Imprescindibles. De tertulia con Valle-Inclán
Lo recordaba así, con palabras de Manuel Azaña al día siguiente de su entierro: “Él hubiese querido ser, no el hombre de hoy, sino el de pasado mañana”. Era un claro objeto de deseo en este viaje iniciático para conocer Galicia: visitar a Ramón María del Valle-Inclán en un lugar muy querido por él, a Pobra do Caramiñal, su Viana del Prior muy particular, donde pasó días inolvidables de su vida y donde escribió obras que todavía perduran en el corazón de los que aman la literatura de este país, tan poco delicado con la cultura en su sentido más puro. Allí se inspiró y escribió obras tan importantes como El pasajero, Cara de plata, Divinas palabras, Los cuernos de don Friolera, Tirano banderas y Luces de Bohemia, entre otras.
La llegada a Pobra do Caramiñal fue especial porque pudimos contemplar el paso de diversas agrupaciones de gaiteros al celebrarse en esos días las fiestas de agosto. Una expresión artística de primer orden en Galicia, con un sonido característico con reminiscencias celtas y que se ha recuperado de forma muy cuidada. Nos dirigimos a la Torre Bermúdez, un edificio del Renacimiento, con una intrahistoria familiar para don Ramón que refleja el sentimiento de afecto a su tierra, aunque no fuera el lugar de su nacimiento, en Vilanova de Arousa, pero sí por el amor que profesó siempre a este lugar cargado de sentimientos y emociones, de momentos de sosiego anímico y de turbación al tener que abandonarlo en un momento dado por su precaria situación económica, fijando su residencia en Villa Eugenia donde estaba el despacho “del desvanillo donde yo me retiraba a fumar la pipa y construir palacios”. Torre Bermúdez acoge hoy día el Museo dedicado a la memoria de Valle-Inclán, al que accedimos para visitarlo sin prisa alguna, en busca del tiempo perdido, intentando comprender bien la vida y obra de este representante de la Generación del 98, del que apenas escuché referencias literarias en mi educación madrileña.
Conserva manuscritos impecables, tales como el epistolario con Manuel Azaña, ediciones originales impresas de libros del artista, correspondencia con su gran amigo Victoriano García Martí, cartelería teatral y fotografías realizadas por el autor. Pudimos escuchar su voz y ver imágenes de su visita al estudio del pintor Julio Romero de Torres. Leímos con atención reverencial los paneles didácticos que resaltaban sus vicisitudes múltiples, personales y artísticas, que nos ayudó a comprender mejor su obra.
Me sobrecogió encontrar allí su primer libro publicado, Femeninas. Seis historias amorosas (1895), con notas manuscritas del autor, así como una edición especial firmada y numerada por el propio escritor de Sonatas. Memorias del Marqués de Bradomín (1928). Recorrimos los diferentes espacios del museo (salas) que enmarcan diferentes épocas y ambientes históricos y literarios del autor, con denominaciones muy queridas para él, Arousa (marco geográfico, comunitario y familiar del escritor), Bradomín (consagración a la estética modernista), Viana del Prior (espacios valleinclanianos de realidad y ficción literaria) y Max Estrella (etapa de consagración al esperpento).
Nos quedó clara la personalidad de Valle-Inclán en su evolución artística e ideológica, su continua búsqueda de identidad en viajes imposibles a una forma de vivir esperpéntica en realidades sociales tan contrapuestas como la gallega, cubana o castellana, con pronunciamientos a veces extremos que le proporcionaron vicisitudes y momentos muy difíciles en su vida ordinaria, personal y familiar. Desde la presidencia del sindicato obrero católico hasta la aproximación real a la República, permite hacer un recorrido existencial profundo en la figura controvertida de Valle-Inclán.
Salimos del Museo con la impresión de que sabemos muy poco de la intrahistoria de autores que han aportado tanto a este país. Conociendo sus trayectorias vitales comprendemos mejor su obra. Y recuerdo, como ejemplo simbólico, su presencia en La malcasada, una película atrevida para la fecha de su estreno, 1926, donde se habla abiertamente del divorcio. En unos planos que se pueden ver en el Museo, aparecía Valle-Inclán junto a la actriz María Banquer posando para un cuadro en el estudio de Julio Romero de Torres. Pienso en lo que vino después y salgo de Pobla do Caramiñal con la impresión real de que don Ramón de Valle-Inclán era un hombre de pasado mañana, algo que suele ocurrir cuando te equivocas de siglo al crear vida y compromiso activo para luchar por un mundo mejor. Gran lección en Galicia.
Sevilla, 31/VIII/2017
NOTAS
1. El vídeo incorporado pertenece a la serie de RTVE, Imprescindibles, presentado en 2012 bajo el título De tertulia con Valle Inclán: “[…] protagonizado por el actor, periodista y escritor coruñés Xerardo Pardo de Vera, que da vida al creador de los esperpentos. Completan el reparto los actores Juan Diego, Juan Luis Galiardo, Javier Godino y Fátima Rey. El documental se centra en los personajes de ficción creados por Valle-Inclán. Ellos son los encargados de explicar la figura del genio, reflexionan sobre sus obras, comentan sus declaraciones, sus conferencias y exponen sus vivencias. Junto a estos actores, aparecen los escritores Suso del Toro, Manuel Rivas e Ignacio Amestoy, además de estudiosos de la figura de Valle-Inclán”.
2. La imagen se ha recuperado hoy de https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Banquer#/media/File:Valle-Incl%C3%A1n42.jpg . En ella figura Valle-Inclán, junto a la actriz María Banquer, en el estudio de Julio Romero de Torres.
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