
En los próximos días se cumplen diez años del inicio de la Gran Recesión, en la que el Tesoro de Estados Unidos y la Reserva Federal dejaron caer a Lehman Brothers. Recuerdo como si fuera ayer la foto en la que se veía a un trabajador abandonando la sede principal del cuarto banco americano en ese momento, llevando en una caja de cartón todas sus pertenencias: había perdido su trabajo, todo un símbolo de lo que vendría después.

En este infeliz aniversario, que ha arrastrado tanta pobreza y dolor humano, constatamos a diario que aquella broma no ha terminado. En este país, sin ir más lejos, seguimos con un paro vergonzante, las burbujas inmobiliarias intentan reproducirse como por esporas, el trabajo es de escasa calidad y temporalidad, la fuga de inteligencia joven bien formada es un fenómeno que comienza a pasarnos factura, tenemos un gobierno que hace malabarismos todos los días para dar credibilidad a algo que a mí me conmueve: la regeneración ética del Gobierno correspondiente para garantizar el bienestar social que solo se salvaguarda cuando se protege el interés general.
Groucho Marx, a quien tanto admiro, recoge su experiencia de la Gran Recesión de 1929 en su libro Groucho y yo. Con su gracejo característico, cuenta cómo se compraban acciones en el mercado americano de valores, de forma compulsiva, en algunas ocasiones de forma desternillante, como en el caso de su visita a su amigo Eddie Cantor, aunque con un mensaje subliminal lejos de cualquier sospecha y muy profundo:
Cantor era vecino mío en Great Neck. Como era viejo amigo suyo, cuando terminó la representación fui a verle a su camerino. Eddie es un conversador muy persuasivo, y antes de que yo pudiera decirle lo mucho que había disfrutado con su actuación, me hizo sentar, cerró rápidamente la puerta, miró a su alrededor para cerciorarse de que nadie le escuchaba y dijo:
– ¡Groucho, te adoro!
No había nada de peculiar en aquel saludo. Así es como la gente del teatro habla entre sí. En el teatro existe una ley no escrita respecto a que cuando dos personas se encuentran (actor y actriz, actriz y actriz, actor y actor, o cualquier otra de las variaciones y desviaciones del sexo) deben evitar cuidadosamente los saludos habituales de la gente normal. En cambio, deben abrumarse mutuamente con frases de cariño que, en otros sectores de la sociedad, suelen estar reservadas para el dormitorio.
– Encanto -prosiguió Cantor-, ¿qué te ha parecido mi espectáculo?
Miré hacia atrás, suponiendo que habría entrado alguna muchacha. Desdichadamente, no era así, y comprendí que se dirigía a mí.
– Eddie, cariño -contesté con entusiasmo verdadero-, ¡has estado soberbio!
Me disponía a lanzarle unos cuantos piropos más cuando me miró afectuosamente con aquellos ojos grandes y brillantes, apoyó las manos en mis hombros y dijo:
– Precioso, ¿tienes algunas Goldman-Sachs?
– Dulzura -respondí (a este juego pueden jugar dos)-, no sólo no tengo ninguna, sino que nunca he oído hablar de ellas. ¿Qué es Goldman-Sachs? ¿Una marca de harina?
Me cogió por ambas solapas y me atrajo hacia sí. Por un momento pensé que iba a besarme.
– ¡No me digas que nunca has oído hablar de las Goldman-Sachs! -exclamó incrédulamente-. Es la compañía de inversiones más sensacional de todo el mercado de valores.
Luego consultó su reloj y dijo:
– Hum. Hoy es demasiado tarde. La Bolsa está ya cerrada. Pero, mañana por la mañana, muchacho, lo primero que tienes que hacer es coger el sombrero y correr al despacho de tu agente para comprar doscientas acciones de Goldman-Sachs. Creo que hoy ha cerrado a ciento cincuenta y seis… ¡y a ciento cincuenta y seis es un robo!
Luego Eddie me palmoteó una mejilla, yo le palmoteé la suya y nos separamos.
¡Amigo! ¡Qué contento estaba de haber ido a ver a Cantor a su camerino! Figúrate, si no llego a ir aquella tarde al teatro Palace, no hubiese tenido aquella confidencia. A la mañana siguiente, antes del desayuno, corrí al despacho del agente en el momento que se abría la Bolsa. Aflojé el 25% de 38.000 dólares y me convertí en afortunado propietario de doscientas acciones de la Goldman-Sachs, la mejor compañía de inversiones de América.
Lo que ocurrió después con la Gran Recesión se conoce con detalle, confesando que perdió 240.000 dólares. Cuenta que el día del hundimiento final, “mi amigo, antaño asesor financiero y astuto comerciante, Max Gordon, me telefoneó desde Nueva York. En cinco palabras, lanzó una afirmación que, con el tiempo, creo que ha de compararse con las citas más memorables de la historia americana […]: ¡Marx, la broma ha terminado!”.
Se dice que cuando América coge un resfriado económico, Europa sufre una pulmonía y, me atrevería a decir, que España entra directamente en la Unidad de Cuidados Políticos Intensivos. El impacto de la crisis que se inició en 2008 es de tal magnitud hoy en día en este país, que podemos verlo reflejado en el documento que el 21 de junio de este año publicó el Instituto Nacional de Estadística, la Encuesta de condiciones de vida (ECV) 2018, un informe que no debería dejar tranquilo a nadie, con datos tratados en 2017 y que se realiza desde 2004. Según el organismo oficial, la encuesta está basada en criterios armonizados para todos los países de la Unión Europea y su objetivo fundamental es disponer de una fuente de referencia sobre estadísticas comparativas de la distribución de ingresos y la exclusión social en el ámbito europeo. Asimismo, la realización de la ECV permite poner a disposición de la Comisión Europea un instrumento estadístico de primer orden para el estudio de la pobreza y desigualdad, el seguimiento de la cohesión social en el territorio de su ámbito, el estudio de las necesidades de la población y del impacto de las políticas sociales y económicas sobre los hogares y las personas, así como para el diseño de nuevas políticas.
Los datos que contiene el informe siguen siendo muy preocupantes, con un hilo conductor muy revelador de la situación real que atravesamos en la actualidad: el porcentaje de población en riesgo de pobreza se situó en el 21,6% (con datos de ingresos de 2016), frente al 22,3% del año anterior (con datos de ingresos de 2015). Es muy alarmante el grado de afectación de este dato en la población menor de 16 años. Por otra parte, la situación económica de los hogares es otro dato relevante para considerar las condiciones reales de vida de la población española: “El 9,3% de los hogares españoles manifestó llegar a fin de mes con “mucha dificultad” en 2017. Este porcentaje fue 6,0 puntos inferior al registrado el año anterior. Por su parte, el 37,3% de los hogares no tuvo capacidad para afrontar gastos imprevistos, frente al 38,1% del año 2016. El 34,4% de los hogares no se pudo permitir ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año. Este porcentaje fue 5,1 puntos inferior al registrado en 2016.
Fuente: INE Encuesta de condiciones de vida 2018
Otro dato alarmante es el referido a la actividad, donde el 44,6% de los parados estaba en riesgo de pobreza, frente al 13,1% de los jubilados. Las condiciones de vida por Comunidades Autónomas es otro dato para tener en cuenta que muestra objetivamente el estado del arte en relación con los ingresos medios anuales, donde los más elevados (en 2016) se dieron en País Vasco (14.397 euros por persona), Comunidad Foral de Navarra (13.583) y Comunidad de Madrid (13.099). En sentido contrario, los ingresos medios anuales más bajos se registraron en Extremadura (8.250 euros por persona), Región de Murcia (8.702) y Canarias (8.863). Me duele especialmente la situación de Andalucía, que ocupa el 13º puesto de este ranking tan evidente de la situación que atraviesa la comunidad.

Fuente: INE Encuesta de condiciones de vida 2018
Estos datos hay que correlacionarlos con los de tasas de riesgo de pobreza, donde las más elevadas se dieron en Extremadura (38,8%), Andalucía (31,0%) y Canarias (30,5%). Por su parte, Comunidad Foral de Navarra (8,3%), País Vasco (9,7%) y La Rioja (9,7%) presentaron las tasas de riesgo de pobreza más bajas. Vemos que Andalucía ocupa el segundo lugar de España, dato que deberíamos analizar en profundidad para que se plantearan políticas prioritarias en relación con el empleo, azote implacable en esta Comunidad.

Fuente: INE Encuesta de condiciones de vida 2018
Por último, he entresacado también un gráfico por sí solo demostrativo de la situación de Andalucía en comparación con el resto del país, de sus condiciones de ¿vida? Está construido sobre datos de las llamadas dificultades económicas diarias, mensuales y anuales de los hogares en nuestra comunidad. Sobran comentarios y solo queda no seguir participando de silencios cómplices y divulgar estos datos a través de las redes sociales para que tome nota quien corresponda en este momento arbitrar las mejores soluciones posibles, porque todas las políticas no son iguales ni inocentes, ni los políticos tampoco.

Fuente: INE Encuesta de condiciones de vida 2018
Han transcurrido diez años durísimos y creo sinceramente que la broma pesada de la crisis, efectivamente, no ha terminado. La factura que seguimos pagando es tan alta que hace imprescindible la tarea entregada, solidaria y responsable de un Gobierno fuerte que encauce el futuro de nuestro país con políticas fundadas en el interés general desde cualquier perspectiva que se quiera analizar y con el respaldo no inocente del Congreso y del Senado para encauzar estos tiempos modernos tan difíciles. Para que no lo olvidemos como pueblo en el que reside la soberanía decisoria del país y porque creo que alguna responsabilidad tenemos en ello.
Sevilla, 9/IX/2018
NOTA: la imagen la he recuperado hoy de https://blogs.elconfidencial.com/economia/tribuna/2016-10-03/lehman-brothers-quiebra-luis-de-guindos-reserva-federal-crisis-financiera_1268776/
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