
Sevilla, 4/XII/2022
Contra hechos no valen argumentos, que dice el adagio latino: contra facta non valent argumenta. He estudiado a fondo el trabajo científico que ha desarrollado la Fundación CIVIO, a la que tanto admiro, en relación con la presión de trabajo que sufre en la actualidad la Atención Primaria en nuestro país y, en concreto, en mi Comunidad Autónoma, Andalucía, considerando que es un deber ético como ciudadano de base divulgar estos datos en la medida que pueda hacerlo con todas las garantías de trasladar la información tal y como la ha elaborado la Fundación: “En 2022, la carga de trabajo en medicina de familia se ha mantenido o incluso ha empeorado en todas las comunidades que han proporcionado datos a Civio, salvo en Castilla-La Mancha. Entre las diez áreas sanitarias más saturadas se encuentran dos de la Comunidad Valenciana, cinco de Andalucía y tres de la Región de Murcia, que rondan una media de 40 consultas atendidas al día. Aunque la Comunidad de Madrid no ha ofrecido sus datos desagregados al nivel que solicitamos, dieciséis centros de salud, la mayoría en el sur de la región, han superado los 40 pacientes diarios de media. Cataluña, Galicia, Asturias y Cantabria no han querido dar sus cifras actuales de presión asistencial”.
Para emitir juicios bien informados es imprescindible tener el conocimiento adecuado del asunto que se está tratando y trascender la mera opinión sobre lo que está pasando y estamos viviendo en la Atención Primaria de nuestro país, con resultados muy preocupantes en Andalucía, como se decía antes en la transcripción de resultados de áreas sanitarias en nuestro país, donde de las diez áreas más saturadas en medicina de familia por número de pacientes que atienden a diario, cinco se encuentran en Andalucía, concretamente en Sevilla Norte, Jaén Norte, Sevilla Este, Córdoba Sur y Jerez Costa Noroeste.

En relación con la Pediatría, la situación es todavía peor porque “está desbordada” en el momento actual y muestra de ello es que “la comunidad con peores datos ha sido Andalucía, donde se concentran nueve de las diez áreas sanitarias con mayor presión asistencial [la negrita es mía], cercana a los 30 pacientes atendidos al día”.

Esta situación, bastante dramática y significativa en Andalucía, se vuelve a repetir al analizar en 2022, la presión asistencial máxima en enfermería, situándose en torno a los 25 pacientes atendidos al día, que concentra siete de las diez áreas sanitarias más saturadas, seguida de Comunidad Valenciana, con dos, y Murcia, con una.

Ante la situación expuesta, en la que faltan lamentablemente los datos correspondientes a cuatro Comunidades, Cantabria y Galicia, porque no contestaron a la petición de CIVIO, así como Cataluña y Asturias que, aunque sí contestaron, en realidad no ofrecieron la información que se pedía, sólo caben dar respuestas urgentes, que pasan por atender las demandas justas de los profesionales directamente afectados, tanto de presupuesto público como de incremento de contratación de los profesionales que faltan, porque cuando se les escucha se constata algo todavía mucho más preocupante: los datos expuestos no reflejan la dramática situación que atraviesan a diario en las consultas, porque junto a las citas programadas, atienden también urgencias, suplencias casi a diario por ausencias de diferentes titulares cuyas bajas no se cubren y otras tareas asistenciales agregadas y no contabilizadas en estos datos, como se afirma en la investigación de CIVIO: “Por desgracia, la realidad es todavía peor que la que dibujan las cifras oficiales de los servicios de salud. “Nunca me he creído [los datos oficiales de presión asistencial]. Las medias son engañosas. Infracuantifican la realidad en la mayoría de los sitios”, dice el médico de familia Vicente Baos. En el centro de salud donde trabaja, ubicado en Madrid, la presión asistencial oficial en 2022 se ha situado en torno a las 36 consultas atendidas al día, cuando, según el médico de familia, es habitual que vean “entre 48 y 55 pacientes”. ¿Dónde está el truco? Para hacer el cálculo de los promedios, se estima el total de días laborables -sin restar las vacaciones- y se incluye el número total de personas en plantilla, sin tener en cuenta posibles ausencias. Baos pone como ejemplo su propio centro de salud, donde otro médico ha estado de baja durante ocho meses sin ser sustituido. Como consecuencia, el resto de compañeros se ha organizado para poder atender a sus pacientes, aunque, en los datos oficiales, la presión asistencial se calcularía como si la plantilla estuviera al completo”.
Para no reinterpretar los datos que se han obtenido por el excelente trabajo de investigación llevado a cabo por la Fundación Civio, recomiendo entrar directamente en el buscador que han elaborado y que permite consultar la presión asistencial en la atención primaria del área de salud sobre la que se tenga especial interés en conocer su situación. La realidad es muy terca y lo expuesto debería levantar un clamor popular para trazar un plan de urgencia y emergencia en la Atención Primaria en el Sistema Nacional de Salud y en cada Comunidad Autónoma en lo que le afecte, debiéndose tener en cuenta por la Autoridad correspondiente, porque ante la evidencia de lo que está pasando el Ministerio de Sanidad debe actuar a través del Consejo Interterritorial para intentar paliar con legislación sustantiva las desigualdades territoriales que se están dando y para buscar financiación especial para atender con urgencia extrema las demandas existentes, que también son organizativas junto a la ordenación legislativa correspondiente.
En cualquier caso, es evidente que aun habiendo financiación posible en determinadas Comunidades, las prioridades políticas no son inocentes, algo que se evidencia en el incremento de pólizas de seguros privados de salud en todo el país y que también se puede verificar en la propia patronal de este ámbito de actuación, lo que se traduce en un desmantelamiento progresivo del Sistema Público de Salud, controlado por el mercado de la salud con el silencio cómplice de determinadas autoridades sanitarias. El año pasado ya lo manifesté en este cuaderno digital, al referirme a la situación del Sistema Nacional de Salud y el beneficio obtenido por ello por el aseguramiento privado: “Analizar los datos del El seguro de salud en 2020 (2021), publicado por la Asociación Empresarial del Seguro (UNESPA), refrenda que por ejemplo, en Andalucía, la suscripción de pólizas de seguros de salud privada ha crecido seis puntos desde 2009, es decir, ha pasado del 15% de la población asegurada al 21%, ocupando en la actualidad el 8º puesto en la capilaridad del seguro privado de salud en el país. Personalmente, me ha preocupado mucho este dato y debería plantearnos qué es lo que provoca este incremento, como una manifestación más de que la sanidad pública tiene graves problemas estructurales sin resolver. Es sólo un síntoma, pero de momento sabemos que la enfermedad por la que atraviesa el Sistema Nacional de Salud es grave en su diagnóstico actual y que persiste en todo el territorio nacional desde hace tiempo”. En este contexto, traigo a colación lo manifestado de forma rotunda esta semana por la doctora Anna Lluch, la mayor experta de España en oncología de mama e incluida entre los 100 mejores médicos del mundo, según ‘Forbes’, que “defiende la precisión del diagnóstico para la eficacia del tratamiento, la biopsia líquida y la humanización del trato con las pacientes”, al responder lo siguiente a una pregunta sobre por qué se van de España tantos médicos formados aquí: “Si hay pocos médicos y muchos turnos, se queman. Eso no se soluciona con voluntarismo, sino con voluntad política. El sistema público de salud se decide en las urnas”. Impecable respuesta, que no se debería olvidar en la situación actual de la Atención Primaria, analizada hoy, que se comenta por sí misma.
Como actividad complementaria a los datos anteriormente expuestos, recomiendo consultar también los datos oficiales que el Ministerio de Sanidad presentó en abril de este año en un informe monográfico sobre Recursos Humanos, ordenación profesional y formación continuada en el Sistema Nacional de Salud, 2020-2021, que complementa y amplía la información sobre los recursos humanos del Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2020-2021, porque las cifras presentan la realidad de las desigualdades que existen en nuestro país al respecto. Se puede comprender entonces por qué estamos ante la situación actual, con desigualdades muy preocupantes ante una realidad de un Sistema Nacional de Salud que se tambalea en sus bases de recursos humanos y financiación asociada. Como ya finalizaron los aplausos al personal sanitario durante las fases agudas de la pandemia, recojo como homenaje a estos profesionales y para comprender mejor la situación actual, tan injusta, de la Atención Primaria, lo que el Informe Anual del Ministerio, citado anteriormente, dice textualmente, algo que hemos olvidado rápidamente: “En el ámbito de atención primaria en 2020, se han realizado el 40% de pruebas COVID-19, se ha atendido a 2,3 millones de personas diagnosticadas de infección COVID-19 y se ha realizado el seguimiento a 5,3 millones de contactos. La atención primaria ha mantenido un alto nivel de actividad en toda la pandemia; en las primeras semanas, el número de diagnósticos COVID-19 registrados en este nivel fue superior al de casos confirmados por laboratorio. Los períodos de aislamiento o contagio de las personas trabajadoras como consecuencia del virus COVID-19 se han considerado, excepcionalmente, como situación asimilada a accidente de trabajo. Esto ha supuesto una importante carga de trabajo para los médicos de atención primaria, que han gestionado 4 millones procesos de incapacidad temporal relacionados con la COVID-19 en 2020 y de 2,8 millones en 2021. En plena situación pandémica la Atención Primaria ha atendido un total de 379 millones de consultas en 2020, con un incremento de la actividad de 12,3 millones respecto a 2019 (+3%). Las teleconsultas entre profesionales y pacientes (127 millones) aumentaron un 600% con respecto al año previo y la actividad domiciliaria (13,5 millones de visitas) un 4%. Se observa un incremento considerable en la actividad de vacunación antigripal (+48%) y antineumocócica (+21%). La morbilidad atendida en atención primaria durante 2020, presenta una disminución en casi todos los diagnósticos habituales, con un importante descenso de las enfermedades respiratorias no relacionadas con la COVID-19. En 2021 el 26% de las personas que pidió cita con su médico de familia la obtuvieron para el mismo día o el día siguiente, mientras que el resto tuvo que esperar una media de 10,8 días. En 2019 estos valores eran del 42% para la cita en el mismo día o al día siguiente y 5,9 días de espera media para el resto”. Verdaderamente clarificador para que haya un movimiento reivindicativo de todo el país en favor de estos profesionales de Atención Primaria, que tanto hicieron durante la pandemia y que tantas vidas salvaron en condiciones extremas y a los que no deberíamos olvidar ni siquiera un momento.
Hace un año escribí en este blog un artículo, El Sistema Nacional de Salud ingresa en la Unidad de Cuidados Intensivos, en el que dije algo que ratifico de nuevo en esta situación concreta de abandono de la Atención Primaria: “Desde este blog escribo estas líneas de denuncia por el silencio cómplice, clamoroso, que se detecta en casi todos los niveles de responsabilidades públicas y privadas, porque hay cauces para establecer un clima de opinión que llegue ante las autoridades pertinentes para que se aborde el citado Pacto de Estado para reforzar el Sistema Nacional de Salud, aunque los silencios son más que evidentes. ¿A qué más hay que esperar? Las Mareas Blancas, por ejemplo, hacen lo que pueden, pero hay que crear un estado de opinión que sea favorable a este abordaje inmediato de soluciones para atender a una sanidad pública enferma, que necesita inmediatamente cuidados intensivos si no queremos que desaparezca a lo largo de los años, porque el deterioro va a más hasta alcanzar situaciones insostenibles, en las que la Sanidad Privada hará su agosto una vez más como gran solucionador, teórico, de todos los problemas actuales denunciados”.
Felicito una vez más a la Fundación CIVIO por el trabajo que llevan a cabo y que ya he reconocido en varias ocasiones en este cuaderno digital. Consultar sus datos, sus trabajos en diferentes frentes, es la única forma de emitir juicios bien informados para transformar el país en el lugar que a cada uno le corresponde y trascender así el campo sin vallar de la mera opinión que nada cambia. Si además refrendamos el conocimiento que adquirimos por medio de actividades tan encomiables como las CIVIO, nos debería llevar a entender que, efectivamente, los problemas del Sistema Nacional de Salud no se solucionan con voluntarismo, sino con voluntad política, es decir, el sistema público de salud tanto a nivel nacional como de Comunidades Autónomas, se decide en las urnas, porque la ordenación, organización y financiación sanitarias, no es la misma en todos los territorios del país y porque está demostrado que no es inocente.
UCRANIA, ¡Paz y Libertad!
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.
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