Lula da Silva ha hecho y hace más que otros

Solo con imaginación no cambiamos la realidad, pero sin imaginación corremos el riesgo de quedar presos en el conformismo.

Lula da Silva en Tengo un sueño, 2003

Sevilla, 2/X/2022

Hoy se celebran en Brasil las elecciones generales de ese gran país, en las que las encuestas dan una ligera ventaja al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (76 años, Garanhuns, Pernambuco). Personalmente, me alegra conocer esta posibilidad porque abrocharía un giro a la izquierda de Latinoamérica, que es una buena señal de las ganancias de los nadies de Brasil, del mundo en definitiva, a los que hay que defender siempre y como aviso para navegantes en el desconcierto político actual, por una galopante ausencia de valores democráticos en casi todo lo que se mueve en el mundo al revés en el que estamos instalados. Durante la presidencia anterior de Lula seguí de cerca su llegada al Gobierno y sus programas políticos, de los que siempre hice mención en algunas de mis intervenciones públicas.

Si escribo hoy por el candidato Lula a la presidencia de la República Federativa de Brasil, es porque necesito creer que la transformación el mundo es posible, después del último varapalo en Italia. Catorce años después de la publicación en este cuaderno digital de un artículo de fondo cervantino, No es una persona más que otra…, creo que resumía en él la quintaesencia de Lula da Silva en su ideología y valores en favor, siempre, de los más débiles. Me reitero en su fondo y forma y vuelvo a publicarlo íntegro porque no ha perdido actualidad alguna. ¡Ojalá venza hoy, democráticamente, Lula da Silva en Brasil! Su sueño actual se habrá cumplido. Uno de los míos, también.

No es una persona más que otra…

En una época carente de valores, como la actual, el Quijote debe verse como una metáfora relevante. En el mundo en transición en el que vivió, luchó por ideales que consideraba vigentes y nobles. Su idealismo, por distante que estuviese de la realidad, acabó, sin embargo, por transformarlo en una referencia fundamental para la cultura mundial en estos últimos siglos. Don Quijote pone de relieve, con su aparente locura, la importancia de la audacia y de la imaginación en la construcción de otro mundo.

(Fragmento del discurso de agradecimiento pronunciado por el Presidente de Brasil, Lula da Silva, en la ceremonia de entrega del Premio Internacional «Don Quijote de La Mancha”, en Toledo, el 13 de octubre de 2008)

El sábado 11 de octubre leí un texto premonitorio de este post, en un anuncio con motivo de la entrega del Premio Internacional Don Quijote de la Mancha, a dos personas a las que admiro y respeto mucho: Lula da Silva y Carlos Fuentes: no es un hombre más que otro sino [sic] hace mas que otro. Es una frase cervantina, que sugiere muchas reflexiones si no se la saca de su contexto. Veamos. El texto original de Cervantes dice exactamente: “sábete, Sancho, que no es un hombre mas que otro sino [sic] hace mas que otro”, en una expresión llena de sentimiento y esperanza por parte de Don Quijote, en un gesto lleno de ternura hacia Sancho porque “todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo, y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien sean durables…”. Extraordinaria construcción de la didáctica humana de la comprensión en el alcance que se expresa con la solidaridad ante situaciones que son personales e intransferibles y que por mucho que se quieran cooptar, en auténtica com-pasión [sic], se demuestra que el sufrimiento no es delegable, ni asumible por los demás en su justa medida, porque las personas no son más que otras si no hacen más que otras.

“Levantóse en esto don Quijote y, puesta la mano izquierda en la boca, porque no se le acabasen de salir los dientes, asió con la otra las riendas de Rocinante, que nunca se había movido de junto a su amo —tal era de leal y bien acondicionado—83, y fuese adonde su escudero estaba, de pechos sobre su asno84, con la mano en la mejilla, en guisa de hombre pensativo además85. Y viéndole don Quijote de aquella manera, con muestras de tanta tristeza, le dijo:

—Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro86. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo87 y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien sean durables88, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca. Así que no debes congojarte por las desgracias que a mí me suceden, pues a ti no te cabe parte dellas” (1).

Pero es una realidad inquebrantable que sí hay personas que hacen más que otras, yendo más allá del reclamo del anuncio. Y por ello, son más importantes en la sociedad, desde una perspectiva ética, unas determinadas personas que otras. En el caso de los personas premiadas, Lula da Silva y Carlos Fuentes, existen sobradas razones para alinearse tanto con Sancho como con Don Quijote, en el reconocimiento del Premio, porque ante ellos es fácil que nos pudiéramos poner “de pechos” sobre nuestras cabalgaduras vitales “con la mano en la mejilla en guisa de personas pensativas”, intentando solidarizarnos con ellos por tanta tristeza que en algunos momentos nos han trasladado, aunque convengamos con Don Quijote que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas. Así lo aprendí de Lula da Silva cuando leí con pasión el libro de recopilación de sus cinco propuestas para cambiar la historia, con un título que sobrecoge “Lula. Tengo un sueño”, que guardo con respeto reverencial en mi biblioteca, en mi clínica del alma (2): “Obstinadamente me digo todo el santo día: tengo que realizar un sueño, que no es sólo mío, sino el sueño de todos vosotros; llegará un día que en este país ninguna criatura se irá a dormir sin un plato de comida, y ninguna criatura se despertará sin ningún desayuno (…) Llegará un día en que la gente tendrá conciencia de que este país que sueño y que vosotros soñáis puede ser construido. Depende de nuestra disposición para realizarlo. Depende de nuestro coraje. Depende de nuestra disposición”. Utilizando el símil del idealismo de Don Quijote, ayer nos dejó un mensaje para “cabalgantes”: «Solo con imaginación no cambiamos la realidad, pero sin imaginación corremos el riesgo de quedar presos en el conformismo». Depende de nuestra disposición. Carlos Fuentes resumió en el acto del Premio un mensaje aleccionador para los que hacen más que otros: «tenemos un porvenir que desear y un pasado que recordar, pero sólo deseamos y recordamos en el presente. Toda gran obra es un llamado a la acción». Depende de nuestra disposición. Lula Sancho y Carlos Quijano, cabalgaron ayer juntos al recibir el Premio Internacional Don Quijote, sin descomponer sus figuras. Porque son grandes al enfrentarse a molinos de viento que no son imaginarios, cada uno a su estilo, cada uno a su aire cervantino, a través de las palabras que les quedan, porque saben que en sus respectivos compromisos vitales no es posible que el mal ni el bien sean durables…

Evidentemente, todo depende de nuestra disposición, porque las personas no son más que otras sino hacen más que otras. Como Lula, como Carlos.

Sevilla, 14/X/2008

(1) Cervantes, Miguel de, El Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha: CVC. «Don Quijote de la Mancha». Primera parte. Capítulo XVIII (4 de 4). (cervantes.es).

(2) Luiz Inácio Lula da Silva (2003). Tengo un sueño. Barcelona: Península, p. 52s.

NOTA: la imagen se ha recuperado hoy de: lula-da-silva-1920-1536×863.jpg (1536×863) (mundopoder.com)

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓNJosé Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

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