Sevilla, 28/IV/2020
Es la segunda vez que escribo sobre esta petición situándome virtualmente ante el Congreso, lugar sagrado para la democracia y que mañana se reunirá de nuevo en sesión plenaria para tratar asuntos del Estado de Alarma, en un Orden del Día que he repasado punto por punto. Visto lo visto en sesiones anteriores, que prefiero no recordarlas, traigo a colación de nuevo unas palabras de Nicholas Negroponte, en un libro de consultoría en estrategia digital (1) que me ha acompañado durante años de vida profesional, porque necesitamos a los niños y a las niñas para solucionar problemas complejos de la vida: “Mi consejo para cualquier directivo no-digital (es decir, la mayoría de los directivos actuales) es que no deben tener en cuenta a su departamento de informática y lo que deben hacer es “contratar a un niño”. Lo decía en 1998 en referencia a que el mundo tecnológico lo iban a dirigir en un futuro no lejano los niños porque influyen en el mercado, marcan tendencias y en última instancia “tenemos que aprender de ellos”.
Esta reflexión, que figura en el libro citado anteriormente y que me regalaron en una magnífica conferencia de Eduardo Punset a la que asistí hace ya muchos años, la he asociado siempre a la genialidad de Groucho Marx, en aquella frase gloriosa en Sopa de ganso en una reunión memorable de la Cámara de Diputados de Freedonia: “¡Hasta un crío de cuatro años sería capaz de entender esto!… Búsqueme un crío de cuatro años, a mí me parece chino“. Es lo que tendríamos que gritar los demócratas en una manifestación multitudinaria y virtual ante el Congreso de los Diputados, porque sus señorías están obligatoriamente obligadas a entenderse, cuando contemplamos el diálogo de sordos en el que se desarrollan las sesiones en torno a los estragos del coronavirus en nuestro país y en su escalado mundial que tanto nos afecta también. El resultado de las urnas es el que hay que aceptar por parte de los representantes actuales en la Cámara, en concreto los del amplio espectro de las derechas y los nacionalismos exacerbados ante un Gobierno legítimo, en lugar de seguir atrincherados en sus estrategias políticas despreciando el interés general. Sería recomendable leer las actas del Parlamento de Portugal en su sesión de 6 de abril, para aprender de ellos. Rui Rio, líder del partido de la oposición portugués (PSD), pronunció ese día un discurso ejemplar: «Para mí, en este combate, éste no es un Gobierno de un partido adversario, sino el Gobierno de Portugal, al que todos tenemos que ayudar en este momento […] Señor primer ministro, cuente con la colaboración del PSD. En todo lo que podamos, le ayudaremos. Le deseo coraje, nervios de acero y mucha suerte, porque su suerte es nuestra suerte».
Hasta un niño o una niña de cuatro años son capaces de entenderlo.
(1) Downes, Larry y Mui, Chunka (1999). Aplicaciones asesinas. Estrategias digitales para dominar el mercado. Harvard Business School Press: Boston (Massachusetts). El título, que se antoja como imposible, ha intentado respetar el del original en inglés, aunque hubiera sido más correcto el de Desarrollos devastadores. Recomiendo consultar el constructo “aplicación asesina” (killer app) en el mundo digital, para comprender bien su significado exacto.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.