HAGAMOS UN AGOSTO DIFERENTE / 5. El ejemplo de una paloma equivocada

Sevilla, 19/VIII/2019

Facebook me ha recordado hoy que hace exactamente cinco años publiqué por primera vez el post que llevaba este título, que volví a hacerlo en formato podcast el verano pasado. Sigo pensando lo mismo que en ambas fechas porque estos son mis principios y no tengo otros. De nuevo, comparto estas palabras porque siguen teniendo actualidad plena. La situación del Open Arms frente a la costa de Lampedusa lo demuestra, en el dilema eterno de la equivocación de la paloma de Alberti y su significado para las personas dignas que lo quieran entender, porque hay que «buscar los roles que nos corresponden y ser consecuentes con nuestra persona de secreto, pero sin renunciar a lo que cada uno tiene que hacer en la vida, para no equivocarnos. Es probable que si crecemos en valores, el mar seguirá siendo mar y la noche…, noche, aunque a veces tengamos que dormir en orillas que no nos corresponden, porque otros se han ido por las ramas».

PODCAST 13: HAGAMOS UN AGOSTO DIFERENTE / 5. El ejemplo de una paloma equivocada

Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.

Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.

Creyó que el mar era el cielo,
que la noche la mañana.
Se equivocaba.

Que las estrellas, rocío;
que la calor, la nevada.
Se equivocaba.

Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.

(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama).

Rafael Alberti, La paloma. Entre el clavel y la espada (1941)

Acabo de leer las noticias del día y he recordado este maravilloso poema de Rafael Alberti, Se equivocó la paloma, en una interpretación para hoy mismo. Lo que ocurre a diario muestra un mundo en permanente confusión, aquí y allá, con daños y duelos diferentes, pero siempre con los interrogantes de una paloma confundida. Para personas que muchas veces pensamos que nos hemos equivocado de siglo al nacer e intentar vivir en otro mundo posible, no el del nunca jamás de Peter Pan, volver a leer pausadamente el poema de Alberti y escuchar la versión tan querida para mí de Serrat, sobre la primitiva del compositor argentino Carlos Guastavino, nos llena de interrogantes positivos que debemos despejar.

Por ejemplo, buscar los roles que nos corresponden y ser consecuentes con nuestra persona de secreto, pero sin renunciar a lo que cada uno tiene que hacer en la vida, para no equivocarnos. Es probable que si crecemos en valores, el mar seguirá siendo mar y la noche…, noche, aunque a veces tengamos que dormir en orillas que no nos corresponden, porque otros se han ido por las ramas.

El problema radica en que estamos viviendo momentos muy difíciles para hacer distinciones tan finas y al final…, mucha gente cree que todos somos iguales. Pero no es así. Todavía hay personas que son capaces de hacer reflexiones como las de Alberti y componer partituras para despejar esa confusión tan vigente hoy.

Es probable que haya palomas que ya no se equivocan, porque han aprendido de sus propios errores. Son las que vuelan alto y son capaces de estar por encima de lo que ocurre a los seres humanos. A cada uno lo suyo, aunque creo que todos estamos convencidos de que las palomas son el símbolo de la paz para las personas de bien, que somos multitud a pesar de que algunos se encarguen de ignorarlo. Aunque a veces se equivoquen y confundan -desgraciadamente para Andalucía- el sur con el norte, tan frío él.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.

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