Sevilla, 22/III/2020, Día Octavo
Todos queremos saber, con prisa existencial, cómo están los avances en la investigación del coronavirus y la mejor forma de atacarlo con prevención y vacunas. El Ministro de Ciencia, en su comparecencia del pasado viernes aclaró muchas cosas y pudimos conocer que España está en un proceso de investigación muy avanzado y en perfecta sintonía con la investigación europea y mundial al respecto. La ciencia resolverá el gravísimo problema actual y he recordado cómo el Sur, donde vivo, puede hacer preguntas a la ciencia a través de su expresión genuina del flamenco sabio y popular y de una soleá preciosa cantada por Enrique Morente, Soleá de la ciencia, que publicó en una obra emblemática en su discografía bajo el título de Morente sueña la Alhambra, de la que transcribo la letra y su versión original a continuación, como homenaje a un poeta de la vida corriente, cantor de los atardeceres y de la hora malva de Granada, una hora muy querida por Gabriel García Márquez. Él, que amaba el flamenco, decía que cuando El Lebrijano cantaba «se mojaba el agua».
La soleá cantada por Morente es un reflejo fiel de lo que supone la dialéctica del conocimiento de base y el de laboratorio, de la prisa existencial que tenemos por solucionar la atención urgente al coronavirus, mirándole a la cara y pidiendo a la ciencia, tan presumida ella, que comprenda cómo estamos sufriendo sus efectos hasta que nos dé la mejor respuesta.
Presumes que eres la ciencia
Yo no lo comprendo así
Porque siendo tú la ciencia
No me has comprendido a mí
Sale el sol y da en el cristal
Cuando no quebranta el vidrio
¿Qué es lo que va a quebrantar?
Los pajarillos y yo
Nos levantamos a un tiempo
Ellos le cantan al alba
Y yo alegro mis sentimientos
Para qué tanto llover
Mis ojitos tengo secos
De sembrar y no coger
Dicen los estudiosos que este palo, la soleá, debió originarse durante el primer tercio del siglo XIX, para acompañar el baile por jaleos, aunque con posterioridad se convirtió en cante para escuchar, hasta llegar a ser considerado uno de los pilares básicos del flamenco. ¿Soleá: soledad o poner al sol? Las letras tocan muchos temas, desde lo intranscendente a lo trágico. Destacan las alusiones a la vida, el amor y la muerte. En rigor, no debe hablarse de la soleá, sino del cante por soleá, o por soleares, dada la cantidad de variantes y matices que posee. Lo importante hoy, en el contexto que lo escribo, es ilusionarnos con el saber compartido sobre la esencia de este palo: interpretar los puntos cardinales de la existencia, la vida, el amor y la muerte, desde la inteligencia del Sur, con la capacidad de hacer preguntas a la ciencia como solo Morente sabía cantarlo con quejío en nombre de Andalucía.
Mario Benedetti nos recuerda también que, en estos días de confinamiento («cada uno en su escondite»), de soleares (soledades) y de preguntas a la ciencia, tenemos muchas cosas que decir a los cuatro vientos desde Andalucía, para «alegrar nuestros sentimientos»: “[…] pero aquí abajo abajo [sic] / cada uno en su escondite / hay hombres y mujeres / que saben a qué asirse / aprovechando el sol / y también los eclipses / apartando lo inútil / y usando lo que sirve / con su fe veterana / [porque] el Sur también existe”. Escuchando una vez más a Morente cómo pregunta a la ciencia en su soleá del Sur, de Granada, de su Andalucía Universal.
NOTA: la canción forma parte del disco Morente sueña la Alhambra. Letra y Música: Popular, adaptadas por Enrique Morente. Voz: Enrique Morente. Guitarra: Tomatito. Producido por: Enrique Morente. Tomatito aparece por cortesía de Universal Music Spain, SL.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.
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