Conocí esta palabra italiana, spagnarsi (espantarse, españarse en sentido literal), equivalente del verbo italiano spaventarsi, a través de un amigo calabrés, que me dio todo tipo de detalles sobre la utilización actual de la misma en la conversación ordinaria de su región, junto a otras palabras derivadas del español de uso común en la actualidad tales como addirizzari (aderezar), angarijari (haraganear), granatu (granado), posata (posada), scupetta (escopeta), entre otras. Spagnarsi (Españarse, literalmente, llenarse de España, de espanto) significa tener miedo, temer, espantarse y se atribuye al dominio español en el sur de Italia desde finales del siglo XV hasta principios del XIX.
La historia no ha dejado un buen recuerdo en este territorio donde España hizo de las suyas históricas a través de la batalla de Seminara, llevada a cabo el 21 de abril de 1503, en el contexto de la guerra de Nápoles, que enfrentó a las tropas francesas de Robert Stuart d’Aubigny contra las españolas mandadas por Fernando de Andrade, resultando victoriosas estas últimas. La responsabilidad bélica de Fernando el Católico, de la Corona de Aragón, fue total, después del reparto acordado en el tratado de Granada sobre el reino de Nápoles. Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán fue el gran vencedor real en la batalla de Seminara, en la que las tropas españolas derrotaron a las francesas, que se retiraron hacia el norte perseguidos por los españoles. Desde entonces recuerdan allí esta historia como el comienzo de un dominio español caracterizado esencialmente por la corrupción administrativa y una fiscalización que arruinó la economía existente.
He leído recientemente unas páginas de un libro autobiográfico que recoge estas vivencias italianas sobre España, Los hijos, de Gay Talese (1), en el que se cita expresamente este verbo, spagnarsi, y su contexto histórico en la voz de Don Achille, maestro y director de una escuela del sur de Italia, muy didáctico pero con un recuerdo pésimo de Fernando el Católico: “No debéis olvidar nunca -añadió- que nuestras antepasados de esta parte de Italia vivieron durante casi tres siglos y medio bajo gobernantes vinculados a la corona española. Exceptuando el breve reinado de la realeza austriaca a principios del siglo XVIII, e incluso el reinado más breve de los parientes de Napoleón Bonaparte en Nápoles a principios del siglo XIX, el sur de Italia estuvo gobernado por virreyes que eran miembros de las familias más nobles de España, casi todos los cuales habían venido a Nápoles después de haber servido en Roma como embajadores españoles ante el Papa. Esas autoridades españolas eran tan crueles que incluso nuestra palabra spagnarsi, que significa “tener miedo”, guarda relación con los españoles”.
Aprendiendo de la historia y de la literatura útil para colaborar como ciudadano a que no se vuelva a repetir en este país lo que aconteció, no bueno, dentro y fuera de sus fronteras, he contrastado este verbo italiano tan enigmático y de profundas raíces españolas, spagnarsi, en el registro de Wikipedia con el uso simultáneo en el dialecto calabrés, pero más restringido, del término catalán [sic] espanyarse (sentir irritación). Esta acepción quizá nos pueda ayudar hoy a comprender mejor que muchas personas en Catalunya, con raíz romance de eñe monástica, sientan irritación por lo que está pasando en torno a su independencia anunciada, temerosos del comportamiento político que ha llevado a este país, en general, a una situación incomprensible. Quizá es que nos estamos españando todos, casi sin darnos cuenta, por una forma de hacer las cosas que recuerdan la historia que cuentan todavía en Calabria sobre la forma de ser de determinados políticos españoles cuando estuvieron o… están en el poder sin tener en cuenta la mayoría democrática de la ciudadanía.
Sevilla, 17/XI/2015
(1) Talese, Gay (2014). Los hijos. Madrid: Alfaguara.
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