¡Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor!
Salvador Allende, Palacio de la Moneda (Santiago de Chile), Radio Magallanes, 9:10 A.M., 11 de septiembre de 1973
Sevilla, 11/IX/2020
Es una cita anual que no olvido, junto a la del sangriento atentado de las Torres Gemelas -cada hecho luctuoso en su tiempo y momento-, porque tengo grabado en mi persona de secreto desde hace 47 años el golpe de Estado en Chile, por parte de un general de cuyo nombre no quiero hoy acordarme. Yo había crecido muy cerca de cantores, no cantantes de este país y de Latinoamérica (cantante es el que puede cantar, mientras que cantor es el que debe cantar, según Facundo Cabral) y, sobre todo, de un grupo inolvidable, Quilapayún, junto a uno de sus fundadores, Víctor Jara. Esta es la razón de que este año recoja una experiencia reciente, profundamente actual, de lo que la sociedad chilena canta todavía hoy, con más fuerza que nunca, utilizando mascarillas, con la música y letra de fondo de Quilapayún en su memorable Cantata Popular de Santa María de Iquique que tantas veces he citado en este cuaderno digital. Me refiero a un vídeo que han lanzado desde Chile al mundo solidario de los que tenemos ilusiones todavía por cambiarlo, porque se puede hacer recordando la letra de esta cantata tan sobrecogedora, de la que siempre he destacado una frase que llevo grabada en mi corazón: con el amor y el sufrimiento se fueron aunando las voluntades, perteneciente al Relato II de la Cantata, que emociona más cuando inmediatamente después escuchamos la preciosa canción “Vamos mujer”. Inolvidable.
Se había acumulado mucho daño,
mucha pobreza, muchas injusticias;
ya no podían más y las palabras
tuvieron que pedir lo que debían.
A fines de mil novecientos siete
se gestaba la huelga en San Lorenzo
y al mismo tiempo todos escuchaban
un grito que volaba en el desierto.
De una a otra Oficina, como ráfagas,
se oían las protestas del obrero.
De una a otra Oficina, los Señores,
el rostro indiferente o el desprecio.
Qué les puede importar la rebeldía
de los desposeídos, de los parias.
Ya pronto volverán arrepentidos,
el hambre los traerá, cabeza gacha.
¿Qué hacer entonces, qué, si nadie escucha?
Hermano con hermano preguntaban.
Es justo lo pedido y es tan poco
¿tendremos que perder las esperanzas?
Así, con el amor y el sufrimiento
se fueron aunando voluntades,
en un solo lugar comprenderían,
había que bajar al puerto grande.
A través de las redes he recibido el vídeo citado que encabeza estas palabras y creo que resume muy bien el compromiso de mi recuerdo activo este año en el que se cumple el 47 aniversario de aquel 11 de septiembre fatídico en Chile, con un mensaje que reproduzco íntegramente por su enorme sentido hoy, elaborado por los hermanos Ibarra Roa, que crearon en 2014, en Santiago de Chile, el proyecto Coro y Danza Ciudadana: “El CANTO NO BASTARÁ” es el nombre que da vida a este inédito video épico, donde el Coro y Danza Ciudadana junto al emblemático grupo Quilapayún, se unen para conmemorar los 50 años del triunfo de la Unidad Popular. A través del arte, traemos al presente un registro histórico musical, que da cuenta de la vigencia y la importancia de la lucha social contra la injusticia; que nos invita a la unidad y a ser capaces de generar una sola fuerza para alcanzar la victoria y la tan anhelada dignidad. Luchamos por nosotrxs y por todxs nuestrxs compañerxs. Es hora de agruparnos y levantar las voces de aquellxs que realmente quieren un Chile mejor; aquellxs que escuchan al Pueblo y avanzan junto al Pueblo. Agradecemos a lxs artistas del Coro y Danza Ciudadana por su rigor y su empuje, y por supuesto, a Quilapayun por esta maravillosa alianza creativa. También a nuestro equipo de edición y producción, por el enorme trabajo realizado. PRONTO NOS VOLVEREMOS A ENCONTRAR!! HASTA QUE LA DIGNIDAD SE HAGA COSTUMBRE!!”.
La letra de la canción de despedida de la Cantata, en la versión auténtica de Luis Advis, su creador, no la he olvidado en su fondo y forma. Escucharla de nuevo y, si es posible, en el contexto global de todo el relato, es el mejor homenaje que podemos hacer hoy, en este triste aniversario, al pueblo chileno, a Víctor Jara, a Salvador Allende y a todas y cada una de las personas que entregaron su vida por la libertad de Chile. También, a todas y cada una de las personas que luchan en cualquier lugar del mundo por la libertad, la paz, la fraternidad y por la dignidad humana en todas las manifestaciones posibles «hasta que se haga costumbre». No la olvido.
Ustedes que ya escucharon
la historia que se contó
no sigan allí sentados
pensando que ya pasó.
No basta sólo el recuerdo,
el canto no bastará.
No basta sólo el lamento,
miremos la realidad.
Quizás mañana o pasado
o bien, en un tiempo más,
la historia que han escuchado
de nuevo sucederá.
Es Chile un país tan largo,
mil cosas pueden pasar
si es que no nos preparamos
resueltos para luchar.
Tenemos razones puras,
tenemos por qué pelear.
Tenemos las manos duras,
tenemos con qué ganar.
Unámonos como hermanos
que nadie nos vencerá.
Si quieren esclavizarnos,
jamás lo podrán lograr.
La tierra será de todos
también será nuestro el mar.
Justicia habrá para todos
y habrá también libertad.
Luchemos por los derechos
que todos deben tener.
Luchemos por lo que es nuestro,
de nadie más ha de ser.
Así la seguiremos cantando HASTA QUE LA DIGNIDAD SE HAGA COSTUMBRE y se instale en nuestras vidas.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.