
Selección de programas oficiales de seis partidos que participan en las elecciones municipales, de 28 de mayo de 2023 – Ciudadanos, Izquierda Unida, Partido Popular, Podemos, PSOE y VOX
Nada te va a causar más problemas en la política que decir la verdad
Michael Ignatieff, Fuego y cenizas. Éxito y fracaso en política
Sevilla, 15/V/2023
Desde la amura de babor -no inocente la posición- de esta carabela imaginaria, ”La isla desconocida” (Saramago, dixit), un cuaderno de derrota en definitiva para hacer la singladura de la vida, utilizando el lenguaje del mar, comienzo hoy una nueva serie dedicada a las próximas elecciones municipales, porque creo que son una oportunidad para poner orden y concierto en la democracia de este país, en un nivel local, el de los municipios, donde se lleva a cabo la política de proximidad de atención al interés general de la ciudadanía. No es la primera vez que abordo la importancia de los programas políticos para conocerlos a fondo y poder emitir después juicios bien informados. Quien siga de cerca este cuaderno digital sabe que es un clásico popular que abordo siempre en tiempos electorales de cualquier ámbito en el país, porque ahora más que nunca partimos de un principio de realidad que asola nuestras vidas: estamos instalados en las falsas noticias, falsas declaraciones, acusaciones falsas y así sucesivamente sin solución de continuidad, que se amplifican en las redes sociales de cualquier marca, contaminadas por la mentira despiadada, caiga quien caiga y cueste lo que cueste a nivel personal.
Ante la campaña electoral en general, que comenzó el pasado viernes, acudo a una de mis preguntas habituales en este cuaderno digital que busca encontrar islas desconocidas en la política verdadera: ¿los programas políticos tendrían que incorporar en sus índices, la llamada de atención sobre la ficción que encierran en sí mismos? Vuelvo a leer una obra de Vargas Llosa que leí en 2016, La verdad de las mentiras, para comprobar si a través de la palabra literaria puedo encontrar la verdad que no encuentro en la realidad política actual: la ficción literaria, dice él, es por sí sola “una acusación terrible contra la existencia bajo cualquier régimen o ideología: un testimonio llameante de sus insuficiencias, de su ineptitud para colmarnos. Y, por lo tanto, un corrosivo permanente de todos los poderes, que quisieran tener a los hombres satisfechos y conformes. Las mentiras de la literatura, si germinan en libertad, nos prueban que eso nunca fue cierto. Y ellas son una conspiración permanente para que tampoco lo sea en el futuro”. No es que Vargas Llosa sea santo de mi devoción, pero suelo separar en mi vida la paja del heno sin demonizar a nadie, porque nada humano me es ajeno. Incluso el neoliberalismo, para analizarlo y denunciar sus pies de barro cuando tiene poco que ofrecer a los que menos tienen.
“Si nos dijeran la verdad mentirían”, escribí después de las elecciones generales en España en diciembre de 2015 y finalizaba con una reflexión sobre la que vuelvo a hacer hoy una operación rescate para comprobar si a través de mis palabras encuentro sentido a esta verdad que nos corroe en la película real del día a día: “El problema radica también en que estamos sobrepasados por experiencias políticas pasadas, enmarcadas en mentiras que parecían en el mejor de los casos verdades a medias, muy lejos del interés general. Ahora hace falta altura de miras, sensatez extrema, diálogo donde la búsqueda de la verdad sea un esfuerzo común, guardándose cada uno la suya en aquello que no une, no toda la verdad, aunque comprendamos ahora mejor que nunca algo que experimentó en su experiencia vital el gran político canadiense Michael Ignatieff en su frustrada carrera hacia la presidencia de su nación: “Nada te va a causar más problemas en la política que decir la verdad”. Porque si no, solo nos quedará en nuestro pensamiento y sentimiento una reflexión […] que se podría convertir los próximos días en trending topic popular a todas luces: si nos dicen la verdad (algunos políticos, no todos), mentirían. Aprendiendo con humildad de la paradoja de Epiménides, cuando afirmó que todos los cretenses eran unos mentirosos, porque casualmente…, él también lo era”.
Necesitamos leer programas que contengan verdad verdadera que emerja sobre todas las querellas más o menos criminales en torno a las personas que trabajan en política y elaboran programas electorales, porque muchas personas están convencidas de que en política se miente continuamente: “los políticos, mienten más que hablan” y sus programas, en campaña electoral, dan buena fe de ello. Es una realidad flagrante, que solo se puede combatir si el poder político en todas sus escalas se instala de una vez por todas en la verdad, teniendo una clave machadiana contundente al respecto: “¿Tu verdad? No, la verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela”. La izquierda lo sabe y en esta campaña debería cundir el ejemplo, segundo a segundo, de que se instala definitivamente en la verdad política, en la credibilidad, no en la ficción política, meramente literaria, de la que hablábamos anteriormente y que también existe.
En el contexto expuesto anteriormente y para que se aplique el principio de realidad sobre las verdades políticas, adjunto los programas-marco de seis partidos representativos en estas elecciones municipales en todo el país y, por extensión, obviamente, Andalucía, sin interpretación alguna por mi parte para no contaminar a quien lea estas reflexiones “políticas”, figurando por estricto orden alfabético de su denominación o siglas: Ciudadanos, Izquierda Unida, Partido Popular, Podemos, PSOE y VOX. De todas formas, me van a permitir que exprese algo muy claro en relación con mis principios porque, de verdad, no tengo otros, a diferencia del eufemismo de Groucho Marx: todos los programas no son iguales, ni todos respetan el interés general, con especial atención al Estado de Bienestar o, dicho de forma más cercana, a la Comunidad Andaluza del Bienestar. Por tanto, creo que es una obligación ética leerlos en todas y cada una de sus páginas para poder emitir un voto bien informado, para poder profundizar posteriormente en datos concretos de cada campaña local.
Leídos por mi parte los programas citados, a excepción del de VOX, porque me tenía que registrar obligatoriamente en su página web oficial para poder descargarlo y, francamente, no se me apetece hacerlo y figurar en sus archivos digitales, en la medida de lo posible, me reafirmo en algo que es hilo conductor en mi vida “política”, como ciudadano que habita una ciudad, la “polis” griega: los nadies, los hijos de nadie, los dueños de nada. / Los nadies: los ningunos, los ninguneados, / corriendo la liebre, muriendo la vida, a los que siempre defendió Eduardo Galeano, están siempre en su sitio y pocos partidos los representan y escriben sobre ellos, porque todos no son ni somos iguales. No olvido algo que se pudo constatar el año pasado, con datos del Instituto Nacional de Estadística, en esta ciudad, en el Informe sobre Indicadores Urbanos 2022, que me sigue produciendo profunda tristeza y desazón, porque Sevilla sigue ocupando un lugar destacado en la relación de los barrios con menor renta del país, en concreto los dos primeros puestos, que corresponden a las zonas 5-A (barrio Polígono Sur del distrito Sur) y 4-E (barrios de Los Pajaritos y Amate del distrito Cerro-Amate), ambas en Sevilla capital, aunque lo verdaderamente preocupante es que en esta “lista” del INE, figuran seis barrios más de Sevilla, Colores-Entreparques, en cuarto lugar, La Oliva-Letanías, Juan XXIII y Polígono Norte, en decimotercer lugar), algo que debería movilizar con carácter de emergencia social y preferente las respuestas públicas a esta situación en las próximas elecciones municipales en esta ciudad, teniendo en cuenta globalmente, en este listado, que de las quince localidades señaladas, de mayor pobreza en todo el país, once pertenecían a Andalucía.
Tampoco lo olvidaré a la hora de votar el próximo 28 de mayo, navegando en mi patera ética por la memoria histórica y democrática de Andalucía, porque todos los programas políticos no son iguales, ni los representantes de los mismos tampoco. Llegado a puerto, la amarraré al noray ético de mi vida, que también existe. Hasta el próximo viaje hacia alguna parte de la nueva política en el ámbito municipal ahora, que espero con la ardiente paciencia de Neruda a pesar de su fragilidad extrema.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.
UCRANIA, ¡Paz y Libertad!
Debe estar conectado para enviar un comentario.