Sevilla, 23/VI/2021
Los hermanos Marx protagonizaron una de sus últimas películas, The Big Store (La Gran Tienda, 1941), conocida aquí en España como “Tienda de locos” (traducción típica y fallida de la época, tanto del título original como de los doblajes), en la que volvieron a hacer de las suyas, pero siempre transmitiendo mensajes subliminales para quien los quisiera comprender en su momento, puesto que si algo está claro en su trayectoria cinematográfica es que sus películas nunca fueron inocentes. Cuando seguimos la estela diaria de Amazon, como representante hoy por excelencia de esa Gran Tienda del Mundo al Revés, cambiando lo que haya que cambiar por la transformación digital de nuestras vidas, quiero resaltar algunas ideas de aquella comedia con tintes dramáticos, casi de novela negra, aunque con aires de un musical de fondo que se puede entrever en la canción “Sing While You Sell”, Canta mientras vendes, en la que vemos a Groucho haciendo una exhibición de sus grandes dotes interpretativas y de baile.
Fue la última película producida por la todopoderosa Metro-Goldwyn-Mayer y la última vez que Groucho Marx y Margaret Dumont, una pareja inolvidable en la historia del cine, aparecieron juntos y en su eterna aventura de amor imposible, como se puede deducir del diálogo siguiente extraído de la película y donde de alguna forma Groucho critica la forma de tratar estos temas por parte del cine oficial de Hollywood, plagado de escenas románticas pero vacías de contenido y con un guiño a la imprescindible libertad personal y de pareja que él preconizaba con sus frases:
— Mrs. Martha Phelps (Margaret Dumont): Dime Wolfie, cariño, ¿tendremos una casa maravillosa?
— Wolf J. Flywheel (Groucho Marx): Por supuesto, ¿no estarás pensando en mudarte, verdad?
— Mrs. Phelps: No, pero temo que cuando llevemos un tiempo casados, una hermosa joven aparezca en tu vida y te olvides de mí.
— Flywheel: No seas tonta, te escribiré dos veces por semana.
Ochenta años después, Tienda de locos se debe comprender como una sátira del mundo de los negocios, sin desperdicio alguno: “¿De verdad una mujer de su cultura y dinero, salud y dinero, belleza y dinero, va a casarse con ese impostor?”, donde la doble moral americana que se exportaba al mundo con sus películas, campaba por sus respetos. Sea como fuere Groucho recogió en 1974 un Oscar honorífico de las manos de Jack Lemmon quien dijo que “los hermanos Marx fueron tan revolucionarios en la comedia como Karl Marx lo fue en la filosofía”. Y en su breve agradecimiento, Groucho expresó: “Me gustaría que Harpo y Chico pudieran estar aquí para compartir este gran honor, y también me gustaría que estuviera Margaret Dumont. Era una dama excepcional, a pesar de que nunca entendía mis chistes. Solía decir: “Julius [nombre real de Groucho] ¿De qué se están riendo?” Pero era toda una dama y yo la quería” (1).
Todo lo anterior es una sátira de fondo sobre lo que nos sucede en la actualidad con los Grandes Almacenes. Es verdad que el futuro de las grandes superficies (Big Stores) ya no es lo que era y no serán lo que son en la actualidad. ¿Está preparada la sociedad española para este cambio vertiginoso de paradigma de consumo? ¡Que tiemble El Corte Inglés, piensan los más atrevidos! (digitalmente hablando), porque su futuro ya no es lo que era. Amazon comenzó a ensayar en 2017, en Estados Unidos, una experiencia consistente en compra acumulada de ropa y otros bienes domésticos, con objeto de que te lo puedas probar todo en casa, cómodamente, y devolver aquello que no te guste, aunque premiará con descuentos suplementarios sobre el precio de lo comprado en función del número de bienes que al final adquieras. Si se envía una foto actualizada a Amazon, sus máquinas inteligentes te visten de la forma que tú eliges, aconsejándote sobre otras alternativas que pueden mejorar tu imagen.
Al final, en un mundo al revés, podríamos montar también un musical con una canción que llevara por título “Canta mientras compras”. Todo se andará. Al tiempo, digital por supuesto.
(1) La viuda y el vividor: El amor deconstruido según Margaret Dumont y Groucho Marx – Coencuentros
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.