
[…] con sus predicadores
sus gases que envenenan
su escuela de chicago
sus dueños de la tierra
con sus trapos de lujo
y su pobre osamenta
sus defensas gastadas
sus gastos de defensa
con su gesta invasora
el norte es el que ordena […]
Mario Benedetti, El Sur también existe
Sevilla, 7/XI/2021
El 31 de octubre se inauguró en Glasgow (Escocia) la Conferencia de las Naciones (Partes, en inglés), conocida a nivel mundial como COP, en su 26ª edición, que se clausurará el 12 de noviembre y a la que asisten en esta ocasión 130 Jefes de Estado, aunque con ausencias clamorosas como las de los presidentes Xi Jinping, de China, Jair Bolsonaro, de Brasil, y Vladimir Putin, de Rusia. Esta Conferencia se configura como un seguimiento de los acuerdos de las 197 naciones que accedieron a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en una reunión celebrada en 1992. Fue la primera vez que se abordó “la peligrosa interferencia humana en el sistema climático” y la forma de estabilizar los niveles de las emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, aunque la primera COP se llevó a cabo en Berlín en 1995, después de que una masa crítica de naciones ratificara la convención del clima citada. Pero quizás fue la Conferencia de 2015 la que propició formalmente el Acuerdo de París, considerado a nivel mundial como revolucionario, porque por primera vez, los países ricos y pobres accedieron a actuar, aunque fuera a diferentes ritmos, para hacer un frente común ante los efectos palpables del cambio climático.
Un objetivo fundamental de esta Conferencia es limitar el aumento de la temperatura global a menos de 1,5 grados, para volver a una situación que ahora parece como utópica, si lo relacionamos con los niveles previos a la Revolución industrial. El calentamiento global es una realidad palmaria y estamos avisados: si la temperatura sigue subiendo, el calentamiento global se traducirá a olas de calor, escasez de agua, malas cosechas y el colapso de los ecosistemas que dan vida al Universo. La activista Greta Thunberg me lo recordó el lunes pasado, con estas palabras:
“La humanidad no está consiguiendo detener la crisis climática. Ahora ya es más que urgente y el planeta está pidiendo ayuda a gritos. En estos momentos, los dirigentes mundiales están reunidos en una cumbre histórica para hablar sobre el clima — pero no vamos a tolerar más promesas sin medidas concretas. Necesitamos unos líderes decididos y visionarios que hagan de una vez por todas lo que haga falta para alejarnos del abismo. Acudiré a las charlas con algunas líderes juveniles inspiradoras como Vanessa Nakate y Dominika Lasota. Nos reuniremos personalmente con decenas de gobiernos — es una oportunidad de oro para transmitir un llamamiento urgente a la acción. Únete a nosotras: suma tu nombre con un solo clic y compártelo”.
Cuando escribo estas palabras, mi firma es la 1.777.079, cerca del objetivo de que antes de que finalice la COP26, Greta Thunberg, junto a Vanessa Nakate y Dominika Lasota, entregarán a las autoridades mundiales mas de dos millones de firmas con un manifiesto claro y contundente. Ella misma afirma en su petición que “Puede parecer increíblemente duro mantener viva la esperanza frente a la inacción. Pero la mía está depositada en las personas — en las millones de voces que están alzándose para salvar nuestro futuro. Mi esperanza está puesta en nuestras marchas, en nuestra determinación férrea a seguir luchando y en nuestras voces trémulas cuando le cantamos las verdades al poder. Mi esperanza radica en la acción y se nutre del amor por la humanidad y nuestro bellísimo planeta. Es la que me mantiene absolutamente convencida de que podemos conseguirlo. Y de que debemos hacerlo. Todos juntos”.
https://secure.avaaz.org/campaign/es/climate_action_now_loc/?cEJVUob
Lo más importante figura en el manifiesto que he firmado solidariamente con las demás personas, cerca de Greta Thumberg, como símbolo claro de lo que las nuevas generaciones piden de forma clara ante los gobiernos del mundo sobre la emergencia climática y que recojo textualmente a continuación:
A los líderes mundiales:
«Traición».
Así es como la juventud de todo el mundo describe el fracaso de nuestros gobiernos en la reducción de las emisiones de carbono. Y no es ninguna sorpresa.
Estamos catastróficamente lejos del objetivo crucial de los 1,5ºC y, aun así, los gobiernos de todo el mundo siguen acelerando la crisis y gastando miles de millones en combustibles fósiles.
Esto no es ningún simulacro. Es una alerta roja para la Tierra. Millones de personas sufrirán mientras nuestro planeta se destruye — un futuro aterrador que podría concretarse, o evitarse, en función de sus decisiones. En sus manos está el poder de decidir.
Como ciudadanas del planeta, les rogamos que afronten la emergencia climática. No el año que viene. Ni el próximo mes. Ahora mismo:
- No abandonar el objetivo del 1,5 º C y conseguir una reducción inmediata, drástica y sin precedentes de las emisiones anuales.
- Cortar inmediatamente todas las inversiones, subsidios y proyectos relacionados con los combustibles fósiles, y detener nuevos proyectos de exploración y extracción.
- Poner fin a la contabilidad del carbono «creativa» publicando las emisiones totales de todos los índices de consumo, las cadenas de producción y distribución, el transporte internacional aéreo o marítimo, y la combustión de la biomasa.
- Hacer entrega de los 100 mil millones de dólares prometidos a los países más vulnerables, incluyendo fondos adicionales para enfrentar desastres climáticos.
- Aprobar políticas climáticas para proteger a los trabajadores y a los más vulnerables, y reducir todas las formas de desigualdad
Podemos lograrlo. Todavía estamos a tiempo de evitar las peores consecuencias, si estamos preparados para el cambio. Esto requerirá de un liderazgo fuerte y visionario, y de una gran valentía — pero sepan ustedes que, cuando se pronuncien, contarán con el respaldo de miles de millones de personas.
Sinceramente,
Greta desde Suecia, junto con Vanessa desde Uganda, Dominika desde Polonia y Mitzi desde Filipinas

Nos está permitido soñar, como tantas veces he manifestado en este blog. Hoy lo hago junto a Greta Thunberg, Vanessa Nakate y Dominika Lasota, soñadoras y portadoras de un mensaje claro y contundente de mujeres valientes, enigmáticas, cargadas de palabras que denuncian el amargo silencio cómplice mundial ante una realidad palmaria como es el calentamiento global, el cambio climático y el efecto invernadero, pero que siguen enfrentándose a los poderes fácticos para obligarlos a cambiar un mundo al revés diseñado por el enemigo, aunque todavía su cambio, no sólo climático, es posible. Todos juntos.
NOTA: la imagen se ha recuperado hoy de ¿Qué es la COP 26? Y otras preguntas sobre la gran cumbre climática de la ONU – The New York Times (nytimes.com)
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.
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