Nada está definitivamente perdido, las victorias se parecen mucho a las derrotas en que ni una ni otras son definitivas
José Saramago, 1998
Sevilla, 22/VI/2022
En la sesión de control del Congreso de los Diputados, el presidente ha citado hoy a José Saramago cuando el debate se centraba en lo ocurrido el domingo en las elecciones al Parlamento de Andalucía, al obtener el Partido Popular una victoria aplastante, mayoría absoluta, derrotando a la izquierda global: “La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva”. No he podido localizar con exactitud dónde pronunció o escribió esta frase Saramago, porque la única referencia más próxima de la que dispongo en este momento es la manifestación siguiente: “Nada está definitivamente perdido, las victorias se parecen mucho a las derrotas en que ni una ni otras son definitivas”, publicada en La Gaceta de Canarias, Las Palmas de Gran Canaria, el 7 de junio de 1998 (1). Lo importante es quedarse con el fondo de los expresado por el autor.
En la mediocridad habitual de esta sede maestra de la democracia, el Parlamento, estas palabras dan un valor especial al debate, porque tienen un sello garantista del poder de la palabra, viniendo de una persona comprometida con la política desde su espacio como escritor, en su esencia, no sólo porque provengan del aura mágica del premio Nobel recibido, que también. La esencia de la cita utilizada por el presidente está localizada en el capítulo dedicado al “compromiso intelectual” del libro referenciado, como seña de identidad de Saramago. Sus pronunciamientos nunca fueron inocentes y como dice al autor de la recopilación de sus palabras, “su pensamiento y sus juicios se desenvolvieron sobre intereses muy amplios, por lo general, dirigidos a procurar desentrañar los mecanismos del poder, el deterioro de las democracias, la hegemonía de la economía capitalista sobre la política o la causa de las desigualdades”.
Como también dijo Saramago en A Capital, en Lisboa, el 5 de noviembre de 1997, “En mi caso, el ciudadano prevalece sobre el escritor. A mí me interesa preguntarme qué es lo que me preocupa”. Es lo que vengo haciendo humildemente y desde hace muchos años en este cuaderno digital, cuando utilizo la palabra descompuesta en dos, pre-ocupación, es decir, con guion, dando prioridad diaria a lo que de verdad debe ocuparme por encima de todas las cosas en mi rol actual de ciudadano de a pie. Ahora, intentar asimilar la derrota de la izquierda en Andalucía con lo que ello supone y la abstención galopante que ha llevado a más de dos millones y medio de andaluces a no votar. Vuelvo a Saramago y leo de nuevo su extraordinario Ensayo sobre la lucidez, para intentar comprender que es una novela política desde su primera frase: “Mal tiempo para votar…”, una reflexión muy actual sobre el ocaso de la democracia, que es lo peor que le puede pasar a un pueblo, a pesar de que se intente demostrar desde el día uno de la victoria política correspondiente que todo sigue igual, como si no hubiera pasado nada. Eso es lo que me enerva y me lleva a seguir pre-ocupado con los resultados del pasado domingo.
Agradezco a Saramago seguir ayudándome a superar el duelo de la pérdida de la necesaria transformación política y social en Andalucía, sabiendo que hoy ha estado presente en el Congreso de los Diputados, que falta hace. Como decía recientemente en este cuaderno digital, vuelvo a mi rincón de pensar y leer, para intentar colaborar en el resurgimiento de la ideología de izquierda en Andalucía, que nos permita volver a creer que unidos por la ideología común política, que nos permita vencer políticamente, porque estamos convencidos de que es posible transformar la sociedad, no sólo cambiarla, estando muy cerca de los nadies de Galeano, en particular, a los que no pienso olvidar, así como de la lucha por un mundo mejor, en el que superemos este momento gris y amargo en el que la desolación y el abandono del barco de la izquierda pretenden imponerse. Lo hago porque creo que mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas de Andalucía por donde pasarán las personas con ideología de izquierda que colaboren a construir una sociedad mejor, sin excluir a nadie en esta preciosa tarea. También, porque “Nada está definitivamente perdido, las victorias se parecen mucho a las derrotas en que ni una ni otras son definitivas”.
(1) Gómez Aguilera, Fernando, José Saramago en sus palabras, 2010, Madrid: Alfaguara, p. 469.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.
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