La eutanasia permitirá elegir una muerte digna

Sevilla, 13/II/2020

Lo decía Ramón Sampedro, en su obra Cartas desde el infierno, en 1996, antes de elegir una buena muerte ante tanto sufrimiento personal: “No me guía otro interés que el de mostrar que la intolerancia del Estado y la religión son como una idea fija (…) Dejadme cruzar la línea, dejadme saltar”. El martes pasado sentí una emoción especial al conocer que el Congreso de los Diputados había “tomado en consideración” la proposición de ley para regular la eutanasia, con el siguiente resultado: 201 votos a favor, 140 votos en contra y 2 abstenciones y, por tanto, se comenzaba «a tramitar la ley orgánica de regulación de la eutanasia que presentó el Grupo Parlamentario Socialista [el 24 de enero de 2020]. Este es el primer paso del procedimiento legislativo, que continuará con la apertura del plazo para presentar enmiendas”, según recoge la nota de prensa del Congreso. Creo que ha sido un hecho memorable en este país, después de un recorrido tortuoso de esta proposición de ley, tal y como lo recordaba en mi post anterior dedicado a la eutanasia y publicado en este medio el 6 de abril de 2019.

En aquella ocasión, hacía referencia a la muerte digna, libremente elegida, de María José Carrasco, enferma de esclerosis múltiple, ayudada por su marido, “sus manos”, que conmocionó a millones de personas dignas. Es bien sabido que huyo del espectáculo de la muerte a cualquier precio, como aprendí de aquella película maravillosa, Muerte en directo, dirigida por Bertrand Tavernier, pero la muerte asistida por su marido, Ángel Hernández, la tengo grabada en las páginas especiales de mi memoria de secreto y me ha llevado a poner en marcha una parte de la moviola de mi vida en la que fui profesor de Ética Médica.

Tengo presentes hoy a miles de alumnas y alumnos a los que enseñé que la eutanasia era una buena opción humana, la mejor decisión cuando el hecho de vivir en estadios permanentes de sufrimiento y dolor, sin esperanza alguna, deja de tener sentido. Les hablaba de la ética de situación, como resquicio ético para estas situaciones, en un país en el que una gran parte de él tenía helado el corazón, jugándome el tipo porque los comisarios políticos del Régimen también asistían a clase camuflados: “Hago esta mención de mi intrahistoria porque en aquellos años descubrí que era imprescindible abordar la ética de situación como guía y camino para el discernimiento humano más digno, de la que me enamoré para siempre, frente al dogmatismo de la Iglesia Católica que hacía estragos en este país. Aquellas clases del Profesor Häring [del que fui alumno durante un Curso impartido por él] me abrieron los ojos definitivamente sobre la importancia de hacer uso de la libertad en momentos transcendentales de la existencia, tanto en la vida como en la muerte. Me lo explicaba Häring en las clases y en su humilde habitación del Alfonsianum en Roma, porque había prestado servicios en la aviación alemana de Hitler, como capellán y en Rusia, donde aprendió que tenía que atender siempre a cualquier ser humano aplicando la ética de situación, fuera amigo o enemigo, actitud que le acarreó serios disgustos y la separación final de aquellos servicios militares por ser considerado persona non grata para el ejército alemán. El problema radicaba en que había contemplado mucha muerte indigna en directo y había tenido que ayudar a morir alejado del dogma católico que había aprendido y enseñado en su proceso de evolución ética. Häring sufrió mucho por sus actitudes éticas hasta su fallecimiento, sobre todo por el trato recibido por la iglesia oficial, a la que recordó que cuando era citado en Roma para justificar su doctrina de libertades le recordaba algo tan grave como estar presente ante Hitler en un juicio sumarísimo. Häring me enseñó a defender la vida digna, en cualquier circunstancia, sin más limitación que la aplicación de la ética de situación en su defensa plena y con el amparo de la ley correspondiente” (1).

Ya no hará falta recurrir a la ética de situación porque la libre elección de morir dignamente estará regulado legalmente en este país, más o menos a partir del próximo mes de junio. Lo único que pretende esta ley es “legislar para respetar la autonomía y voluntad de poner fin a la vida de quien está en una situación de enfermedad grave e incurable, o de una enfermedad grave, crónica e invalidante, padeciendo un sufrimiento insoportable que no puede ser aliviado en condiciones que considere aceptables. Con ese fin, la ley regula y despenaliza la eutanasia en determinados supuestos, definidos claramente, y sujetos a garantías suficientes que salvaguarden la absoluta libertad de la decisión, descartando presión externa de cualquier índole» (2).

Ha sido un recorrido largo y lo verdaderamente lamentable es que no se ha llegado a tiempo para ayudar a miles de personas a morir dignamente por una elección personal que permite, como decía Sampedro, cruzar la línea de la intransigencia, saltar…, en un acto de libertad plena para elegir la mejor muerte, sobre todo, la más digna.

(1) https://joseantoniocobena.com/2019/04/06/eutanasia-y-muerte-digna/

(2) Proposición de ley orgánica de regulación de la eutanasia, Exposición de motivos, p. 2.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.

20º aniversario de la fundación Bill y Melinda Gates: un cumpleaños de dignidad digital

FUNDACION BILL&MELINDA GATES

Los datos son inequívocos: independientemente del lugar en que uno nazca, la vida será más difícil si naces niña

Melinda Gates

Sevilla, 12/II/2020

«La vida que vais a compartir juntos, será, al fin y al cabo, el veredicto en cuanto a vuestro reconocimiento de las obligaciones extraordinarias que acompañan a recursos extraordinarios”. Esta frase, recogida por Melinda Gates al finalizar la carta anual conjunta en 2020, cuando se celebra el 20º aniversario de la creación de la Fundación Bill y Melissa Gates, pronunciada por la madre de Bill Gates en el día de su boda, resume a la perfección el compromiso que el matrimonio Gates adquirió con el proyecto de su Fundación.

La carta es muy extensa y es, a modo de memoria de lo hecho en estos veinte años, una historia de éxitos y fracasos en la que siempre han tenido claro el mensaje de la madre de Bill: ser especialmente sensibles y hacer llegar a los que menos tienen, al mundo olvidado en general, a los que más sufren, las soluciones a problemas reales y a modo de obligaciones extraordinarias por disponer de recursos extraordinarios. Filantropía sin secretos o recovecos, en estado puro.

Recomiendo la lectura atenta de su larga carta. Hay expresiones que me han hecho pensar en la necesaria filantropía, cada persona ajustada a su nivel de recursos. Destaco las siguientes: “[…] Sabemos que la filantropía nunca puede —y nunca debería— sustituir a los gobiernos o al sector privado. Sin embargo, creemos firmemente que tiene un rol único a la hora de impulsar el progreso; […] el objetivo no es solo un progreso incremental. Es poner toda la potencia de nuestros esfuerzos y recursos en grandes apuestas que, si tienen éxito, salvarán y mejorarán vidas”, […] Los riesgos que asumimos son diferentes de los que los verdaderos héroes del progreso global asumen constantemente: los trabajadores de la salud que van a las zonas de guerra para vacunar a los niños que lo necesitan, los maestros que se inscriben para trabajar en las escuelas más complicadas, las mujeres en los lugares más pobres del mundo que se oponen a las normas y tradiciones culturales diseñadas para mantenerlas atrapadas… Lo que hacen requiere sacrificios personales que nosotros nunca tuvimos que hacer y tratamos de honrarlos apoyando las innovaciones que algún día podrían facilitarles la vida […]”.

La fundación ha invertido un total de 53.000 millones de dólares en estos veinte años. Abordan a lo largo de la carta los principales trabajos desarrollados en cuatro áreas prioritarias: salud, educación, cambio climático y género. Hay que leer con detalle todo lo expuesto en su carta y quizá comprendamos mejor cómo la inmensa fortuna generada por Microsoft a lo largo de su historia ha revertido en grandes beneficios para la humanidad en acciones muy concretas que detallan en su escrito.

He recordado al finalizar la lectura de esta carta esperanzadora una frase de Negroponte que leí hace ya muchos años y que me llevó de la mano a estudiar y dirigir estrategias digitales en la Administración Pública de Andalucía, con visión de estrategias de Estado para hacer la vida más amable a todas las personas, salvando siempre el principio constitucional del interés general digital de la ciudadanía: “Los bits no se comen; en este sentido no pueden calmar el hambre. Los ordenadores tampoco son entes morales; no pueden resolver temas complejos como el derecho a la vida o a la muerte. Sin embargo, ser digital nos proporciona motivos para ser optimistas. Como ocurre con las fuerzas de la naturaleza, no podemos negar o interrumpir la era digital. Posee cuatro cualidades muy poderosas que la harán triunfar: es descentralizadora, globalizadora, armonizadora y permisiva” (1).

He vuelto a mi rincón de pensar, en silencio. Y ha brotado en mi alma de secreto una estrofa de Antonio Machado que nunca olvido: Converso con el hombre que siempre va conmigo / quien habla solo espera hablar a Dios un día; / mi soliloquio es plática con ese buen amigo / que me enseñó el secreto de la filantropía.

(1) Negroponte, N. El mundo digital. Barcelona: Ediciones B, 1995, p. 270.

NOTA: la imagen se ha recuperado hoy de https://www.gatesnotes.com/2020-Annual-Letter?WT.mc_id=20200129100000_AL2020_GFG-ORG_&WT.tsrc=GFGORG

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.

Mujica o el elogio a la dignidad política

Sevilla, 10/II/2020

La política es la lucha por la felicidad de todos. José Mujica

No olvido esta frase pronunciada por Jose Mujica en su discurso de despedida de la presidencia del gobierno uruguayo el 27 de febrero de 2015. Hablar de Jose (Pepe) Mujica es hablar de dignidad política. También, cuando dijo con estremecimiento de su alma que “la lucha que se pierde es la que se abandona”. Estoy convencido de que conviene escucharle y verle con atención en el documental que se ha estrenado en Netflix, El Pepe, una vida suprema, para aprender su forma de hacer política, tan necesaria en este tiempo. A estas alturas del desencanto político en el mundo global, solo queda agradecerle que con su edad siga con la ilusión de ser feliz contando a los demás su propia historia política y su forma de ser y estar en el mundo. No confunde, como todo necio, valor y precio, demostrando con sus hechos, que son amores, que necesitamos su garantía ética y no sólo buenas razones.

Estuve viendo anoche el documental con atención reverencial. Tengo que verlo varias veces para apuntar frases que durante la sesión de ayer me dejaban con el pensamiento sobrecogido por la profundidad de lo que transmitían sus palabras. Comenzar el tráiler (porque no quiero hacer lo que hoy llamamos un spoiler de la película) diciendo que “Los mejores dirigentes son aquellos que cuando se van dejan a un conjunto de gente que lo superan ampliamente”, creándose una atmósfera de complicidad silenciosa, pero elocuente, entre Mujica y el director, Kusturica, presagiaba que a partir de esta frase todo el documental iba a pasar páginas virtuales de un breviario para una política digna, plagado de ideas, reflexiones, imágenes, silencios, narraciones, discursos breves que simbolizan la altura de miras de este político uruguayo, tupamaro de origen ideológico y con unas raíces de revolución interior en la etapa colonialista de España en aquellas tierras y muchos siglos atrás.

Es verdad que puede ser una paradoja ideológica que este documental se vea solo a través de una plataforma de pago por suscripción y no esté abierta su exhibición en salas comerciales de libre elección. Este tipo de cine no da dinero y suena mal la promoción a través de estas multinacionales del entretenimiento, pero tengo claro que, a veces, este mundo digital (restringido y limitado por el poderoso caballero don dinero) y yo, estamos obligatoriamente obligados a entendernos.

Escuchar a Mujica decir que “A esta altura no preciso “plata” (dinero), en absoluto, no preciso para vivir más de lo que tengo” o que “la cultura es la cotidianidad de los valores con los que nos movemos en la vida y eso es parte de la construcción de una sociedad mejor” y “Es curioso Kusturica. A veces lo malo es bueno y, a veces, a la vez, lo bueno es malo”, nos deja ensimismados en la ilusión de seguir trabajando en la utopía de creer que otro mundo es posible.

Me quedé pensando en esta frase dicha en los planos finales del documental. La vida es una dialéctica en la acción de cada día, que tiene su poso en la condición humana, centrada siempre, según Mujica, entre la defensa de la solidaridad frente al egoísmo. Sorprendente, pero estoy de acuerdo con Mujica en que nada de lo humano nos debe ser ajeno. Todavía resuena en mi alma de secreto la frase final de su discurso final de gobierno en febrero de 2015, convertido en un discurso de agradecimiento al pueblo uruguayo: “No me voy, estoy llegando, me iré con el último aliento y donde esté estaré por ti, estaré contigo, porque es la forma superior de estar con la vida. Gracias, querido pueblo”.

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Abandonados y nadies en Andalucía

RTVE POBREZA EXTREMA EN ESPANA

07/02/2020 / RTVE.es: El relator de la ONU para la pobreza extrema asegura que España «falla a los más vulnerables»

Sevilla, 8/II/2020

Me ocupa y pre-ocupa [sic] la pobreza en España y, especialmente, en Andalucía. He leído en la entrevista a Philip Alston, relator especial sobre la extrema pobreza y los derechos humanos de la ONU, en una visita reciente a España publicada ayer en el diario El País, que la palabra recurrente en las reuniones mantenidas con pobres reales de norte a sur del país es la palabra “abandono”, que “[…] ha sonado recurrentemente. La gente se siente abandonada. No reciben el apoyo que esperarían del Gobierno, de las autoridades locales, del sistema educativo, del sistema de protección… simplemente sienten que están a su suerte”.

Es verdad que estamos distraídos con un alud de noticias de todo tipo, no precisamente halagüeñas, en una dialéctica permanente: compromiso ante lo que se lee, se escucha y se ve frente a di-versión [sic] en su sentido pascaliano más primigenio. Pero la verdad social es tozuda y hay que estar atentos para no caer en el olvido de los millones de pobres que malviven diariamente en este país. El jueves pasado publiqué un artículo sobre la realidad de la pobreza familiar e infantil en Andalucía, con datos escalofriantes que junto a otros estudios que también he analizado me dejan en una ardiente impaciencia.

Sé que no existe el bálsamo de Fierabrás que cure estas heridas sociales en un santiamén, pero el actual Gobierno de Coalición tiene que abordar esta realidad lacerante de forma urgente. Debe ser una exigencia de la sociedad civil, a la que pertenezco, en defensa de los que menos tienen para alcanzar un mínimo de dignidad social. Sentí pena al leer esta pregunta y respuesta en la entrevista citada:

P. Usted ha dicho que en España ha visto lugares peores que un campo de refugiados. ¿Ha encontrado sitios así en otros países occidentales que ha visitado, como Reino Unido y EE UU?

R. Hay lugares verdaderamente desalentadores en ambos países, pero el campo de recolectores de fresas que vi en Huelva fue verdaderamente impactante, con gente que había vivido allí durante más de cinco años.

Este viernes [ayer] , Alston ha dicho en la rueda de prensa que la situación que se encontró en esa provincia lo dejó «pasmado». En su informe cifró en 533 millones de euros lo que este cultivo dejó en Huelva en 2018-2019. Y sin embargo vio a gente que «vive como animales». «Me encontré con trabajadores en asentamientos en condiciones que compiten con los peores que he visto en cualquier otra parte del mundo», explicó ante la prensa. «A kilómetros del agua, sin electricidad o saneamiento adecuado. Algunos llevan años así y podrían pagar un alquiler, pero dicen que nadie los aceptaría».

Sentirse abandonado debe ser similar a sentirse “nadie”. Comprendí muy bien esta palabra en un poema de Galeano, Los nadies, que no olvido en algunas de sus estrofas:

Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:

Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folclore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.

Sé que el relator Alston se ha reunido con personas que malviven en el barrio de Los Pajaritos, el barrio en Sevilla más pobre de España, nadies para la Ciudad, la Provincia, la Comunidad, España. Lo conocí bien hace ya muchos años por razones históricas y tengo que reconocer que me hizo mucho bien estar cerca de aquella realidad para que no la olvidara nunca. También tenía programada en la agenda oficial facilitada por la ONU la visita al Polígono Sur, otro microsistema de pobreza muy preocupante en Sevilla.

Espero leer el informe final de esta visita cuando se presente ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra el próximo mes de junio. Estaré muy atento y con ardiente paciencia, según Neruda. Leyendo también el último libro publicado por Antonio Gamoneda, La pobreza, para entender qué significa la cultura de la pobreza, porque existir existe: “No es invisible pero está invisibilizada. No es lo mismo conocer la pobreza objetivamente, como un sociólogo o un antropólogo, que vivirla desde dentro. No es igual el pobre que el que se solidariza con el pobre. No digo que sea mejor ni peor, digo que es distinto. Por eso digo también que las hambres históricas modifican para siempre el pensamiento de los hambrientos” (1).

(1) https://elpais.com/cultura/2020/02/07/babelia/1581091598_442947.html

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.

Pobreza familiar e infantil en Andalucía: ¿hasta cuándo hay que esperar soluciones?

SAVE THE CHILDREN ANDALUCIA3

Sevilla, 6/II/2020

La ONG Save the Children ha publicado recientemente un análisis de la situación de pobreza en los hogares con hijos e hijas en España, Familias en riesgo, que es necesario leer con la atención que merece por el contenido del mismo, muy esclarecedor sobre esta lacerante situación social en nuestro país y en nuestra Comunidad. Siendo muy importante la lectura del mismo, me he detenido especialmente en el anexo dedicado a Andalucía, del que resumo en este artículo los aspectos que, a mi juicio, son más importantes y se deberían priorizar para atenderlos urgentemente en este momento político actual de inicio de la XIV legislatura.

Los datos generales de familias en riesgo en España son muy alarmantes: “Según la OCDE un niño o niña que nazca hoy en una familia pobre en España va a ne­cesitar cuatro generaciones, el equivalente a 120 años, para alcanzar el nivel de renta medio de la sociedad en la que vive. Esta es, ciertamente, una situación profundamente injusta para los más de dos millones de niños y niñas en España que viven en hogares pobres, así como para sus padres y madres, que movilizan todos sus recursos para evitar esta herencia y dar a sus hijos las mejores oportunidades, y se enfrentan a las grandes dificultades que tiene criar a un niño en un país que no invierte lo suficiente en familia y en infancia” (1).

En este marco preocupante, el informe ha configurado perfiles de análisis en el trabajo de campo que, en el caso de Andalucía, son cinco: “Cada perfil se describe en función de las variables que se han considerado relevantes. Además de las características demográficas básicas (sexo del o la responsable del hogar, edad, etc.), se incluyen aspectos relacionados con el nivel socioeconómico (nivel educativo, situación ocupacional, etc.), así como variables relacionadas con la propia definición de la pobreza y la exclusión social (tasa de pobreza, privación material severa, etc.)”. Estos perfiles son:

SAVE TO CHILDREN ANDALUCIA1

Los perfiles 1, 4 y 3 son los que mayor vulnerabilidad tienen a la pobreza y la exclusión social, y deberían ser sujetos prioritarios de las políticas de protección a la familia, sumando entre los tres 268.419 hogares con serios problemas de pobreza y riesgo social. El análisis detallado conviene leerlo con atención y solo destaco a continuación los que desde mi perspectiva tienen mayor interés.

En relación con el perfil 1, familias pequeñas, pobres y rurales, las principales características son las siguientes, teniendo en cuenta que es el de mayor riesgo de pobreza:

– Las mujeres son el 88,2% de las personas responsables del hogar en este perfil.

– Tiene una alta proporción de extranjeros: el 17,6% son de fuera de Europa y un 6% europeos.

– Un bajo nivel de estudios: el máximo nivel alcanzado por el 56,2% es secundaria primera etapa y primaria o inferior el 34,6%.

– Alta proporción de hogares monoparentales: 33,6%, 27,8 puntos más que la media de familias andaluzas con hijos e hijas a cargo.

– Tasa de pobreza muy alta: un 56% de están en situación de pobreza, 37% puntos más que la media de las familias andaluzas, de las cuales el 29% está en situación de pobreza severa, con escasas rentas disponibles: 523€ mensuales por unidad de consumo, 397€ menos que la media de los hogares andaluces con hijos e hijas.

– Carencias materiales muy altas: el 66,3% no tienen dinero suficiente para enfrentar algún gasto imprevisto, el 58,1% no puede tomar vacaciones, un 15% no puede mantener la vivienda a temperatura adecuada y el 11,1% no consume las cantidades adecuadas de carne, pollo, pescado o equivalentes vegetarianos.

En relación con el perfil 4, familias precarias urbanas, el más numeroso, con 136.853 hogares, un 13,9 del total, destaco lo siguiente:

– Son familias pequeñas, “mayoritariamente españolas, con un nivel de estudios medio-alto: un 39,5% tiene estudios superiores, más de 10 puntos más que la media de hogares en Andalucía (28,8%), un 32,1% han completado hasta tercero de la ESO (educación secundaria primera etapa) y un 15,4% tiene como máximo nivel de estudios alcanzado la segunda etapa de la educación secundaria (educación secundaria obligatoria, 4º curso, enseñanzas de bachillerato y similares)”.

– En relación con el mercado laboral, sólo “una de cada tres trabaja a jornada completa (34%), muy por debajo de la media andaluza. Otro tercio se encuentra en paro (33,6%), y el resto se reparte casi en partes iguales entre inactivos (16,2%) y trabajos a tiempo parcial (15,1%). Este último resulta llamativo por la elevada diferencia respecto a la media andaluza (3,3%)”.

– Del informe se desprende que “tienen una elevada tasa de pobreza moderada (34,5%) y de pobreza severa (18,3%). En este grupo se observan carencias materiales importantes: más de la mitad -un 56,6%- no puede tomar al menos una semana de vacaciones, un 58,7% por ciento no pueden afrontar gastos imprevistos, y un 28,1% ha pagado con retraso facturas relacionadas con la vivienda, como electricidad, agua o gas. Tienen una renta mediana de 730€ mensuales, significativamente más baja que la media de hogares con hijos e hijas a cargo en la región (920€)”.

Finalmente y en relación con el hilo conductor de este análisis, abordo el tercer perfil más vulnerable en Andalucía, familias con abuelas [sic], padres y nietos rurales, que suman un total de 72.735 hogares, un 7,4% de los hogares andaluces. En esta ocasión, una imagen vale más que mil palabras.

SAVE TO CHILDREN ANDALUCIA2

Hay que destacar en este perfil el papel de los abuelos y, sobre todo, de las abuelas: “La presencia de abuelos y abuelas también deja huella en la situación laboral que se registran en este perfil: un 36,1% de las personas responsables del hogar son jubiladas, un 42,3% se encuentran inactivas y un 20% en paro. Los bajos niveles de educación en este perfil también ofrecen indicios de este efecto generacional: un 59,7% tienen educación primaria o inferior, y un 34,3% ha completado la primera etapa de la educación secundaria”.

También hay que señalar que “tienen tasas de pobreza moderada (22,4%) y severa (13,8%) -calculadas según la mediana autonómica-, algo mayores que las familias con niños y niñas en su conjunto (3 y 2 puntos respectivamente)”.

Los datos expuestos anteriormente sintetizan las situaciones más vulnerables de familias e infancia en Andalucía. A partir de aquí el estudio plantea conclusiones y planes de acción, que de forma resumida son las siguientes:

– Los efectos de la pobreza en la infancia no solo afectan a su bienestar en el presente, sino también en el futuro: el 80% de los niños y niñas que viven en situación de pobreza serán adultos pobres.

– Nacer en un hogar pobre condiciona de forma muy importante la vida y las oportunidades de los niños y las niñas.

– Se reitera en lo manifestado anteriormente: “Según la OCDE un niño o niña que nazca hoy en una familia pobre en España va a ne­cesitar cuatro generaciones, el equivalente a 120 años, para alcanzar el nivel de renta medio de la sociedad en la que vive. Esta es, ciertamente, una situación profundamente injusta para los más de dos millones de niños y niñas en España que viven en hogares pobres, así como para sus padres y madres, que movilizan todos sus recursos para evitar esta herencia y dar a sus hijos las mejores oportunidades, y se enfrentan a las grandes dificultades que tiene criar a un niño en un país que no invierte lo suficiente en familia y en infancia”.

– Se pueden evitar estas situaciones y minimizarlas “aumentando la inversión en niños y niñas, y poniendo en marcha políticas efectivas y ambiciosas para disminuir, de forma sustancial, la pobreza infantil”.

El estudio finaliza con unas propuestas concretas partiendo de un principio inexorable: los niños y niñas sufren en mayor medida la pobreza y la exclusión porque viven en hogares más vulnerables. En este sentido recomiendo la atenta lectura de las citadas propuestas en los siguientes ámbitos de actuación: prestaciones sociales, protección, inversión, conciliación, empleo, educación, vivienda y salud, ocho áreas de interés preferente que se deberían abordar en una Ley de atención integral a las familias y a la infancia en España.

La realidad expuesta es un grave problema de Estado y no solo de Andalucía, que requiere declarar y aprobar políticas urgentes y prioritarias, ordenando una legislación de ámbito estatal y proyectada a la acción concreta y ajustada a cada Autonomía, enriqueciendo los acuerdos de la Coalición Progresista que gobierna actualmente en España y que abordan parcialmente en su apartado 2, dedicado a derechos sociales, regeneración democrática, ciencia e innovación, determinadas soluciones para atender los problemas detectados en este informe y en otros que también he publicado en este blog.

NOTA: la imagen de la cabecera se ha recuperado del informe Familias en riesgo, citado en el texto.

(1) OECD (2018), A Broken Social Elevator? How to Promote Social Mobility (Spain), OECD Publishing, Paris, http://www.oecd.org/spain/social-mobililty-2018-ESP-EN.pdf

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Gracias, José Luis Cuerda, director

Sevilla, 4/II/2020

Se acaba de publicar la noticia del fallecimiento del director de cine José Luis Cuerda. Cada persona lo recordará por alguna de sus películas, algunos por su filmografía completa. En mi caso, por una película extraordinaria, La lengua de las mariposas, con un guion adaptado de un relato homónimo de Manuel Rivas, sobre el que he escrito en bastantes ocasiones en este cuaderno digital.

He vuelto a leer todas las referencias implícitas que he hecho personalmente en relación con la película dirigida por José Luis Cuerda y recogiendo fragmentos de los artículos publicados he preparado un microguion en homenaje póstumo a su obra cinematográfica. Todavía recuerdo con emoción los planos finales de la película, donde Fernando Fernán Gómez interpretaba de forma magistral el papel de D. Gregorio, el maestro entrañable de Moncho (Pardal o el niño gorrión, tan querido por su creador, Manuel Rivas, a quien tanto admiro), el niño asombrado por la forma en espiral de la lengua de las mariposas, maravillosos seres vivos que van siempre por el mundo volando con trajes de fiesta. Aquella cara con expresión entre admiración e inocencia ante lo que puede aparecer en la vida, aquella figura enroscada, sin tocarse, que el maestro republicano, dibujaba con tiza en la pizarra, todavía está alojada en mi memoria a largo plazo, con la suerte de que sé cómo localizarla y, si me apuran, hasta puedo discernir donde está alojada, quizá para siempre, en mi cerebro de secreto.

PARDAL

Con ocasión del fallecimiento de Fernando Fernán Gómez en 2007 escribí que me gustaba seguir recordando al actor que ya ha vuelto a la realidad de lo que somos, como José Luis hoy, polvo somos y en polvo nos hemos de convertir, vanidad de vanidades todo vanidad, en esa interpretación de una parte de la profunda historia de España, al actor controvertido, amable para unos y muy desagradable para otros, aunque yo me permito decir que sabía algunas buenas intimidades de él, en mi adolescencia madrileña, porque conocí a una mujer que había estado cerca de él, vinculada a María Dolores Pradera.

Fernando era un cómico. José Luis Cuerda, director de cómicos. En mi familia, perteneciente al discreto encanto de la burguesía del barrio de Salamanca y con la que viví en el Madrid de finales de los cincuenta -para que suene mejor, en el siglo pasado-, la palabra cómico levantaba sarpullidos, porque algunas viejas historias que nos emparentaban con una cómica, Carmen Cobeña, no eran bien vistas. No se hablaba normalmente de ella, de ellos, de los cómicos y, si en algún momento surgía la oportunidad por nuestras vinculaciones de amistad, por ejemplo, con los representantes en España de la compañía Mole- Richardson, responsables de la luminotecnia en las películas de la época, se pasaba página con la misma velocidad que Federico Martín Bahamontes bajaba el Galibier o el Marqués de Portago conducía en la última recta del circuito donde se corrían las 24 horas de Le Mans.

Estas palabras son un pequeño homenaje al maestro republicano, D. Gregorio, sobre todo al director de la película, José Luis Cuerda y al cómico que lo interpretó, Fernando Fernán Gómez, que han dibujado una lengua de mariposa muy especial, vestida de gala, con tiza blanca indeleble en mi memoria de hipocampo, y que simboliza una forma de entender el cine de compromiso, el buen cine, el cine de autor, el cine de la vida. Aunque me quedara en aquella sesión de tarde imaginaria y eterna, con la ilusión de que sigamos defendiendo las utopías y, por tanto, las ideologías, aunque sepamos que cabemos en un taxi, ya ni siquiera de torero, es decir, sin trasportín, para los más antiguos del lugar. Pero ocasiones como éstas, las de las mariposas reinterpretadas por cómicos, las películas extraordinarias dirigidas por José Luis Cuerda y los relatos entrañables de Manuel Rivas, nos permiten entrever que la utopía es posible, lo que hace que casi sin darse cuenta ellos nos hayan vendido unos billetes hacia alguna parte, hacia la utopía de lo posible. Es lo que el Ché, tan querido para mí, decía siempre: seamos realistas, exijamos lo imposible. Es verdad, porque todos los días suele amanecer, que no es poco.

Y, perdonen, llegamos al final de este día en el que José Luis Cuerda sube a su cielo particular. Yo no he querido callarme en esta muerte simbólica, como aquellos lugareños de la película particular que interpretó Fernando, el cómico y que dirigió José Luis Cuerda, presa del terror de la indecencia, con silencio cómplice, ante la cordada de personas dignas, que piensan de forma diferente, que creen por encima de todo en el interés público. Tengo prisa, porque se agotan los billetes de los autobuses de la utopía de la vida, que salen en esta ocasión de la estación de este país. Hoy, desde Andalucía.

Gracias, director.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.

Pentimento (arrepentimiento)

GIOVANNINA

Sevilla, 3/II/2020

El italiano, idioma que admiro en el sentido aristotélico del término, recoge una palabra en su diccionario, pentimento, que necesita varias para traducirlo al español de la RAE como segunda acepción de arrepentimiento, que recoge de la mejor forma posible el sentido pictórico del término: “enmienda o corrección que se advierte en la composición y dibujo de los cuadros y pinturas”. Creo que en la historia de la pintura, el pentimento va más allá, porque introduce no solo cambios sino, a veces, transformaciones parciales o completas de lo que el autor deseaba pintar y expresar a través de los pinceles, gubia o escritura en el lienzo en blanco.

Leí hace ya muchos años un artículo de Marina Rodríguez Serrano en el que decía algo mágico sobre un pentimento revelador: “Veo a Giovanna Tornabuoni, la dulce y recta Giovannina, a la que Ghirlandaio modificó su perfil, disminuyó pecho y eliminó perlas. El Museo Thyssen Bornemisza me la muestra, a la otra Giovanna. No me contengo al darle al click e irradiarla para comparar las imágenes tomadas bajo los Infrarrojos, Ultravioletas o Rayos X, sobrepasando, seguro, las dosis por año que puede soportar esa criatura. ¿Acaso no era diferente esa otra Giovanna subyacente, más voluptuosa, vanidosa, desenfadada? Sí, menos áurea. ¿Y no expira en vez de contenerse?”.

Traigo a colación este término tan expresivo en una sola palabra, porque el arrepentimiento, en su acepción no pictórica y dicho de una persona (en la primera acepción de la RAE), lo entendemos como “sentir pesar por haber hecho o haber dejado de hacer algo”. A diferencia de lo que ocurre en el arte en general, en las personas no es posible radiografiar lo que hicimos o dejamos de hacer en algún momento, para que algún día lo sepan los demás, porque además no nos podemos bañar dos veces en el mismo río, aunque la memoria de hipocampo almacene en el cerebro todo lo que nos ocurre en la vida y, además, no se destruya.

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Ghirlandaio, sirva como ejemplo claro, lo dejó allí para la posteridad. Queda en el aire la gran pregunta de por qué lo hizo, por qué introdujo cambios. Más o menos como nos pasa a nosotros cuando sentimos pesar por haber hecho o haber dejado de hacer algo importante en nuestras vidas. Podemos imaginarlo al leer el texto que figura en el cuadro: “ARS VTINAM MORES / ANIMVMQVE EFFINGERE / POSSES PVLCHRIOR IN TER / RIS NVLLA TABELLA FORET”: “¡Ojalá pudiera el arte reproducir el carácter y el espíritu! En toda la tierra no se encontraría un cuadro más hermoso”. Esta frase [..] es una variación del final de un epigrama del poeta Marcial que alude, en primer lugar, a las virtudes de Giovanna durante su vida, que apenas pueden plasmarse en imágenes y, en segundo lugar, exalta el arte de la pintura, algo así como “mirad de lo que es capaz la pintura” (1).

Quizá tenga que ver algo el pentimento con el perdón, porque perdonar es comprender y a veces comprendemos tanto que no hay nada que perdonar o… de lo que arrepentirnos. En eso consiste la belleza de vivir con dignidad, conocimiento y libertad. Pentimento, en estado puro.

(1) https://depasoarte.blogspot.com/2010/08/ghirlandaio-y-el-renacimiento-en.html

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.



Érase una vez un cuento perdido…

Sevilla, 02022020

Cuando comencé a leer el artículo me parecieron mágicas sus palabras como entradilla: “Allí donde no hay literatura, donde el papel es imposible y los cuentos no tienen donde posarse, la voz es el único medio para hacer volar historias. Ana Cristina Herreros es la creadora de Libros de las Malas Compañías, una pequeña editorial que rescata los relatos perdidos de pequeñas comunidades de otros países para editar volúmenes cuyos beneficios se reinvierten en un proyecto cultural con ellos”.

Seguí leyendo esta microhistoria hasta el final y desde entonces no he abandonado la idea de compartirla en la Noosfera porque es una noticia amable en medio de tantas macrohistorias para no dormir que nos asaltan a diario por tierra, mar y aire. Me ha fascinado la historia de Ana Griott, cuyo verdadero nombre es Ana Cristina Herreros (León, 1965), “la editora, la emprendedora, la filóloga, la buscadora de oportunidades, de historias y la creadora de los Libros de las Malas Compañías, una pequeña editorial fundada en 2014 que, básicamente, publica lo que le da la gana “sin atender a mercados, sin imprimir en China”, nos recuerda. Ana no tiene cuento y, a la vez, los tiene todos”.

Ana Griott o Ana Cristina, tanto monta monta tanto, cuenta que “los niños de pequeñas aldeas africanas criados por sus abuelas tienen mayor esperanza de vida que los que crecen junto a sus madres. Sus abuelas no dan de comer porque no tienen leche, pero les alimentan con la confianza y la esperanza que dan los cuentos susurrados con cariño”.

Lo que me ha asombrado sobremanera es el epígrafe dedicado en el artículo a descifrar cómo los cuentos nos hacen iguales, una vez rastreados cuentos de todas las latitudes: “Al final los fantasmas de un esquimal son también los de un masái o un pigmeo, solo cambian sus disfraces. Los cuentos son un espejo donde reconocernos todos iguales con los matices efímeros que aporta el contexto. Por eso la esencia de nuestra especie no entiende de nacionalismos, razas ni fronteras. Esos cuentos son como los genes que se transmiten de generación en generación conservando la naturaleza que nos define y con pequeñas mutaciones que aportan diversidad y color pero sin restar talento. Genes que solo desaparecen si no encuentran un soporte vital para perpetuarse, como el papel de bosque sostenible de los libros de Ana Cristina Herreros, la voz que rescata los cuentos perdidos”.

He comprendido mejor que nunca cómo nació en las riberas del Tigris y del Éufrates, en la actual Iraq, el cuento de la creación del mundo y del hombre y la mujer, que se ha transmitido por abuelas y abuelos hasta nuestros días. Pensándolo bien…, es que es muy bello y sugerente: existe un versículo en el Génesis que ha marcado la existencia humana: el 1, 31. El narrador que recogió la tradición oral de la creación [un cuento pedido] agregó un adverbio hebreo no inocente: muy (meod). Mientras que en el relato de la creación, las sucesivas creaciones eran “solo” buenas, los cielos, la tierra, las aguas, los animales, las semillas, cuando se creó al hombre y a la mujer el texto hebreo recoge literalmente: “y vio Dios que muy bueno”. Es un cuento, a veces perdido, cuyos personajes han recorrido el mundo con botas de siete mil leguas…, porque los africanos, que brillaban por ser magníficos cazadores-recolectores, decidieron hace 50.000 años, aproximadamente, salir de su territorio y comenzar la aventura jamás contada. Hablar, aprovechando además un salto cualitativo, neuronal, que permitía articular palabras y expresar sentimientos y emociones.

Hasta hoy, recordando que para el personaje principal, Dios, la aparición de la mujer y el hombre fue un momento mágico en la creación del mundo. Y que se puso muy contento.

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Soy un hombre lleno de febrero

OFICINA EN UNA CIUDAD PEQUENA

Sevilla, I/II/2020

Comienza hoy un mes rutilante y soy consciente de que estoy lleno de febrero. Lo aprendí en su día de Ángel González:

[…] Un hombre lleno de febrero,
ávido de domingos luminosos,
caminando hacia marzo paso a paso,
hacia el marzo del viento y de los rojos
horizontes —y la reciente primavera
ya en la frontera del abril lluvioso…
[…]

Un hombre solo vive esta experiencia en Madrid, en 1954, de nombre Ángel González (1). El problema es que a veces, en Sevilla, en 2020, se encuentra uno solo en un mundo diseñado por el enemigo, como aprendí también, en su día, del poeta Juan Cobos Wilkins. Leo las noticias de hoy y entre coronavirus, Brexit, la rebelión del campo con sus razones de la razón más que del corazón, Davos, la hija de Le Pen en su visita a España sin saber nunca qué es lo que se le ha perdido aquí (VOX sí), subidas sorprendentes de temperaturas que tienen algo que ver con el cambio climático y así, entre otras alegrías de las que no quiero acordarme, intento comprender cómo puedo llenar de sentido este mes que celebra la purificación, Februa, también Februarius, el festival romano de la purificación, más tarde incorporado a las Lupercales, que se celebraba desde antiguo el día 15 del mes romano. Fue el dios romano Februus el que centró su interés en la purificación para expiar las equivocaciones humanas, tratadas siempre de forma errónea, con perdón, como “pecados” y sus consecuencias.

Sigo leyendo a Ángel González para salir de este mar de dudas existenciales y creo que me da un salvoconducto para transitar por días venideros caminando hacia Marzo paso a paso:

[…] —Más tarde vendrá mayo y luego junio,
y después julio y, al final, agosto—.

Un hombre con un año para nada
delante de su hastío para todo.

Quiero pensar hoy que tengo por delante un mes y un año para todo, aunque pese mucho el hastío que suelo vivir en lo más profundo de mi ser, porque soy un optimista bien informado que, sinceramente, no es más que la forma de convivir a diario con la razón de ser, en lo más íntimo de mi propia intimidad, un pesimista existencial, tal y como lo aprendí del haiku 123, precioso, escrito por Benedetti (2) en 1999: Un pesimista / Es sólo un optimista / Bien informado. Entre pesimismo y optimismo, la duda está servida al comenzar la purificación de febrero. Esa es la cuestión.

NOTA: la imagen es de E. Hopper, 1953, Oficina en una ciudad pequeña

(1) González A. Palabra sobre palabra. Barcelona: Planeta (Seix Barral), 2018 (6ª imp.)
(2) Benedetti M. Rincón de haikus. Madrid: Visor Libros.

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