De acuerdo con los datos facilitados por el Sistema de Información Multiterritorial de Andalucía, el 22,95% de la población total de Marbella (124.333 habitantes, 2005) supone un proyecto de vida impresionante: 28.535 niños, niñas y jóvenes menores de 20 años, sobre los que debemos confiar el futuro de esta ciudad, tan mal parada en los últimos días por las noticias de corrupción y malversación de dinero público. Siendo una verdad clamorosa, me gustaría construir signos de credibilidad sobre los cimientos de la propia ciudad que, sin lugar a dudas, son las niñas y niños, los jóvenes, a los que debemos confiar la verdad de que otro mundo es posible.
Actualmente, Marbella cuenta con 33 Centros de enseñanza básica, 16 Centros de enseñanza secundaria, 2 Centros de educación de adultos y 6 Bibliotecas públicas en cuanto equipamiento educativo, según datos oficiales de 2003. Las posibilidades que se abren desde esta perspectiva son extraordinarias. Los claustros de profesores tienen un reto muy difícil. Tendrán que abrir un hueco de vital importancia a la asignatura de “Ética del municipio” (http://www.joseantoniocobena.com/?p=24), donde tendrán que hacer malabarismos para conjugar la dialéctica de la honradez versus corrupción, haciendo ver a las niñas, niños y jóvenes marbellíes o residentes en Marbella que otro mundo es posible, que otro municipio es posible, que otro gobierno y clase política son posibles. Los 8.987 inmigrantes (2004), abren unas posibilidades extraordinarias. Sus hijas e hijos nos pueden enseñar que la imaginación y la realidad son verdades reconciliables. Así lo aprendí no hace muchos años de Augusto Monterroso, en una memorable intervención muy crítica con la petulancia de los nuevos conquistadores sociales, como podrían ser los actualmente encausados en Marbella, sabiendo que ellos –los inmigrantes- nos pueden dar muchas lecciones de creencia en las personas y en los valores de su verdad histórica (http://www.literaturaguatemalteca.org/monterroso9.html). Ya lo decía también en el siglo XII, el historiador Al Idrisi, al definir Marbella como «una ciudad pequeña pero bien habitada».
Asimismo, la ciudad cuenta con 43.268 trabajadores activos y con un paro registrado en 2005 de 5.100 trabajadores. Realidad y deseo, fuera de los estereotipos al uso. Son muchas posibilidades actuales también de crear riqueza digna y éticamente admisible.
Estas palabras son un pequeño ejercicio responsable para construir una nueva creencia en esta ciudad entre tanta derrota e ilusión maltrecha. Esta visión positiva de lo posible (seamos realistas: exijamos lo imposible, que decía el “Ché”), justifica por sí mismo el título adaptado de este blog: Marbella solo tiene interés hacia adelante. Hoy, con la ayuda de los jueces y del Estado de derecho, que también se enseña, del que también se aprende. Indudablemente.
Sevilla, 1/IV/2006