Una quincena especial / 3. Un regalo llamado tiempo

HAROLD LLOYD

Me acuerdo de esas veces en que no
sabes si estás muy feliz o muy triste

Joe Brainard (1942-1994), Me acuerdo

Sevilla, 17/III/2020, Día Tres

Si tuviéramos que hacer un esquema DAFO ultrarrápido, iniciales que corresponden al análisis de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades en el confinamiento domiciliario, emerge como una Oportunidad y Fortaleza, especial, la disponibilidad de tiempo para casi todo. Suele ser un bien escaso y, a veces, no sabemos qué hacer con él porque una realidad tan próxima y sin estar en el mercado, que no se compra ni se vende en Amazon, acaba muchas veces por desbordarnos debido al mal uso del mismo y porque no sabemos qué hacer con él.

En este sentido, vuelvo a declarar ahora contenidos de un regalo que siempre nos ofrece la vida, hoy convertido en una oportunidad y fortaleza ante el coronavirus y con un nombre propio, tiempo, en la línea que tantas veces he justificado en este cuaderno digital: es uno de mis principios y si no gusta no tengo otro. El confinamiento nos permite identificar y regalar tiempo basado en los recuerdos, para entregarlo a los demás, fundamentalmente a las personas que más quiero, así como regalármelo sin descanso en la clave del recuerdo activo que aprendí hace años leyendo un libro de Joe Brainard, Me acuerdo, que he comentado en alguna ocasión a través de una reflexión especial sobre el recuerdo y la predicción: “Efectivamente, la memoria es lo que más nos pertenece, lo verdaderamente personal e intransferible en el cerebro de cada persona, lo irrepetible en el otro. Es lo que nos permite convertirnos permanentemente en nosotros mismos. Solo basta un pequeño ejercicio de parada “técnica” vital, detenernos unos minutos en el acontecer diario y comenzar a pensar bajo la estructura recomendada por Brainard: me acuerdo de…, y así hasta que el bienestar o malestar nos permita disfrutar del recuerdo o comenzar un sufrimiento posiblemente innecesario. Porque de todo hay en la memoria – ¿viña? – de cada una, de cada uno”.

En nuestro rincón de pensar, dejando al lado las noticias sobre el coronavirus por un momento, es la ocasión de recordar a las personas más próximas o lejanas en la historia de cada uno y regalarles tiempo compartido en estos momentos tan especiales en cada domicilio o llamándolas, hablar con ellas por cualquier medio y comentar lo que más nos conmueve o preocupa con lo que está sucediendo por el estado de alarma, entregándonos solo palabras, sin mezcla de objeto alguno. También, entregarlo hoy a la familia y ofrecerlo a los que sienten más preocupación, vacío de sentimientos, emociones y afectos. Podemos regalar tiempo en cualquier formato para reflexionar sobre momentos cruciales del ciclo vital de cualquier persona y su entorno: nacer, morir, plantar, arrancar lo plantado, sanar, destruir, edificar, llorar, reír, lamentarse, danzar, lanzar piedras, recogerlas, abrazarse, separarse, buscar, perder, guardar, tirar, rasgar, coser, callar, hablar, amar, odiar, guerra y paz. Son veintisiete posibilidades de repasar qué es el tiempo en nuestras vidas y cómo nos agarramos a él como al clásico minutero de Harold Lloyd, haciendo malabarismos para comprenderlo y compartirlo en momentos difíciles.

Es probable que con esta visión, al disponer de más tiempo para dedicarlo a los que más queremos o a quien más lo necesita en estos días especiales, nos demos cuenta de que la alta disponibilidad de tiempo es una Oportunidad y una Fortaleza que puede ser un auténtico regalo de la vida, sin confundir, como todo necio, valor y precio, porque lo único que entregamos son segundos, minutos u horas de cercanía, palabras, sentimientos y emociones, silencios y recuerdos en nuestra existencia personal, familiar y laboral. En el fondo, lo mejor de nuestra persona de secreto. Solo eso.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.

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