
Sevilla, 2/IX/2020
Quizás ha pasado bastante desapercibido para muchas personas que viven en Sevilla o que aman el cómic en España. Hoy, quiero hacer un homenaje particular a la librería Nostromo, radicada aquí en Sevilla, donde a través de sus cien metros cuadrados ha sabido escalar el puesto más importante en el universo de las historietas seriadas, al haber obtenido el Eisner un galardón a modo de Óscar a la mejor librería de cómics del mundo, que recuerda al gran genio del cómic Will Eisner y que otorga la prestigiosa Convención Internacional de San Diego (EEUU), la Comic Con, de la que ya hablé también recientemente en este blog con ocasión de la entrega a Paco Roca, ilustrador o “dibujante ambulante” como él mismo se llama, del Premio Eisner 2020 de Estados Unidos “a la mejor edición de material internacional” por “The house”, la versión de su novela gráfica “La casa”, publicada por la editorial Astiberri en 2015 y que la editorial estadounidense Fantagraphics editó en castellano e inglés a finales de 2019.
Tengo que confesar que como tal género nunca me supo levantar, pero porque no lo identifiqué con las lecturas de mi niñez y adolescencia, cuando la gran mayoría era cómics de la época aunque promocionados y vendidos como “tebeos”. Supermán, que lo recibía desde Rosario (Argentina) en un rollo imposible porque según decían en mi casa era más barato, Roberto Alcázar y Pedrín, que hoy serían héroes difíciles de presentar en sociedad y, sobre todo, Diego Valor, del que me sabía el himno y que cantaba a toda voz, fueron lecturas con la estructura actual de cómic. Las dos acepciones del Diccionario de la RAE son perfectamente válidas para entenderlo hoy: serie o secuencia de viñetas que cuenta una historia y libro o revista que contiene cómics, aunque es importante señalar que es en la edición del Diccionario manual e ilustrado de la lengua española (RAE, 1983), en su tercera edición revisada (Tomo II), cuando se incorpora por primera vez el lema “cómic” con el siguiente detalle: “(Voz inglesa). Serie o secuencia de viñetas o representaciones gráficas de finalidad narrativa que, desarrollando una situación, presentan el mismo personaje en diversas circunstancias”.
Es verdad que me parece glorioso que en el entorno cultural en el que crecí en Madrid pudiera leer estos cómics tan variopintos. Recuerdo especialmente a Diego Valor, que tuvo su carta de presentación a través de la radio, concretamente en la cadena SER, con emisiones diarias de quince minutos cada una que escuché con pasión durante los cinco años que duraron las aventuras de este intrépido aventurero futurista, que tuvo su correlato con la edición de tebeos en los que se dibujaron las aventuras que había escuchado anteriormente en la pequeña radio Philips de mi casa. Durante un año, desde 1953, esta emisión se inspiró en el original inglés de este personaje (Dan Dare), tomando el relevo posteriormente como guionista radiofónico y editorial Enrique Jarnés Bergua, Jarber, con los célebres dibujos de Blanes, Buylla, White y Bayo en las historietas publicadas por la editorial Cid: “La sintonía original no era otra que la suite LOS PLANETAS de G. Holst, más concretamente “Marte el portador de la guerra”, otros movimientos se empleaban en diferentes momentos de la serie, por ejemplo “Júpiter”. Más tarde se utilizaría un himno compuesto exprofeso por Rafael Trabuchelli y música de Prokofiev, El amor de las tres naranjas (supongo que porque, en la España franquista, nadie se molestaba en pagar derechos de autor a un compositor soviético)” (1). Todavía resuena en mi memoria de hipocampo los compases del himno que nos hacía pensar en otro futuro diferente, cantándolo con ardor guerrero, aunque el Régimen lo toleraba porque no era capaz de entrever la existencia de otros mundos posibles más c cercanos:
¡Adelante soldados de la tierra!
¡Volad hacia el espacio misterioso!
No temáis los azares de la guerra.
Mostrad en otros mundos vuestro ardor,
que os guía, valiente y victorioso,
el gran Diego Valor.
¡Diego Valor!
¡El piloto del espacio!
¡El guerrero sin temor!
¡Diego Valor!
¡De los cielos caballero,
de malvados el terror!
Marte y Venus conocen nuestra gloria,
que vibra en el vacío sin fronteras.
Viviréis en el libro de la historia,
escritos vuestros nombres con fulgor
defendiendo con bravura las banderas
del gran Diego Valor.
¡Diego Valor!
¡El piloto del espacio!
¡El guerrero sin temor!
¡DIEGO VALOR!
De los cielos caballero,
de malvados el terror.
Aquellas aventuras de un español nacido en el año 2000, Diego Valor, junto a los intrépidos capitanes Hanks Hogan, alemán, Pierre Laffite, francés y Miguel Portolés, español y una científica también española, Beatriz Fontana, nos permitían pensar en lo manifestado anteriormente: se podía conquistar Venus y vencer al Mekong de los Wiganes, los auténticos enemigos, porque era posible distraer el pensamiento sobre identificación de los verdaderos enemigos de la libertad en el país, que no estaban dentro sino en otros mundos a millones de kilómetros: Viviréis en el libro de la historia, / escritos vuestros nombres con fulgor / defendiendo con bravura las banderas / del gran Diego Valor. De Roberto Alcázar y Pedrín, hablaré otro día porque, sinceramente, hoy no quiero acordarme de ellos.
Muchos años después, Paco Roca, a través del cómic citado, La casa, baja al mundo real tratando con respeto a las personas mayores en su vida artística, habiéndolo demostrado de forma sobrada en su obra “Arrugas”, donde abordó temas delicados, hasta ahora escasamente tratados en cómics, como son el Alzheimer y la demencia senil. Me llamó la atención, en su momento, la sinopsis en relación con “La casa”, la obra galardonada con el premio Eisner, porque ilustra también el comportamiento familiar que se produce en muchas familias cuando mueren los progenitores, a través de los tres hermanos protagonistas, cuando vuelven un año después de la muerte de su padre a la casa familiar donde crecieron: “A lo largo de los años el dueño llena de recuerdos su casa, testigo mudo de su vida. Y aquél es también la fiel imagen de ella. Como las parejas que han convivido siempre juntas. Así, cuando su ocupante desaparece para siempre, el contenido de la casa se paraliza por el polvo esperando que alguna vez su dueño regrese. Los tres hermanos protagonistas de esta historia volverán un año después de la muerte de su padre a la casa familiar donde crecieron. Su intención es venderla, pero con cada trasto que tiran se enfrentan a los recuerdos. Temen estar deshaciéndose del pasado, del recuerdo de su padre, pero también del suyo propio. Se perciben en esta obra de Paco Roca ecos autobiográficos que surgen de una necesidad de contar una situación que ha tocado de cerca al autor”.
Nostromo tiene en su fondo estos libros de Paco Roca y visitar esta librería es un homenaje obligado a su esfuerzo tan digno de aportar cultura en tiempos difíciles, con un género que sigue siendo un gran desconocido a nivel popular. Prefiero recomendar hoy entrar en Nostromo, visitar su página web y quedarse prendados en historias tan ejemplares como las que cuenta y dibuja Paco Roca, que suceden muy cerca de nosotros, en nuestras casas y con protagonistas de primera línea, nuestros mayores. Valoraremos de forma diferente, a partir de ahora, el impresionante y mágico mundo del cómic.
He soñado por unos momentos que Diego Valor entraba hoy en Nostromo, la nave comercial de la clase Juggernaut, propiedad de la corporación Weyland-Yutani, que conocí hace ya muchos años a través de Alien y que ahora llevaba en sus dependencias miles de cómics para interpretar y dibujar el mundo de forma diferente. Se ha quedado asombrado, porque todo es posible en Nostromo, incluso su obra social verdaderamente ejemplar y admirable.
(1) https://www.ciencia-ficcion.com/series/sdiegovalor.htm
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.
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