desgraciadamente ya no es noticia, porque llegó tarde y no permitió al mundo conocerla a tiempo de reflexionar en el acto, ni ocupar titulares de periódicos, muy enfrascados en Trump y en sus órdenes ejecutivas impresentables: “El cuerpo sin vida de un niño inmigrante de origen subsahariano de unos seis años ha sido hallado en una playa de Barbate (Cádiz) por miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”. Parece como si tuviéramos integrada la muerte de los que siguen buscando un mundo diferente atravesando el mar que separa Marruecos de España. Todo parece…, que si procedía la embarcación del Cabo Espartel (Tánger), que si venían unos cinco ocupantes, que si el cadáver parece ser de un niño de cinco a siete años…, que probablemente se llamaba Samuel, hijo de Veronique, naturales de la República del Congo, que tampoco ha aparecido desde que naufragaron a mediados de este mes, muy cerca de la costa de Cádiz.
He recordado a través del nombre de este niño la historia bíblica de Samuel, como una lección en defensa de la mujer y, en el fondo, de su historia. Me refiero al relato de Elcaná y Ana, en el primer libro de Samuel, en el mal llamado Antiguo Testamento, porque podría ser actual si tuviéramos la oportunidad de leerlo con visión de género compartido. Hay un momento muy emocionante, cuando Elcaná ve a su otra mujer llorando por los rincones porque no puede tener hijos, es decir, porque no cumple su misión, lo que hoy justifica simbólicamente cualquier marginación, sin interferir la historia real de España. En un gesto sin precedentes, en el contexto social y religioso en el que vivían, dice: ¿Por qué lloras, Ana, no vale mucho más nuestro amor que muchos hijos? Y nació su hijo, Samu-el, “pedido a Dios”, en hebreo, a pesar de que un sacerdote cercano creía que estaba ebria “porque, habitualmente, no decía nada”. Elcaná fue un hombre colaborador, rompedor de barreras multiseculares, que enseña a los hombres de hoy que Ana es capaz de dejar de llorar si le damos su sitio, si saliendo de su tierra y de su parentela como Veronique puede alcanzar la ansiada felicidad humana. Sin ayuda de Dios. Con la nueva visión de los que permiten que la mujer se incorpore a la vida diaria y a un mundo mejor con igual derecho que cualquier hombre, a pesar de que algunas leyes, las costumbres, las creencias y determinados hombres se lo estén robando.
Todo parece…, pero la realidad es muy dura. Ocurrió el viernes pasado por la mañana y la Subdelegación del Gobierno lo comunicó ayer a la agencia Efe, es decir, dos días después del hallazgo. Parece incomprensible no haberlo difundido antes. Cuando muere un niño subsahariano o cualquier niño que huye del horror humano, muere parte de la sociedad insensible con esta dura realidad de desarraigo total, a la que hay que seguir prestando toda la atención posible.
No sabemos nada más de ese niño, ni de Veronique, su madre. Parece que venía con sus padres a buscar un mundo mejor que el que tenían de origen. Parece que buscaban cosas humanas y solo quedan preguntas por contestar. ¿Por qué ha muerto este niño y, posiblemente, su madre? Escribí sobre esta triste realidad en 2008, con motivo de la muerte en el mar de 15 sin papeles subsaharianos, entre ellos nueve niños de entre 12 meses y nueve años, cuando sus padres solo buscaban la felicidad humana, cosas humanas, en una patera [isla] desconocida, viajando hacia Andalucía…, porque probablemente en esta Comunidad está ya entreabierta alguna puerta para el compromiso de acogerlos con el calor humano que necesitan.
Todo parece…, pero lo que es cierto es que cualquier parecido con la realidad es una fatal coincidencia que nos debería obligar, desde la ética personal y colectiva, a no olvidarlo ni siquiera un momento. Cada uno, cada una, en lo que cualquier dios o lo aprendido en la vida le permita comprender y hacer para que lo que ha sucedido con Samuel no vuelva a ocurrir nunca más. Ni nada que se le parezca.
Sevilla, 30/I/2017
NOTA: la imagen de la playa El Roqueo, donde al parecer ha aparecido el cuerpo de este niño, se ha recuperado hoy paradójicamente de http://www.cadizturismo.com/playas/cadiz/el-roqueo/?set_language=en
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