Cádiz enseña su diccionario, sus palabras

Sevilla, 29/III/2023

Cádiz enseña con orgullo y satisfacción su diccionario de palabras locales, pero que han viajado al Nuevo Mundo o al Mundo de Todos, con motivo de la celebración del IX Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), al que ya he dedicado un artículo en este cuaderno digital, Cádiz, capital desde hoy de la lengua española, mira a América, convirtiéndose estos días en la capital de la lengua española, y compartiendo este honor junto a las ciudades y países en los que anteriormente se han celebrado estos encuentros, desde 1979, año en que se celebró el primero en la ciudad de Zacatecas (México).

En esta ocasión quiero resaltar una iniciativa del Ayuntamiento gaditano al haber lanzado una iniciativa que acompaña a esta magna celebración de Congreso, bajo la denominación de Palabra de Cádiz, una exposición compuesta por 59 paneles distribuidos en las cuatro paredes del Mercado Central de Abastos, basada en la obra del profesor y lingüista Pedro Payán Sotomayor ‘El habla de Cádiz’, que «recoge medio centenar de palabras genuinas y propias de Cádiz (jartible, quillo, malaje, gargajillo, carajote, partidito, bastinazo, cortapicha, babeta, casapuerta, jindoy, bajío…), utilizadas no sólo por los habitantes de la ciudad sino también por los casi 500 millones de hispanohablantes del mundo. La exposición ‘Palabra de Cádiz’ pone en valor expresiones y palabras como ‘viva la Pepa’ o ‘cursi’ que no se usan sólo en la ciudad, sino que forman ya parte del patrimonio mundial. Y que serían imposibles de recopilar en su totalidad, pero de las que se han rescatado retales para resaltar los espacios comunes en el lenguaje de Cádiz y Latinoamérica».

Me parece extraordinaria esta iniciativa, porque muestra una seña de identidad de esta ciudad tan bella, así como de su provincia, a través de sus palabras, de su forma de expresarse a diario y que al igual que la Real Academia Española cuidan, a su manera, la fijación de las mismas, su brillo y su esplendor. Así lo expresó el autor del libro citado, Pedro Payán Sotomayor, en el acto de presentación oficial de esta exposición, al recordar que su libro, que data en su primera edición de 1983, “recoge lo que está en la calle, lo que el pueblo dice y expresa. Por ello una exposición como esta es lo más adecuado, porque si lo que está en el libro lo he recogido de la calle, ahora es el libro el que llega a la calle en un espacio tan especial como este”.

En Cádiz se demuestra que quedan palabras para comprender mejor la vida y su difícil situación social. algo que aprendí hace ya muchos años de Blas de Otero y que llevo grabado en mi mente y en mi corazón: sI he perdido la vida, el tiempo, todo lo que tiré, como un anillo, al agua, si he perdido la voz en la maleza, me queda la palabra. Si he sufrido la sed, el hambre, todo lo que era mío y resultó ser nada, si he segado las sombras en silencio, me queda la palabra. Si abrí los labios hasta desgarrármelos, me queda la palabra. Cádiz, con su gracia especial, con su arte milenario, nos entrega a diario el diccionario de las palabras que tienen, que le quedan, a pesar del hambre y de la sed de sus conciudadanos, sobre todo… de los que menos tienen. Palabra de Cádiz.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓNJosé Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

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