Bye, bye, PowerPoint

No vivas en la tierra
como un inquilino
ni en la naturaleza
al modo de un turista
Vive en este mundo cual si fuera la casa de tu padre
Cree en los granos en la tierra, en el mar
pero ante todo en el hombre

Nazim Hikmet (1902-1963) Tal vez mi última carta a Memet

En un fajín promocional de un libro precioso de Nuccio Ordine, Clásicos para la vida (1), el crítico literario Jordi Llovet dice que este libro es “Una defensa de la literatura contra todas las modas pedagógicas actuales, en las que el Power Point [sic] parece ser un bálsamo peligroso para todo tipo de enseñanzas”. Me he puesto ojos a la lectura y recomiendo que más tarde que nunca lean este libro porque van a comprender bien por qué Ordine defiende a capa y espada la utilidad de lo que hoy se llama “lo inútil”.

En un país como el nuestro, en el que la educación y la cultura brillan por su ausencia, en el que perseguimos solo lo útil contra viento y marea, hablar de estas cosas, repito: educación y cultura, te sitúa fuera del siglo como por ensalmo, siendo arrojado fácilmente por la borda del mercado. Esta es la razón de una de mis ilusiones actuales que deseo compartir con las personas que navegan conmigo en esta “Isla Desconocida” de Saramago, es decir, el cambio de Gobierno puede propiciar un cambio en las políticas de educación y cultura que tanto necesita este país. Sigo de cerca las intervenciones de las dos personas responsables de ambas carteras porque es urgente llevar a cabo pactos de Estado para que España recupere sendas que nunca debió perder en la articulación de la educación integral e integrada en todos los niveles que la imaginación digna pueda hoy soñar despierta. Y canalizar la cultura para compartir todos el arte de vivir.

Cuando se habla de educación hay que hablar necesariamente de sus grandes protagonistas, los profesionales que ejercen esta profesión, educar. Dice Ordine que la formación “requiere plazos largos. Orientarla exclusivamente por las presuntas ofertas del mercado laboral es perder de antemano la partida. No necesitamos reformas genéricas, sino asegurar una buena selección de los docentes. Los jóvenes reclaman sobre todo profesores que vivan con pasión y con verdadero interés la disciplina que imparten. Se trata de una exigencia sacrosanta, cuyos efectos beneficiosos todos nosotros hemos podido experimentar en nuestra vida estudiantil [-…]  No se puede hablar al alumnado sin amar lo que se enseña. O tirar de powerpoint o prezi sin más, repitiendo todo lo que allí se expone sin orden ni concierto, sin alma didáctica alguna a pesar de la modernidad digital.

Finaliza el autor con una referencia a Einstein en el capítulo dedicado a la educación en su libro Mis ideas y opiniones y su canto a la curiosidad innata en los seres humanos, que permite desarrollar la creatividad y la fantasía. Dice Ordine que: “La buena escuela no la hacen ni las pizarras interactivas multimedia, ni las tablets, ni los managers, ni los demagógicos acuerdos a corto plazo con empresas y centros profesionales: la hacen solo los “buenos docentes”, aquellos que, renunciando a las “medidas coercitivas”, logran que “la única fuente de respeto del alumno al profesor sean las cualidades humanas e intelectuales de éste” (pág. 71s del libro de Einstein). Al docente le incumbe la delicada misión de hacer comprender a sus estudiantes que la enseñanza es una gran oportunidad ofrecida por la sociedad para ayudarnos a hacernos mejores, mujeres y hombres libres capaces de saber vivir”.

Vuelvo a leer a Nazim Hikmet, en el poema que encabeza estas líneas, para comprender qué significa luchar por la libertad de vivir a pesar de todo:

Ama la nube, la máquina y el libro
pero ante todo, ama al hombre
Siente la tristeza
de la rama que se seca
del planeta que se extingue
del animal inválido
pero siente ante todo la tristeza del hombre
Que todos los bienes terrestres
te prodiguen la alegría
Que la sombra y la luz
te prodiguen la alegría
Que las cuatro estaciones
te prodiguen la alegría
Pero ante todo, que el hombre
te prodigue la alegría
 

Sevilla, 2/VII/2018

(1) Ordine, Nuccio (2017). Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal. Barcelona: Acantilado.

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