Los sueños de Marcos

MARCOS 1986

Sevilla, 26/IV/2020

Al igual que pasa en la celebración clásica de los santos, las publicaciones también pueden tener su octava. En este caso, ayer, festividad de San Marcos evangelista, vio la luz una publicación nueva, Los sueños de Marcos, que pongo a disposición de la Noosfera desde hoy mismo y de la que publico a continuación un extracto del prólogo:

«Este libro recoge una selección de artículos publicados en mi blog, El mundo solo tiene interés hacia adelante, en los que mi hijo, nuestro hijo, de nombre Marcos, ha estado presente a lo largo de sus casi quince años de vida. Todo empezó en diciembre de 2005 y así lo expuse en la declaración de principios que publiqué el primer día de vida de este cuaderno digital: “Inicio una etapa nueva en la búsqueda diaria de islas desconocidas. Internet es una oportunidad preciosa para localizar lugares que permitan ser sin necesidad de tener. La metáfora usada por Saramago [en El cuento de la isla desconocida] será una realidad cuando ante el fenómeno de la hoja en blanco, teniendo la oportunidad de decir algo, esto sea diferente y sirva también para los demás. Puerta del Compromiso. Es lo que aprendí hace muchos años de Ítalo Calvino en su obra póstuma “Seis propuestas para el próximo milenio”: “…es un instante crucial, como cuando se empieza a escribir una novela… Es el instante de la elección: se nos ofrece la oportunidad de decirlo todo, de todos los modos posibles; y tenemos que llegar a decir algo, de una manera especial” (Ítalo Calvino, El arte de empezar y el arte de acabar)».

De alguna forma deseo devolver a Marcos, después de este tiempo pasado, el agradecimiento por haberme animado a emprender esta tarea que a día de hoy supone haber publicado más de mil cuatrocientos artículos o posts, en el lenguaje propio de este tipo de comunicación social. En aquel momento hice un contrato social con Jose Saramago, cuando acompañado por mi hijo Marcos elegí el dominio que me abría el cuaderno digital al universo entero. Fundamentalmente, porque no quería que fuera inocente, como no lo es ideología alguna de este mundo en danza perpetua, deseoso de seguir buscando islas desconocidas, una vez tomada la decisión de acudir solamente a las puertas de las decisiones y de los compromisos, no a las de regalos o a las de peticiones, que me permitieran como al protagonista de su cuento de la isla desconocida, descubrir junto a la sencillez de una mujer de la limpieza qué significado tiene salir de nosotros mismos para encontrarnos”.

Espero que disfruten con la lectura de las páginas que vuelven a estar presentes en la malla pensante mundial a través de la Noosfera (del griego “nóos” inteligencia y “sfaíra” (1), esfera: conjunto de los seres inteligentes con el medio en que viven, de acuerdo con la definición de la Real Academia Española, aceptada desde 1984), como tercer nivel o tercera capa envolvente (piel pensante) de las otras dos: la geosfera y la biosfera. Traigo a colación esta referencia porque es la quintaesencia de este blog, con un título programático: El mundo solo tiene interés hacia adelante, ahora mucho más valioso como aserto en tiempos de coronavirus.

En un libro recopilatorio de artículos de Tom Wolfe, El periodismo canalla y otros artículos, encontré en 2001 una referencia a Teilhard de Chardin (a quien debo mi interés manifiesto por el cerebro desde 1964 y que preside diariamente este cuaderno digital), que tiene una actualidad y frescura sorprendentes: “Con la evolución del hombre –escribió-, se ha impuesto una nueva ley de la naturaleza: la convergencia”. Gracias a la tecnología, la especie del Homo sapiens, “hasta ahora desperdigada”, empezaba a unirse en un único “sistema nervioso de la humanidad”, una “membrana viva”, una “estupenda máquina pensante”, una conciencia unificada capaz de cubrir la Tierra como una “piel pensante”, o una “noosfera”, por usar el neologismo favorito de Teilhard. Pero ¿cuál era exactamente la tecnología que daría origen a esa convergencia, esa noosfera? En sus últimos años, Teilhard respondió a esta pregunta en términos bastante explícitos: la radio, la televisión, el teléfono y “esos asombrosos ordenadores electrónicos, que emiten centenares de miles de señales por segundo”. La cita es lo suficientemente expresiva de lo que Teilhard intentó transmitir a la humanidad a pesar del maltrato que sufrió por la Autoridad competente del momento, tanto científica, como ética y, por supuesto religiosa. Todo tiene interés si el mundo frecuenta el fututo yendo siempre hacia adelante.

Este libro recopilatorio se lo debía a Marcos. El llamado “dominio” del blog, igualmente. Sus sueños compartidos a lo largo de su vida también merecían este reconocimiento, porque he aprendido de él que soñar nos permite siempre crear cuando estamos despiertos.

NOTA: la imagen fue tomada por el autor en Benalmádena (Málaga), en agosto de 1986.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.