Política digital en España

GOBIERNO DIGITAL

Empezar una serie de artículos sobre política digital “es un instante crucial, como cuando se empieza a escribir una novela…Es el instante de la elección: se nos ofrece la oportunidad de decirlo todo, de todos los modos posibles; y tenemos que llegar a decir algo, de una manera especial”.

Adaptado de ITALO CALVINO, El arte de empezar y el arte de acabar

He tomado la decisión de iniciar una serie de artículos sobre un asunto candente en el ámbito público, referido a la política digital en España y en un momento candente de elección de un nuevo Presidente y de un nuevo Gobierno. Soy consciente de las prioridades políticas actuales centradas en la generación de empleo y en el blindaje constitucional de derechos y deberes sociales referidos a educación, salud y atención social, sobre todo de los que menos tienen, del envejecimiento y en la realidad inexorable de la dependencia. Pero la realidad digital está ahí, cada día más presente en nuestras vidas, siendo lo más íntimo de nuestra propia intimidad (según el aserto agustiniano) a través de instrumentos digitales tan útiles e imprescindibles ya como los teléfonos inteligentes, tabletas, portátiles y televisiones interactivas.

Vivimos en un mundo digital, tal y como lo aprendí hace casi veinte años de Nicholas Negroponte, que me abrió una perspectiva diferente de la vida, aunque siempre estuve de acuerdo con él en un aserto irreversible, para poner cada cosa en su sitio y no se nos suban las tecnologías de la información y comunicación a la cabeza: “Los bits no se comen; en este sentido no pueden calmar el hambre. Los ordenadores tampoco son entes morales; no pueden resolver temas complejos como el derecho a la vida o a la muerte. Sin embargo, ser digital nos proporciona motivos para ser optimistas. Como ocurre con las fuerzas de la naturaleza, no podemos negar o interrumpir la era digital”.

Se trata de reconocer que somos ya digitales en un mundo digital por excelencia, que nos puede hacer la vida más amable en todas las perspectivas de la vida desde una perspectiva de nueva revolución digital que supere con creces a la industrial que tanto ha beneficiado ya a la humanidad. Por esta razón, creo que la política digital es un asunto de Estado, no una cuestión baladí protagonizada solo por los amantes de las tecnologías de la información y comunicación. Además, cuando sustenta las políticas sociales por excelencia, se troca en un asunto que nos pertenece a todos, sin excepción. El marco de la política digital no es un asunto tecnológico sino constitucional. Esa es su gran fortaleza en el argumentarlo de elevarla a asunto de Estado, máxime cuando tiene que atender a realidades tan inexorables como la salud y la enfermedad o los servicios sociales.

He escrito en este blog muchas veces sobre política digital. Valga como ejemplo la serie dedicada al Gobierno electrónico, abierto, en Andalucía, en un momento ilusionante para este territorio autonómico. El jueves pasado retomé mi presencia pública presentando este constructo en un Máster en la Escuela Nacional de Sanidad, que me devolvió la ilusión por construir teoría crítica sobre esta realidad que trasciende a la salud en sí misma, pero que la comprende con carácter prioritario porque las tecnologías de la información y comunicación no son inocentes, como no lo son las ideologías políticas subyacentes en su implantación, que no mera instalación tecnológica. Sabia distinción que se constituye en un elemento de gran interés público en la construcción de un nuevo paradigma público de carácter digital que podríamos construir mediante estas plataformas digitales y a la que invito desde hoy a quien desee participar en la generación de teoría crítica digital que se pudiera convertir en un movimiento celular, de tejidos sociales co-creadores mediante foros digitales en principio, con actividades virtuales y presenciales, que acabe en la definición de sistemas y aparatos políticos digitales que permitan la toma de decisiones públicas de gran relevancia social, preservando el interés general como raíz de la que deben nacer todos los actos digitales que nazcan en la sabia política digital del Gobierno digital correspondiente.

Publico a continuación mi intervención en Madrid en la Escuela Nacional de Sanidad,  Política Digital en el Sistema Nacional de Salud. Hacia un nuevo paradigma tecnológico de carácter público y estratégico, el jueves pasado, como homenaje a los alumnos y alumnas que me desafiaban en sus preguntas (¿rompiendo la cuarta pared?) sobre cómo se podría abordar ya una política digital de amplio espectro en el ámbito de la salud, por ejemplo. Es solo una presentación de apoyo, porque lo que sucedió allí no se puede repetir: nadie se baña dos veces en el mismo río. Pero puede ser un buen punto de partida para compartir pre-ocupación [sic] sobre este asunto de Estado y que debería estar presente en las agendas políticas de los que preparan en el Congreso de los Diputados acuerdos de Gobierno y Estado.

¿Qué te/le parece? Lo que puedo asegurar es que deseo decir y construir entre todos algo diferente, de una manera especial, tal y como lo aprendí hace ya muchos años de Ítalo Calvino, a quien tanto debo.

Sevilla, 20/III/2016

 

2 respuestas a «Política digital en España»

  1. Muy interesante, José Antonio. Has formulado los principios y definiciones de gobierno, estrategia y participación, que establecen los fundamentos del modelo digital que necesitamos. Un ejercicio intelectual muy necesario y una base para todos las aplicaciones y desarrollos que se construyan. Con agradecimiento.

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    1. Te agradezco el comentario porque es un símbolo de cómo podemos construir entre todos el nuevo paradigma, aportando sugerencias, críticas, comentarios, ideas nuevas o contrastadas con experiencias ya desarrolladas. Es una posibilidad de transformación que debemos cuidar al máximo y desarrollarla mediante las redes sociales.

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