Artemisia Gentileschi, Alegoría de la Inclinación, 1616
Sevilla, 23/XI/2022
Vuelvo de nuevo a rememorar en este cuaderno digital la grandiosa obra pictórica de la pintora barroca Artemisia Gentileschi. Ahora, con ocasión del lanzamiento del proyecto Artemisia Desvelada, auspiciado conjuntamente por el Museo y Fundación Casa Buonarroti, Calliope Arts, una organización sin fines de lucro con sede en Florencia y Londres que promueve el conocimiento público y la apreciación del arte, la literatura y la historia social desde una perspectiva femenina y el coleccionista de arte británico Christian Levett, fundador del Museo Mougins de Arte Clásico en Francia y de la galería-casa Levett Collection en Florencia (1), se inicia una experiencia maravillosa al poder contemplar en directo, cada viernes, el proceso de restauración y descubrimiento de la obra original de la Gentileschi, Alegoría de la Inclinación (1616), en la ubicación actual que se ha mantenido a lo largo de los siglos, aunque más accesible al haber sido descolgada del techo de la Galería en la Casa Buonarroti en vía Ghibellina, 70, en Florencia, en el mes pasado, para llevar a cabo el proceso de su restauración “a vista de todos”, en la sala de modelos de esta Casa-Museo dedicada íntegramente al gran pintor Michelangelo Buonarroti, pudiendo hablar el público asistente con la restauradora jefe, Elizabeth Wicks, mientras desarrolla su maravilloso trabajo ante la inclinación artística de Artemisia Gentileschi, en su alegoría sobre la inclinación al arte de Miguel Ángel.
En el fondo de este proyecto está “desvelar” cómo era el original de esta obra, un encargo de Miguel Ángel el Joven, sobrino nieto de Miguel Ángel el Grande, el gran Michelangelo, porque se sabe que Lionardo Buonarroti, ordenó posteriormente que se cubriera con velos la desnudez de la figura alegórica pintada por Artemisia, acción que llevó a cabo Baldassarre Franceschini, “Il Volterrano”, unos setenta años después de la finalización de esta obra, para cumplir con las normas de pulcritud y decoro de la época. Tengo que decir que conservo en mi casa grabados de il Volterrano, que adquirí por su gran calidad artística en mi primera visita a Florencia, dado que es difícil de catalogar a simple vista su diferencia con los de Miguel Ángel. La doctora Wicks, encargada de la restauración integral del cuadro, ha manifestado que aunque se sabe de esta desnudez interior de la figura femenina que aparece en el cuadro, que posiblemente sea un autorretrato de la Gentileschi, no se eliminarán las capas de pintura ejecutadas por Franceschini con objeto de “velar” su desnudez extrema: “La primera razón es que los repintados de Il Volterrano se consideran históricos y parte del escenario y la historia de vida de la pintura. En segundo lugar, solo hay una diferencia de 70 años entre la pintura de Artemisia y las cortinas y el velo de «censura». Es una capa gruesa de pintura, con empaste. Puede resultar que las capas de los dos artistas estén muy unidas, y si ese es el caso, no podemos poner en riesgo la pintura en absoluto”.
Los resultados de esta magna obra se podrán ver con todo detalle en el Museo Buonarroti, a partir de septiembre de 2023 y hasta enero de 2024 y según ha manifestado su director, Alessandro Cecchi, “La muestra destacará los hallazgos de conservación y explorará el contexto que rodea la pintura. creación, incluida la importancia de su debut florentino y sus relaciones clave con el Gran Duque Cosimo de’ Medici y el entorno cultural de la ciudad”. Lo que he leído en el artículo excelente, citado anteriormente, sitúa a la perfección la grandiosidad de esta actuación sobre una de las obras de Artemisia Gentileschi: “Al acercarse a Artemisia en persona, observe la estrella cerca de la frente de la Alegoría. Algunos dicen que es la estrella polar, colocada en el cielo para guiar el proceso creativo. La «inclinación» de un artista es lo que lo impulsa, o en este caso, a ella, a aplicar el pincel al lienzo o el bisturí a la piedra, y esta figura pretendía rendir tributo a las virtudes de Miguel Ángel, como una de las 15 pinturas encargadas por Miguel Ángel el Joven, Sobrino nieto de Miguel Ángel el Grande, cuyo sueño era transformar los cinco edificios de Buonarroti en una casa-museo o, más aún, convertirlo en un templo del siglo XVII dedicado a Miguel Ángel, cuya leyenda crecía rápidamente. «El Grande» no era lo suficientemente bueno, como sugieren las obras de arte centrales del techo de la galería, iba a ser Il Divino, un artista que había alcanzado el estatus divino de Miguel Ángel, «el Divino». Esa transformación tomó unos 30 años y la pintura de Artemisia fue la primera de su serie. Si alguna vez hubo un momento para pintar estrellas, fue en 1616 y Casa Buonarroti fue el lugar. Galileo frecuentaba la casa de los Buonarroti y Miguel Ángel el Joven fue tan audaz como para incluir la imagen del científico en el techo pintado al fresco de su “estudio”, entre grupos de las mentes más grandes de la historia, desde la antigüedad hasta la actualidad, a pesar de la impopularidad de su Tierra. -Teorías de la revolución alrededor del Sol. Artemisia terminó su propia pintura el mismo año en que se declaró herético el heliocentrismo de Galileo. También en 1616, se convirtió en miembro de la cercana Accademia delle Arti del Disegno; sus compañeros académicos incluyeron a Miguel Ángel el Joven y, más famoso, al propio Galileo Galilei. Se cree que la brújula que sostiene la figura de Artemisia es un guiño a los descubrimientos de Galileo, ya que ella y el científico eran amigos y mantuvieron correspondencia hasta la muerte de Galileo en 1642″.
No es de extrañar la valentía y arrojo de Artemisia Gentileschi a la hora de abordar esta obra excelente y dedicada a Miguel Ángel: “Que Artemisia, que aprendió a leer y escribir en Florencia, frecuentara las mentes más ilustres de su tiempo no debe sorprendernos; ella tenía el favor del gran ducado. […] Tampoco deberíamos sorprendernos de que Artemisia, desde sus primeros días en adelante, fuera inmensamente hábil en la autopromoción, por lo tanto, no es descabellado sugerir que no le habría importado que la virtud que describía estuviera asociada para siempre con su propio nombre, en una sociedad donde las mujeres no eran vistas como «impulsadas» a hacer algo que duraría a través de las generaciones, excepto por soportarlas. Aunque su tributo a Miguel Ángel no se definió como un autorretrato, muchos asumen que el propio rostro (¿y cuerpo?) de Artemisia era similar al de su Alegoría”.
Personalmente, siento una satisfacción especial cada vez que el mundo de la cultura se detiene en la trayectoria vital y profesional de esta pintora, a la que ya he dedicado algunas páginas en este cuaderno digital, especialmente en 2020, Artemisia Gentileschi pintó la melancolía, sintiendo su proximidad pictórica por albergar el Museo de la catedral de Sevilla una obra suya excelente, María Magdalena como la melancolía, sobre el que reflexiono en su relación con la copia de la misma pintora que se encuentra en la actualidad en México y donde se interpretan dos variaciones sobre el mismo tema, no una mujer que está apoyada sobre su brazo, como figuraba en los catálogos primigenios, sino cómo una mujer sufre de melancolía, sentimiento que pintó como ningún otros artista, hombre o mujer, ha hecho a lo largo de los siglos.
Creo que la Gentileschi es una pintora imprescindible para entender el papel de la mujer en la historia democrática del mundo, una mujer guerrera a través de su inclinación al arte como pintora, con obras para exponer con gran belleza la transformación de la mujer en el mundo, tal y como se puede visualizar en un documental excelente, Artemisia Gentileschi, pintora guerrera, sobre la vida y obra de esta pintora del barroco, con un título que intenta sintetizar en un adjetivo el perfil de una mujer extraordinaria e imprescindible por su aportación excelente a la historia de la pintura. La plataforma Filmin presenta el documental con palabras sencillas y esclarecedoras: “En el 1618, a los 23 años, Artemisia Gentileschi es la primera mujer en ser admitida a la Academia de Diseño. Fue la primera mujer artista italiana en tener una carrera internacional, siempre bien integrada en los ambientes intelectuales y artísticos más sofisticados. Tuvo importantes contactos con los mayores genios de la época, entre ellos Caravaggio. El film recorre toda la vida de la artista, símbolo del feminismo mundial por su carácter y por la ferviente defensa de su dignidad profesional, que surgen en la correspondencia con coleccionistas y personalidades de la época, entre ellos Galileo Galilei”. No es de extrañar que en el proceso de restauración de La Alegoría de la Inclinación cobre todo su esplendor, junto a su desnudez alegórica también, la brújula que sostiene la figura pintada por Artemisia, como un guiño a los descubrimientos de Galileo, ya que ella y el científico eran amigos y mantuvieron correspondencia hasta la muerte de Galileo en 1642.
Su inclinación al arte como mujer, la expresó siempre de forma veraz y desnuda de todo artificio de la época. Fue una de las “imprescindibles” de Bertolt Brecht, porque como pintora luchó siempre por elevar al cénit de la vida cada mujer que salía de sus pinceladas no inocentes.
(1) Fridays with Artemisia at Casa Buonarroti | The Florentine
UCRANIA, ¡Paz y Libertad!
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.
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