Las letras de las mariposas

BUTTERFLY ALPHABET

¡Despierta, despierta, / Mariposa dormida, Y seamos compañeros!
Matsuo Bashô, Primavera

No, no me he confundido, no me refiero a lo más conocido, su lengua o a sus trajes multicolores, sino a las letras del alfabeto que ha descubierto en sus alas el fotógrafo noruego Kjell Sandved, a lo largo de su vida profesional. Resulta que poco a poco fue descubriendo que en las alas de las mariposas que vuelan sobre el globo terráqueo, figuran todas las letras del abecedario latino y los diez números arábigos. Sí, sí, sorprendente pero real como la vida misma.

Lo he sabido por una masterclass de mi admirado escritor Manuel Rivas, en una columna sorprendente por su fondo y forma: El día de las mariposas, haciéndonos partícipes de sus sentimientos y emociones al leer el libro El alfabeto alado, de Mario Satz: “Mirando el microscopio, Kjell Sandved, naturalista y fotógrafo, descubrió la letra F en una de las alas de una mariposa nocturna tropical. Después de visitar muchos países y fotografiar miles de mariposas, consiguió completar el resto del alfabeto. En una Papilio de Nueva Guinea, de colores negro y amarillo, encontró la letra A. También en África, en la que llaman cola de golondrina, le apareció la C. Cómo no, la letra X la descubrió en México, estampada en verde iridiscente, en cada una de las cuatro alas de una mariposa nocturna”.

Ya conocía la morfología sorprendente de las mariposas, sobre todo por su lengua, que tanto sorprendió a Pardal, el protagonista de un cuento precioso de Manuel Rivas, La lengua de las mariposas, que luego fue llevado al cine con una interpretación extraordinaria de Fernando Fernán Gómez. Todavía recuerdo con emoción los planos finales de la película homónima, donde Fernando interpretaba de forma magistral el papel de D. Gregorio, el maestro entrañable de Moncho (Pardal o el niño gorrión), el niño asombrado por la forma en espiral de la lengua de las mariposas, maravillosos seres vivos que van siempre por el mundo volando con trajes de fiesta. Aquella cara con expresión entre admiración e inocencia ante lo que puede aparecer en la vida, aquella figura enroscada, sin tocarse, que el maestro republicano, dibujaba con tiza en la pizarra, todavía está alojada en mi memoria a largo plazo, con la suerte de que sé cómo localizarla y, si me apuran, hasta puedo discernir donde está alojada, quizá para siempre, en mi cerebro de secreto.

MONCHO PARDAL

Moncho, Pardal, en La lengua de las mariposas (1999)

Yo me imagino ahora a Pardal, con su maravillosa cara de asombro, buscando las letras de las mariposas hasta conformar el mejor alfabeto posible para entrelazar palabras queridas con la ayuda de Manuel Rivas, que cualquier día nos sorprende con un cuento sobre la quintaesencia de ese maravilloso alfabeto alado de las mariposas. Eso sí, siempre con sus trajes de fiesta donde, si lo investigamos, puede que incluso alguna especie lleve grabada en sus alas la palabra libertad.

Sevilla, 10/V/2019

NOTA: la imagen se ha recuperado hoy de http://butterflyalphabet.com/posters/index.php?action=view&id=1