
http://www.prospectivadelmundo.unam.mx/beta/
“Tomemos entonces, nosotros, ciudadanos comunes, la palabra. Con la misma vehemencia con que reivindicamos los derechos, reivindiquemos también el deber de nuestros deberes. Tal vez así el mundo pueda ser un poco mejor”.
Palabras extraídas del brindis de Jose Saramago, en la entrega del Premio Nobel
Llama la atención la noticia que ha recorrido la noosfera en un país tan sacudido por la corrupción y la violencia: “La Universidad Autónoma de México (UNAM) alumbró este jueves [15 de octubre] el primer boceto de la Carta de los Deberes y Obligaciones del Ser Humano. Retomando la llamada de José Saramago a la acción y la defensa de los derechos humanos por parte de la ciudadanía, un grupo de académicos e intelectuales redactó lo que pretende ser una nueva declaración programática que reactualice el significado de conceptos como dignidad, justicia o igualdad en un mundo globalizado” (1). Este proyecto nace bajo el auspicio y el apoyo de la Fundación Saramago, el centro de estudios World Future Society y la UNAM.
Pilar del Río, compañera inseparable del escritor había explicado ya el pasado 26 de junio, en un acto que se celebró en la Biblioteca Vasconcelos en México D.F., que “la idea de Saramago de elaborar una Carta de deberes humanos semejante a la Declaración universal de los derechos humanos, surgió en México a partir de la exposición La consistencia de los sueños, que se exhibió en 2011 en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, de la Universidad Nacional Autónoma de México”.
El pasado 15 de junio escribí un artículo sobre este asunto transcendental en este cuaderno digital, Saramago y los deberes humanos, con motivo del quinto aniversario de su fallecimiento en Tías (Lanzarote). Vuelvo a reproducirlo porque mantiene la frescura del día que se publicó, alegrándome que la gran malla humana de Internet se haga eco de sus palabras en el brindis oficial en la entrega del Premio Nobel en 1998.
Recomiendo visitar la siguiente dirección web: http://www.prospectivadelmundo.unam.mx/beta/ porque se puede comprender muy bien el grado de avance de este proyecto de Carta de los Deberes y Obligaciones del Ser Humano, verdaderamente encomiable, que se presentó en el citado acto de 15 de octubre por parte de Patricia Aguilar Mendizábal, subdirectora de Producción de TV UNAM, donde pueden consultarse las ponencias y argumentos debatidos hasta ahora.
Sevilla, 18/X/2015
(1) Pérez, D.M. (2015, 16 de octubre). México alumbra la Carta de Deberes y Obligaciones del Hombre. El País.com.
Saramago y los deberes humanos

En Tías, un pueblo canario querido por él y por mí,
murió como del rayo José Saramago,
a quien tanto respeto…
Hoy hace cinco años que falleció Jose Saramago. Este cuaderno es un homenaje permanente a él, sin que necesite días especiales o dedicados, tal y como lo expresé en mi declaración de principios cuando iniciaba una andadura digital que en diciembre cumplirá diez años: “Inicio una etapa nueva en la búsqueda diaria de islas desconocidas. Internet es una oportunidad preciosa para localizar lugares que permitan ser sin necesidad de tener. La metáfora usada por Saramago será una realidad cuando ante el fenómeno de la hoja en blanco, teniendo la oportunidad de decir algo, esto sea diferente y sirva también para los demás. Puerta del Compromiso. Es lo que aprendí hace muchos años de Ítalo Calvino en su obra póstuma “Seis propuestas para el próximo milenio”: “…es un instante crucial, como cuando se empieza a escribir una novela… Es el instante de la elección: se nos ofrece la oportunidad de decirlo todo, de todos los modos posibles; y tenemos que llegar a decir algo, de una manera especial” (Ítalo Calvino, El arte de empezar y el arte de acabar)”. El secreto de este recuerdo permanente y vivo está en navegar hacia islas desconocidas de deberes humanos, a los que dedicó gran parte de su obra.
Fue en su brindis de la cena de la Academia sueca, en 1998, después de la ceremonia oficial en la que recibió el Premio Nobel de Literatura, cuando propuso crear la Declaración Universal de los Deberes Humanos: “Este medio siglo no parece que los gobiernos hayan hecho por los derechos humanos todo aquello a lo que moralmente estaban obligados. Las injusticias se multiplican, las desigualdades se agravan, la ignorancia crece, la miseria se expande. La misma esquizofrénica Humanidad, capaz de enviar instrumentos a un planeta para estudiar la composición de sus rocas, asiste indiferente a la muerte de millones de personas a causa del hambre. Se llega más fácilmente a Marte que a nuestro propio semejante”.
Habría que recordarle hoy y siempre por estas palabras. Injusticias, desigualdades, ignorancia y miseria se extienden como la mancha de aceite y, lo que es peor, dándonos cuenta de ello. Saramago contemplará desde donde quiera que esté, probablemente en muchas personas de secreto, que necesitamos gobiernos en España, Comunidades Autónomas y Municipios que firmen declaraciones de deberes humanos como programa de gobierno para hacer la vida más amable para todos.
Reproduzco a continuación el texto completo del brindis. Creo que es la mejor forma de recordarlo de forma activa como a él le gustaba, tomando la palabra que aún nos queda:
“Se cumplen exactamente 50 años de la firma de la Declaración de los Derechos Humanos. No han faltado conmemoraciones de esta efeméride. Sabiéndose, sin embargo, cómo la atención se cansa cuando las circunstancias le piden que se ocupe de asuntos serios, no es arriesgado prever que el interés público por este asunto comience a disminuir a partir de mañana mismo. Nada tengo contra estos actos conmemorativos, yo mismo he contribuido a ellos, modestamente, con algunas palabras. Y puesto que la fecha lo pide y la ocasión no lo desaconseja, permítaseme que diga aquí unas cuantas más. Este medio siglo no parece que los gobiernos hayan hecho por los derechos humanos todo aquello a lo que moralmente estaban obligados. Las injusticias se multiplican, las desigualdades se agravan, la ignorancia crece, la miseria se expande. La misma esquizofrénica Humanidad, capaz de enviar instrumentos a un planeta para estudiar la composición de sus rocas, asiste indiferente a la muerte de millones de personas a causa del hambre. Se llega más fácilmente a Marte que a nuestro propio semejante.
Alguien no está cumpliendo con su deber. No lo están cumpliendo los gobiernos, porque no saben, porque no pueden, o porque no quieren. O porque no se lo permiten aquéllos que efectivamente gobiernan el mundo, las multinacionales y plurinacionales cuyo poder, absolutamente no democrático, ha reducido a casi nada lo que todavía quedaba del ideal de la democracia. Pero tampoco estamos cumpliendo con nuestro deber los ciudadanos que somos. Pensemos que ninguno de los derechos humanos podría subsistir sin la simetría de los deberes que les corresponden, y no es de esperar que los gobiernos realicen en los próximos 50 años lo que no hicieron en éstos que conmemoramos. Tomemos entonces, nosotros, ciudadanos comunes, la palabra. Con la misma vehemencia con que reivindicamos los derechos, reivindiquemos también el deber de nuestros deberes. Tal vez así el mundo pueda ser un poco mejor.
No olvido los agradecimientos. En Fráncfort, el día 8 de octubre, las primeras palabras que pronuncié fueron para agradecer a la Academia Sueca la concesión del Premio Nobel de Literatura. Di las gracias también a mis editores, a mis traductores y a mis lectores. A todos les vuelvo a dar las gracias. Y ahora también a los escritores portugueses y de lengua portuguesa, a los del pasado y a los de hoy; por ellos nuestras literaturas existen, yo soy sólo uno más que se les vino a unir. Dije aquel día que no nací para esto, pero esto me fue dado. Gracias, por tanto”.
Sevilla, 18/VI/2015
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