Sevilla, 3/III/2020
He entrado en el Instituto Nacional de Estadística para averiguar datos interesantes en relación con la fecha de mi nacimiento, 4 de junio de 1947, aunque oficialmente figura en el Registro Civil el 7 de junio. Como la estadística es una ciencia seria y objetiva no he querido analizar el día de mi nacimiento con datos erróneos sino ciertos y la certeza la confío a mi madre que siempre me habló de este día con datos concretos de lugar, hora y situación familiar en ese momento. Esta es la razón por la que utilizo la cifra de 1.059, constatando que somos menos los españolitos que vinimos al mundo ese día a diferencia del 7, un total de 1.139.
La imaginación vuela al pensar que 1.059 españolitos y españolitas vinimos al mundo en esa fecha exacta con el deseo de Antonio Machado de que nos guardara Dios (1), porque una de las dos Españas iba a helarnos el corazón. Me queda la seguridad de que el presagio de Machado en 1912 se hizo patente cuando antes del aviso planteaba de forma magistral la situación de este país en 1947, porque el 4 de junio, casi sin saberlo, yo era un español que quería vivir y así empecé a hacerlo entre una España que moría y otra España que bostezaba a los cuatro vientos.
Sevilla, como casi todo el país, estaba en plena reconstrucción, porque era una odisea vivir dignamente. 1.059 niños y niñas, probablemente la mayoría, teníamos poco pero quizá nos consolaba el apoyo de la familia, con sus escasos recursos, que le permitían traernos por Reyes, como en mi caso, un caballo de cartón que recuerdo perfectamente, el de la parábola del mismo paisano, Machado, a continuación del presagio en el día de mi nacimiento:
Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía…
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedose el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!
Esta herramienta del INE me ha ayudado a recordar momentos difíciles de este país, de mi familia y de mi infancia, una odisea, en un día en el que vinimos a este mundo 1.059 personas, pero me ha devuelto el consuelo a través de las palabras sabias de Antonio Machado, que no he olvidado nunca y que quizá hubiera sido emocionante celebrar con él en un cumpleaños conjunto e imaginario. Él era un poeta nacido también en Sevilla, cerca de un patio que conozco y de un huerto claro donde siguen madurando limoneros.
(1) Machado, Antonio, Poesías completas, 1984 (10ª ed.). Madrid: Espasa Calpe, p. 229.
NOTA: deseo expresar mi agradecimiento a la autora del artículo publicado en Verne (El País), Descubre cuántas personas nacieron el mismo día que tú, que me ha iluminado estas palabras.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.
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