Hayat, Verdad

La tinta de la esperanza se ha secado. Que el destino escriba lo que quiera

Hayat Belkacem, en su perfil de Facebook

Hayat (verdad) era el nombre paradójico de la joven marroquí de 19 años que murió acribillada por disparos hacia su patera por parte de la Marina Real de Marruecos, cerca de Tetuán, el pasado 25 de septiembre. Otra noticia más sobre emigrantes que pasan sin pena ni gloria. A pesar de esta realidad inexorable, he leído un artículo muy descriptivo sobre la intrahistoria verdadera de Hayat Belkacem que me ha conmovido, porque una vez más traduce el dramatismo de personas que buscan un mundo diferente comenzando un viaje hacia lo desconocido en España, a través de mafias especializadas en la desgracia humana. En este caso, además, con dos españoles al frente de la desgraciada travesía abortada en la costa marroquí.

Hayat estudiaba Derecho en una Universidad cerca de Tetuán y alternaba sus estudios con diversos trabajos de cuidadora de niños y costura para ayudar a la familia. Basta leer con atención el artículo citado para comprender el sufrimiento individual y colectivo de sus padres y hermanos. Esta es la otra cara desconocida que justifica la imperiosa necesidad de salir de un entorno poco propicio para alcanzar objetivos legítimos de dignidad en todos los ámbitos de proyección posibles.

Hayat ha sido noticia durante unas horas, pero la terrible realidad de pobreza en su país seguirá alimentando ilusiones legítimas para aspirar a hacer algo más que ver pasar la vida a muy bajo precio sentados en aceras de indignidad. La verdad que encierra su nombre y su vida debe ser motivo más que suficiente para hacernos reflexionar con com-pasión [sic] (sentimiento y lástima que tenemos por el mal de otros) y comprender la llegada de pateras a nuestro país mientras que no se lleguen a acuerdos con el Reino de Marruecos, por ejemplo, para mejorar su situación social tan deprimente en áreas específicas. El 20% de los inmigrantes irregulares que han llegado a las costas andaluzas en lo que va de año, es de procedencia marroquí y las cifras aumentarán de aquí a fin de año. Mohamed Benaisa, director del Observatorio del Norte por los Derechos del Hombre, lo ha manifestado recientemente: “El problema de estos jóvenes es que ellos no tienen ninguna perspectiva de futuro. No hay ningún incentivo, nada que les haga pensar que después de sacrificarse varios años van a vivir mejor que ahora”. La vida, para ellos, no vale absolutamente nada si se queda en su país.

Siento algo parecido a estar solos ante el peligro del mar abierto, en el espacio que separa dos orillas muy próximas a nosotros en Sevilla, las de Tánger y Tarifa, en un mar salpicado de muertes y desengaños de los que buscan un mundo diferente, lejos de la miseria y el dolor que generan la pobreza extrema, las guerras muchas veces fratricidas y la persecución por razón de creencia o religión. Hoy, también, tan cerca y tan lejos de Tetuán.

Conozco a un migrante marroquí que vive aquí en Sevilla, al que admiro a través de arte plástica, porque nos entrega dignidad a raudales.  Su historia es la de un niño marroquí que dejó un día ya lejano sus zapatos en aquella orilla y quiso navegar hacia la libertad sin olvidar nunca su pasado, su tierra y su parentela, con un mensaje claro de revolución activa, dándole una vuelta a la forma de ser y estar muchas personas en el mundo propio y de los demás. Para que él y su pueblo puedan estar arriba en un tiempo próximo después de años de estar abajo, dejando de ser alfombra roja de los poderosos. Y me ha emocionado saber que gracias a personas como él podemos confiar tal día como hoy en que otro mundo aún es posible. Todo un ejemplo.

En el contexto actual, el destino ha escrito de forma terrible en la vida de Hayat. Es verdad, la tinta de la esperanza a veces se seca.

Sevilla, 30/IX/2018

El panal honrado

PANAL DE ABEJAS1

Estamos asistiendo a un ataque en toda regla al Estado de Derecho por parte de miembros muy activos que viven en las cloacas del Estado, junto con asociados políticos temporales que se mueven ahí como peces en el agua sucia. Es lo peor que le puede pasar a un Estado digno si no actuamos ya, porque los hijos de las tinieblas suelen ser más sagaces que los hijos de la luz, como lo ha comprendido el ser humano a lo largo de los siglos. Como no pertenezco al Club de la Indignidad, Mediocridad, Tibieza y Tristeza, en permanente saturación de socios, rescato hoy un artículo que escribí hace ocho años, Vicios privados, públicas virtudes, porque tengo grabado en mi mente cómo pedimos para los demás públicas virtudes cuando estamos inmersos en vicios privados de todo tipo. Unos y unas más que otros y otras, que de todo hay en la viña del Señor.

Exigimos ahora un Consejo de Ministros y Ministras que sea un panal honrado, inmaculado, sin mancha alguna pública o privada, cansados por hartazgo de tanta corrupción psíquica, física y social, que hace estragos en democracia, pero no me resisto a seguir defendiendo a capa y espada la honradez de miles de personas que ejercen la política dignamente, aunque la condición humana, que no me es ajena, se aproxima con demasiada frecuencia a estos precipicios de indignidad. Todas las personas que ejercen la política, no son iguales. No hace falta dar nombres, porque nos hemos quedado con la cara de los que ocupan el desgraciado ranking de la indignidad. Pero necesitamos protegernos de este maremoto político por olas de corrupción que nos sobrepasan en el acontecer diario, para poder vivir instalados en el principio de confianza que merece el Gobierno actual hasta que no se demuestre lo contario, poniendo en su sitio al gansterismo político y social que nos rodea.

Vuelvo a publicar aquellas palabras, a las que no quito punto o coma de la época en que se escribió, porque es también lo que sucede en la actual, salvando lo que haya que salvar. La última frase, mezcla de enigma y desasosiego social, sigue teniendo gran valor en el momento actual: «Es probable que el conocimiento nos permita comprender entonces que los vicios son públicos cuando personalmente ya no sabemos vivir con nosotros mismos, porque hemos perdido el espacio privado y necesario de la virtud en un panal social que nos desborda, aceptando desgraciadamente el principio del conformismo cómplice e impresentable del manual ético de Bernardo de Mandeville: Dejad, pues, de quejaros: sólo los tontos se esfuerzan por hacer de un gran panal un panal honrado«.

Al fin y al cabo, muchas personas acaban mirando sin pestañear a la mujer del César.

Sevilla, 28/IX/2018

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VICIOS PRIVADOS, PÚBLICAS VIRTUDES

Para los que pertenecemos a la generación en la que sabemos que todavía, en tiempo de crisis, nos queda la palabra, escribo este post como microacto solidario para romper silencios cómplices, conformistas, acerca de personas y situaciones que sufren en democracia: niños amenazados por la larga sombra de la pederastia en la Iglesia y fuera de ella, personas que ejercen la política y son honrados, porque no todos son iguales, jueces dignos como Garzón y otros muchos como él preocupados para que no que pase sin pena ni gloria el dolor que perdura por los efectos de la Guerra Civil, y mujeres al borde de la muerte física, psíquica y social porque existen hombres e instituciones que no aceptan que desarrollen su inteligencia en libertad.

Un gran panal, atiborrado de abejas
que vivían con lujo y comodidad,
mas que gozaba fama por sus leyes
y numerosos enjambres precoces,
estaba considerado el gran vivero
de las ciencias y la industria.

Bernardo de Mandeville (1670 (?)-1733), El panal rumoroso: o la redención de los bribones

Desde la ventana del autobús 881, en Roma, veía en 1976 el cartel de la película de Miklós Jancsó que llevaba este título. El cine que la proyectaba estaba a solo unos metros de la Ciudad del Vaticano (¡qué paradoja!) y, una y otra vez, la he recuperado en mi memoria de hipocampo en estos últimos días de desasosiego ético nacional e internacional, con las noticias de la pederastia en la Iglesia, la trama de corrupción Gürtel, el proceso abierto contra el juez Garzón y el azote de la violencia de género, por poner ejemplos reales. La tentación inmediata es agregarnos inmediatamente al grupo de opinión mayoritaria de este país alejado de la teoría crítica constructiva y ver siempre en los otros lo que no somos capaces de integrar como una realidad de la condición humana que hay que saber enjuiciar con frialdad para no cometer errores dogmáticos e inquisidores, y para no caer, obviamente, en el determinismo cruel del mal y del bien necesarios, propugnado ya en el siglo XVIII por Bernardo de Mandeville, en un poema “anónimo” que publicó en 1714 (1), que formaba parte de un libro titulado The Fable of the Bees: or Private Vices, Public Benefits (La fábula de las abejas: Vicios Privados, Públicos Beneficios):

… empeñados por millones en satisfacerse
mutuamente la lujuria y vanidad.
… Los abogados, cuyo arte se basa
en crear litigios y discordar los casos,
… Deliberadamente demoraban las audiencias,
para echar mano a los honorarios;
… Los médicos valoraban la riqueza y la fama
más que la salud del paciente marchito
… Y la misma Justicia, célebre por su equidad,
aunque ciega, no carecía de tacto;
su mano izquierda, que debía sostener la balanza,
a menudo la dejaba caer, sobornada con oro
… El curioso resultado es que mientras
cada parte estaba llena de vicios,
sin embargo todo el conjunto era un Paraíso.

Este espectáculo, al que asistimos como testigos de cargo casi siempre, al grito de los tahúres de Mandeville, «¡Dios mío, si tuviéramos un poco de honradez»!, traduce la realidad cruel de una sociedad que está tocada en su alma. No nos engañemos. Mientras que la preocupación social más extendida del triunfo a toda costa y la exigencia de la felicidad como derecho constitucional siga campando en el terreno de la violencia reactiva, porque la llamada crisis de valores, de la que todo el mundo habla pero que casi nadie concreta, no acaba de analizarse con el rigor y urgencia que necesita, es muy difícil exigir de los demás la ejemplaridad, sin que empiece la auténtica conversión por uno mismo.

Vicios privados y públicas virtudes, es una expresión que va más allá del título de una película, porque la trasciende y recoge una realidad notoria en la sociedad actual. En un Estado de derecho debemos confiar siempre en la Justicia para abordar los delitos privados y públicos. Pero la solución está también y, básicamente, en otro ámbito: en la generación de responsabilidades públicas y privadas, individuales y colectivas, basadas en dos grandes principios, el del conocimiento y el de la libertad. Conocimiento, para saber por qué ocurren las cosas, por qué debemos recurrir siempre a la inteligencia para resolver conflictos, con su gran carga de sentimientos y emociones a la que siempre está ligada. Y, por supuesto, la libertad para educarla en el sentido más pleno del término. Educación y saber ser y estar en clave de ciudadanía, son dos grandes principios que necesitan ser reforzados y blindados a marchas forzadas en nuestro país, en todos los niveles sociales posibles. De esta forma, sabremos analizar mejor, con humildad, por qué el ser humano es capaz de practicar la violencia con los niños, robar dinero público, quitar legitimidad a un juez o hacer daño a una mujer, de muchas formas, sin caer tampoco en el diseño de un mundo feliz que no existe de forma global, aunque sí individual para quien se lo propone, sin necesidad de dioses o de la fatal aceptación del mal como “semilla” necesaria del bien, volviendo a Mandeville, al intervenir esos dioses salvadores (de cualquier tipología) que citaba anteriormente, para poner orden en un mundo tan enloquecido:

Pero, ¡oh, dioses, qué consternación!
¡Cuán grande y súbito ha sido el cambio!
Los tribunales quedaron ya aquel día en silencio,
porque ya muy a gusto pagaban los deudores.
… Quienes no tenían razón enmudecieron,
… con lo cual nada podía medrar menos
que los abogados en un panal honrado.
… La Justicia, no siendo ya requerida su presencia,
con su séquito y pompa se marchó.
Abrían el séquito los herreros con cerrojos y rejas,
luego los carceleros, torneros y guardianes.
… Todos los ineptos, o quienes sabían
que sus servicios no eran indispensables se marcharon;
no había ya ocupación para tantos.
… ¡Contemplad ahora el glorioso panal, y ved
cómo concuerdan honradez y comercio!

Es probable que el conocimiento nos permita comprender entonces que los vicios son públicos cuando personalmente ya no sabemos vivir con nosotros mismos, porque hemos perdido el espacio privado y necesario de la virtud en un panal social que nos desborda, aceptando desgraciadamente el principio del conformismo cómplice e impresentable del manual ético de Mandeville: Dejad, pues, de quejaros: sólo los tontos se esfuerzan por hacer de un gran panal un panal honrado.

Sevilla, 11/IV/2010

(1) García-Trevijano, Carmen (1994). El reverso de la utopía. Actualidad de «la fabula de las abejas» de Bernardo de Mandeville. Psicología Política, 9, 7-20.

NOTA: La imagen utilizada en este post fue recuperada el 10 de abril de 2010 de: http://www.infoagro.com/noticias/2008/5/1458_agricultura_abre_plazo_solicitar_ayudas_al_fomento.asp

España tiene una deuda con más de 5.000 investigadores

INFORME AECC 2018

Sucedió el pasado 12 de septiembre en la presentación en Madrid del primer informe sobre la investigación e innovación del cáncer en España (2018), actividad promovida por varias instituciones y que representa una parte importante de la investigación y desarrollo científicos en este país: conocimos un dato sobrecogedor sobre la fuga de cerebros en nuestro país. En la carta de presentación del documento, hay una reflexión de un calado excepcional, que define muy bien el estado del arte actual sobre la realidad en España: “Demasiadas veces se describe la situación de España en blanco y negro. Por un lado, niveles de innovación inferiores a la de los países líderes en biomedicina, escasa financiación, dificultades administrativas y una preocupante situación del personal investigador. Por el otro, excelencia científica reconocida internacionalmente, un crecimiento cualitativo y cuantitativo del ecosistema y una alta actividad de ensayos clínicos. Este informe tiene vocación de analizar los grises, establecer puntos de partida para estudios y debates de mayor profundidad y contribuir a la colaboración y la construcción concertada de iniciativas y trayectorias de desarrollo”.

Entrando en materia a través del resumen ejecutivo del mismo, hay una reflexión contextualizada que me ha conmovido especialmente, en el texto y contexto de la crisis económica, una realidad que todavía no ha terminado en este país a pesar de la fanfarria que acompaña a veces a la situación social actual: “Si bien las fuentes de financiación nacional analizadas en el presente informe se han mantenido bastante estables, mostrando solo una ligera reducción, se observa una pérdida de talento investigador, un envejecimiento demográfico de los líderes científicos y un empeoramiento de algunos indicadores de la investigación e innovación en cáncer”. Hay una frase determinante, la referida a la pérdida de talento investigador por la fuga de cerebros que desató la crisis y que no hemos recuperado hoy en día. Tenemos, posiblemente, los mejores jugadores de fútbol del mundo, sujetos a leyes inexorables del mercado, para lo que existe todo tipo de financiación asegurada, pero nadie depara en la pérdida irreparable de talento investigador en todos los campos del saber. Lo dice taxativamente el informe: “Este periodo de dificultades económicas y administrativas ha causado la pérdida (en todas las disciplinas y sectores) de 5.000 autores científicos con afiliación en instituciones españolas entre 2011-2016, según datos de la OECD”.

Si grave es esta situación reflejada en el informe, también es muy preocupante cómo la balanza investigadora se inclina de forma espectacular a favor de la industria privada en un área muy sensible para esta investigación: los ensayos clínicos. Es lamentable reconocer que en 2009 y 2010 hubo un proyecto liderado por el Instituto de Salud Carlos III, para promover ensayos clínicos en centros públicos con independencia de la industria, que tuvo un recorrido muy corto, solo hasta 2012, por cuestiones presupuestarias derivadas de la crisis: “La mayor parte de la actividad española de ensayos clínicos está ligada a la industria farmacéutica internacional, y no responde necesariamente a las capacidades y oportunidades del ecosistema clínico y académico de investigación, ni a la realidad epidemiológica del cáncer en España. En España un 76% de los ensayos clínicos en el ámbito del cáncer son patrocinados por la industria, frente al 49% en Francia, 56% en Países Bajos, 62% en Italia o 65% en Reino Unido”.

El hilo conductor del informe establece una hoja de ruta para el Gobierno correspondiente: es urgente ordenar y organizar una Estrategia de Estado de Investigación del Cáncer, con claras responsabilidades públicas y con nítida separación de la actividad de la industria, que nunca es inocente en sus derivados farmacológicos, con un objetivo claro: la supervivencia. Esta decisión de Alta Política de Estado debería comprometerse con la ciudadanía para alcanzar una supervivencia del 73% para 2030, estando la situación actual en el 53%. Hay una primera empresa pública preciosa y urgente: la operación rescate de los 5.000 autores científicos que se han ido y que deberían volver de forma digna a este país. Nos devolvería a todos una mayor esperanza de vida.

Sevilla, 27/IX/2018

Valor y precio del gasto público en educación


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Cuanto vale se ignora y nadie sabe / ni ha de saber de cuánto vale el precio
Antonio Machado (1875-1939). Nota manuscrita en unos papeles perdidos

Se ha publicado el pasado 18 de septiembre un estudio muy interesante e imprescindible para abordar los problemas de fondo y forma de la educación en España, elaborado por el Instituto Valenciano de Actividades Económicas (IVIE) y bajo los auspicios de la Fundación BBVA. Estoy convencido de que la educación, en el sentido más extenso de la palabra, es el gran problema de base estructural de todo el país porque la educación es uno de los pilares básicos del estado y de su progreso. Mucho más cuando el alcance del estudio alcanza tantos años donde se puede deducir de forma muy profunda qué ha ocurrido durante dieciséis años en la aplicación de las diferentes políticas educativas en el Estado de las Autonomías. Debería ser un acicate para la necesaria rendición de cuentas del Estado al respecto, siguiendo las recomendaciones de la publicación también reciente de la UNESCO en relación con el cumplimiento de los compromisos contraídos por los diferentes Gobiernos en este sentido.

En el avance del estudio presentado conjuntamente por el IVIE y la Fundación BBVA, Diferencias educativas regionales 2000-2016 Condicionantes y resultados, se ofrecen datos verdaderamente sorprendentes y sobre los que habría que trabajar con urgencia por lo desalentadores que son, aunque hay un denominador común: no por tener más dinero de financiación en educación se garantizan unos resultados educativos mejores, sino cómo se rentabiliza, es decir, no hay que confundir una vez más, como todo necio,  valor y precio en esta política que debería ser de atención preferente por el Estado.

En la presentación oficial se ofrecieron unas cifras destacadas de la monografía:

1. El gasto en educación creció un 40% entre 2000 y 2009, para luego caer un 14% hasta 2014. En los últimos años el gasto público ha frenado su caída, con un crecimiento acumulado del 1,7% entre 2014 y 2016.
2. País Vasco es la autonomía con mayor presupuesto para gasto público en educación: 7.320 euros por alumno en 2016, un 63% más que Madrid, la comunidad que menos gasta (4.496 euros).
3. Madrid es la región con mayor gasto de los hogares en educación, un 57% más que la media nacional.
4. Castilla y León y Galicia son las comunidades en las que más se favorece la igualdad de oportunidades, ya que el 82% de los alumnos en entornos desfavorables alcanzan al menos el nivel 2 en resultados PISA.

Una vez consultado con detenimiento el documento citado, entresaco también los datos siguientes con especial proyección en la Comunidad Autónoma de Andalucía. La primera incursión es muy relevante al tratar de reflejar el gasto en educación en España durante los dieciséis años que ya han transcurrido de este siglo, con una conclusión clara y contundente: el gasto público en educación se redujo entre 2009 y 2014 un 3% anual (14% acumulado):

ESTUDIO IVIE1

En relación con el gasto en educación por Comunidades Autónomas, Andalucía figura en último lugar como se puede apreciar en la siguiente imagen, cuestión muy preocupante y que debería propiciar una revisión urgente de esta situación:

ESTUDIO IVIE2

Respecto de los recursos humanos (profesorado y personal de apoyo) que se utilizan en educación, el estudio destaca dos cuestiones sustanciales: “dependen del tamaño de la región, pero también de la amplitud de los servicios que ofrece cada sistema y los recursos financieros de los que dispone; las regiones más favorecidas y las del norte peninsular destacan por la mayor amplitud de recursos educativos por habitante, con una distancia considerable respecto a las del centro y el sur”:

ESTUDIO IVIE3

Otro dato de suma importancia es el gasto público en Andalucía durante estos años, donde se aprecia una vez más la diferencia abismal existente entre País Vasco y Andalucía, por ejemplo, 7.320€ por alumno/a y 4.974, respectivamente:

ESTUDIO IVIE4

Traigo también a consideración en este artículo los patrones regionales diferenciados en las combinaciones de gasto público y privado por alumno, con la siguiente distribución según el estudio:

• País Vasco y Navarra destacan por encima de la media en ambos tipos de gasto.
• En Madrid y Cataluña los hogares gastan muy por encima de la media, pero el gasto público por alumno es menor, sobre todo en Madrid.
• Castilla y León, Galicia, Asturias, Cantabria y Extremadura aumentan los recursos gracias a un mayor gasto público por alumno, pero no privado.
• En Canarias, Murcia, Castilla-La Mancha y Andalucía el gasto por alumno del sector público es inferior a la media y el de los hogares también.
Pasando a una cuestión muy relevante, el rendimiento educativo que se obtiene vistos los datos anteriores, se refleja la situación preocupante de Andalucía en relación con las puntuaciones PISA 2015 por comunidades autónomas:

ESTUDIO IVIE5

El efecto del gasto público permite sacar algunas conclusiones de enorme interés: dados los niveles de gasto educativo alcanzados, el efecto potencial de aumentos adicionales es modesto. Por tanto, “no se trata ya de gastar más, sino de gastar mejor en acciones que resulten eficaces para resolver problemas concretos de equidad e incentivar la eficiencia”:

ESTUDIO IVIE6

Finalmente, en un esfuerzo de síntesis que no debe obviar nunca leer el documento completo en su texto y contexto, deseo recoger aquí los resultados globales atendiendo a los aspectos diferenciadores de las comunidades autónomas:

ESTUDIO IVIE7

Este avance de resultados finaliza con unas conclusiones que no quiero reinterpretar, aunque creo que hay una que por sí misma encierra una gran verdad: la crisis económica que todavía estamos atravesando ha servicio también para esconder también mucha ineficacia e ineficiencia pública y privada, incluso lacerantes para llevar a cabo actuaciones educativas en las que no todo consiste tener más dinero para gastar más, sino para utilizarlo mejor:

• La mejora de la educación en España debe partir de un reconocimiento realista de la heterogeneidad de los sistemas educativos regionales en estructura, recursos y resultados
• Las diferencias educativas regionales dependen de las distintas políticas desarrolladas en el ejercicio de la autonomía y también de tradiciones y preferencias sociales diversas
• La evidencia sobre las variables que influyen en los resultados indica que el rendimiento educativo depende de factores personales, del entorno socioeconómico de los alumnos y los centros, y de la eficacia de los distintos sistemas educativos regionales
• El gasto público y privado en educación influye en los resultados, pero su simple incremento no garantiza aumentos relevantes del rendimiento: es más importante gastar mejor que gastar más
• Para ser eficaces, los incrementos de recursos deben orientarse en tres direcciones:

a) Abordar los problemas de equidad que limitan el rendimiento de alumnos con entornos desfavorables, cuya atención está muy concentrada en ciertos centros públicos y determinadas comunidades
b) Corregir el efecto de factores que predicen el bajo rendimiento (retraso en el comienzo de la educación infantil, repeticiones de curso, cambio de centro, clima educativo…)
c) Identificar y dar a conocer las buenas prácticas de los centros y sistemas educativos con mejores resultados para promoverlas.

El mes de septiembre es propicio para recordarnos, después del paréntesis del verano, el comienzo de la vida ordinaria en clave académica, porque todo tiene su comienzo de curso, metafóricamente hablando. El ciclo completo educativo echa a rodar en este mes en torno a la educación global y deseo expresar mi claro objeto de deseo público y social en este país, que tantas vueltas ha dado a un modelo integral e integrado de educación, de Estado, sin que hoy en día se haya consensuado por las fuerzas políticas de turno. Hoy, con más sentido todavía cuando hemos conocido este avance de datos de un estudio que emite juicios bien informados.

Sevilla, 20/IX/2018

NOTA: la imagen que encabeza este post la he rescatado hoy de mi memoria de secreto. Es un fotograma de la película Hoy comienza todo, de Bertrand Tavernier, ejemplo de cómo la educación para la diversidad debe ser siempre una marca indeleble en un Gobierno concreto y en las funcionarias y funcionarios que tienen que ejecutar sus leyes. No lo olvido en y desde Andalucía.

Algo se muere en Sevilla, cuando un periódico se va…

EL CORREO DE ANDALUCIA

Desde que conocí la triste noticia del ERE del periódico al que tanto aprecio, El Correo de Andalucía, que afecta a la totalidad de la plantilla, excepto una persona, he sentido algo especial, que coincide por el azar y la necesidad de la vida con la noticia que publican hoy en ese periódico de la muerte de Manuel Garrido, el autor de la letra de una sevillana inolvidable, El Adiós, que resuena hoy en mi alma como una composición que no olvido:

Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va,
Y va dejando una huella que no se puede borrar.

Es verdad, algo se muere en el alma cuando El Correo de Andalucía se va…. La situación actual de cierre del periódico más representativo de la Transición en Andalucía, me duele especialmente porque durante un tiempo publiqué mis primeros artículos de prensa en su página de opinión. Recuerdo como si fuera ayer, cómo llevaba las páginas escritas en mi máquina Olympia a la sede del periódico en la Carretera Amarilla, antes de las ocho de la tarde, esperándome allí Salvador Petit Caro que me animaba siempre a seguir colaborando con el periódico, con su característico ardor guerrero y rigurosidad profesional. Me presentó un día a José María Javierre y José María Requena, dando allí mis primeros pasos en la prensa que no olvido y que he rescatado en este cuaderno digital en un Tema que se llama “Periódicas” (columna derecha de la página principal), que recopila los citados artículos y que pueden leer detenidamente salvando el texto y contexto en que fueron escritos, año 1977, recién llegado de mi exilio interior en Roma.

No te vayas todavía, no te vayas por favor,
no te vayas todavía que hasta la guitarra mía
llora cuando dice adiós.

A Manuel Garrido lo conocí personalmente y tuve la oportunidad de intercambiar muchas palabras y escucharle atentamente porque derrochaba humanidad y una candidez a prueba de bomba. Me recordaba siempre a Antonio Machado, por su torpe aliño indumentario, con una sonrisa que contagiaba casi sin darse cuenta y porque era sabio en palabras directas al corazón, con una ilusión a raudales sobre sus colaboraciones con los entrañables amigos suyos de Gines. Había en sus venas gotas de sangre jacobina, pero su verso brotaba siempre de manantial sereno; y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina era, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Un pañuelo de silencio a la hora de partir,
Porque hay palabras que hieren y no se deben decir.

Al recuperar hoy la lectura habitual en la publicación digital de El Correo de Andalucía, la noticia del fallecimiento de Manuel Garrido me ha parecido paradigmática por la situación triste que atraviesa el periódico en estos días. La palabra “cierre” duele y deberíamos romper el silencio cómplice a la hora de este cierre, alzando voces que no hieran y que debemos decir. Sé muy bien qué significa el cierre de un periódico, pero éste es especial. La trayectoria histórica de El Correo no debe quedar solo para consulta en los anales de estudiosos de la prensa escrita, nada más. El Correo significa mucho en Sevilla, en la “toda Sevilla” y en la alternativa (que también existe), sobre todo porque a lo largo de su trayectoria centenaria supo evolucionar en momentos transcendentales de este país y que personalmente viví en primera persona. Conozco bien la crisis que atraviesa la prensa escrita, que es mayúscula ante la entrada en tromba del mundo digital, pero creo que se podría salvar la cabecera de este periódico reforzando su edición digital, ofreciéndome desde hoy a colaborar de la forma que sus profesionales lo consideren oportuno. Entre muchas personas de esta ciudad, podríamos rescatarlo para que su supervivencia fuera ante todo digna, como lo ha sido en tantas ocasiones en los que fue una avanzadilla de libertad sin cortapisas de ningún tipo.

El barco se hace pequeño cuando se aleja en el mar,
Y cuando se va perdiendo que grande es la soledad.

Vuelvo a leer hoy mis colaboraciones en El Correo de Andalucía, el periódico de la libertad que durante muchos años compré para leer, sobre todo, sus famosas páginas centrales, porque tocábamos la libertad con los ojos. Fueron doce colaboraciones, “artículos de opinión” llamaban los eruditos, en una época donde pensar estaba casi prohibido y para opinar había que irse “a la calle” porque en casi todos los sitios estaba reservado el derecho de admisión de los que no pensábamos como los demás. Todos tienen un contexto, es decir, no son inocentes. Por cierto, no lo pretendo, solo quiero hacer justicia a una época que nos permitió construir un Estado libre y una Andalucía sin tópicos.

Ese vacío que deja el amigo que se va
Es como un pozo sin fondo que no se vuelve a llenar.

Es verdad, ese vacío que dejará El Correo de Andalucía, en su edición de papel, es como un pozo sin fondo que no se vuelve a llenar. O sí, si lo publicamos entre todos en el mundo digital de esta ciudad que tanto lo necesita como una voz más de cultura, como otra forma de interpretar la vida de esta sacrosanta ciudad que lo vio nacer.

No te vayas todavía, no te vayas por favor,
no te vayas todavía que hasta la guitarra mía
llora cuando dice adiós.

Sevilla, 15/IX/2018

Necesitamos grandes alamedas de libertad

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Salvador Allende y su esposa, Tencha Bussi, en 1971 junto a sus nietas Marcia Tambutti y Maya Fernández (1)

Se cumple hoy el 45 aniversario del inicio del golpe de estado en Chile. Creo que no he faltado un solo año a este recuerdo en mi persona de secreto. No lo olvido a pesar del tiempo transcurrido. He crecido con el desgarro de esta noticia en el momento que ocurrió, en mis años jóvenes; he grabado a fuego en mi cerebro las últimas palabras de Allende desde el Palacio de la Moneda, examinándolas todas y quedándome con todo lo bueno que hay en ellas; he seguido de cerca a los embajadores de la cultura chilena en el exilio, el grupo Quilapayún, aprendiendo con ellos que el pueblo unido jamás será vencido y que con el amor y el sufrimiento se aúnan las voluntades para construir un mundo mejor, como clamaban a su cielo particular en la cantata de Santa María de Iquique. También, sé que para pasear por las grandes alamedas como personas libres, tenemos que juntar las manos con las de otros para abrir murallas reales y virtuales.

Cuarenta y cinco años después…, no lo olvido.

Sevilla, 11 de septiembre de 2018

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Grandes alamedas para personas libres

Horas antes de finalizar este día, cargado de recuerdos amargos para la humanidad, por el terrible atentado de las Torres Gemelas en 2001, deseo recordar también que hoy se cumplen 43 años del golpe de estado en Chile. Las palabras de Allende desde el Palacio de la Moneda en la capital, horas antes de su fallecimiento, sigo leyéndolas e interiorizándolas en muchas ocasiones en su sentido más positivo, a pesar de la tragedia popular que supuso el sangriento golpe militar dirigido por el general Pinochet: “Tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”.

Marcia Tambutti, nieta del Presidente Allende, ha dirigido un documental, Allende, mi abuelo Allende, que ha supuesto una aportación fundamental para conocer de forma más cercana al presidente tristemente fallecido y que me permitirá conocer aspectos humanos de un líder carismático de mi persona de secreto: “En un relato conmovedor y honesto, es la primera investigación sobre Allende realizada desde el círculo íntimo del mandatario y está hecha sobre la base de 32 entrevistas a personas que lo conocieron de cerca. Son todos testimonios inéditos, como el de Tencha Bussi de Allende, la viuda del Presidente fallecida en junio de 2009, cuando el filme estaba en plena confección. La realizadora también logra hacer hablar a su tía Carmen Paz Allende Bussi, la primogénita del mandatario, que vive en Santiago y que por décadas ha cultivado un bajo perfil, alejado de la prensa. Sentada en el patio de la casa de calle Guardia Vieja de la capital chilena, la vivienda familiar desde 1953 decorada como si el tiempo no hubiese pasado, Tambutti explica que el hecho de que ella estuviera preparada para desempolvar recuerdos, no significaba que su familia también. “Me faltó abuelo, quería saber más de él. Lejos del exhibicionismo y desde el cariño más profundo, a través de este documental me propuse entender las razones de este silencio, que se explica en una inmensa parte por la existencia de episodios dolorosos” (2).

No he olvidado nunca las palabras de Allende y con esta breve reflexión quiero contribuir a no participar en los silencios cómplices de los olvidos, a respetar su memoria y las de miles de chilenos desaparecidos y torturados en la larga dictadura de Pinochet, sobre todo porque paseamos hoy en muchos lugares del mundo, también en España, por grandes alamedas de libertad en las que él soñó, aunque quede mucho por hacer y conseguir. Como decía en 2013, en un post que aprecio y que escribí con ocasión del 40 aniversario del golpe de estado chileno, Ardiente im-paciencia, estas palabras suyas las he seguido sabiendo y practicando, sin ninguna duda. Es mi pequeño homenaje a Salvador Allende y al pueblo chileno, hoy y siempre.

Sevilla, 11/IX/2016

(1) La imagen se ha recuperado hoy de: http://allendemiabueloallende.cl/

(2) Montes, Rocío (2015, 1 de marzo). El Tabú de Salvador Allende. El País.com.

El arte de volar hacia atrás en el tiempo

EL ANACRONOPETE1

Portada de El Anacronópete, de Enrique Gaspar y Rimbau, 1887

Los habitantes de la Noosfera que admiramos la curiosidad, siguiendo fielmente a Aristóteles, nos aficionamos a volar hacia atrás en el tiempo para investigar cosas de la vida, a modo y manera de los protagonistas de la zarzuela de Enrique Gaspar y Rimbau (1842-1902), autor teatral y diplomático español, que escribió en 1881 y que llevaba un título apasionante para la época: “Viaje hacia atrás verificado en el tiempo desde el último tercio del siglo XIX hasta el caos”, nunca publicada o representada, pero que seis años después, 1887, se convirtió en una novela, El anacronópete, que desarrollaba la idea de viajar por el tiempo con una máquina diseñada expresamente para este curioso menester.

Me ha parecido extraordinario descubrir esta obra, antecesora de la que sí ha marcado una época muy vinculada con las historias de viajes de Julio Verne, La máquina del tiempo, de Herbert George Wells, publicada en 1895, es decir, ocho años después de la obra de Gaspar. Efectivamente, me he puesto manos a la obra, mejor dicho, me he echado a volar hacia atrás en el tiempo y he tenido la paciencia de leerme la novela para aprender su técnica, algo así como si quisiera viajar hacia la búsqueda del tiempo perdido y descubrir lagunas en mi intrahistoria que jamás me han contado. Tengo que aclarar que acostumbro a viajar hacia adelante, como se puede leer en profundidad en este cuaderno de digital que busca islas desconocidas, siguiendo también la recomendación de Antonio Tabucchi, cuando un día ya lejano me ayudó a seguir navegando en la búsqueda incesante de la Isla Desconocida, leyendo una obra cumbre de su literatura de compromiso activo, Sostiene Pereira, porque aprendí, de nuevo, que el mundo sólo tiene interés hacia adelante, es decir, frecuentando el futuro, tal y como recomendaba el Dr. Cardoso al Sr. Pereira: “[… ] deje ya de frecuentar el pasado, frecuente el futuro. ¡Qué expresión más hermosa!, dijo Pereira”.

Sintetizando mucho la obra de Gaspar, el anacronópete es una caja enorme de hierro fundido, “que navega gracias a la electricidad, que mueve cuatro grandes cucharas mecánicas para desplazarse, además de otra maquinaria que incluye la producción del fluido García, que hace que los pasajeros no rejuvenezcan cuando viajan hacia atrás en el tiempo. La máquina también incluye toda clase de comodidades en su interior y, entre otras maravillas, escobas que barren solas. La máquina sirve de excusa para una historia en tres actos en los que uno de los protagonistas, don Sindulfo García, científico de Zaragoza e inventor del ingenio, su amigo y ayudante Benjamín, la sobrina y pupila Clarita, la sirvienta, el capitán Luis, el amor de Clarita, unos cuantos húsares y algunas mujeres francesas de vida alegre se desplazan en el tiempo. En el primer acto salen de París, de la Exposición Universal y viajan hasta la batalla de Tetuán en 1860. Acaban por regresar a París el día anterior de su salida, donde desembarcan unas señoritas francesas rejuvenecidas. En el segundo acto se vuelve de nuevo a viajar hacia el pasado, parándose en diversos momentos históricos como Granada en 1492 o Rávena en el 690 para avituallamiento. Acaban en la China del siglo III donde sufren algunas aventuras, consiguiendo escapar bajo el mando de Benjamín. Los personajes evolucionan, con Benjamín obsesionado por la vida eterna, don Sindulfo loco de celos por Clarita, y Clarita enamorada del capitán Luis. En el tercer acto, con una parada en la Pompeya del Vesubio en el año 79, llegan al siglo XXX a. C., los tiempos de Noé. Allí descubren el secreto de la vida eterna en Dios. Finalmente, don Sindulfo, enloquecido acelera el anacronópete, que estalla al llegar al día de la creación” (1).

A pesar de estos hallazgos excelentes para buscar la razón de ser del mundo, nada es comparable a la mejor máquina del tiempo que existe y que se llama cerebro humano. Me ha sorprendido siempre el viaje hacia atrás que emprende nuestra memoria ante situaciones inexplicables, gracias a una estructura cerebral maravillosa: el hipocampo. Lo escribí con detalle en homenaje a un maestro en mi vida, el profesor Oliver Sacks, cuando nos entregó en 2015 un mensaje sereno sobre su realidad vital, a los 81 años, cuando supo que un cáncer lo aproximaba a una realidad insoslayable, porque todo tiene su tiempo, en un artículo sobrecogedor publicado en el New York Times con un título premonitorio: Mi propia vida.

Recupero lo que escribí entonces al convertirme durante un corto periodo de tiempo en un anacronópete digital, que también existe, porque en esta fase vital de los que alcanzamos la mayoría de edad en el sentido más pleno de mayoría, él descubrió en senectud la memoria alojada en el cerebro de cada persona y sus manifestaciones a lo largo de la vida, que se enriquece con el paso de los años. Así lo ha dejado patente en un artículo extraordinario, Habla la memoria, que centra muy bien el poder real de la dialéctica permanente entre la memoria histórica y la narrativa. Más aún, si se deja hablar a la memoria, de su profundidad histórica, de lo que esconde (sin ser plenamente conscientes de ello) a través de la criptomnesia, que protege de forma sabia determinados olvidos: “Nosotros como seres humanos hemos desarrollado sistemas de memoria que tienen fallos, fragilidades e imperfecciones” […] “La indiferencia sobre las fuentes nos permite asimilar lo que leemos, lo que nos cuentan, lo que dicen otros y pensar, escribir y pintar, de una forma tan rica y tan intensa como si fuesen experiencias primarias. Nos permite ver y escuchar con los ojos y los oídos de otros, entrar en la mente de los demás, asimilar el arte y la ciencia y la religión de toda una cultura”. Cita a Holmes de forma muy gráfica para explicar el potencial de la memoria enriquecida con las experiencias de la vida, citando la cleptomanía literaria que sufría Coleridge: “sus autores alemanes le dieron apoyo y consuelo: en una metáfora que utiliza a menudo él mismo, [sus textos] se entrelazaron alrededor de ellos como la hiedra alrededor de un roble¨. Muchas veces, nos enredamos en personas y sucesos que encadenan historias que no nos pertenecen en realidad, pero que las llegamos a hacer nuestras.

La memoria supera a las máquinas del tiempo. Hay que dejar hablar a la memoria, que no es un ordenador al uso. Sus imperfecciones son nuestra seña de identidad humana, tal y como lo explicaba Oliver Sacks, porque la sana indiferencia a las fuentes “nos permite asimilar lo que leemos, lo que nos dicen, lo que otros dicen y piensan escribir y pintar, tan intensa y ricamente como si fueran experiencias primarias. Nos permite ver y escuchar con otros ojos y oídos, para entrar en otras mentes, para asimilar el arte, la ciencia y la religión de todas las culturas, para celebrar y contribuir a la mente común, la mancomunidad general del conocimiento. Este tipo de intercambio y participación, esta comunión, no sería posible si todos nuestros conocimientos, nuestros recuerdos, estuvieran perfectamente marcados e identificados como privados, exclusivamente nuestros. La memoria es dialógica y surge no sólo de la experiencia directa, sino de la relación de muchas mentes”.

Algo así como la experiencia actual de la Noosfera, al unirse en una gran malla humana los cerebros pensantes del mundo en el que vivimos, entrelazando las memorias históricas y las narrativas de los internautas como «la hiedra rodea a un roble». Es justo decir que gracias también a la memoria de Oliver Sacks, que tantas veces nos ha acompañado para comprender mejor la ceguera al color con el que solemos contemplar nuestras vidas cuando se instalan en un gris perpetuo y en viajes hacia ninguna parte. La vida es algo más que el blanco y negro, que los grises. Porque el cerebro está preparado para interpretar todos los matices cromáticos de la vida en libertad, sin dejar ninguno atrás, aunque a veces disfrutemos con experiencias tan aleccionadoras como las que diseñó Enrique Gaspar y Rimbau en su maravillosa máquina del tiempo para anacronópetes digitales, aunque volando hacia atrás en el tiempo no tuviera en 1881 conciencia de ello. O sí, porque solo sabemos que aquello…, ocurrió mañana.

Sevilla, 10/IX/2018

(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_Gaspar_y_Rimbau#El_anacron.C3.B3pete

¡La broma no ha terminado!


GROUCHO Y CHICO

En los próximos días se cumplen diez años del inicio de la Gran Recesión, en la que el Tesoro de Estados Unidos y la Reserva Federal dejaron caer a Lehman Brothers. Recuerdo como si fuera ayer la foto en la que se veía a un trabajador abandonando la sede principal del cuarto banco americano en ese momento, llevando en una caja de cartón todas sus pertenencias: había perdido su trabajo, todo un símbolo de lo que vendría después.

LEHMAN BROTHERS

En este infeliz aniversario, que ha arrastrado tanta pobreza y dolor humano, constatamos a diario que aquella broma no ha terminado. En este país, sin ir más lejos, seguimos con un paro vergonzante, las burbujas inmobiliarias intentan reproducirse como por esporas, el trabajo es de escasa calidad y temporalidad, la fuga de inteligencia joven bien formada es un fenómeno que comienza a pasarnos factura, tenemos un gobierno que hace malabarismos todos los días para dar credibilidad a algo que a mí me conmueve: la regeneración ética del Gobierno correspondiente para garantizar el bienestar social que solo se salvaguarda cuando se protege el interés general.

Groucho Marx, a quien tanto admiro, recoge su experiencia de la Gran Recesión de 1929 en su libro Groucho y yo. Con su gracejo característico, cuenta cómo se compraban acciones en el mercado americano de valores, de forma compulsiva, en algunas ocasiones de forma desternillante, como en el caso de su visita a su amigo Eddie Cantor, aunque con un mensaje subliminal lejos de cualquier sospecha y muy profundo:

Cantor era vecino mío en Great Neck. Como era viejo amigo suyo, cuando terminó la representación fui a verle a su camerino. Eddie es un conversador muy persuasivo, y antes de que yo pudiera decirle lo mucho que había disfrutado con su actuación, me hizo sentar, cerró rápidamente la puerta, miró a su alrededor para cerciorarse de que nadie le escuchaba y dijo:

– ¡Groucho, te adoro!

No había nada de peculiar en aquel saludo. Así es como la gente del teatro habla entre sí. En el teatro existe una ley no escrita respecto a que cuando dos personas se encuentran (actor y actriz, actriz y actriz, actor y actor, o cualquier otra de las variaciones y desviaciones del sexo) deben evitar cuidadosamente los saludos habituales de la gente normal. En cambio, deben abrumarse mutuamente con frases de cariño que, en otros sectores de la sociedad, suelen estar reservadas para el dormitorio.

– Encanto -prosiguió Cantor-, ¿qué te ha parecido mi espectáculo?

Miré hacia atrás, suponiendo que habría entrado alguna muchacha. Desdichadamente, no era así, y comprendí que se dirigía a mí.

– Eddie, cariño -contesté con entusiasmo verdadero-, ¡has estado soberbio!

Me disponía a lanzarle unos cuantos piropos más cuando me miró afectuosamente con aquellos ojos grandes y brillantes, apoyó las manos en mis hombros y dijo:

– Precioso, ¿tienes algunas Goldman-Sachs?

– Dulzura -respondí (a este juego pueden jugar dos)-, no sólo no tengo ninguna, sino que nunca he oído hablar de ellas. ¿Qué es Goldman-Sachs? ¿Una marca de harina?

Me cogió por ambas solapas y me atrajo hacia sí. Por un momento pensé que iba a besarme.

– ¡No me digas que nunca has oído hablar de las Goldman-Sachs! -exclamó incrédulamente-. Es la compañía de inversiones más sensacional de todo el mercado de valores.

Luego consultó su reloj y dijo:

– Hum. Hoy es demasiado tarde. La Bolsa está ya cerrada. Pero, mañana por la mañana, muchacho, lo primero que tienes que hacer es coger el sombrero y correr al despacho de tu agente para comprar doscientas acciones de Goldman-Sachs. Creo que hoy ha cerrado a ciento cincuenta y seis… ¡y a ciento cincuenta y seis es un robo!

Luego Eddie me palmoteó una mejilla, yo le palmoteé la suya y nos separamos.

¡Amigo! ¡Qué contento estaba de haber ido a ver a Cantor a su camerino! Figúrate, si no llego a ir aquella tarde al teatro Palace, no hubiese tenido aquella confidencia. A la mañana siguiente, antes del desayuno, corrí al despacho del agente en el momento que se abría la Bolsa. Aflojé el 25% de 38.000 dólares y me convertí en afortunado propietario de doscientas acciones de la Goldman-Sachs, la mejor compañía de inversiones de América.

Lo que ocurrió después con la Gran Recesión se conoce con detalle, confesando que perdió 240.000 dólares. Cuenta que el día del hundimiento final, “mi amigo, antaño asesor financiero y astuto comerciante, Max Gordon, me telefoneó desde Nueva York. En cinco palabras, lanzó una afirmación que, con el tiempo, creo que ha de compararse con las citas más memorables de la historia americana […]: ¡Marx, la broma ha terminado!”.

Se dice que cuando América coge un resfriado económico, Europa sufre una pulmonía y, me atrevería a decir, que España entra directamente en la Unidad de Cuidados Políticos Intensivos. El impacto de la crisis que se inició en 2008 es de tal magnitud hoy en día en este país, que podemos verlo reflejado en el documento que el 21 de junio de este año publicó el Instituto Nacional de Estadística, la Encuesta de condiciones de vida (ECV) 2018, un informe que no debería dejar tranquilo a nadie, con datos tratados en 2017 y que se realiza desde 2004. Según el organismo oficial, la encuesta está basada en criterios armonizados para todos los países de la Unión Europea y su objetivo fundamental es disponer de una fuente de referencia sobre estadísticas comparativas de la distribución de ingresos y la exclusión social en el ámbito europeo. Asimismo, la realización de la ECV permite poner a disposición de la Comisión Europea un instrumento estadístico de primer orden para el estudio de la pobreza y desigualdad, el seguimiento de la cohesión social en el territorio de su ámbito, el estudio de las necesidades de la población y del impacto de las políticas sociales y económicas sobre los hogares y las personas, así como para el diseño de nuevas políticas.

Los datos que contiene el informe siguen siendo muy preocupantes, con un hilo conductor muy revelador de la situación real que atravesamos en la actualidad: el porcentaje de población en riesgo de pobreza se situó en el 21,6% (con datos de ingresos de 2016), frente al 22,3% del año anterior (con datos de ingresos de 2015). Es muy alarmante el grado de afectación de este dato en la población menor de 16 años. Por otra parte, la situación económica de los hogares es otro dato relevante para considerar las condiciones reales de vida de la población española: “El 9,3% de los hogares españoles manifestó llegar a fin de mes con “mucha dificultad” en 2017. Este porcentaje fue 6,0 puntos inferior al registrado el año anterior. Por su parte, el 37,3% de los hogares no tuvo capacidad para afrontar gastos imprevistos, frente al 38,1% del año 2016. El 34,4% de los hogares no se pudo permitir ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año. Este porcentaje fue 5,1 puntos inferior al registrado en 2016.

ECV2018-INE1Fuente: INE Encuesta de condiciones de vida 2018

Otro dato alarmante es el referido a la actividad, donde el 44,6% de los parados estaba en riesgo de pobreza, frente al 13,1% de los jubilados. Las condiciones de vida por Comunidades Autónomas es otro dato para tener en cuenta que muestra objetivamente el estado del arte en relación con los ingresos medios anuales, donde los más elevados (en 2016) se dieron en País Vasco (14.397 euros por persona), Comunidad Foral de Navarra (13.583) y Comunidad de Madrid (13.099). En sentido contrario, los ingresos medios anuales más bajos se registraron en Extremadura (8.250 euros por persona), Región de Murcia (8.702) y Canarias (8.863). Me duele especialmente la situación de Andalucía, que ocupa el 13º puesto de este ranking tan evidente de la situación que atraviesa la comunidad.

ECV2018-INE3
Fuente: INE Encuesta de condiciones de vida 2018

Estos datos hay que correlacionarlos con los de tasas de riesgo de pobreza, donde las más elevadas se dieron en Extremadura (38,8%), Andalucía (31,0%) y Canarias (30,5%). Por su parte, Comunidad Foral de Navarra (8,3%), País Vasco (9,7%) y La Rioja (9,7%) presentaron las tasas de riesgo de pobreza más bajas. Vemos que Andalucía ocupa el segundo lugar de España, dato que deberíamos analizar en profundidad para que se plantearan políticas prioritarias en relación con el empleo, azote implacable en esta Comunidad.

ECV2018-INE4
Fuente: INE Encuesta de condiciones de vida 2018

Por último, he entresacado también un gráfico por sí solo demostrativo de la situación de Andalucía en comparación con el resto del país, de sus condiciones de ¿vida? Está construido sobre datos de las llamadas dificultades económicas diarias, mensuales y anuales de los hogares en nuestra comunidad. Sobran comentarios y solo queda no seguir participando de silencios cómplices y divulgar estos datos a través de las redes sociales para que tome nota quien corresponda en este momento arbitrar las mejores soluciones posibles, porque todas las políticas no son iguales ni inocentes, ni los políticos tampoco.

ECV2018-INE5
Fuente: INE Encuesta de condiciones de vida 2018

Han transcurrido diez años durísimos y creo sinceramente que la broma pesada de la crisis, efectivamente, no ha terminado. La factura que seguimos pagando es tan alta que hace imprescindible la tarea entregada, solidaria y responsable de un Gobierno fuerte que encauce el futuro de nuestro país con políticas fundadas en el interés general desde cualquier perspectiva que se quiera analizar y con el respaldo no inocente del Congreso y del Senado para encauzar estos tiempos modernos tan difíciles. Para que no lo olvidemos como pueblo en el que reside la soberanía decisoria del país y porque creo que alguna responsabilidad tenemos en ello.

Sevilla, 9/IX/2018

NOTA: la imagen la he recuperado hoy de https://blogs.elconfidencial.com/economia/tribuna/2016-10-03/lehman-brothers-quiebra-luis-de-guindos-reserva-federal-crisis-financiera_1268776/

El aplazamiento eterno del Gobierno Digital

MUNDO DIGITAL ADELANTE

He defendido con ardor guerrero y obstinación, en los últimos veinte años de mi vida profesional, la urgente definición e implantación de la estrategia digital del Gobierno correspondiente en este país, con visión de Estado. Decía Herman Hesse que hay una virtud, a la que admiraba mucho, una sola, que se llama “obstinación”, es decir, obediencia a una sola ley que lleva al “propio sentido”. Es lo que me ocurre cuando quiero seguir trabajando en el hilo conductor de mi visión digital del Gobierno correspondiente, como suele llamarlo el legislador: la transformación digital del Gobierno Atómico, de la Administración Pública Atómica, para que alcancen “su propio sentido”, el servicio al interés general de la ciudadanía a través de las tecnologías digitales actuales de amplio espectro.

Esta reflexión viene a colación por la publicación reciente, casi a hurtadillas, del Real Decreto-ley 11/2018, de 31 de agosto, de transposición de directivas en materia de protección de los compromisos por pensiones con los trabajadores, prevención del blanqueo de capitales y requisitos de entrada y residencia de nacionales de países terceros y por el que se modifica la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas (BOE núm. 214, de 4 de octubre de 2018, mediante el que “se procede a la modificación de la disposición final séptima de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas. Según ésta, el 2 de octubre de 2018, entrarán en vigor las previsiones de la citada Ley relativas al registro electrónico de apoderamientos, registro electrónico, registro de empleados públicos habilitados, punto de acceso general electrónico de la administración y archivo único electrónico”. Se considera, por tanto, la extraordinaria y urgente necesidad esta actuación, requeridas en el artículo 86 de la Constitución para salvaguardar la utilización de este rango de disposición por parte del Gobierno correspondiente.

Tal y como se detalla en la exposición de motivos de la citada disposición, “la vacatio legis plasmada en dicha disposición final séptima se ha revelado insuficiente en la práctica para contar de forma simultánea con las condiciones que son presupuesto necesario para el cumplimiento de los ambiciosos objetivos perseguidos por ambas leyes [39/2015, de 1 de octubre, y la Ley 40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público]. Me he detenido en este párrafo expresamente porque una vez más se justifica un aplazamiento temporal de la implantación de lo dispuesto basado estrictamente en los problemas derivados fundamentalmente de la escasa interoperabilidad entre los múltiples sistemas, sistemitas, aplicaciones y aplicacioncitas que existen en el ecosistema digital español, sin mezcla de orden alguno, porque lo que se ha digitalizado es el desorden previo existente sin una revisión a fondo de los procedimientos alambicados tan característicos de la Administración en este país, con carácter general. Es lo que viene a decir la Sentencia del Tribunal Constitucional 55/2018, de 24 de mayo, en la que se basa el legislador en esta ampliación de plazos: “En particular, se requiere acordar entre las Administraciones públicas competentes las opciones que permitan una verdadera interoperabilidad respetuosa con sus respectivos ámbitos de competencias. Este acuerdo será el marco para el diseño de los sistemas tecnológicos que han de dar soporte a los aspectos funcionales interoperables, que en el plazo actual de entrada en vigor no estarán adaptados a estas exigencias”. Cuestión de interoperabilidad, pero la verdadera razón no es esa, va mucho más allá, tal y como explico a continuación.

Lo digo una vez más alto y claro: no es lo mismo Gobierno Digital que Administración Electrónica, porque se confunden muchas veces los términos en el equívoco peligroso de creer que la revolución digital se centra en la Administración Electrónica, que es importante, no en el Gobierno correspondiente, que muchas veces muere en el empeño de los plazos o en el debe frente al puede (como pasó en años anteriores desde 1992, con la excelente y ya derogada Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común), porque no ataca el problema de fondo en la citada Administración, la revolución pendiente en la trastienda de la misma para llevarla a una revolución digital que permeabilice todas y cada una de las acciones administrativas en todas y cada una de sus manifestaciones posibles. Lo repito: no hay que confundir Gobierno Digital con Administración Digital (mejor que Electrónica), porque el antecedente es el Gobierno no la Administración, que siempre es consecuencia de quien tiene la responsabilidad de administrarla: Gobierno Digital es la continua optimización en la prestación de servicios públicos, acceso a la información pública y participación ciudadana mediante la transformación interna y externa de las relaciones institucionales, personales y sociales, con base en el uso de las TIC, como actitud política sostenida en el tiempo y en programas políticos llevados a cabo por la Administración Pública Digital. La Administración Digital utiliza las Tecnologías de la Información y Comunicación como soporte del Gobierno Digital, como componentes del mismo. Es decir, no existe Administración Digital sin Gobierno Digital, no se deben alterar los términos, porque se da el caso de Administraciones que tienen magníficas infraestructuras digitales sin Gobierno Digital alguno o muy desdibujado.

Lo he manifestado muchas veces en este cuaderno digital y en intervenciones públicas en relación con el mundo digital desde la perspectiva de la Administración Pública. Estamos ya instalados en la cuarta revolución industrial donde el talento humano es el rey. Por tanto, el Gobierno Digital, más que instalarse en un continuo problema del calendario de plazos de implantación de la Administración Electrónica con visión muy corta y anticuada de miras de servicio público y atención al interés general digital de la ciudadanía, debería cuidar mucho y con carácter antecedente al Talento Público Digital de los funcionarios y servidores públicos en general, porque estamos ante la cuarta revolución administrativa (con bastantes reservas respecto de las anteriores si es que existieron, que lo dudo), que no acaba de adaptarse a la citada cuarta revolución industrial, debiéndose plantear y desarrollar una Estrategia Publica Digital acorde con estos principios. Estrategia que se define como el proceso organizativo mediante el cual el Gobierno Digital correspondiente, a través de la Política Digital, incorpora a sus funciones directivas y funcionales los sistemas y las tecnologías digitales de la información y comunicación, como escenario y motor de su progreso, y como modelo de integración tecnológica orientada a la ciudadanía. Formando a funcionarios, cientos de miles, en inteligencia (talento) digital aplicada, que se debe contemplar ya en el acceso a la función pública (gran debate pendiente en términos digitales), si se quieren prestar servicios digitales dignos a la ciudadanía formada ya en inteligencia digital aplicada a las necesidades de cada día, con medios tan accesibles como los teléfonos inteligentes, tabletas y el mando del televisor, que conoce a su dueño cada día más y casi sin darse cuenta a través de la memoria predictiva alojada en un chip que no es inocente y que no vemos por ningún sitio.

Señores y señoras del Gobierno del pasado, actual y futuro: con el Real Decreto-ley no se solucionará el problema de fondo en la Administración Pública de este país, porque el problema es de un gran calado digital de carácter público. Lo extraordinario, urgente y necesario es declarar de una vez por todas la transformación digital de este país a través de la transformación urgente del Gobierno actual al uso en Gobierno Digital, para que se puedan aplicar políticas digitales de amplio espectro, tal y como he ido desarrollando a lo largo de los últimos años en este blog. Sería extraordinario comenzar a tejer tejido crítico en este momento digital porque hay razones suficientes de urgencia política en un mundo que cada día se mueve más en torno a la transformación digital de todos los ecosistemas en los que vivimos, estamos y, sobre todo, somos. Creo que se puede comprender mi obstinación, en el más correcto sentido de la palabra y tal como la aprendí hace ya muchos años de Herman Hesse, como decía al comienzo de este artículo. Obstinación, en torno a esa excelente virtud, entendida como la obediencia a una sola ley, la que lleva al propio sentido (digital, por supuesto). Se entiende así que no hablamos de un problema de plazos para la implantación definitiva de la Administración Electrónica (constructo que debería revisarse en sus dos vocablos y sustituirse por Digital), sino de estrategia pública digital de amplio espectro que encuentra su marco de actuación en la legislación digital que aprueba el Gobierno (Digital, por supuesto) correspondiente.

Sevilla, 5/IX/2018

¡Bajemos el volumen, por favor!

BAJA EL VOLUMEN

En un viaje reciente al País Vasco, leí un aviso en una calle de Hondarribia que decía en euskera y español lo siguiente: baja el volumen, por favor. Necesitamos hablar, utilizar de forma profusa la palabra, que todavía nos queda tal y como no los recordó Blas de Otero, pero soy amigo de todos los silencios y similares, excepto de los cómplices, que tanto inundan nuestras calles, casas, lugares de trabajo, cámaras y camarillas políticas. No digamos cuando dialogamos olvidando el primer principio, necesario para callar, que preconizó el Abate Dinouart: solo se debe dejar de callar cuando se tiene algo que decir más valioso que el silencio.

Pero una cosa es hablar y otra chillar, escuchar música que quedar aturdido por el volumen de la misma, hablar en sitios públicos o privados que chillar una vez más porque no hay forma de entenderse. Lo he comprobado en el transporte público vasco que he utilizado con profusión, porque se hablaba en voz queda, baja, sin molestar a nadie. Queda demostrado que es un problema de educación, pero en esta tierra de maría santísima es un objetivo casi imposible: donde vayas o como vayas, hay que aceptar como un principio categórico hablar, gritar y cuanto más alto lo hagas mejor, aunque al final se convierta aquel lugar en el que pensabas pasar un rato agradable en una torre de babel cualquiera.

Todo es problema de la mala educación que nos invade, porque la buena está bastante ausente. Me pareció un esfuerzo público de un pueblo vasco por intentar poner el volumen de nuestras voces en su sitio, pasear y divertirnos sin molestar a los demás. No suele ser problema de mala insonorización de los locales o del transporte público que no está preparado para amortiguar nuestras voces… o de la propiedad de las calles y sus aceras (con permiso de Jane Jacobs) que pasan a ser de todos. Es un problema de educación de la mala, porque la buena se desprecia por determinados poderes públicos y privados, aquellos que detestan la educación para la ciudadanía educada, porque se entiende como una manipulación de creencias y religiones, en un mar de confusión que se pierde en océanos de mentiras.

Deberíamos alzar el volumen de las reivindicaciones necesarias para que la educación para hablar bajo y de forma educada fuera un hilo conductor para enseñar a dialogar en nuestras azarosas vidas, en la de secreto y en la de todos, sin tener que gritar nuestro vacío en cualquier sitio. Es verdad, ¡bajemos el volumen, por favor! Antonio Machado, que era muy sabio, lo decía de forma muy sencilla: para dialogar, preguntad primero; después… escuchad. Impecable pauta para la voz baja, por qué no, para los grandes silencios.

Sevilla, 2/IX/2018

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