
Vivir es retornar a cada Octubre
para sentirse el corazón dorado.
Leopoldo de Luis, en Poema para octubre, 1952 (Elegía en otoño, Obra poética, 1946-2003).
Sevilla, 16/X/2022
Durante la pandemia pude iluminar el mar de mi memoria con unos versos que llevaban la sabiduría de vivir dentro, Poema para octubre, del poeta cordobés Leopoldo de Luis (Córdoba, 1918 – Madrid, 2005), que me permitió en aquellos días rememorar lo que puede significar en nuestra vida retornar a cada octubre, con una idea implícita de que acompaña a septiembre al despertar en cada curso vital, como metáfora del académico que ha alumbrado desde antiguo nuestras vidas. Vuelvo a leerlo porque octubre siempre vuelve. Este mes de raíces romanas, otubre (válido para la RAE) o el octavo mes en su cronología laica, está sumido en una situación compleja para el mundo y para nuestro país, inmerso en una desconcertante invasión rusa en Ucrania, con una pobreza real en este país que no se quiere ver, como mostré ayer en mi artículo Andalucía sigue presentando datos muy preocupantes de pobreza y exclusión social, junto a una desafección política galopante, como si viviéramos todos los días en mundos contrapuestos, el político y el real como la vida misma, en un espectáculo semanal en el Congreso de los Diputados nada edificante, que requiere templar los ánimos para sobrellevar cada día de la forma más digna posible. Sobre todo porque asistimos a un acoso y derribo permanente del Estado del Bienestar y al ocaso de la democracia de la forma más sutil que podamos imaginar. A trancas y barrancas hay que demostrar cada día qué significa la dignidad política, de los que la practican como oficio y la de los que luchamos por defenderla a diario, porque también debe ser nuestra tarea democrática todos los días, aunque constatemos también que a millones de personas les da absolutamente igual y así nos va. Por eso suelo buscar refugio en la poesía, porque me gusta interpretar la belleza oculta de la vida a través de las palabras mágicas de las personas capaces de hacer de un conjunto de palabras un verso libre y liberador como el viento.
Leopoldo de Luis (Leopoldo Urrutia, su verdadero nombre), con una obra poética bastante desconocida y de alma republicana, fue coautor junto a Miguel Hernández y Gabriel Baldrich de un libro de poesía social, Versos en la guerra (1938), donde figura el poema citado, Poema para octubre, que reproduzco a continuación, con la idea de que sirva para quien lo quiera interpretar en su vida, en este octubre, quedándose con su mensaje de reencuentro en todo lo lejano, por ejemplo, siendo conscientes de que vivir es ser corteza de este roble / que en hielo y sol el tiempo va quemando. Me emociona saber que Miguel Hernández fue un excelente compañero de «su» viaje. Quizá nos sirva en esta canción triste de otoño, para comprender mejor el mensaje implícito de este mes de octubre tan extraño y complejo, deseando que llegue la próxima primavera y el nuevo octubre para sentir nuestro corazón dorado: El mar de la memoria / se enciende, se ilumina, y a su amparo / el corazón revive, / remoza primaveras, sollozando:
Poema para octubre
La tarde es una rosa vagamente
en la rama desnuda del ocaso.
Una rosa ceniza, como un frío
beso crecido en unos muertos labios.
Leve sombra desliza
su palidez de hielo entre mis manos.
Las pupilas alargan sus miradas
como cautivos pájaros.
Octubre otra vez fruto
de este paisaje, este árbol
donde día tras día oscuramente
mi pobre corazón se va quedando.
Vivir es reencontrarse
en todo lo lejano,
ser otra vez aliento en el paisaje
que fue otra vez soñado.
Vivir es ser corteza de este roble
que en hielo y sol el tiempo va quemando.
El mar de la memoria
se enciende, se ilumina, y a su amparo
el corazón revive,
remoza primaveras, sollozando.
La tarde es una rosa vagamente
en la rama desnuda del ocaso.
A la piadosa luz de octubre vuelvo
y entre la tibia cuenca de mis manos
como un niño dormido
mi corazón levanto.
Vivir es retornar a cada Octubre
para sentirse el corazón dorado.
La tarde es una rosa vagamente
ceniza.
Octubre es fruto
otra vez en el árbol.
NOTA: la imagen de Leopoldo de Luis que figura en la cabecera de este artículo, un retrato del poeta realizado por la pintora Irene Iribarren en 2004, ha sido recuperada del excelente trabajo sobre el poeta, publicado en el blog: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2019/01/10/36683/
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.
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