En memoria de Carlos Marín

Carlos Marín, Il Divo

Sevilla, 20/XII/2021

Si se calla el cantor calla la vida
Porque la vida, la vida misma es todo un canto.
Si se calla el cantor, muere de espanto
La esperanza, la luz y la alegría.

Horacio Guarany, Si se calla el cantor, 1972

En la página web oficial de Il Divo, figuran unas palabras hermosas de sus compañeros del grupo, que recuerdan su pertenencia al mismo durante más de diecisiete años: “Con gran pesar les hacemos saber que nuestro amigo y socio Carlos Marín ha fallecido. Sus amigos, familiares y seguidores sentirán su ausencia. Nunca habrá otra voz o espíritu como Carlos. Durante 17 años, los cuatro hemos estado juntos en este increíble viaje de Il Divo, y echaremos de menos a nuestro querido amigo. Esperamos y rezamos para que su hermosa alma descanse en paz. Con amor, David, Sebastien y Urs”.

En este tiempo tan difícil e inhóspito de pandemia, la cultura y el arte de vivirla y sentirla a diario, son una cara amable, imprescindible y necesaria, para cantar permanentemente a la vida, porque nos da mucho a cambio del deber de entenderla, sabiendo que de este mundo casi todos sabemos poco, aunque “estamos aquí, obligatoriamente obligados a entenderlo” (así lo cantaban los cantores de Aguaviva, con letra del poeta malagueño Rafael Ballesteros, a los que no olvido). Cantar sentimientos envueltos en palabras y melodías, como hacía Carlos Marín con el grupo Il Divo, es una excelente misión para alegrar cada segundo de la vida de cada uno, cada una, dándole sentido.

Ayer corrió la noticia de su fallecimiento por todos los medios de comunicación del mundo, porque era muy conocido como el único intérprete español de este grupo, clasificado como barítono, consolidado ya por sus actuaciones memorables a lo largo de los años en todos los continentes. Escucho de nuevo una de las interpretaciones más recordadas, Regresa a mí, donde Carlos Marín regresa hoy junto a nosotros con su preciosa voz. Lo hará también mañana y siempre, sabiendo y asumiendo que es cierto lo que aprendí hace ya muchos años de una canción de Horacio Guarany, Si se calla el cantor, que no olvido: Si se calla el cantor calla la vida / Porque la vida, la vida misma es todo un canto. / Si se calla el cantor, muere de espanto / La esperanza, la luz y la alegría. Recuperemos ahora y siempre a Carlos y su voz cantora, que ayer perdimos, porque su música, al igual que la palabra, aún regresan a nosotros.

Este libro puede ser un regalo con estela

CIUDADANO JESÚS (2ª edición, revisada y aumentada)

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

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