Kati Horna en el estudio de József Pécsi en Budapest en un retrato atribuido a Robert Capa (1)
En 2014 escribí un post dedicado a la fotógrafa anarquista Kati Horna, como homenaje a su trayectoria vital en España, con su identidad como obrera del arte. Hoy, he conocido el magnífico descubrimiento que se ha llevado a cabo por una investigadora española, que se puede leer con detalle en el artículo publicado por el diario El País: La guerra perdida de Kati Horna. Se trata de la localización de «[…] en 48 cajas de madera que contenían los archivos de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). El sindicato anarquista los sacó de Barcelona en abril de 1939 y tras un largo viaje —con paradas en París y en las ciudades inglesas de Harrogate y Oxford— llegaron en 1947 a su destino: el Instituto Internacional de Historia Social (IIHS), en Ámsterdam. En las cajas reposan más de 500 negativos tomados entre 1937 y 1938 por la fotógrafa, que llegó a España durante la Guerra Civil para ponerse a las órdenes del servicio de propaganda exterior de los anarquistas y anarcosindicalistas de la CNT y de la Federación Anarquista Ibérica (FAI). Se trata de un hallazgo extraordinario que completa la historia que cuentan los 250 negativos que Horna vendió por dos millones de pesetas en 1983 al Estado español y que se conservan en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca».
El hallazgo de más de más de 6.000 negativos de celuloide y más de 200 en placas de cristal en buen estado de conservación, permitirán conocer imágenes y relatos asociados a la vida cotidiana: «El hallazgo abre el encuadre de los años españoles de Horna, considerada hasta el momento como la retratista de retaguardia y de la cotidianidad femenina, cuyo icono es una mujer dando el pecho a su hijo, en la casa de la maternidad de Vélez Rubio (Almería). La foto fue la portada del número 12 de la revista anarquista Umbral e ilustraba un reportaje titulado La maternidad bajo el signo de la Revolución».
Precioso homenaje al silencio de mujeres, hombres, niños y niñas de España que estaban muy cerca del sinsentido de la guerra pero que tenían que seguir viviendo desde la retaguardia silenciosa.
Vuelvo a publicar mi artículo de 2014 porque planteaba en él que su obra fotográfica en la guerra civil estaba «dispersa o destruida», dado que no conocía dónde estaba la restante obra gráfica en España, una vez compradas a la autora 272 fotografías en 1983. Ahora se cierra el círculo con este hallazgo, un homenaje explícito a la memoria histórica de la guerra civil que tanto se quiere olvidar a cambio de nada, ni siquiera el respeto activo sobre lo que allí ocurrió.
Una obrera del arte: Kati Horna
La actitud permanente de aprender es la que nos posibilita conocer a personas extraordinarias, anónimas en la mayor parte de los casos, pero que han contribuido a mantener vivas las imágenes de este país en un momento muy doloroso, la guerra civil. Y la historia hay que conocerla, sobre todo para no volver a repetirla, como en este caso. Esta reflexión la hago al conocer la vida y obra de una mujer Kati Horna (Szilasbalhási, Hungría, 1912 / México, 2000), fotógrafa anarquista, de la que se recupera ahora su obra gráfica más significativa y se pone a disposición de quien quiera seguir aprendiendo de la trayectoria de personas que aportan vida, siendo solo eso, obreras de la vida. O del arte, como en este caso.
Esta fotógrafa “Difuminó el rastro de sus primeros trabajos durante años, se mostró esquiva o directamente contraria a la realización de exposiciones, entrevistas o publicaciones, renunció con firmeza al mercado y en general a cualquier actividad que tuviera que ver con la promoción de su obra. Por el contrario, afirmó con rotundidad a lo largo de toda su vida, que su oficio de fotógrafa era una misión, sus fotos un instrumento útil y ella misma una obrera del arte” (2).
La exposición retrospectiva que se ha inaugurado en París, en el Jeu de Paurne en colaboración con el Museo Amparo de Puebla (México), recoge por primera vez en Europa su itinerario personal a través de su obra gráfica: sus primeros pasos en Budapest, París (1933-1937), España y la guerra civil (1937-1939), París (1939) y México. También se ha editado un libro con bastantes fotografías suyas y artículos de Péter Baki, Jean-François Chevrier, Estrella de Diego, Norah Horma, Juan Manuel Bonet junto a los comisarios de la exposición, Ángeles Alonso Espinosa y José Antonio Rodríguez. España también ha aportado fotografías a la exposición del fondo existente en el Centro Documental de la Memoria Histórica, ubicado en Salamanca, que contiene las 272 fotografías referidas a la guerra civil que fueron compradas a la autora.
La historia archivística de estas fotografías realizadas en España, nos ha permitido saber que la mayor parte de su trabajo en el periodo 1937-1939 “se quedó en España al ser derrotada la República y probablemente esté disperso o destruido. Sin embargo, según declaraciones de la autora, logró llevar en su exilio una pequeña caja de hojalata con una selección de negativos tomados durante la contienda. Durante los cuarenta años siguientes no quiso hacer uso de ese material, por la convicción de que debía ser devuelto y utilizado por el pueblo español. El 12 de mayo de 1983, la serie fotográfica sobre la Guerra Civil, fue ofertada al Estado Español por la fotógrafa que residía entonces en México [se incorporó al Centro Documental de la Memoria Histórica el 7 de noviembre de 1983]. En 2002 se publicó el catálogo de las fotografías, realizado por Blanca Desantes Fernández”. Las fotografías “son un excelente reportaje de gran calidad artística sobre la contienda civil española durante los años 1937 y 1938, tanto en los frentes como en la retaguardia, especialmente de testimonios de la vida de la población civil durante la tragedia bélica. Son fotos poco conocidas pues quedaron fuera de los circuitos internacionales de distribución”.
Kati Horna colaboró en diversas revistas anarquistas como ‘Libre Studio’, ‘Mujeres Libres’, ‘Tierra y Libertad’, ‘Tiempos Nuevos’ y ‘Umbral’, de la que fue redactora gráfica y donde conoció a José Horna, su esposo, pintor español que también colaboró en la mencionada publicación.
Invito a contemplar diez fotografías extraordinarias de Kati Horna, de las cuales tres son del tiempo que dedicó a España, durante la guerra civil, extraídas del álbum que dedicó a este país, realizado por petición expresa del gobierno republicano entre 1937 y 1939, en una mezcla muy interesante de surrealismo y fotoreportaje.
Merece la pena verlas y agradecer que se mantenga viva la realidad de la España que nos heló el corazón y que ella retrató magistralmente, porque gracias a los trabajos de una obrera del arte hoy podemos seguir valorando mediante imágenes el sinsentido de una guerra que solo aportó dolor y sufrimiento.
Ella cumplió una misión, sus fotos son hoy un instrumento útil y ella misma nos aportó el hilo conductor de su vida, lejos de la realidad del mercado, siendo solo una obrera del arte, porque no le preocupó nunca hacer un agosto especial con su obra gráfica, es decir, no confundió tampoco valor y precio, en un proverbio especial que cantó Antonio Machado por esos campos de Dios como contemporáneo suyo en una de las dos Españas que ella conoció muy bien, a quien estoy seguro que le hubiera gustado hacerle un retrato para la posteridad democrática en un blanco y negro muy especial, tan serio él, utilizando solo gelatino-bromuro de plata seca.
Sevilla, 29/VIII/2014
(1) Martín, Alberto (2014, 28 de agosto). Un puzle en el tiempo y el espacio. El País (Babelia).
(2) Ibídem.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.
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