En Ucrania lloran en la orilla del lago de sus cisnes

Olga Smirnova, Variación de Odette (Acto II de El lago de los cisnes)

Sevilla, 20/III/2022

Hemos conocido en los días pasados dos noticias que simbolizan el dolor y llanto en Ucrania en relación con la cultura en general y con el ballet clásico, en particular. Por un lado, la salida de Rusia de la gran bailarina del ballet Bolshoi, Olga Smirnova, hacia otro escenario de vida mejor, en este caso Holanda, abandonando su querida compañía por coherencia con sus principios, tras declarar que está en “contra de esta guerra con cada fibra de su alma […] Nunca pensé que me avergonzaría de Rusia. Siempre me he sentido orgullosa de la gran cantidad de talento que tiene nuestro país y de nuestros logros culturales y atléticos, pero ahora siento que se ha trazado una línea que separa el antes y el después. Me duele que la gente se esté muriendo, que la gente esté perdiendo sus casas o se vean obligadas a abandonar sus hogares”. El abuelo de Smirnova, nacida en San Petersburgo en 1991, era ucraniano. Por otro, el fallecimiento de Artem Datsishin, primer bailarín de la Ópera Nacional de Ucrania, a los 43 años de edad, reconocido a nivel internacional, a consecuencia de las heridas provocadas por un bombardeo ruso sobre la capital de su país, Kiev, en los primeros días de la invasión el país por Rusia.

Olga Smirnova y Artem Datsishin

Tchaikovsky, El lago de los cisnes, Escena Final / Herbert von Karajan. Filarmónica de Berlín

En estos días se ha presentado para su proyección en los cines de este país, la película sobre “El lago de los cisnes” con la participación estelar de Olga Smirnova y con el escenario majestuoso del Bolshoi, como una metáfora de lo que está sucediendo con la invasión de Ucrania. Mientras escribo esta palabras escucho con atención casi reverencial la escena final de El lago de los cisnes, una bella obra bajo la batuta de Herbert Von Karajan dirigiendo la Filarmónica de Berlín y con el violín de Michel Schwalbé, intentando comprender a través de la partitura los mensajes del triunfo del amor a pesar de todo, simbolizado en la petición de perdón de Sigfrido a Odette, que finalmente muere en sus brazos, aunque las aguas crecen y acogen a los dos amantes que desaparecen entre el oleaje, todo ello acompañado del crescendo de los metales y de la percusión. Las cuerdas y posteriormente la fanfarria de los metales se esfuerzan en demostrar que el bien vence siempre al mal, a los cisnes negros de la vida que también existen. Finalmente los cines blancos recobran su libertad. La coda final se encarga de enunciarlo y dar acogida a este solemne triunfo sobre las fuerzas del mal.

Karajan vuelve a dar vida hoy a una obra sublime sintetizada en estos extraordinarios cinco minutos inolvidables. Se lo agradezco, al recordarme el mensaje principal de la obra de Tchaikovsky, con mi respeto, atención y admiración a su dilatada obra artística: el bien puede acabar venciendo al mal. Lo sucedido con dos estrellas del ballet ucraniano y ruso nos deben ayudar hoy a reflexionar sobre lo que está pasando en este mundo al revés. Mantengo la esperanza de que finalmente triunfen los cisnes blancos sobre el imperio del mal. Mientras, con profundo respeto y silencio, lloro con el pueblo ucraniano en la orilla del lago de sus cisnes.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

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