La revolución digital, pendiente, en España

REVOLUCION DIGITAL

He leído hoy un artículo muy interesante, La revolución digital en España se queda sin mano de obra, que aporta reflexiones de gran calado. Su lectura nos lleva a conclusiones que llevo planteando desde hace muchos años: es imprescindible que a nivel de Estado se planteen acciones de Gobierno Digital porque nos encontramos ya inmersos en la llamada cuarta revolución industrial.

Es muy claro el hilo conductor del artículo, pero como no renuncio a lo que es mi leit motiv digital, siempre extrapolo estas reflexiones a la Administración de este país, donde se confunden muchas veces los términos en el equívoco peligroso de creer que la revolución digital de la misma se centra en la Administración electrónica, que es importante, pero que muchas veces muere en el empeño porque no ataca el problema de fondo en la Administración, la revolución pendiente en la trastienda de la misma para llevarla a una revolución digital que permeabilice todas y cada una de las acciones administrativas en todas y cada una de sus manifestaciones posibles.

Me ha llamado la atención la clamorosa situación de déficit del llamado talento digital, constructo equiparable a inteligencia digital aplicada en diferentes sectores administrativos y de negocio, para no mezclar todo sin consideración contextual. ¿El problema es de la gente? No, de las políticas públicas que van desde la educación digital en todos los niveles, hasta su proyección priorizada en políticas públicas de salud, servicios sociales, economía, hacienda, industria y de las estructuras organizativas de la propia Administración.

Una vez más lo afirmo: no hay que confundir Gobierno Digital con Administración Digital, porque el antecedente es el Gobierno no la Administración, que siempre es consecuencia de quien tiene la responsabilidad de administrarla: Gobierno Digital es la continua optimización en la prestación de servicios públicos, acceso a la información pública y participación ciudadana mediante la transformación interna y externa de las relaciones institucionales, personales y sociales, con base en el uso de las TIC, como actitud política sostenida en el tiempo y en programas políticos llevados a cabo por la Administración Pública Digital. La Administración Digital utiliza las Tecnologías de la Información y Comunicación como soporte del Gobierno Digital, como componentes del mismo. Es decir, no existe Administración Digital sin Gobierno Digital, no se deben alterar los términos, porque se da el caso de Administraciones que tienen magníficas infraestructuras digitales sin Gobierno Digital alguno o muy desdibujado.

Y para finalizar esta reflexión sobre talento público digital, nada de lo dicho anteriormente y referido al sector público es posible si la cuarta (?) revolución administrativa no se adapta a la cuarta revolución industrial, planteando y desarrollando una Estrategia Digital acorde con estos principios. Estrategia que se define como el proceso organizativo mediante el cual el Gobierno Digital correspondiente, a través de la Política Digital, incorpora a sus funciones directivas y funcionales los sistemas y las tecnologías digitales de la información y comunicación, como escenario y motor de su progreso, y como modelo de integración tecnológica orientada a la ciudadanía. Formando a funcionarios, cientos de miles, en inteligencia (talento) digital aplicada, que se debe contemplar ya en el acceso a la función pública (gran debate pendiente en términos digitales), si se quieren prestar servicios digitales dignos a la ciudadanía formada ya en inteligencia digital aplicada a las necesidades de cada día, con medios tan accesibles como los teléfonos inteligentes, tabletas y el mando del televisor, que conoce a su dueño cada día más y casi sin darse cuenta a través de la memoria predictiva alojada en un chip que no es inocente y que no vemos por ningún sitio.

Sevilla, 26/IV/2016

NOTA: la imagen se ha recuperado hoy de: http://cik.zonalibre.org/

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