Las respuestas están dentro de nosotros

Sevilla, 30/III/2021

Vivimos en un tiempo en el que cuando creemos tener respuestas para casi todo, nos cambian a diario las preguntas. Aprendí esta reflexión de Mario Benedetti, que me enseñó a vivir con dignidad en un territorio de preguntas muy profundas, en el Sur del Mundo. Esta situación nos lleva a buscar sin respiro nuevas respuestas a interrogantes que nos rodean por tierra, mar y aire.

Estando inmerso en esta misión posible, he escuchado una canción de Rozalén, a quien sigo con frecuencia por su compromiso activo desde la cultura en tiempos de coronavirus, con un título sugerente, “Y Busqué’, cuya sinopsis nos la presenta ella misma como aviso afectuoso para navegantes inquietos: “es una subida al templo Tepozteco, en México, una subida a la cima de cualquier montaña. Una metáfora. El camino que nos toca andar… Es un viaje interior, un intento de búsqueda de respuestas al sentido de las cosas, de la Vida, un “porqué estoy yo aquí”. Al final la respuesta se hace clara en soledad. Siempre buscamos fuera lo que nace dentro…”.

Invito a escucharla y seguir la letra, palabra a palabra, porque todas juntas nos dan una solución muy inteligente: las respuestas a lo que está pasando están en nuestro interior, es decir, en nuestra inteligencia individual, emocional y sentimental, porque es la única que nos guía en la resolución de cada problema diario...

Un árbol viejo partido en dos,
las puertas a este viaje interior.
Los senderos tienen forma de serpiente,
tienen piedras curvas y señales que te pierden.

Las primeras dudas las lloraba el cielo.
Debes enfrentarte sola y no tener miedo.
Descargué el exceso de peso,
me quedé con el alma en los huesos,
llené de aire el cuerpo.

Y busqué, y busqué, y busqué
hasta la cima.
Y no hallé, y no hallé, y no hallé
el sentido a mis días.
Y busqué, y busqué, y busqué
hasta el fin.
La respuesta estaba dentro de mí.

Luna plena y llena de agua fría,
ilumina la noche herida.
Como el pájaro, muestro atenta mis alas.
Miro desde arriba:
la que arriesga es la que gana.

Siempre busco fuera lo que nace dentro,
que mis días felices no dependan del deseo ajeno.
Aprender a escuchar el silencio,
regalar movimientos al viento,
yo sola ante este templo.

Y busqué, y busqué, y busqué
hasta la cima.
Y no hallé, y no hallé, y no hallé
el sentido a mis días.
Y busqué, y busqué, y busqué
hasta el fin.
La respuesta estaba dentro de mí.

Y busqué, y busqué, y busqué…

Cada estrofa es una página de vida y del alma. Aplicarlas en nuestra situación concreta es el desafío ante las grandes preguntas de la Vida, con mayúscula, como la canta Rozalén agregando siempre a sus notas las metáforas y el lenguaje de signos, aunque a veces tengamos el alma en los huesos.

Y busqué, y busqué, y busqué
hasta el fin.
La respuesta estaba dentro de mí.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

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