La semana pasada publiqué un post con este título, dedicado a Alalá, un largometraje documental que tuve la oportunidad de verlo, sentirlo y disfrutarlo en la presentación mundial que se hizo aquí en Sevilla, durante la Bienal de Flamenco de este año. Mañana es el día en que podemos compartir de nuevo su contenido precioso en los Cines Nervión (Sala 14), donde se podrá constatar que otro cine es posible cuando se tiene ojo crítico de la realidad social adversa que está a veces tan cerca de nosotros y que no debe pasar por alto. Sobre todo, porque nos deja el mensaje esperanzador de que el amor y el sufrimiento pueden aunar también las voluntades. Con tu quiero y mi puedo.
Por estas razones, no debemos faltar a esta cita tan especial. Lo decía en el post de ayer, Cuando nos salimos del cuadro de la vida: «Ahora viene el viernes negro (black friday), importación conductual de consumo que saludamos todos juntos y en unión como Pepe Isbert a Míster Marshall, en una película celtibérica que aún permanece vigente en su mensaje a pesar de haber pasado por el túnel del tiempo. Prefiero ir el jueves próximo (24/XI) a ver el documental cinematográfico Alalá (alegría, en caló), saliéndome del cuadro de todos los días, para intentar comprender que el mundo de los niños de la barriada de las Tres Mil Viviendas, en Sevilla, contado maravillosamente en esta película, nos permite vislumbrar que otro mundo es posible y muy diferente al que nos pintan a diario, porque Groucho ya lo dijo metafóricamente: que busquen a esos niños de cuatro años y más, en las Tres Ml Viviendas, por ejemplo, que lo saben todo. Es lógico que, como ellos, queramos huir hacia otro mundo donde el arte de vivir no se compra ni se vende en el supermercado del consumo, ni en museos vivientes no inocentes. Sin más marco que el de la dignidad humana, que da la felicidad auténtica cuando se entra en él y del que, hoy por hoy, no me gustaría salir. A pesar de todo, porque en la gran exposición del mundo en que vivimos, que podría llevar por título «Metavida», tenemos que plantearnos alguna vez que la vida digna hay que interpretarla alguna vez sobre la propia vida, saliéndonos todas las veces que haga falta de los marcos que nos impone a diario la sociedad y que no nos gustan».
No se la pierdan, porque la historia, junto a las palabras que nos quedan, nos ha enseñado que nadie se baña dos veces en el mismo y gran río (guadalquivir, en árabe al-wādi al-kabīr, «el río grande») de la alegría (alalá, en caló), felicidad y dignidad humanas.
Sevilla, 23/XI/2016
ALALÁ DE SEVILLA
El próximo jueves, 24 de noviembre, se proyecta en los Cines Nervión de Sevilla, en la Sala 14 y a las 20:15 horas, la película Alalá (alegría, en caló), un largometraje documental, excelente, sobre la realidad de transformación social y cultural de un barrio complejo en Sevilla, las Tres Mil Viviendas, gracias a una modesta escuela de flamenco, en la que los auténticos protagonistas, como estrellas invitadas de esta película, son los niños y niñas que allí viven y comparten muchos momentos de cada día con el flamenco y con personas que se acercan a esta realidad para enseñarles y transmitirles su arte.
Con motivo de esta proyección, he recordado la experiencia del cine transformador en Giancaldo, el pueblo en el que vivía Salvatore, el niño protagonista de Cinema Paradiso, sobre todo por una frase de Alfredo, el proyeccionista, que me emociona siempre cada vez que veo esta película maravillosa y que dirige a Totó, Salvatore cuando decide descubrir un nuevo mundo de ciudad: “hagas lo que hagas, ámalo”. Es lo que diría a estos niños y niñas de las Tres Mil Viviendas. También al equipo técnico de la película y a su directora, Remedios Malvárez, que ve las cosas que pasan de forma muy diferente a los demás, no inocente: hagáis lo que hagáis, amadlo. Con alalá.
Este día puede ser una oportunidad excelente para ir a los Cines Nervión como acto solidario con estos protagonistas excelentes y con los creadores de este largometraje documental. También, porque “os van a encandilar los niños artistas de nuestro barrio”, como decía recientemente la Comisionada del Polígono Sur (@poligono_sur) en un tuit lleno de sentimiento y dignidad. Allí nos podemos unir para construir un espacio de tejido crítico en esta ciudad que necesita aproximarse cada día más a la realidad social de este barrio, que nos enseña tantas cosas buenas y tanta alalá (alegría) para el tedioso día a día en el que a veces estamos instalados casi sin darnos cuenta. Para que aprendamos también, que otra Sevilla, en las Tres Mil Viviendas, es posible.
Sevilla, 15/XI/2016