
Sevilla, 27/X/2020
La verdad es que a veces tengo la sensación de vivir en un mundo al revés. Eduardo Galeano ya nos lo mostró de forma directa y sin paños calientes en una obra que, como tantas otras, han pasado bastante desapercibidas en nuestro país. Nos invitó hace ya veintidós años a entrar en la escuela de ese mundo tan opresivo para personas que buscan otra forma de ser y estar en el mundo de todos y lo sintetizó en unas palabras, Si Alicia volviera, que no olvido: “Hace ciento treinta años, después de visitar el país de las maravillas, Alicia se metió en un espejo para descubrir el mundo al revés. Si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana. Al fin del milenio, el mundo al revés está a la vista: es el mundo tal cual es, con la izquierda a la derecha, el ombligo en la espalda y la cabeza en los pies (1).
Dentro de esta experiencia del mundo al revés, de tan difícil comprensión, he navegado para buscar alguna explicación amable sobre lo que está ocurriendo, y estando en esta singladura he conocido una experiencia asombrosa de un joven pianista americano nacido en París, Dan Tepfer (2), que deseo compartir en este cuaderno digital porque creo que es una isla desconocida a la que deberíamos viajar en estos tiempos difíciles. Se trata de un proyecto que está llevando a cabo en la actualidad, #BachUpsideDown (Bach, al revés), concretamente en sus Variaciones Goldberg, que comenzó el 18 de marzo pasado, cuando se expandía el coronavirus de forma exponencial por la ciudad de Nueva York, donde residía al comienzo de la pandemia, decidiendo grabar un vídeo completo, #BachUpsideDown (Bach, al revés), de las Variaciones Goldberg, entendiendo que -según sus propias palabras- lo sentía “como una meta alcanzable que podría mantenerme cuerdo”. De forma sintética, afirma que Bach es “un maestro del contrapunto y su música suena tan bien al revés como lo hace del lado izquierdo hacia adelante. Así que escribí un programa informático que graba lo que toco, y luego lo reproduce al revés. Lo sorprendente de este enfoque es que la música se siente completamente nueva, como una nueva obra, muy diferente de la original. Es como mirar a Bach a través de un prisma y me lleva a enamorarme de su música de nuevo” (3).
Tengo que reconocer en esta aproximación amable al mundo al revés, que ya conocía e incluso había tocado una obra de Johann Sebastian Bach, el primer canon de la Ofrenda musical, BWV 1079 de Bach, conocido como el «canon cangrejo», que apuntaba maneras sobre la composición tipo palíndromo, es decir, que se puede tocar igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda, es decir al revés, pudiéndose tocar con las dos manos de esta forma y al mismo tiempo. También es cierto que el artista gráfico Jos Leys nos ha mostrado cómo esta obra de Bach es básicamente la versión musical de una cinta de Möbius.
Siguiendo con la obra de Bach al revés, Dan Tepfer explica que el secreto de esta inversión está en la técnica del contrapunto de la que Bach era un maestro: “El contrapunto tiene que ver con las relaciones de intervalo. Realmente, es el resultado del estudio de qué intervalos suenan bien, cuáles son problemáticos, y cómo moverse entre ellos. La clave de la inversión —inversión cromática en lugar de inversión diatónica— es que conserva exactamente las relaciones de intervalo: un tercio mayor siempre invierte a un tercio mayor, un sexto menor a un sexto menor, y así sucesivamente. Por lo tanto, los elementos clave que hacen que el contrapunto funcione (los intervalos entre notas) son los mismos en la inversión que en el original. La única diferencia es la dirección en la que se mueven las notas, y el orden de las notas, es decir, que está en la parte inferior y que está en la parte superior”.
Comprendo que no es fácil asimilar bien esta lectura musical, pero como una imagen, junto a su sonido original, vale más que mil palabras, he elegido una muestra de esta experiencia en la que visualmente y escuchando atentamente al autor de la inversión, se puede comprender bien la maravillosa composición de Bach y su profunda armonía y melodías entrelazadas.
Según su propia explicación de la inversión , “El Aria establece el marco para las 30 variaciones que siguen. En particular, cada variación sigue la misma estructura armónica que el Aria, pero también hay otras conexiones. El Aria tiene 32 barras, y hay 32 movimientos (incluyendo la apertura y cierre arias) en la obra. El Aria se divide en dos partes de 16 medidas, con una clara demarcación en el medio, donde están las barras de repetición. Del mismo modo, los Goldberg tienen una clara división en el punto medio, entre las Variantes 15 y 16, evidenciada por la elección de Bach de hacer de la Variación 16 una «Obertura», una Obertura Francesa, para ser precisos. He elegido escribir la ornamentación en esta partitura, porque al invertir la ornamentación, funciona de manera diferente a la que estamos acostumbrados, y tendría que inventar una nueva notación para indicar qué tipo de adornos se deben usar. Esto parece más práctico”.
Todo estaba medido en la composición original de las variaciones Goldberg. Lo único que he pretendido hoy es intentar comprender algunas cosas que pasan hoy y que se traducen en mostrar un mundo al revés, aunque la belleza intrínseca de la obra de Bach nos muestre un ejemplo de cómo el ser humano puede asomarse al mundo y no bajarse de él porque es precioso.
Finalmente, quiero agradecer a la Fundación Juan March haberme dado la oportunidad de iniciar este viaje musical hacia un mundo al revés comprensible y amable, indicándome caminos para transitar por él de forma más humana, intentando junto a Galeano asistir a sus clases para comprenderlo mejor, porque asumo desde este momento que estoy obligatoriamente obligado a entenderlo. Con la ayuda de Bach y, eso sí, sin que nadie, por necesidad, sólo por azar, tenga que darle la vuelta.
(1) Eduardo Galeano (1998). Si Alicia volviera, en Patas arriba. La escuela del mundo al revés. Madrid: Siglo XXI Editores de España.
(2) https://www.nytimes.com/2020/05/15/arts/music/dan-tepfer-bach.html
(3) https://dantepfer.com/bachupsidedown/. Es una magnífica descripción del proyecto que ayuda a comprenderlo en toda su extensión.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.
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