo a lo largo de la vida: nacer, morir, plantar, arrancar lo plantado, sanar, destruir, edificar, llorar, reír, lamentarse, danzar, lanzar piedras, recogerlas, abrazarse, separarse, buscar, perder, guardar, tirar, rasgar, coser, callar, hablar, amar, odiar, guerra y paz.

Ahora agrego dos más, el tiempo de reflexionar y el de votar en las elecciones generales de noviembre de 2019: «Me he detenido a leer con detalle las diferentes modalidades del lema “reflexión” y sus derivados en el Diccionario de Autoridades (RAE) que tanto aprecio y en su contexto he descubierto una palabra vinculada con el adverbio de modo “reflexivamente” que recupero para festejar esta jornada. Se trata del verbo “hermosear” que vinculo hoy a la democracia porque ésta se hermosea con la reflexión que podemos llevar a cabo antes de acudir al acto de votar. Votar enriquece la democracia, la hermosea que decían los clásicos, porque mediante el voto responsable se considera y se da una segunda oportunidad a nuestro acto de decidir porque, en definitiva, se piensa más cuidadosamente todo.

Así reflexionaban nuestros antepasados del siglo XVIII en este país y así lo recogió el Diccionario de Autoridades (1734) para la posteridad, enriqueciendo ese acto tan sencillo, aparentemente, de reflexionar. La calidad intrínseca que contiene el verbo «hermosear» también lo recoge el citado diccionario con una acepción preciosa: “Hacer vistosa, perfecta y hermosa una cosa”. Quizá está ahí su encanto, porque si reflexionamos hoy sobre lo que va a ocurrir mañana a través de mi voto responsable, con sus consecuencias obvias, hacemos vistosa, perfecta y hermosa la democracia.

Para que no se olvide ni siquiera un momento en esta jornada tan vistosa de reflexión».

NOTA: la imagen se recuperó el 1 de diciembre de 2018 de http://blog.cristianismeijusticia.net/2015/04/10/inmigracion-y-nuevas-encrucijadas-como-ser-profeta-en-un-mundo-diverso

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.