Serrat visitó nuestra conciencia


Serrat, Para la libertad (Estadio Nacional de Chile, 1990)

Anoche volvió Serrat a Sevilla. No fue un concierto más, sino diferente, donde la sombra de su coherencia activa y ejemplar, planeaba en el auditorio FIBES. Volvió a su casa, a las casas de todos, visitó nuestras conciencias, porque tiene muchos sitios donde alojarse. Coreábamos sus canciones en silencio o, cuando dio la oportunidad, las cantábamos con él. El abundante pelo blanco de mis alrededores dejaba entrever que Serrat celebraba de nuevo que hacía veinte años que cantó “hace veinte años que cumplí veinte años”. Se movía por el escenario como si el tiempo se detuviera unas horas para ordenar la banda sonora de varias generaciones que hemos crecido junto a sus hermosas canciones.

Fue un momento especial cuando sonaron los primeros acordes de un himno que necesitamos hoy más que nunca, Para la libertad, cuando faltaban minutos para que se iniciara la campaña electoral de las elecciones municipales. Miguel Hernández se ha quedado definitivamente en Andalucía, en Quesada (Jaén), el pueblo de su mujer. ¡Quién se lo iba a decir a ese niño yuntero de Orihuela! Serrat nos lo trajo entre algodones para que no le olvidáramos:

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Y nos invitó a caminar con Machado, en su ciudad natal, cantando todos al unísono en tiempos revueltos del país, sin excepción alguna, para que cuando volvamos la vista atrás veamos la senda de la corrupción que nunca se ha de volver a pisar, porque el secreto está en las estelas de la dignidad y honestidad de las personas públicas y privadas.

Unos minutos después de finalizar el concierto comenzó la campaña electoral. Serrat había tomado ya una iniciativa encomiable: casi sin querer, aunque nada de lo que dice y canta es inocente, acababa de pegar muchos carteles de dignidad humana en nuestras conciencias.

Sevilla, 8/V/2015

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