Cuando nos faltan las pequeñas cosas…

Acabo de leer una triste noticia: ayer falleció en Uruguay Daniel Viglietti, un referente de mi universo musical, que conocí en 1969 a través de Víctor Jara, por la letra de una canción, A desalambrar, que resuena muchas veces en mi cerebro de secreto:

Yo pregunto a los presentes
si no se han puesto a pensar
que esta tierra es de nosotros
y no del que tenga más.

Yo pregunto si en la tierra
nunca habrá pensado usted
que si las manos son nuestras
es nuestro lo que nos den.

¡A desalambrar, a desalambrar!
que la tierra es nuestra,
tuya y de aquel,
de Pedro, María, de Juan y José.

Si molesto con mi canto
a alguien que ande por ahí
le aseguro que es un gringo
o un dueño del Uruguay.

[Si molesto con mi canto
a alguien que no quiera oír
le aseguro que es un gringo
o un dueño de este país.]

Después he ido a mi rincón de pensar para reencontrarme con Juan Manuel Serrat y sus palabras sobre el hombre nuevo, el canto nuevo, el mundo nuevo, la sociedad nueva, la política nueva, gracias a lo que dibujó con palabras Daniel Viglietti y que Serrat cantó junto a él con su compromiso habitual. Son pequeñas cosas que me enseñó también Serrat, en momentos transcendentales para desalambrar este país, que era conveniente valorarlas en su justo sentido: Uno se cree / Que las mató / El tiempo y la ausencia. / Pero su tren / Vendió boleto / De ida y vuelta. Palabras cantadas también por Viglietti, que tanto agradezco hoy recordando su ausencia en momentos especiales de este país, aunque ahora no sean pequeñas cosas, / Que nos dejó un tiempo de rosas / En un rincón, / En un papel / O en un cajón.

Y en este rincón de pensar y meditar me quedo llorando cuando nadie me ve…

Sevilla, 1/XI/2017

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