Sevilla, 21/I/2022
Creo que en un país como el nuestro, con la memoria frágil y de piel muy fina, descubrir una isla desconocida en el mar proceloso de la cultura, como misión clara de este blog y de cuyo nombre quiero acordarme ahora, Archivo de creadores, me permite decir que es un proyecto precioso de La Fábrica, que se debe divulgar a los cuatro vientos: “un proyecto documental ideado para conservar y transmitir el legado de las personas más valiosas de la cultura española. Artistas, cineastas, escritores, actores, arquitectos, cocineros o filósofos, a través de su propia imagen y con sus propias palabras. En esta primera temporada nos acompañan los cineastas Isabel Coixet y Fernando Trueba, el artista plástico Antonio López, el cocinero Juan Mari Arzak, los arquitectos internacionales RCR Arquitectes y Patricia Urquiola, el fotógrafo Alberto García-Alix o el escritor Antonio Muñoz Molina, donde nos hablan de sus experiencias vitales, sus procesos creativos y su visión del mundo”.
¿Cuál es la idea original de La Fábrica?: “La Fábrica desarrolla, desde la iniciativa privada, proyectos culturales contemporáneos vinculados a la creatividad, el diseño y las artes que aportan valor a la sociedad. Desde el rigor y el humanismo de un equipo de profesionales que desarrollan proyectos experienciales que atraen cada año a más de dos millones de personas. Con la implicación de creadores de todas las disciplinas artísticas y la colaboración de decenas de instituciones y marcas. Me interesa destacar que es un proyecto que desde 1995 manifestó su compromiso de crear también una editorial que reuniera a los mejores artistas de la historia y de nuestro tiempo: “Movidos por nuestro lema, Nada da igual, publicamos -obsesionados con la calidad- libros y revistas singulares que conforman un fondo editorial de pequeños ensayos, grandes catálogos de arte y exquisitos libros de fotografía. La Fábrica edita más de 40 títulos anuales dedicados a la fotografía, el arte, la literatura, las ideas y la creación. También publica las obras de centros de arte como el Museo Guggenheim de Bilbao o el Museo Picasso de Barcelona, y realiza libros por encargo para fundaciones, instituciones y empresas comprometidas con la cultura, la creatividad y el diseño. Asimismo, edita la revista Matador, una de las publicaciones más exquisitas del mundo. Un objeto de culto para el público interesado en la creación, las artes y las tendencias”.
En el proyecto Archivo de Creadores, se dice que el legado de las personas que intervendrán en él será “un testimonio para nuestro tiempo y para el porvenir”. Creo que es importante conocer este proyecto, que comienza con ocho documentales de las personas citadas, creadores por excelencia en diversa ramas del arte que, según Antonio López, es lo que queda. Tengo debilidad por su pintura, como se puede demostrar a lo largo de los años en mis artículos sobre él en este cuaderno digital, que La Fábrica lo presenta como “pintor y escultor, un artista trascendental en el arte español del último siglo. Fiel a su propio mundo y alejado de las modas, su arte forma parte de las colecciones de los grandes museos del planeta -entre ellos el MoMA de Nueva York, el Pompidou de París o el Reina Sofía de Madrid- y atrae a un público que conecta con su sensibilidad para reflejar una realidad desnuda, quieta y silenciosa”.
Voy a seguir el proyecto con detalle. Me quedo con la reflexión de Antonio López en el tráiler de presentación: “el arte está por encima de todo, de las creencias; el arte es algo sagrado, es lo que queda”. La realidad que pinta maravillosamente Antonio López es terca cuando la situamos en el marco de la temporalidad, porque es verdad que todo fluye y nada permanece, porque cada cosa tiene su tiempo y cada tiempo su momento. Incluso en el arte. En el caso de Antonio López, como su propio nombre anuncia, todo es sencillo en él, tal y como ya he hablado de él en este cuaderno digital: su pintura realista, la escultura viva hasta la muerte, inacabadas, los dibujos en blanco y negro, gracias a su tío maestro de Tomelloso. Su forma de ver la vida a través del color del membrillo, paciente hasta la extenuación para que no se escape nada de lo rutinario, de lo cotidiano que verdaderamente es porque está ahí, pendiente de que alguien lo capte. Un trabajador del arte, que se siente ahora más libre que cuando era joven, que le ha costado mucho llegar a algo parecido a la estima por la vida y por él mismo, que el camino ha sido complicado y que ha sido doloroso hacerse a sí mismo. Una persona de alma grande, en un modo de vivir y ser muy sencillo. Como una pintura inacabada para mí, que inicié en 2005, una copia de sus lirios y hojas verdes en un patio muy particular, que no pretenden decir nada más que sus pinceles pintan la vida con un realismo mágico que no te permiten perder detalle alguno de lo que pasa, de lo que ocurre, de lo que las personas sienten. Sencillez y maestría en estado puro. En mi caso, en los lirios citados, inacabados hasta hoy, esperando que algún día, como Schubert en su famosa Sinfonía nº 8, D.759, «Inacabada», pueda expresar en trazos de color lo que llevo dentro de mi persona de secreto.
Es verdad que nada me da igual en la cultura y recoger en este cuaderno digital el proyecto Archivo de creadores, con Antonio López dentro, lo demuestra de forma fehaciente. Su arte es lo que me queda, al igual que su palabra.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.
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