Amigo

Sevilla, 19/II/2022

Amigo es, en sí misma, una palabra muy descriptiva y llena de significado para muchas personas. Es también el título de la última publicación de Ana Merino, Amigo, a modo de significante de alguien y algo muy importante en la vida de Federico García Lorca, con nombre y apellidos: Joaquín Amigo Aguado. Ambos, granadinos de cuna, fueron asesinados con un margen de nueve días, en momentos aciagos para la memoria histórica de este país. Víznar y Ronda guardan el recuerdo permanente de los dos, amigos del alma. Sus cuerpos no. Hay un elemento en esta historia que conmueve: García Lorca fue asesinado por la dictadura franquista y Amigo, por milicianos republicanos. De ahí la importancia de descubrir esta amistad en las dos Españas que desde siglos atrás ha helado el corazón de muchos compatriotas, sólo por el hecho de pensar unos y otros de forma diferente. Un auténtico clásico popular aun vigente. Lo he comprendido mejor escuchando a la propia autora: «Joaquín era el amigo filósofo del 27, el social-cristiano, el que aportaba una ética de la escucha y de la espiritualidad y el que más se había interesado por Freud», explica la escritora e investigadora Ana Merino. ¿Era conservador? «Era cristiano. Iba a misa. Pero era parte del mismo momento de ruptura que los demás. Lorca y Amigo representaban la armonía, convivían como amigos. Entendían la diversidad de opiniones y de creencias. Lo que ocurrió fue que grupos de reacción rápida, de partidarios de la República salieron a buscar figuras que les parecieran del otro lado para responder a la represión de los rebeldes. Joaquín se encontró con ellos y fue su víctima perfecta. Aquellos verdugos, unos y otros, eran los mismos cainitas».

La sinopsis oficial de Amigo sugiere una lectura casi obligada para personas que amamos conocer la verdad crónica y cuando la elegimos como compañera de viaje en la vida: “Inés Sánchez Cruz, una poeta mexicana afincada como profesora de escritura creativa en Estados Unidos, llega a la Residencia de Estudiantes de Madrid para impartir un taller de poesía e investigar un hallazgo reciente: el archivo familiar de Joaquín Amigo, uno de los amigos de Lorca, también asesinado violentamente y desaparecido al comienzo de la guerra civil. Inés arrastra una profunda angustia fruto aparentemente de las luchas de poder en el ámbito académico y la traición por parte de un amigo íntimo, pero el fallecimiento de uno de sus colegas activa una serie de recuerdos traumáticos que se entremezclan con las investigaciones de los documentos y cartas del archivo familiar”.

Amigo es algo más que una novela. Es, sobre todo, una licencia de género literario que se permite la autora para demostrar, con una ficción biográfica, presidida por un trabajo de investigación muy riguroso, casi de ensayo total, que la verdad tiene ribetes de acero para que el dolor de lo ocurrido sea mejor entendido por todos. Un esfuerzo literario digno de reconocimiento cuando la realidad de las dos Españas se aborda de la forma en que se presenta el contenido de este libro. Fundamentalmente, porque el alma de García Lorca es inabarcable y sólo hacemos maniobras de aproximación para intentar comprenderla y explicarla de la forma más accesible para la conciencia de todos, de unos y otros, como siempre debería ser en esta España tan dual y cainita. Otro ejemplo precioso de la grandeza de espíritu de Federico García Lorca, que perdura en el tiempo y en la memoria histórica de este país y que ahora, gracias a Ana Merino, podemos conocerla mejor y con múltiples detalles.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

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